En la tierra del Cocula
Hoy algunos comentaristas mediáticos y
políticos han llegado a creer que México se encuentra al borde de convertirse
en un estado fallido, gracias a la
tempestad desatada por la desaparición de 43 normalistas s el 26 de septiembre
en Guerrero, y quienes habrían sido presuntamente asesinados y quemados en un
basurero de Cocula, algunos de ellos aún vivos, según las desafortunadas
declaraciones del procurador general de la República, Jesús Murillo Karam.
El procurador Murillo Karam "está cansado" de lidiar con los padres de los desaparecidos
Pero no sólo camino a Aguas Calientes es
donde se concreta la degradación de un estado
soberano. Según Fuad Hussein, portavoz de la presidencia kurda, en reciente
entrevista concedida a El Mundo de
España por Fuad Hussein, jefe de las resistencia kurda contra Isis: Irak ya es un estado fallido. ¿Cuál es la
denominación de un país cuando un tercio de su territorio está en manos de
terroristas; diez divisiones del ejército han desaparecido y sus armas han ido
a parar a terroristas; la seguridad es precaria incluso en Bagdad y el primer
ministro ha estado aislado de su pueblo? Todos éstos son componentes de un
estado fallido.
Y, asimismo son o están a punto de
serlo, naciones como Nigeria, Siria, y Libia. O como pasó con Yugoeslavia tras
la muerte de Tito. Y hasta con la misma URSS.
Para entender qué es un estado fallido,
hay que acudir a varias fuentes. Entre ellas, Wikipedia. En stricto sensu, el
término se aplica a un estado soberano
-o estado nacional- que fracasó en garantizar
a su población los servicios básicos.
En lato sensu, es un estado que se volvió
ineficaz, y que mantiene sólo un control nominal de su territorio, donde
pululan a diestra y siniestra grupos armados que desafían directamente la
autoridad, sin hacer cumplir las leyes por las altas tasas de criminalidad, la
corrupción extrema, el extenso mercado informal, la burocracia impenetrable, la
ineficacia judicial y a la injerencia militar en la política.
Para precisar aún más la definición, La
ONG Fund for Peace propone un
contexto con los siguientes parámetros:
1.
Pérdida de control territorial, o del
monopolio en el uso legítimo de la fuerza
2.
Erosión de la autoridad legítima en la
toma de decisiones
3.
Incapacidad para suministrar servicios
básicos
4.
Incapacidad para interactuar con otros
estados, como miembro pleno de la comunidad internacional
5.
Fracaso sociopolítico y económico
6.
Gobierno débil o ineficaz sin control
sobre vastas regiones de su territorio, con altos niveles de corrupción y
criminalidad, refugiados y desplazados, así como una marcada degradación
económica.
La paja en el ojo ajeno
Carezco de algún apoyo significativo -como
el que poseen, por ejemplo, Gabriela Frías y Fernando del Rincón- para expresar
lo que siento. Cuento únicamente con este blog, y mi pasión por darle sentido
al mundo donde vivo y a lo que en él sucede.
Por eso, lo que voy a escribir es producto de mi percepción y
reflexión.
Si a México debe calificársele como estado a punto de ser fallido,
Venezuela superó esa condición tiempo ha.
El régimen perdió el control territorial sobre miles de kilómetros
cuadrados del territorio, especialmente en las zonas fronterizas, con la
presencia de los narco-guerrilleros de las FARC y el ELN -ahora protegidos
por el gobierno de Santos-;
así como en las que colindan con Guyana -donde
las trasnacionales exploran en pos de petróleo, coltán y otras riquezas del
subsuelo esequivo-; y
los garimpeiros se llevan el oro y los diamantes de la Orinoquía, dejando a la
tierra yerma y envenenada con mercurio.
El monopolio del uso de la
fuerza es un arroz con mango que se disputan los colectivos -una versión
criolla de los camisas pardas de Hitler, sin la disciplina tudesca ni el
liderazgo de Röhem-,
lo que queda de las antiguas FFAA y el crimen organizado dirigido desde las
cárceles por los pranes.
Otro aspecto es: ¿Quién toma
qué decisiones? Ante la amenaza global del ébola, nadie le consulta a los
médicos sanitaristas de aquí -ya
que los galenos venezolanos son, por antonomasia, de derecha, oligarcas y vendepatrias-.
Se convoca en La Habana -la
capital de este imperio-
una reunión de dirigentes del ALBA, donde, a punto de discursos, se garantiza
la salud de los pueblo.
En la Cumbre del ALBA de La Habana, Venezuela se inmunizó contra el ébola
No considero necesario añadir nada más sobre la inexistencia o
precariedad de los servicios básicos disponibles en Venezuela. Le recomiendo a
mis seguidores leerse a Marta Colomina los domingos en El Nacional para mantenerse actualizados al respecto, ya que la
profe maneja admirablemente las fuentes al respecto.
Igual podría decirse sobre la economía y la política venezolanas. En
la primera, los optimistas esperan un default para que venga la transición. En
la segunda, que los oficialistas pierdan el poder por sus peleas endógenas.
La corrupción y la injerencia militar forman una dupla inseparable en
Venezuela, van las dos ligaditas.
Para no abundar mucho en detalles, no llega ni una sola pimpina de gasolina
subsidiada a Maicao sin una previa mordida a la FANB y otra a las FARC. Ni tan
sólo sale un gramo de coca del país sin que se cumplan iguales procedimientos.
Ni lo digo, ni lo insinúo yo. Está en la información global.
Y, por último, lo peor. La ley y el delito. Bueno, da tanta pena el
derecho penal en Venezuela que quienes lo han degradado -Vg. como los
integrantes de La tribu de los enanos- ahora son
empresarios mediáticos. A ver si se consiguen a Blanca Nieves, en una noche tan
linda como ésta, y se pueden abstraer aunque sea durante los siete minutos que
dura la copulación de Un estado fallido
que han creado.