De por qué desterraron al “Capital Alcohol”
Mientras uno de mis conocido, que estudiaba en Bucarest
gracias a su parentesco con uno de los directores de la industria petrolera
venezolana, era expulsado por la policía, con su diploma de Ingeniero bajo el
brazo, la situación de tornaba color de hormiga para el matrimonio Ceaucescu: Nicolae
y Elena, dictadores comunistas de ese país.
Al Capital Alcohol ---así le pusieron de mote sus amigos al
novel profesional, sabrá Dios por qué razones--- le condenaron a terminar el
último año de su carrera yendo a la universidad sólo para asistir a clases,
presentar pruebas y estudiar, por el bochornoso
delito de copular con una chica usando condones. La penalidad le obligaba a
dormir y permanecer el resto de tiempo eso, en la cárcel. Pese a la catástrofe económica
y política generalizada, el régimen mantenía la prohibición de uso de cualquier
anticonceptivo, no por argumentos morales, si no para evitar que la población disminuyera, una ley proclamada después de
la II Guerra Mundial debido al alarmante número de bajas habido entonces.
Las elecciones con las cuales Ceaucescu “se limpió el flux”
Poco tiempo después que el Capital Alcohol iniciara su
destierro en Alemania Occidental ---no quiso regresar a Venezuela de inmediato
para evitar la ira de su pariente---, hubo una suerte de elecciones donde se
evidenció el voto castigo contra los tiranos que habían llevado al país a la
bancarrota, con una deuda de más de 13 mil millones de dólares la corrupción
generalizada de los jerarcas de la nomenclatura y caída de los precios
peroleros de finales de los 80 del siglo pasado- Por lo cual, la vida cotidiana
de los rumanos era una lucha desesperada para conseguir alimentos de la cesta
básica, medicinas, vestidos y alojamiento.
Empero, los Ceaucescu hicieron caso omiso del mensaje que
les había enviado su pueblo. En lugar de renunciar e irse a vivir de sus
dineros mal habidos a algún paraíso fiscal, alinearon los medios masivos y los
saturaron de propaganda donde equiparaban a Nicolae con Pericles, Napoleón y
Alejandro Magno; y llamaban a Elena: La
madrecita del pueblo rumano.
Además, a la Primera Dama la doctoraron en Medicina y licenciaron en Ingeniería, grados
falsos, cuya falsedad fue descubierta y transmitida por Radio Bemba, lo cual enardeció aún más al ánimo popular.
El drama llegó a su apogeo durante la Nochebuena de 1982.
El 24 de diciembre los Ceaucescu fueron juzgados, sumariamente, por un Tribunal
Militar que les condenó a muerte por crímenes de lesa humanidad. La sentencia
fue ejecutada al día siguiente, el 25, sin miramientos.
La mentira de que cualquiera puede hacer de todo
Ceaucescu accedió al poder en 1947, cuando el Partido
Comunista ganó las elecciones, y lo
designaron Ministro de Agricultura ---aunque no sabía un pito de sembrar,
cosechar o criar---. Más tarde ---merced a la creencia comunista que los cargos
poco tienen que ver con la experiencia o experticia del burócrata sino con la
lealtad a La Revolución---, Vice Ministro de las FFAA.
Elena fue contratada como secretaria en el Ministerio de
Asuntos Exteriores, pero muy pronto la botaron por incompetente.
Ceaucescu subió en la nomenclatura, y, en 1955 fue
elegido Secretario General del Partido. Además del control político, Ceaucescu
se adueñó del poder del Estado, convirtiéndose en Presidente en 1974. Le
apoyaron China y Corea del Norte, que conspiraban abiertamente contra la URSS. la invasión soviética de Checoslovaquia en
1968, se ganó la simpatía y el apoyo financiero de Occidente. Asimismo, al oponerse a
Rumania sigue postrada, aunque nada en petróleo
Hoy, casi tres décadas después de la ejecución de los Ceaucescu,
Rumanía intenta aún salir de la postración en la cual la dejaron los
comunistas. Pese a que su fértil suelo flota sobre miles de millones de
barriles de petróleo.
Mi hermano Rafael asegura que la Historia no se repite, y
tampoco cree en la brujas. Pero de que vuelan, vuelan. Y la Nochebuena de 1989
fue muy mala para Ceaucescu.