Gracias, Henry!
Si a alguien hay que agradecerle el habernos metido en este
berenjenal es a ti, Henry Ramos Allup, así como a otros dirigentes de la MUD
quienes, por ambiciosos, colaboracionistas o pusilánimes, han impedido
tenazmente que la calle, las bajas, los presos, los saltos de talanquera y el
apoyo internacional se transformen en un alzamiento que fuese preludio a la
reestructuración institucional y democrática de Venezuela.
Desde el inicio de la MUD, heredera de los vicios de la Coordinadora
democrática, la estrategia de Henry consistió en prolongar la gestión de Maduro
hasta el 2018, para acceder a las alcaldías, legislaturas y gobernaciones codiciadas
por él y sus subalternos.
En ese increíble ajedrez político, para nada le importó sacrificar
cualquier pieza opuesta a sus designios, desde peones –como supongo percibirá a
los manifestantes heridos, muertos y encarcelados– hasta alfiles –como la
Fiscal General de la Nación–.
Lo que quizás aún Henry no entiende es que la lista donde figura
Luisa Ortega Díaz apenas se inició y que la Prostituyente se extenderá –para
comenzar– a más de dos años, en otras palabras, mucho más allá de las previstas
elecciones presidenciales del año que viene, en las cuales el dirigente adeco
pretende ser elegido.
Henry se dedicó a pontificar sobre una serie de falsedades y verdades
a medias. Dijo por televisión –en el programa Vladimir a la una, por ejemplo– que las últimas dictaduras del
mundo habían salido por la vía comicial. Se refirió en específico a las de Argentina,
Chile y Polonia.
Voy con la lista al revés.
General Wojciech Witold Jaruzelski, Presidente de la Transición en Polonia (1989 a 1990)
El primer presidente de la República de Polonia fue el general Wojciech
Witold Jaruzelski (1923–2014), quien antecedió a Lech Walesa en el poder y
dirigió un gobierno de transición. Jaruzelski defenestró a Bolesław Bierut el 19
julio de 1989 y se mantuvo al frente de la nación –comunista por un año más–,
hasta que él mismo dirigió su cambio a la democracia. Jaruzelski fue Primer
Ministro desde 1981 a 1985 y jefe de Estado entre 1985 y 1990, así como
Comandante en Jefe de las FFAA y secretario general del Partido Obrero Unificado
Polaco durante esa época. Empero, Jaruzelski no fue ningún niñito de pecho:
Introdujo la Ley Marcial en 1981, durante cuya vigencia el gobierno comunista mató
a más de 250 opositores y detuvo a cerca de 10 mil protestatarios, con un
número aún indeterminado de desaparecidos y miles de exiliados.
General Reynaldo Bignone, Presidente de la transición argentina 1982 a 1983)
Raúl Alfonsín fue electo Presidente de Argentina tras la normalización –así lo define la
historia– del general Reynaldo Bignone, ocurrida entre 1982 y 1983. Bignone
sustituyó al general Leopoldo Galtieri, quien renunció en 1982. Bignone depuso al general Roberto Viola,
Presidente entre 1981 y 1982, - El peor de todos los asesinos de la dictadura
militar Jorge Rafael Videla cumplió su mandato (1976–1981).
Una vez abierta la transición bajo la presidencia de Bignone,
Alfonsín se convirtió, primero en presidente de la Unión Cívica Radical al
imponerse el Movimiento de Renovación y Cambio en las primarias, y más tarde en
presidente de la nación, cuando el otro precandidato, Fernando de la Rúa,
declinó su postura ante el amplio apoyo recibido por su contendor en el país. Empero,
Alfonsín tampoco concluyó su mandato y renunció para salvar a la democracia de
una recaída en dictadura militar.
Vale la pena observar que lo que acabó con la saga de los generales
fue la Guerra de las Malvinas, y no sus 22 mil muertos y desaparecidos.
El 5 de octubre de 1988, en pleno gobierno militar chileno, se
realizó un plebiscito para decidir en las urnas si Pinochet seguía o no en el
poder por otros ocho años.
En la Constitución original de Pinochet él pretendía estar en el
poder 16 años (hasta 1997) y su ministro del Interior le dijo: Esto es demasiado, por qué no hacemos un
plebiscito al medio (1988). Y ese fue
el origen del plebiscito.
El primero en comentar públicamente la ventaja del No queremos que Pinochet siga gobernando fue
Sergio Onofre Jarpa el ex ministro del Interior de Pinochet, fundador del partido
oficialista.
Sin embargo, no fue hasta la madrugada del 6 de octubre que la
mayoría del país que votó por la opción No
confirmó su victoria. Y pudo comenzar a celebrar.
General Fernando Matthei, Comandante de la Fuerza Aérea Chilena: ¡Ganó la oposición!
Consultado, el comandante de la Fuerza Aérea pronunció una frase corta, pero contundente: Me parece que realmente ganó el No. Aún sin cifras oficiales, por los pasillos del palacio de La Moneda apareció el general Fernando
Matthei, miembro de la Junta. Consultado, el comandante de la Fuerza Aérea
pronunció una frase corta, pero contundente: Me parece que realmente ganó el No. Al menos para mí, yo lo tengo
bastante claro ya–: dijo el general Matthei. Su comentario fue el jaque
mate, pues no sólo cantó el triunfo del No,
sino que impidió cualquier potencial intento de manipular los resultados, el
principal temor de la oposición.
Ahora bien, ¿por qué lo ocurrido en Argentina, Chile y Polonia no
pasó en Venezuela?
Porque, Henry, no hubo ningún político de peso en la MUD que se
acercara al sector militar y le ofreciera las garantías que les brindara la
oposición a los militares de esos países. Peo incluso, en dos intentos de
establecer vínculos –no contigo Henry, pero sí con otros dirigentes de la MUD–,
éstos fueron denunciados, y las cabezas castrenses fueron aprehendidos, dados
de baja o tuvieron que expatriarse.
Por eso, amigo, te repito: ¡Gracias, Henry!