Narcotráfico,
Inc.
Luis
García Planchart
Introito
El lector de este trabajo tiene tres
opciones: creer que estoy como María Antonia, loco de remate, pues escribo con una escoba y barro con un Paper–Mate,[1] concederme
el beneficio de la duda o pensar que estoy en lo cierto. La verdad es hay en lo
que escribo muy poca especulación y opinión
de mi parte, aunque sí mucha documentación, ordenada secuencialmente.
Estimo que narcotráfico es hoy el
negocio más rentable del mundo. Cuando Pablo Escobar Gaviria, jefe del Cartel
de Medellín, llegó a su máximo estrellato, un Kg de coca pura se pagaba en
Colombia a US$ 2,000, y se vendía al mayoreo, en EEUU, a US$ 5,000; un margen
de un 60%, el cual era entonces más que suficiente para cubrir con creces el
flete, la pérdida por la captura de alijos y el pago de sobornos.
Según la Oficina de las Naciones Unidas para el control de las Drogas y
la Prevención del Delito (Onudd), el mercado de la cocaína en el mundo mueve
hoy más de US$ 84, mil millones[2]
Un kilo de cocaína producido en Colombia
cuesta hasta 500 veces más al llegar a Estados Unidos. Su precio inicial va de US$
585 a US$ 780. Ese mismo kilo, a adulterado, se convierte en dos, llegando venderse
por US$ 165 mil cada uno.
Esta data proviene del informe El problema de las drogas en las Américas,
elaborado por la Organización de Estados Americanos (OEA). Asegura el informe que, para producir un kilo
de pasta base de cocaína, se requieren entre 450 y 600 kilos de hoja de coca. Un granjero colombiano recibe, en promedio,
US$ 1.30 por kilo de hoja de coca, puede estimarse que el kilo de pasta base en
la selva colombiana tiene un costo de entre US$ 585 y US$ 780, precisa el
capítulo sobre la venta de drogas. Empero,
aún en la misma selva colombiana, el kilo se llega a vender a US$ 2,700, y en
los puertos, el valor se triplica. Al llegar a Centroamérica, el kilo se vende
a US$ 10,000, y al arribar al norte de México asciende a US$ 15,000. Al pasar
la frontera con EEUU, el kilo es vendido al mayoreo a US$ 27 mil o más, pero en
el trayecto esos 1,000 gm sufren alguna alteración química que posibilita su
duplicación. Así, pues, el kilo que salió de la selva colombiana se convirtió
en dos kilos. En 2010, el precio de cada gramo de cocaína refinada vendido en EEUU
alcanza los US$16 mil, lo que suma US$330 mil.
Joaquín
“El Chapo” Guzmán
Según la Revista Forbes[3],
Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, hoy procesado en EEUU, llegó a ser el
delincuente más buscado por las autoridades mexicanas y estadounidenses, y,
asimismo, uno de los hombres más ricos
del mundo. con una fortuna calculada en unos mil millones de dólares para el
año 2011.
En mayo del 2915, la revista Foreign Policy incluyó a “El Chapo” Guzmán
entre de los 500 individuos más poderosos del mundo, junto a Miguel Ángel
Treviño Morales –líder de Los Zetas– y Vicente Carrillo Fuentes –líder del
Cártel de Juárez–. “El Chapo” Guzmán, de acuerdo a la Fiscalía de Nueva York,
fue responsable de traficar 25% de las drogas ilegales entre México y EEUU.
Las operaciones de su cártel cubrían no
sólo Centro y Sur América; sino que también se extendieron a Europa y Oceanía.
Sólo de EEUU, el narcotraficante recibía
mas de US$ 2 mil millones anuales y otros tantos de la Unión Europea. Al precio
del que traficaba, habría que haberle añadido el doble por las ventas
detalladas.
Comparada con la industria petrolera
–llamada una vez la más productiva–, el
narcotráfico le lleva una morena. En él no hay patronos ni obreros, contratos
colectivos, huelgas, exploración, perforación ni refinación. Tampoco hay meritocracia
ni una intrincada red de distribución y comercialización de los productos básicos
y sus derivados.
En el narcotráfico, tan globalizado como
la industria petrolera, hay una oligarquía gobernante, de origen europeo, con
más de dos siglos de existencia. Fuera de los jefes de las familias que dirigen
la operación, los demás son simples peones, desechables, entrenados para
recibir y ejecutar órdenes.
La familia Bronfman
De ascendencia judía y radicada en
Canadá, la familia Bronfman debe su apellido a Samuel Bronfman (1889–1971),
quien hizo fortuna contrabandeando licores de su empresa Seagram´s a EEUU durante La prohibición. Bronfman exportaba veneno puro, una mezcla de alcohol, ácido sulfúrico, caramelo, Fusel[4] y whisky de centeno. Por su ingesta, entre
1920 y 1930, 34 mil norteamericanos murieron.
Desde 1920, Bronfman importó whisky y
ginebra de The London Distillery Company, Ltd, licorera que dominó por décadas más del
50% del mercado mundial. Sus propietarios fueron altos jerarcas de la nobleza
británica, a quienes Su Majestad les había concedido derechos para
comercializar destilados alcohólicos. Entre ellos figuraban Thomas Dewar[5],
el mariscal del campo y conde Douglas Haig, el barón Thomas Woolavington y
otros personajes que dieron nombres a sus destilados.
En 1936, cuando el presidente Franklin
Roosevelt derogó La prohibición, los
Bronfman tuvieron que pagarle US$ 1 mil 500 millones a la Tesorería de EEUU para
cancelar los impuestos por exportación de alcohol a ese país, reconociendo
implícitamente que más de la mitad del licor ingresado ilegalmente había sido contrabandeado por su firma.
Hoy se considera a los Bronfman como filántropos
respetables y distinguidos, y su apellido está relacionado con le tout
de Canadá e Israel, tanto en sus gobiernos como en los negocios y la cultura.
En EEUU los conocen como dueños de Seagram´s,
la destilería más grande de Norteamérica[6].
Empero, el patrimonio familiar va mucho más allá del alcohol, pues incluye
bancos, bienes raíces, estupefacientes y minas.
Durante La prohibición, delinquir fue en EEUU una actividad económica muy
lucrativa. La economía subterránea dejó de nutrirse de la prostitución, la
usura y la protección, comercializado una valiosa mercancía, la droga, cuyo
abastecimiento se coordinaba desde Londres y Canadá, entonces una colonia
británica.
El hampa estadounidense se recicló,
transformándose en eslabones finales de un proceso de marketing que integraba la
fabricación, distribución al mayor y ventas al detal, con territorios asignados,
comisiones y precios uniformes.
Hollywood enmascaró la sordidez de este
proceso con películas sobre la fabulosa
década de los años veinte. Pero nada hubo de glamoroso ni liberador tras esta
mascarada cinematográfica, sino la inoculación del crimen organizado
internacional, creado por Gran Bretaña con el apoyo de los Bronfman.
Durante el decenio, los Bronfman
colocaron de puerta en puerta la heroína, la cocaína y cuanta ponzoña les cayó
en sus manos, usando la misma red de comercialización empleada para
contrabandear licor.
El próximo paso fue lograr su
impunidad.
Productores y consumidores
La Primera
Guerra del Opio se libró entre el Reino Unido y China, durante 1839 y 1842,
pues los británicos sólo poseían entonces opio como divisa, elaborado en la India,
para cambiarlo por valiosos productos chinos como la seda, el té y el arroz.
Inglaterra quería el libre comercio, mientras que el Emperador Daoguang lo había
prohibido, pues los campesinos y obreros adictos al opio se gastaban hasta dos
tercios de sus ingresos en la droga maldita.
El Emperador expulsó a los importadores
quienes, corrieron a Gran Bretaña, y, al llegar a Londres, pusieron el grito en
el cielo, logrando que Su Majestad ordenara a la Armada Británica que impusiera
por la fuerza la venta libre del opio en China.
Las tropas opuestas a dicha invasión
fueron rápidamente derrotadas por los ingleses, y el Emperador firmó el infame
e infamante Tratado de Nankín, en 1842, donde, además de aceptar el
enviciamiento de su pueblo, cedió a Hong Kong como puerto de entrada.
Al terminar la II Guerra Mundial, el
gobierno comunista de Mao Zedong decretó la pena de muerte inmediata contra los
narcotraficantes, y cero ayudas a los consumidores, a quienes se les dejaba
encerrados en celdas acolchonadas, desnudos y con un cubo para orinar y
excretar. Si sobrevivían al síndrome de abstinencia, bien. Y si no, peor para
ellos.
Testaferros
Los financistas británicos se valieron
de tres parapetos para encubrir políticamente al narcotráfico.
Encabezando al primero
estaban los Hofjuden –judíos de la corte–; familias que a lo largo de los
siglos han servido a la nobleza europea como asesores de hacienda, manteniendo
su adhesión inquebrantable a las ramas genovesa y veneciana, la de Ámsterdam, y
luego, al fusionarse ésta con la realeza británica –tras el derrocamiento de
Jacobo II (1688)–, se reagruparon en y se encuentran al servicio del Reino
Unido.[7]
Los Hofjuden nada tuvieron que ver con
la lucha del pueblo judío, ni mucho menos con su bienestar. Al contrario,
desataron pogromos frecuentes, para luego hacerse los locos, poniéndose al lado
de las víctimas gracias a sus apellidos.
También figuran en esta categoría los
Montefiore, servidores de la nobleza genovesa desde el Siglo XIII en Italia y
España; los Goldsmid y Mocatta, principales intermediarios de la compraventa del
oro y plata por parte de la familia real británica desde el Siglo XVII; los
Oppenheimer, poseedores de un porcentaje significativo de minas de oro y
diamantes en Sudáfrica; los Sassoon; los Hofjuden residentes en la India, productores
de opio y ahora miembros del jet set del Caribe; los De Hirsch, que pagaron la
emigración sionista de Europa Oriental a Canadá; los Rothschild, con su
inveterado y tradicional empeño en destruir a EEUU; y las familias bancarias de
nueva estirpe como Loeb, Meyer, Schiff, Schroeder y Warburg.
El segundo parapeto lo forman los recién llegados, seleccionados y
patrocinados por las anteriores familias para dirigir al bajo mundo y sus
brazos legales en EEUU. Este gran grupo de migrantes se disfrazó con los
ropajes de la religión, especialmente de la ortodoxa rusa. Están presentes en
todas las cruzadas anticomunistas, y, por medio de cultos oscurantistas,
ejercen el poder religioso, particularmente desde el Consejo Norteamericano de las
Iglesias Cristianas.
Lo cierto es que los recién llegados, antes
de arribar a EEUU, colaboraron con el fascismo y suministraron efectivos
militares a Hitler y Mussolini en los Balcanes y Europa Oriental. Algunos de
ellos, como los Sassoon, manejan hoy la flor y nata del narcotráfico, la
pornografía y el juego en los garitos
clandestinos.
Son también ejemplos típicos los
Radziwill, líderes de los solidaristas polacos; el fascista irredento Ferenc
Nagy; los De Menil, quienes gracias al connubio incorporaron a las grandes
fortunas tejanas; los Di Spadafora, representantes de la casa italiana de
Saboya y responsables del la comisión de múltiples asesinatos; así como
familias de menor abolengo, como la Brzezinski, las de William F. y James
Buckley; promotoras de la legalización del consumo; las Di Portanova
proveedores de drogas para la élite de los usuarios, desde las discotecas de
Nueva York hasta las playas de México y el Caribe. Los Di Portanova también
llegaron al patrimonio por el matrimonio
Del tercer grupo de testaferros
dependen de los antiguos miembros del Partido Comunista de EEUU. Éstos
raramente realizan actividades públicas, para poder seguirse infiltrando,
sigilosamente, en los organismos de inteligencia del Ejecutivo de Operaciones
Especiales de Gran Bretaña, así como en las organizaciones políticas y
sindicales de tendencia conservadora.
La manipulación de la ley en EEUU
Mas no sólo ha sido en los países
tercermundistas donde el crimen organizado internacional consiguió impunidad
para el narcotráfico y el lavado de dinero.
La adicción de los estadounidenses al
opio y sus derivados comenzó con la Guerra Civil (1861–1865). A los heridos se
les inyectaba morfina, para operarles y aliviar sus dolores, y miles de los
pacientes se volvieron adictos por esta causa. El problema se agudizó durante
la Conquista del Oeste, pues en los pueblos de la región, al lado de los bares,
burdeles y casinos, había también fumaderos de opio; una realidad que siempre
han ocultado celosamente las películas de vaqueros.
Entre finales del Siglo XIX e inicios
del XX, en EEUU se fabricaban kits, adquiribles sin prescripción, contentivos
de ampolletas de vidrio y dosis de morfina y heroína. También se vendía por la
libre la cocaína, empacada en cajas de
latón. El láudano –opio disuelto en una solución de alcohol– era un elíxir muy
común para numerosas enfermedades. Se administraba, indiscriminadamente, a
niños y adultos.
Hubo campañas de mercadeo y de
publicidad donde se vendían los opiáceos como panaceas universales contra todos los padecimientos, desde el
alcoholismo hasta el cáncer. La mayoría de los compuestos pregonados en los
mercaditos populares contenía uno o más de estos narcóticos en su formulación.
La heroína, la morfina y otros opiáceos
se vendieron legalmente y sin regulaciones hasta 1920 cuando se promulgó la Ley de la Droga Peligrosa, pero ya era
demasiado tarde, pues se había creado un mercado para la heroína en EEUU, con
más de 200 mil consumidores fuertes.
Aunque la mona se vista de seda
Revocada La Prohibición y puesto ya en marcha el negocio del opio con
Shanghái, los Bronfman –al igual que muchos de sus socios en Canadá– se legitimaron. El hampa invirtió millones
en empresas lícitas que les sirvieran tanto de fachada de sus actividades
ilegales como para lavar dinero.
Esta nueva fase, de pretendida legitimidad,
marcó el momento en que los contrabandistas de mayor éxito abandonaron el
tráfico en grande del alcohol por el tráfico mayor aún de los estupefacientes.
Al principio, los Bronfman asumieron todos
los riesgos del contrabando. Eludieron la ley, enfrentaron a los zopilotes
mexicanos y encararon la humillación de los escándalos y el escarnio público,
cuando algo les salía mal. Como resultado, la familia adquirió mala reputación.
Dado el aumento del comercio de drogas
en EEUU, los británicos no podían dejar a su principal testaferro con una
imagen tan negativa. Ni tampoco deshacerse de ellos, pues la familia Bronfman se
había vuelto irremplazable dado su dominio absoluto sobre el crimen organizado.
No obstante, representaban un riesgo mayor, si continuaban negociando
abiertamente con los distribuidores en el tráfico de narcóticos.
El problema se resolvió
subiendo a los Bronfman unos escaños más en la pirámide de la casta Hofjuden.
Casi de la noche a la mañana, los Rothschild, los Montefiore, los De Hirsch y
demás, convirtieron a Sam Bronfman, “Míster Sam”, el Zar del hampa en
Norteamérica, en estrella ascendente del movimiento sionista canadiense.[8]
En 1934, Míster Sam recibió su primer empleo
respetable: le designaron Presidente del National Jewish People’s Relief
Committee de Canadá. En 1939 fue nombrado director de la Jewish Colonization
Association presidida por el Barón De Hirsch. Ese mismo año, la Canadian
Pacific Corporation invitó a Míster Sam
a establecer una nueva organización de refugiados con judíos de Europa Oriental.
En cinco años Míster Sam se transformó, por obra y gracia de los británicos, en
un filántropo sionista. Los puestos le
fueron cayendo, uno a uno. Fue director del Comité Judío Canadiense,
sustituyendo a Lyon Cohen, hijo de Lazarus Cohen; y fundador de la Jewish Colonization
Association. Los demás Bronfman recibieron honores similares.
Por último, en 1969, los Bronfman obtuvieron
de Su Majestad la más alta investidura: Míster
Sam fue unido como Caballero de Gracia de la Venerada Orden de San Juan de
Jerusalén. A su hermano Allan y a su hijo Charles, los hicieron Caballeros de la Justicia. Estos
nombramientos no fueron meros maquillajes, pues sólo habían sido conferidos,
históricamente, a quienes habían desempeñado las misiones más peligrosas y
fructíferas para la Corona Británica.
Sin embargo, pese a su montaña de
riquezas y su ingreso al mundo de la sangre azul, los Bronfman no consiguieron un
poder autónomo. Aunque muchos creen que los Bronfman son dueños de Seagram´s,
las acciones de la licorera pertenecen a Trizec, sobre la cual carecen de mayoría.
Trizec la posee, a su vez, Eagle Star Ltd. de Londres, cuya propiedad es de la más rancia aristocracia británica.
Evelyn de Rothschild, los condes y
duques que dominan el Lloyd of London y otras empresas bancarias y las
lumbreras de la inteligencia británica, como Sir Kenneth Strong y sir Kenneth
Keith, son los directivos de Eagle Star.
La sociedad posee a su vez a la English
Property Corporation Ltd., a cuyo accionista mayoritario, el proxeneta Laurie
Marsh, le conocen como El Príncipe de la Pornografía
por poseer la mayoría los bares de strippers, los salones de masaje, las
productoras de films XXX y los burdeles de la Zona Roja de Londres. English Property es la dueña mayoritaria de
Trizec.
Tampoco los Bronfman manejan la
estrategia no la táctica de las inversiones y el lavado de dinero, sino el
bufete de abogados Phillips, Bloomfield, Vineberg and Goodman, famoso por su reciente participación en
los escándalos denominados Los papeles de
Panamá y Los papeles de las Bermudas.
El crimen internacional
organizado (CIO)
El punto de inflexión de la Guerra del Opio ocurrió durante el
primer quinquenio de la posguerra, tras la derrota de Japón. El narcotráfico se
introdujo en aquel momento crítico, gracias a la Coordinación de Seguridad
Británica –BSC–[9], sita en
el Rockefeller Center de Nueva York, un año antes de que EEUU entrara en
guerra.
El encargado de la BSC fue William
Stephenson (1897-1989), piloto militar canadiense, hombre de negocios e
inventor. Sus órdenes iniciales fueron: investigar las actividades del enemigo,
proteger las propiedades británicas contra el sabotaje y motivar a la opinión
pública a favor de la Gran Bretaña. Más tarde, la Inteligencia se amplió para
asegurar la participación norteamericana
en el espionaje global, colaborando estrechamente con los británicos.
William
Stephenson, Jefe de la Inteligencia Británica en EEUU
Stephenson se convirtió muy pronto en
el asesor favorito del presidente Franklin Delano Roosevelt, logrando que su
amigo, William Donovan, fuese nombrado como director de la Oficina de Servicios
Estratégicos –OSS–, la cual se convertiría, eventualmente, en la Agencia
Central de Inteligencia –CIA–.
Así la inteligencia británica le puso
las manos al área más sensible del espionaje en EEUU, antes, durante y después
de la II Guerra Mundial.
La Cosa Nostra mete su cuchara en la
política de EEUU
Stephenson reunió a los capo–mafiosos de la Cosa Nostra y a los mandos del Ejército
de EEUU para preparar la invasión a Sicilia, ocupada por los nazis. y se
convirtió en un verdadero capataz del crimen, a través de Meyer Lansky[10]
Igualmente Stephenson fue mecenas y patrocinador en la rehabilitación del gánster Lucky Luciano.
De la misma camada del OSS salieron el
coronel Louis Mortimer Bloomfield–apoderado
y contador de los Bronfman– y el general Julius Klein –padrino de Max Fisher y
ficha clave de la mafia estadounidense–[11].
El periódico italiano Paese Sera identificó, en marzo de 1967,
a Permindex, como la propietaria del Centro Mondiale
Commerciale -CMC-, una empresa
fachada de la CIA para transferir fondos a Italia. El dinero fue usado en
actividades ilegales de espionaje. Según Paese
Sera, el CMC participó en el
complot para defenestrar y asesinar al presidente francés Charles de Gaulle.
Paese Sera profundizó en sus denuncias contra
Permindex, mencionando a Bloomfield, a quien describió como un agente estadounidense que aparenta ser hombre
de negocios canadiense Por supuesto, estas noticias fueron desmentidas por
los gobiernos de Italia y EEUU, pero el desmentido sería aplastado por las
abrumadoras evidencias y pruebas que surgirían a futuro.
Julius Klein, tras servir como espía
estadounidense en Alemania durante la I Primera Guerra Mundial, trabajó como
reportero de sucesos, en 1920, en el State
Herald de Chicago, y locutor en idioma germano para la misma empresa,
propiedad de William Randolph Hearst. Adicionalmente, editó la versión Pacífico Sur de la Revista Stars and Stripes,
fue candidato a la Asamblea Legislativa de Illinois, en 1932, y al Senado de
EEUU en 1954.
Kein formuló, en 1941, una estrategia militar
denominada Combat Public
Relations, que trataba
sobre la guerra psicológica y la propaganda. Durante la Guerra del Pacífico,
manejó las relaciones públicas del general Douglas MacArthur.
La relación de Klein con el crimen
organizado internacional se inició a través del Kuhn, Loeb & Company[12],
el banco de inversión más próspero a finales del Siglo XIX y principios del Siglo
XX, cuyo crecimiento implosionó gracias al oro y las joyas hurtadas por la
Guardia Roja al zar Nicolás II y a su familia, antes de que les asesinaran con
la mayor vileza.
Klein investigó la desaparición de US$
400 millones en efectivo, enviados en 1917 por Nicolás II a el Chase Manhattan
Bank, el JP Morgan y el First National City Bank, con motivo de la primera insurgencia
en Rusia. Klein detectó que el dinero había
sido retenido y lavado indebidamente por sus custodios. En el caso de
Klein, los resultados de sus pesquisan no trascendieron, pues funcionó el refrán:
El silencio es oro.
El crimen organizado y el
magnicidio de Kennedy
David Sarnoff, un judío ruso exiliado
que llegó a EEUU con una mano por delante y otra por detrás, y terminó siendo
presidente ejecutivo de la compañía angloamericana RCA–Victor, seleccionó al personal clave para la
Agencia Nacional de Seguridad –NSA–. Allí ubicó a Walter Sheridan, como Jefe de
Contrainteligencia y Coordinador de Protección Política e Inteligencia de Resorts
International –la red de casinos Lansky–, y al coronel Clay Shaw – quien más
tarde sería enjuiciado como presunto autor intelectual del magnicidio del
presidente John F. Kennedy. De torvos sujetos como como Shaw se valió el OSS, y.
por ende, el crimen organizado para operar a sus anchas en el mercado
estadounidense.
En la investigación sobre la muerte de
Kennedy, el fiscal Jim Garrison de Nueva Orleáns demostró que el
presidente había sido abaleado, como mínimo, por dos francotiradores, y que, en
dicha conspiración, habían intervenido agentes de la CIA, el FBI, la policía de
Dallas y altos funcionarios del gobierno norteamericano.
La acusación de Garrison está detallada
en su libro On the Trail of
the Assassins. Allí
aparecen todas las pistas, datos, claves y referencias para que cada quien saque
sus propias conclusiones y, a mi entender, las mejores de ellas fueron también plasmadas
en el filme JFK de Oliver Stone,
estrenado en 1992.
La caza
de brujas del senador Joseph McCarthy estuvo concatenada con un proyecto de
la OSS. Fue el primer ejercicio de envergadura de los infiltrados en el FBI
para integrar a importantes miembros del crimen organizado internacional en la
seguridad norteamericana, sobre todo en su inteligencia y en relaciones
públicas, para que pudieran anticipar, resolver y echarle tierra a los yerros
de que cometieran los mafiosos y sus compinches.
Hubo alguna resistencia, sobre todo por
parte del presidente Dwight Eisenhower, quien logró mantener fuera del crimen
organizado los programas aeroespacial y nuclear, pero hasta ahí. ¿Por qué?
Porque quien les declarara la guerra a las drogas, aún siendo presidente de
EEUU, se las tendría que haber contra organizaciones e individuos implacables,
enquistados en la estructura de poder del país.
La pregunta es: ¿Hacia dónde fue todo
esto? La respuesta la da Daniel Estulin:
El
objetivo final de la pesadilla actual es un futuro que transformará la Tierra
en un planeta-prisión mediante un mercado
único globalizado, controlado por un gobierno mundial, también único,
vigilado por un ejército igualmente mundial, regulado económicamente por un
Banco Mundial y habitado por una población controlada mediante microchips,
cuyas necesidades vitales se habrán reducido al materialismo y la
supervivencia: trabajar, comprar, procrear, dormir, todo conectado a un
ordenador global que supervisará cada uno de nuestros movimientos.[13]
La secuencia del narcotráfico
1. Cultivo
La adormidera –Papaver somniferum– es una flor nativa del Sur y el Este del
Mediterráneo, cerca de los ríos Rin, Ródano, Po y Danubio, el Lago Bracciano en
Italia y Alemania. y en las proximidades de Granada, en España. Hay evidencias
de su cultivo y uso desde finales de la Edad de Piedra. Hoy se planta en
Europa, Asia, África y América.
Afganistán produjo el 95% del opio del
mundo, en el 2012. y el 66 %, en el 2015, manteniéndose
como el principal productor mundial de las últimas décadas.
La coca –Erythroxylum coca– crece al piedemonte andino en Bolivia, Brasil,
Colombia, Chile y Ecuador. En Perú y
Bolivia, a diferencia de Colombia, la coca se cultiva con frecuencia en zonas
agrícolas cercanas a pueblos rurales y a mercados que están bien conectados con
los sistemas económicos y de transporte del país. En ambos países se encuentran
cultivos de coca no solo en zonas remotas, sino también junto a cultivos
lícitos, campos de pastura y zonas boscosas, advierte el informe de la OEA,
El problema de las drogas en las Américas.
La marihuana –Cannabis sativa– es originaria de Asia central y del sur, y se
consume desde hace 3 milenios AC. Hoy es el psicotrópico más común en el mundo para
fines recreativos, religiosos y medicinales, de acuerdo con la ONU: entre 127 millones y 233 millones de
consumidores para el 2014[14].
Las drogas sintéticas –metanfetamina y
éxtasis, entre otras– representan nuevas adiciones al menú del narco–adictivo.
Aunque fueron descubiertas en los primeros decenios del Siglo XX, su
lanzamiento y promoción ocurrió mucho más tarde, cuando el COI negoció con los
carteles y los productores chinos, y se ajustó para su comercialización en EUU
y la Unión Europea.
2. Elaboración
Los opiáceos son derivados de los
alcaloides, los cuales se hallan en la cápsula de la adormidera y se extraen por
incisión. Los más conocidos son la heroína, la morfina, el opio y el láudano.
2.1 Heroína
La heroína fue sintetizada por Charles
Romley y Alder Wright, a fines del siglo XIX, quienes la aislaron gracias con la
acetilación del clorhidrato de morfina, otro subproducto del opio. Heroína fue el nombre con el que Bayer
de Leverkusen, Alemania, bautizó la nueva
sustancia, creyendo que su ingesta convertiría a los soldados alemanes en
héroes, y que, como sustituto de la morfina, resultaba menos adictiva.
Más tarde se descubrió que la heroína
se convertía en morfina al ser absorbida por el hígado. Igualmente, se supo que
la adicción generada por la heroína era mucho más intensa que la de la morfina.
La heroína está prohibida en EEUU desde
1961, pese a lo cual ha habido aumentos significativos y constantes de la
oferta y la demanda. Su consumo se multiplicó en la segunda década del Siglo
XXI hasta convertirse en una verdadera epidemia, por lo cual el presidente
Donald Trump la declaró una emergencia
nacional (2017) por sus más de más cien bajas letales al día.
2.2 Láudano
El láudano es un cóctel de alcohol,
opio y aromatizantes, preparado por primera vez por el alquimista, astrólogo y
médico suizo Teofrasto Paracelso (1493–1541), usando azafrán, canela, clavo,
vino blanco y otros ingredientes.
Algunos efectos del láudano no han sido
superados por ningún otro fármaco moderno, y siguen disponibles en varios
países, entre ellos España, mediante su elaboración como fórmula magistral.
El láudano se empleó en varios jarabes
durante doscientos años. Los más famosos fueron los de Thomas
Sydenham –quien lo aderezaba con vino de Málaga– y el abate Rousseau, médico personal de Luis
XIV de Francia –que usaba alcohol y
levadura de cerveza–.
Hasta que apareció la aspirina, el
láudano era el único analgésico eficaz contra cualquier dolor, desde el
provocado por la caída de los lentes de leche en los niños a los generados por
el cáncer y otras enfermedades terminales. También su efectividad fue demostrada
para curar o mejorar la ansiedad, la diarrea, el insomnio, y la tos, desde un
catarro hasta la tuberculosis. Sus principios activos básicos son la morfina y
la codeína.
2.3 Cocaína, bazuco (crack) y PBC
La cocaína es un psicotrópico
extremadamente adictivo, que va directamente al cerebro. A partir de la pasta
básica de cocaína –PBC–, su reducción a polvo requiere de precursores y
recursos que sólo se producen en los países industrializados como, por ejemplo,
la acetona.[15] Por eso, el narcotráfico de cocaína
genera una copiosa importación de insumos que no debería ser desestimada por
las autoridades de los países productores y consumidores.
La cocaína se extrae de las hojas del
arbusto de coca, oriundo de Los Andes. Sin embargo, se la conoce desde hace
miles de años, y fue masticada directamente por los aborígenes para acelerar el
metabolismo respiratorio y poder trabajar, productivamente, en la atmósfera
enrarecida del altiplano andino.
El clorhidrato de cocaína se consume
desde hace un centenar de años. A principios del siglo XX, la cocaína
purificada fue el principio activo empleado por la mayoría de los tónicos y
elíxires para tratar gran variedad de enfermedades.
En 1855, al sintetizar químicamente las
hojas de coca, se creó la cocaína, empleada inicialmente contra el dolor de
muelas. Después surgió una variante más potente y adictiva, el crack.
La cocaína llegó a su cénit en 1886,
pues John Pemberton la
incluyó como ingrediente básico de la bebida Coca-Cola. Fueron la euforia y los
efectos energéticos del refresco lo que potenciaron a la marca como la gaseosa
más vendida en el mundo.
Entre los grandes defensores de la
cocaína droga destacaron Sigmund Freud –quien la promovió como tónico seguro y útil contra depresión y la
impotencia sexual–, Thomas Alva Edison y Sarah Bernhart.
La cocaína se convirtió en estilo y calidad de vida para los estadounidenses
de todas las clases sociales. Fue, asimismo, el mensaje principal del cine
mudo, cuya influencia se extendió a millones de personas a escala planetaria. En el Siglo XX, fue llamada, La droga de los años ochenta y noventa, por
su gran popularidad y uso extendido.
La pasta de cocaína –PBC– se procesa en
Colombia, Bolivia y Perú. En la década de los noventa, tras varios esfuerzos
para reducir el cultivo en el sur del Subcontinente, Colombia se convirtió en
el líder indiscutible en su producción.
No hay gran diferencia entre los efectos
patológicos de la PBC y el bazuco o
crack. La PBC antecede a la elaboración de la cocaína pura, el crack es el
polvo transformado en una sustancia fumable, al agregarle agua bicarbonatada.
El bazuco afecta a todas las esferas
sociales y dimensiones de la vida, altera el funcionamiento psíquico, destruye
los vínculos familiares, eleva el riesgo de contraer enfermedades, produce
graves trastornos orgánicos, predispone a la violencia y la criminalidad y
genera manifiesto desinterés por todo lo que se aparte de la perversa
introspección del drogadicto.
Además, desquicia la economía familiar
y nacional, aumenta la corrupción e impulsa la adopción de patrones que
amenazan al país, pues –como ha sucedido en Colombia y en Venezuela–, se llega
a percibir su marketing como una forma de legítima subsistencia.
2.4 Marihuana
La marihuana se prepara mezclando las
flores y hojas secas del Cáñamo de la India en cigarrillos, infusiones o como
ingrediente de alimentos. Entre sus efectos físicos y psíquicos destacan la
euforia, la pérdida de la percepción temporal y un mejor estado de ánimo.
Aunque en la actualidad hay una tendencia a despenalizar su consumo por
considerarla droga light, como
cualquier alcaloide –sin excluir a la cafeína y la teína– su uso crónico crea dependencia.
2.5 Éxtasis
El éxtasis –MDM– genera euforia
intimidad y reduce la ansiedad. Crea pérdida de la timidez, volviendo al
individuo más alegre, extrovertido e hiperactivo. Fue descubierto en 1912 por
Anton Köllisch, pero sólo hasta la década de los 70 del Siglo XX, no se lo empleó
como droga recreativa y fármaco en la psicoterapia.
La posesión de MDM está prohibida en
casi todo el mundo, salvo para investigación científica y médica. En el 2016,
la ONU estimó que unos 20 millones de personas consumían MDM en todo el mundo,
cifras similares a las de los usuarios de cocaína, anfetaminas y opiáceos
varios, aunque considerablemente menores que las de usuarios de cannabis.
Muchos señalan a Hong–Kong como el
mayor exportador de éxtasis, incluso a través de ventas por Internet. Pero es
en China Comunista donde están los grandes laboratorios de producción masiva.
2.6 Metanfetamina
La metanfetamina –desoxiefedrina– es un
estimulante sintético, relacionado con la efedrina y la adrenalina. Fue
sintetizada en Japón, en 1919, partiendo de la anfetamina. Comenzó a
comercializarse en 1938, bajo el nombre de Methedrina,
y se utilizaba como descongestivo nasal e
inhalador bronquial.
En la Alemania Nazi, se vendía sin
receta, bajo el nombre comercial de Pervitin.
Durante la II Guerra Mundial fue utilizada para estimular a los combatientes.
Se fabrica clandestinamente, con
procesos sencillos y reactivos relativamente baratos, de fácil acceso. Por esta
causa, sobre todo en EEUU, hay controles sobre químicos que son sus precursores
y reactivos, por ejemplo, la efedrina. México es uno de los mayores productores
de metanfetamina, y gran parte de su producción va a la Unión Europea y
Argentina.
La
nueva guerra del opio
En 1973, dos periodistas de Le Monde, Catherine Lamour y Michel R.
Lamberti, publicaron La nueva guerra del
opio, focalizándose en la producción de heroína en el Sudeste Asiático.
Francia, dueña de Indochina desde 1884,
le compraba opio a la India y Afganistán, y lo almacenaba en Hanói. Durante la
guerra contra Japón, no pudo importarlo más, por lo cual, empezó a cultivar adormidera
en Laos. Allí se establecieron centros de acopio de morfina base, precursora de
la heroína. Antes de ser invadido por los japoneses, Laos llegó a exportar más
de 60 TM al año de este precursor.
Tras la victoria de Mao Zedong, el
cultivo de adormideras y la fabricación de morfina se trasladaron a El triángulo del oro –fronteras de
Birmania, Camboya, Los y Tailandia–. Francia metió en el negocio a los anticomunistas,
algunos de ellos exiliados de China, en su mayoría liderados por Touby Lyfoung
y Van Pao; quienes se convertirían, posteriormente, en jefes de los mercenarios
de la CIA.
El narcotráfico desde El triángulo de oro fue celosamente
protegido por la inteligencia militar francesa, hasta la derrota de los galos
en 1954.
La CIA como narcotraficante
Los estadounidenses tomaron el testigo
al ocupar Vietnam, pero la ya CIA andaba involucrada en el narcotráfico antes
de la rendición francesa. Diez años después, la producción de Laos había
crecido a más 150 TM de morfina base anuales, y en el país se elaboraba
heroína.
Desde su llegada al norte de Birmania,
los expatriados chinos cultivaron y se encargaron del narcotráfico, con el
apoyo del general Phao, jefe de policía de Tailandia y miembro de la CIA, que
le aportó armas, municiones y aviones de transporte sin matrícula. La
producción birmana pasó a 400 TM anuales en 1962.
Los estadounidenses tomaron el testigo
al ocupar Vietnam, pero la ya CIA andaba involucrada en el narcotráfico antes
de la rendición francesa. Diez años después, la producción de Laos había
crecido a más 150 TM anuales, y en el país se elaboraba la heroína.
En Wanton, campamento del cual
expulsaron a los chinos, se encontraron tres refinerías de morfina. En 1961 las
tropas birmanas –en colaboración con el ejército chino comunista– desalojaron
otro campamento, Mong Pa Liao, adjunto a un aeropuerto. En él hallaron armas
estadounidenses. Birmania protestó ante la ONU, pero Washington no le paró, y
aseguró desconocer la procedencia del armamento.
La DEA reconoció, en marzo de 1972 que
ejército anticomunista controlaba el 80% del tráfico de opio en el Triángulo de oro y cubría un tercio del
consumo mundial, lo cual era únicamente posible con la colaboración de la CIA.
El rol de los mercenarios y sus relaciones con la CIA fue negado reiteradamente
por el gobierno de EEUU.
Un antiguo empleado de la CIA declaró a
Lamour y Lamberti–: En 1971 yo planeaba
los vuelos y me encargaba de los fletes de Continental Air Service, al servicio
exclusivo de la CIA en Laos.
Conocía el origen y el
destino de cuantos vuelos entraban y partían de Laos. Cuando el plan de vuelo
llevaba la mención “diverso”, yo sabía que era opio. Eran cargamentos que
tenían siempre prioridad, y a los cuales los manipulaba un personal especial.
Se les llamaba “cargamentos confidenciales”.
El más importante que
yo vi llegó en un DC3, y ocupaba medio
avión. A veces, el opio se almacenaba en los locales de Air América, en
Vientián. Otras veces se reembarcaba con destino a las bases norteamericanas en
Tailandia, Vietnam
o Bangkok. El tráfico nunca fue un asunto
personal de uno u otro piloto. ¿Cómo hubieran podido transportar tales
cargamentos sin que sus superiores fueran informados? La mitad de la carga de
un DC-3 no es un paquete que se embolsilla. Para utilizar equipos y facilidades
militares hacen falta órdenes.
Cuando los mercenarios de Van Pao no
pudieron contener la insurgencia comunista del Pathet, Laos fue bombardeado
masivamente por los B-52 (1964). Fue una masacre deliberada de la población
civil, que desplazó a más de un millón de personas, en una guerra que,
oficialmente, nunca existió.
Alfred McCoy, profesor de la
Universidad de Wisconsin, dedicó más de 20 años a investigar sobre el Sudeste
Asiático y su política.
En su libro, La política de la heroína en el Sudeste Asiático, denunció cómo la
guerra fría y las operaciones encubiertas de EEUU fomentaron un auge sin
precedentes en el tráfico de heroína, acusando a la CIA y al Departamento de
Estado de complicidad en el mismo–: Bill Marshall, antiguo boina verde,
testimonió haber visto en Vietnam opio a bordo de un avión militar en cajas
marcadas como “repuestos para motores de aviones”.
Al crearse la OSS su y transferirse personal
clave a la Oficina Federal de Narcóticos, esta relación estrecha –según McCoy– continuó:
La DEA se mantuvo fuera del sureste de
Asia durante ese período, y no interfirió en narcóticos en deferencia a la CIA.
Hablé con Maurice Belleux, ex-director del equivalente francés a la CIA, el
Service de Documentation Exterieure et du Contre-Espionage.
Me dijo quela inteligencia militar francesa había
financiado todas sus operaciones encubiertas comerciando las drogas de
Indochina. Los paracaidistas recogían el opio de las tribus, y los aviones franceses
lo transportaban a Saigón, desde
donde la mafia china se encargaba
distribuirla. Las cuentas del Banco Central, el reparto de los beneficios, todo
estaba controlado por la inteligencia militar francesa.
La CIA reclutó a quienes fueron
llamados Zares de las drogas en el
noreste de Birmania, en 1950, y luego, entre 1965 y 1975, ellos huyeron a
Afganistán, durante el apoyo a las guerrillas fundamentalistas contra las
fuerzas soviéticas. Protegidos por la CIA, manufacturaban oleadas periódicas de
heroína.
En 1971 Mike Levine operaba en
Tailandia como agente de la DEA –cuenta McCoy–: Me comentó que iría a Chiangmai, la capital de heroína del sureste
asiático y el centro financiero y de procesamiento del negocio. Quería hacer
operaciones importantes de incautación. Sin embargo, sus superiores de la DEA
se lo prohibieron hacerlo, y mucho menos llevar a cabo redadas.
Cuando en 1970 se supo que unos 30 mil
soldados estadounidenses en Vietnam eran heroinómanos, el escándalo se hizo
viral en los medios masivos. Un corresponsal del Christian Science Monitor denunció de que la CIA formaba parte de
ese patuque.
En 1973 el confidente de la CIA,
Puttapron Khramkhruan, fue detenido en Chicago, con 60 libras de opio. Confesó
que la CIA estaba al tanto de sus quehaceres.
El Departamento de Justicia enterró el
caso porque podría levantar muchas ronchas debido a la participación del
detenido en la CIA en Tailandia, Birmania y otros países del Triángulo. Por
supuesto, Richard Helms y William Colby, directores de la CIA, negaron
reiteradamente su participación en el narcotráfico.
Un oficial de inteligencia de EEUU, que
declaró anónimamente en newsxax.com (2002), reconoció que la CIA estaba
asociada al comercio internacional de drogas: El incremento en el comercio de heroína en EEUU a partir de la década
de los 70, puede atribuirse directamente a la CIA. La agencia ha sido cómplice
en el narcotráfico global por años, y no creo que hayan abandonado su negocio
favorito.
Michel Levine, ex agente de DEA, en su
libro La gran mentira blanca – De Bangkok
a Buenos Aires, el fracaso de la guerra contra las drogas (1996), concluye
que–: Durante décadas, la CIA, el
Pentágono y organizaciones secretas como la de Oliver North, responsable del
escándalo Irán–Contra, han apoyado y protegido a los mayores narcotraficantes
del mundo.
Pol Pot mató a 1 de cada 4 de sus
paisanos
En Camboya murieron de mengua de 1,7
millones de personas, un 33% de los hombres y un 15% de las mujeres que la
poblaban en 1975. En términos porcentuales, ha sido el mayor genocidio de la
historia, con uno de cada cuatro camboyanos muertos.
Una historia acallada por mucho tiempo
por conveniencias políticas y estratégicas, y que se diluyó en el anonimato de
los 100 millones de víctimas estimadas que los regímenes comunistas dejaron por
herencia en el siglo XX, más que la Primera y la Segunda Guerras Mundiales juntas[16]
Cuando Pol Pot fue finalmente
derrocado, la ayuda humanitaria enviada por Oxfam[17]
y UNICEF resultó insuficiente. EEUU presionó a la Cruz Roja para que se
abstuviera de intervenir mientras los vietnamitas ocuparan el territorio
camboyano. La mayoría de los suministros enviados por Oxfam fueron retenidos
por el ejército liberador.
Como sucede en Afganistán, Colombia y
Venezuela, Camboya fue un importe proveedor de drogas, pues el narcotráfico no
puede nacer, crecer y desarrollarse sino en medio de la anarquía política y
social. Al narcotráfico no le tiembla la mano a la hora de sacrificar grupos,
pueblos y naciones enteras para mantener su comercio vil. ¿Y cómo va a temblarle,
si tampoco le importa el terrible final de la mayoría de sus víctimas, los
adictos?
La droga en América Latina
A finales de los 60 del Siglo XX,
Philip Morris, tabacalera muy conocida de Carolina del
Norte, EEUU,[18] se
propuso crear un mercado de prueba
previo al lanzamiento de sus marquillas, especialmente Marlboro, en el Cono
Sur. Al efecto, organizó una red que llevaba bultos de tabaco desde Tampa,
Florida, hasta La Asunción, Paraguay, para ser distribuidos en Argentina,
Brasil, Perú y Uruguay.
El presidente paraguayo, general
Alfredo Stroessner, dictador por 35 años, estuvo involucrado en todos los
negocios lícitos e ilícitos de su país, gracias a lo cual acumuló más de US$ 6
millardos.
El Vice chairman encargado del operativo, un ex maestro
colombiano, aprovechó la coyuntura de que la incorporación de jets a la
aviación civil había dejado en tierra numerosas aeronaves de pistón, de gran
autonomía de vuelo, para alquilarlas por un puñado de dólares, contratando para
su manejo a pilotos que considerados como la escoria de su profesión.
En una segunda fase, convino con los
fabricantes de whisky en Perth, Escocia, completando la carga de los Douglas
DC-7 y Superconstellation con cajas de escocés premium. La ruta se planeó con
escalas en Panamá, para recoger los destilados. Pero, al regreso, los aviones
venían vacíos.
Oportunidad que motivó al avispado
maestro acordara con los distribuidores paraguayos para que, de paso, le
embarcaran unos cuantos kilos de marihuana y coca. En la vuelta a Panamá, se
adquirían también algunos electrodomésticos a precios de zona franca de Colón,
para llevarlos a México de contrabando. Así se inició el periplo de la coca y
surgieron los carteles mexicanos.
¡El cocalero soy yo!
Al crimen organizado siempre le atrajeron
los nuevos negocios, sobre cuando había poca o nula resistencia.
Desde que Evo Morales accedió a la
Presidencia, Bolivia da ambas facilidades, convirtiéndose en eje de una
dinámica criminal novedosa, que le añadió más leña al fuego, y que está
adaptada como guante a la mano a los patrones de compraventa del continente.
Bolivia está limita con el segundo
mayor consumidor de coca del mundo, Brasil. Asimismo, con Perú, otro gran
exportador de coca, y con Paraguay, principal cultivador de marihuana en
Sudamérica. En Argentina crece la demanda por bazuco. E, igualmente, aumenta
diariamente el número de adictos en Chile y Perú.
Estas condiciones han convertido a
Bolivia en epicentro del narcotráfico, pero también surgen otros factores que
hacen de este país terreno fértil para el crecimiento del Crimen Organizado Transnacional –COT–.
Durante el siglo pasado, Bolivia tuvo
sus propias mafias de alta envergadura.
La más destacada, dirigida por Roberto
Suárez, llegó a ser la mano derecha de Pablo Escobar Gaviria y el Cartel de
Medellín. Hoy el crimen organizado está limitado a los clanes, los cuales
participan en una amplia variedad de actividades delictivas, principalmente el
contrabando. Los narcoproductores bolivianos dirimen sus rivalidades
pacíficamente. Ichilo, en Santa Cruz, es uno de los centros de producción del
bazuco, y allí funcionan cuatro de los mayores clanes.
En una entrevista en el programa de
televisión Sin Letra Chica, el
portavoz de uno de los clanes señaló que su organización trabajaba en paz con los demás, y que entre dos de
ellas agrupaban a más de 600 miembros. Aseguró que amabas comunas producían hasta 800 Kg de pasta de coca por semana, y
que parte de ésta se enviaba a Brasil y
el resto otra la compraban los colombianos. El entrevistado también aclaró
que el coronel de la policía de Yapacaní
está incluido en mi nómina.
Hoy en día son los mexicanos, no los
colombianos, quienes abastecen el mercado de EEUU. El papel dominante de los
carteles mexicanos se debe tanto a su ubicación –tan lejos del cielo y tan cerca de Estados Unidos–, como a su
capacidad para producir heroína, marihuana y metanfetaminas.
Los colombianos pasaron a ser los mayoristas
de los carteles mexicanos. Mientras que en los días de Escobar Gaviria los
colombianos producían un kilo de cocaína por alrededor de US$ 2,000 y lo
vendían en Estados Unidos por US$ 5,000, hoy la mayor parte de las ganancias
terminan en manos mexicanas.
Venezuela: “Tá barato, dame dos”
Lyndon LaRouche asegura: Venezuela tuvo una relación privilegiada con
el narcotráfico sudamericano. Hasta 1983, exenta de la producción de
estupefacientes, servía de estación de trasbordo y centro bancario.[19]
Fueron los narco dólares venezolanos
los que iniciaron el torrente de dinero lavado en el mercado de bienes raíces
de Florida, antes que a la mafia colombiana se le ocurriese completar la idea. Llegó a tanto el volumen lavado por los
venezolanos que se convirtió en chiste popular decir que el venezolano iba a
Miami, y al preguntar por el precio de un producto, decía: Tá barato, dame dos.
Para 1980, se calculaba oficialmente
que el capital venezolano invertido en Florida ascendía a más de US$ 1,100
millones. Y, en 1984, según estimados oficiales, se lavaron cerca de US$ 5
millardos.
Según una acuciosa investigación de la periodista
Penny Lernoux,[20] Oswaldo Cisneros estuvo metido hasta los
codos en este negociado, como socio propietario de World Finance Corporation
–WFC–, una lavandería internacional de dólares. La WFC, al haber quedado en
evidencia demasiadas veces, finalmente se vino abajo, y su presidente, el
cubano-estadounidense, Guillermo Hernández Cartaya fue encarcelado por evasión
de impuestos.
El libro de Lernoux, reproducido en
alguno de sus capítulos por la Revista Resumen,
develó los detalles más sórdidos de la WFC: canje de armas por drogas en el
Caribe, recursos financieros para Fidel Castro y otras lindezas por el estilo.
El reportaje suscitó aún más interés por el hecho de que El Diario de Caracas publicó una foto del presidente Jaime Lusinchi
leyendo el libro de Lernoux.
La Organización
Diego Cisneros –ODC– publicó desplegados a páginas enteras en la prensa de
Caracas rechazando su relación con la WTC, Credival o Hernández Cartaya. Oswaldo Cisneros, entrevistado por Resumen, presentó su versión del
affaire. Reconoció haber contratado a Hernández Cartaya para reorganizar
Inversiones Fénix, llamada después Credival, y que ambos habían estado asociados
en una subsidiaria de la WFC en Caracas.
Pero insistió en que ése había sido el
último negocio que habían hecho juntos, y que desconocía que Hernández Cartaya
tuviese algo que ver con el narcotráfico o el narco lavado.
Los apologéticos de Cisneros atacaron
duramente a la autora. Aseguraron que a Lernoux la carrera se había costeado la
KGB y el MI6 británico. Pero la mayoría de las pruebas ofrecidas por Lernoux
provenían del Congreso de EEUU, la Dirección de Aduanas, la DEA y un gran
jurado federal.
Cisneros y el narco lavado
Juan José Requena, columnista del
diario digital chavista Aporrea, denunció
que José Rafael Revenga, ex vicepresidente ejecutivo de la ODC y de Venevisión,
era director del Royal Bank of Canada. Asimismo, que la ODC estuvo asesorada
por George S. Moore, ex presidente del Citibank y director emérito de WR Grace.
Requena aseguró que Diego era miembro
de la sociedad Mont Pelerin, cuyo objetivo es legalizar la economía ilegal., que costeó numerosas jiras de los
propagandistas de Mont Pelerin a Venezuela para hacer proselitismo entre los
empresarios del país, y su consigna de toda la vida –según lo escribiera en su
autobiografía su hijo Gustavo– era pura
ideología: Denme el hombre apropiado,
¡y trato hecho!
Gustavo, a su vez, fue vicepresidente
de los Caballeros de la Orden de Malta
y, en 1981, director del Chase Manhattan Bank, uniéndose su directiva a Henry
Kissinger, Per Gyllenhammer, Joe Martínez de Hoz, Y.K. Pao, Ian D. Sinclair y
G.A. Wagner; todos ellos miembros del Club
de Bildenberg.
Requena sostiene que, durante la
presidencia de Jimmy Carter, su Secretario de Estado Cyrus Vance, utilizó a la
ODC como “mediadora” entre ciertos grupos políticos y económicos de la región.
La ODC potenció el boom financiero
venezolano en Florida. En 1978 compró acciones del Florida First
National Bank. uno
de los tres bancos que encabezaron la campaña para levantar las restricciones
del Estado a fines de la década de los 70, lo que resultaba indispensable para
transformar a la compañía en refugio para el narcolavado. Según un informe publicado el 1° de
julio de 1984 en El Diario de Caracas,
Oswaldo Cisneros fue el enlace de un plan para que EEUU restableciera
relaciones comerciales y diplomáticas con Cuba.
El Diario de Caracas relató la visita de Oswaldo a Cuba, en
un avión de Pepsi-Cola, así como su reunión con Fidel Castro. Entrevistado por Resumen, Cisneros reconoció haber viajado
a la Isla, pero por razones familiares, y aseguró que su reunión con Castro había
sido “casual” y que sólo conversó con él sobre generalidades.
Pero, según Requena–: Hubo puntos que
nunca explicó Cisneros. Su esposa, la cubana Ella Fontanals, es hermana de José
Fontanals Pérez, ex director del Banco Nacional de Cuba, y asesor económico de los
Castro. Los nexos de Ella con su hermano no fueron sólo del pasado. Oswaldo, en
la citada entrevista, dijo que él facilitó por lo menos una visita discreta de Fontanals
a Caracas, para asistir al funeral de su madre.
Según la DEA, Fontanals acudía en Nueva
York a lugares donde se reunían los diplomáticos cubanos y, asimismo, los
narcotraficantes colombianos; entre ellos, Jemel Nassel de Lehder, ex esposa
del rey de la mafia colombiana, Carlos Lehder.
Hernández Cartaya participó en la
invasión de Bahía de Cochinos, lo capturaron, lo liberaron y entró a trabajar
en el Citizens and Southern Bank de Atlanta, hasta que montó su propio negocio.
El abogado de la WFC, Walter Surrey, ex
agente de la OSS, se quedó en la empresa hasta 1976. Surrey era también el
abogado de Ronald Stark, terrorista condenado en Italia por su actuación con las
Brigadas Rojas.
Antes de sus actividades terroristas, Stark
fue miembro de la Brotherhood of
Eternal Love,
fabricante de la mayoría de los alucinógenos en EEUU durante la década de los
70; hermandad considerada como “pionera” en el narcotráfico y lavado de dinero en
EEUU, el Caribe y Mesoamérica.
WFC fue desde el principio una
lavandería de narcodinero. En 1977 poseía 9 empresas y un banco en Miami, así
como subsidiarias en 8 países iberoamericanos. Unibank, su filial panameña, abrió
sucursales en las Antillas Neerlandesas, las Islas Caimán, Londres, los
Emiratos Árabes Unidos y Texas.
WFC obtuvo 2 millones
de dólares del Narodny Bank de Moscú en 1975. A juzgar por los hechos
conocidos, Hernández Cartaya hizo más que suficiente para merecerlo.
En sus primeros 7 años, WFC generó más
de US$ 500 millones de dólares en beneficios. Una mala gestión en los Emiratos
acabó con su solidez en 1977, les costó
a los inversionistas US$ 55 millones y obligó a Hernández Cartaya a huir del
país, provisto de un pasaporte colombiano falso. La investigación posterior
reveló que el National Bank of South Florida estaba involucrado en el narcolavado
de dinero, auto préstamos y varios otros
delitos.
Cuba hundida hasta el cuello en el
narcolavado de dinero
La WFC incluía entre su clientela a la hez
del bajo mundo financiero del continente. El representante colombiano de la
WFC, Jaime Mosquera, fue a la cárcel en 1982 por fraude. Una de las primeras acciones de la WFC
fue comprar un banco Según testimonio ante el Congreso de EEUU que investigó a
WFC, Hernández Cartaya era representante secreto del gobierno cubano, y le
ofreció una jugosa comisión al
presidente colombiano Alfonso López Michelsen para que cooperara con Cuba en
abrir las rutas norteñas del narcotráfico.
El Unibank de Panamá también compró las
armas de los sandinistas, antes que Daniel Ortega derrocara a Somoza en 1978.
Unibank mediaba el canje de armas por drogas, tanto en Venezuela como en
Colombia.
Hernández Cartaya iba a dónde lo
llevara el viento. Conforme a Peter Dale Scott y Jonathan Marshall[21],
el banquero cubano financió al terrorismo anticastrista de Orlando Bosch, a
Gaspar Jiménez hombre de confianza de Bosch arrestado en México en 1976 cuando
intentaba secuestrar al cónsul cubano en Ciudad de México. Pagó US$ 50 mil
dólares para que Jiménez escapara de la cárcel.
Scott y Marshall describen los nexos de
la WFC con los principales narcotraficantes, los cuales fueron múltiples y muy frecuentes.
Aseveran que la DEA demostró que uno de los colaboradores más allegados de
Hernández Cartaya trabajaba con Santos Traficante, el famoso capomafioso que
hizo de Cuba su propio feudo, antes de la Revolución. La financiera Dominion
Mortagage Corporation, propiedad de Traficante, registró sus oficinas en el
mismo domicilio de WFC. La DEA sostuvo, además que Enrique Argomaniz, empleado
de la WFC traficaba drogas y armas.
Gobiernos complacientes
En 1976, cuando Guyana cayó en default
y recurrió al Fondo Monetario Internacional en busca de créditos de emergencia,
se reunió con altos funcionarios del gobierno una delegación del Royal Bank of
Canadá. El banco insistió en que Guyana reorientara su economía hacia la
producción de cosechas de exportación,
frase eufemística para definir a los narco cultivos, para poderle otorgar los
préstamos solicitados
Entre 1982 y 1994, Pablo Escobar
Gaviria no sólo se convirtió en el icono del tráfico de la cocaína. También manejó
más de 10 millardos de dólares, fue electo congresista suplente, asistió como
invitado oficial a la toma de posesión de Felipe González en España, mandó a
asesinar a más de 4 mil personas y planeó y ejecutó el homicidio del candidato
presidencial a la Presidencia de Colombia, Luis Carlos Galán.
Durante su reinado, Colombia usaba como indicador sobre el estado de la
economía las alzas y bajas de la moneda nacional, pues el valor del cambio del
dólar bajaba o subía según la captura o no de alijos de cocaína. Por eso, en
Colombia, la droga creó una perversa, cotidiana y volátil prosperidad.
Los símbolos exteriores de la riqueza
mal habida resultaron evidentes, desde
lujosos vehículos todoterreno –como sucede hoy en Venezuela–, hasta propiedades urbanas y vacacionales de alto
valor en manos de quienes nunca habrían podido adquirir ni siquiera las chozas
donde habían nacido –lo que también sucede aquí–.
La “guinda del cóctel” fue un zoológico
de animales exóticos, ubicado en la finca de Escobar Gaviria, a pocos
kilómetros de Medellín. Allí celebraba fiestas que duraban hasta el amanecer,
regadas con las mejores bebidas del mundo y amenizadas por la orquesta de
bailes Los Melódicos, que traía en
aviones chárter desde Venezuela.
Los gobiernos de Belisario Betancour y
Virgilio Barco fueron, indudablemente, complacientes con el narcotráfico, pues
durante sus mandatos el Banco Central de Colombia cambiaba libremente los
dólares sin averiguar su procedencia.
Fue el presidente César Gaviria quien
le puso el cascabel gato. Cumpliendo sus órdenes, la policía arrestó a Escobar
Gaviria, y, tras su fuga y enconche, le ajustició el 2 de diciembre de 1993.
Contra viento y marea, Álvaro Uribe
Vélez, se las jugó por la ética, combatiendo el mal desde sus raíces más
profundas, que no eran sólo los forajidos de Escobar Gaviria, sino los
autoproclamados apóstoles de la guerrilla
castro–comunista, los chicos de las FARC y el ELN, controladores de todas las
zonas de producción y refinación cocaleras, y de dos tercios del territorio
nacional.
Al asumir la primera magistratura,
Álvaro Uribe Vélez fue recibido a morterazos –cuyos impactos aún podían verse
hace un par de años en el Palacio de Nariño-, pues la narcoguerrilla se había adueñado
de aldeas y caseríos a sólo 4 kilómetros del cerro Monserrate de Bogotá, los
gamines o niños de la calle eran entrenados para el oficio de sicarios de los
carteles y las FARC de Tirofijo Marulanda. Los jóvenes colombianos emigraban
por millares, a cualquier rincón del mundo donde sus pasaportes recibieran
visas.
Uribe Vélez realizó una extraordinaria
labor, llevando al borde de la extinción a las FARC, seguro como estaba que
Juan Manuel Santos, su Ministro de la Defensa, la continuaría al ser electo
Presidente.
Pero se equivocó. Poseído no se sabe de
qué espíritu[21],
se dedicó a concertar la paz entre las FARC y su gobierno.
Asegura Mary Anastasia O’Grady,
columnista de The Wall Street Journal:
Santos tardó seis años en firmar un
acuerdo al que los colombianos le dijeron “no” y apenas seis semanas para
reformarlo, olvidándose de su promesa que cualquier concertación con la
guerrilla tendría que ser aprobado por una consulta popular...[22] Así, el gobierno colombiano volvió a
ser complaciente, actitud que se coincide con el incremento de más de un 100%
del cultivo de la coca desde que comenzó Santos a concertar la paz.
Gobiernos “narcorruptos”
En Bolivia y Venezuela, ambas cúpulas
gubernamentales se abocaron definitivamente a promover, proteger y aprovecharse
del narcotráfico.
Bolivia, que a finales del Siglo XIX
era la joya de la corona de la Gran Colombia, bienamada por Simón Bolívar,
Antonio José de Sucre y José Antonio Páez, se nutre hoy de la cocaína refinada
y la pasta de coca que envía a Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. Los
bolivianos organizaron comunas en sus fronteras para elaborar el polvo, la
pasta y el bazuco, realizan las faenas a plena luz del día y hasta comentan libremente
esos quehaceres por la televisión regional.
¿A que se debió la involución de
Bolivia?
Al igual que Venezuela, sus gobiernos
cayeron en manos de subalternos sin moral
ni luces. Sobre uno de los 20 presidentes que tuvo Bolivia desde su
independencia, Gabriel García Márquez recoge una frase atribuida a su
progenitora: Si hubiera sabido que mi
hijo iba a ser presidente, lo habría mandado a la escuela[23].
El llamado Cartel de los Soles ha demostrado en
Venezuela, durante más de 20 años del régimen chavomadurista su función como
subalternos del narcotráfico –o, más bien, lugartenientes[24]
–, un entramado que el Foro de Sao Paulo
diseñó para la explotación de la droga.
Con soles y no
estrellas se determina el rango de la oficialidad en Venezuela, y así se les
identifica en sus prendas militares. Un sol corresponde a general de brigada o
contralmirante, dos a general de división o vicealmirante, cuatro a general en
jefe o almirante[25].
Como buenos
subalternos, los soles siempre fueron
pésimos estudiantes, pues se caracterizan por haber ocupado los últimos lugares
en sus estudios castrenses. Hoy compiten
por el récord mundial de corrupción, no sólo saqueando descaradamente las
empresas del Estado cuya dirección se les confía, sino ejerciendo el control
para que la droga y el dinero fluyan libremente por el territorio venezolano, y
los precursores y armas sin obstáculos lleguen a Colombia.
Empero, no sólo la
cúpula castrense maneja este infame negociado, sino que de la misma teta chupan
también oficiales de menor rango, sargentos y hasta rasos. Como en el resto del
crimen organizado, se necesitan chivos expiatorios que carguen con las culpas
de los alijos de droga y el dinero capturados, cuando se vayan a dar saludos a la bandera pues, para que
lleguen a sus destinos 100 Kg de droga, deben ser sacrificados unos 10 Kg.
Tampoco todos los
militares venezolanos pueden ser metidos en un mismo saco de gatos, pues
decenas de oficiales han perdido sus ascensos, carreras y hasta la libertad por
oponerse a este modus vivendi. Caso notable es el de los aviadores quienes, una
vez cumplido su servicio y accedido a los cursos de mejoramiento profesional
disponibles, discretamente se dan baja y se van fuera del país, para solicitar
trabajo en la aeronáutica civil, merced a la demanda de pilotos existente en el
mundo, especialmente en EEUU y la Unión Europea.
En conchupancia con el
régimen comunista y el Cartel de los
Soles, están los boliburgueses, variopinta multigeneracional que va desde
algunos empresarios enriquecidos al amparo de la IV República –principalmente
banqueros, importadores y dueños de medios– hasta la boliburguesía y
los bolichicos[26]. Todos
estos grupos emergentes necesitan lavar sus inconfesables ingresos, y lo hacen
a través de un polígono que une a Caracas, La Habana, Panamá y Miami.
Venezuela padece hoy de una crisis
humanitaria, por escasez de alimentos y medicinas. Nadie sabe qué puede pasar
una migración que ya va por 3 millones de personas, y con una avalancha prevista
de 4 a 6 millones de refugiados mas hacia los países vecinos.
Según la ONU, Venezuela superó con
creces los niveles mundiales de inflación e inseguridad. La República está
despedazada, el desorden generalizado, tolerado y hasta promovido por el
Ejecutivo Nacional, convirtió a Caracas en una de la ciudades más
embochinchadas, inseguras y sucias del planeta, y hoy se reconoce que el 80% de
los venezolanos volvió a la pobreza crítica y extrema, pues las cifras
suministradas a las FAO por el régimen fueron manipuladas:
A
pedazos se cae el país. Los bachaqueros [27]
se adueñan de Sabana Grande, la gente hace sus necesidades en la calle, invade
terrenos, construye ranchos junto a la autopista. Todos esgrimen idénticos
mensajes: la necesidad económica, la razón social, el mismo que les repiten sus
gobernantes. Abiertamente se proclama que las sentencias judiciales y amparos
deben ser cumplidas, aunque sean injustas, según la interpretación del juez, el
funcionario, el partido. Nunca en los famosos 40 años de la IV República el
país soportó tal descomposición, pese a que ahora permanezcan callados quienes
tanto hablaban de “anomia moral”. El auge de la inseguridad tiene está
relacionado directamente con esa descomposición, con la inexistencia de la ley,
la impunidad de todo tipo, intelectual, política y legal.[28]
Según el pensamiento estratégico chino,
que tanto atrajo a Chávez–: Si las
instrucciones no están claras, si las órdenes no han sido explicadas, tiene la
culpa el comandante. En cambio, si las instrucciones están claras y las órdenes
han sido explicadas, mas no se ejecutan conforme a la observancia, los
oficiales son los responsables[29] O como dicen los latinistas: Nadie puede alegar en su descargo su propia
torpeza.
Venezuela, que recibió durante el boom
petrolero de comienzos del siglo XXI US$ 300 millardos, 10 veces más que Europa
Occidental entre 1948 y 1961 por el Plan Marshall, según Asdrúbal Oliveros y
Gabriel Villamizar [30], hoy adeuda más de US$ 249 millardos,
casi lo mismo que obtuvo con el oro negro a más de 100 dólares el barril, y ha
caído, técnicamente, en default[31].
Nadie responde a la pregunta, ¿a dónde se
fue tanto dinero? El fiscal general nombrado a dedo por órdenes de Cilia
Flores, Tarek William Saab ha detenido a unos cuantos involucrados en el
affaire de la Faja Petrolífera del Orinoco. Pero se trata sólo de “un millardito”
de dólares, y los aprehendidos no son santos de la devoción de Maduro.
Venezuela fue expulsada de Mercosur por
violar principios democráticos fundamentales como el respeto a los derechos
humanos, el imperio de la Ley, la independencia de los poderes públicos y el
sometimiento a la Constitución; se salió de la OEA, la Comunidad Andina y el
G–3; muchos funcionarios de alta jerarquía figuran en las listas de los más
buscados por la CIA, la DEA e Interpol; los miembros del gobierno han sido
sancionados por Canadá, EEUU y la Unión Europea. Esta es la cosecha que el
narcotráfico le ha deparado al que fuera uno países más rico de Sudamérica,
lanzándolo a un abismo cuyo fondo aún no se vislumbra.
Entre crímenes violentos y pacientes
muertos por falta de medicinas, ya van 600 mil bajas. Para resolver el
problema, la ilegal Asamblea Constituyente aprobó una Ley contra el Odio que
penaliza hasta con 10 años de presidio, según la discrecionalidad del burócrata
o juez encargado de aplicarla, toda crítica pública que incite a la violencia.
El psiquiatra Jorge Rodríguez, hermano de la ahora Vicepresidenta de la
República y Expresidenta de la Asamblea, fue nombrado Ministro de
Comunicaciones e Información para vigilar que se cumpla la ley en los medios
masivos, y prometió hacerlo en los interactivos a través de una avanzada tecnología.
Debe referirse Rodríguez al cepo
instalado en China, que impide que todos los medios democráticos publiquen sus
páginas Web y otras informaciones en esa nación, salvo The New York Times[32],
siempre que no mencione los temas prohibidos: las manifestaciones contra el
gobierno y las referencias al Tíbet. O las fake news que Rusia TV y la Agencia Sputnik
lanzan impunemente a diario.
Final
Publiqué esta investigación en mi blog,
terminando el 2017. Desde entonces ha pasado un amazónico caudal a bajo los
puentes, especialmente aquellos que cruzan los ríos Atabapo, Guainía, Orinoco y
Táchira, por donde estará entrando, a raudales, la ayuda humanitaria para salvar
la vida de centenares miles de venezolanos, condenados a muerte por el
narcorégimen de Maduro.
De acuerdo con “La Prensa de Lara”[33],
Érika Guevara Rosas, Directora para las Américas de Amnistía Internacional (AI),
presentó en Caracas un informe intitulado, “Hambre, miedo y represión”, donde
se denuncia violación la de derechos humanos en Venezuela –detenciones
arbitrarias, abusos policiales, acciones extrajudiciales entre otros delitos– ,
y se responsabiliza a Nicolás Maduro donde le responsabiliza por las “ejecuciones
selectivas” de manifestantes que se registraron en enero del 2019 durante las
protestas antigubernamentales.
El informe concluye que fuerzas de
seguridad venezolanas “bajo la línea de mando de Nicolás Maduro, ejecutaron a
personas, usaron fuerza excesiva y detuvieron arbitrariamente a cientos de
ellas, incluyendo adolescentes, en una escalada de su política de represión
para controlar a la sociedad venezolana”.
Añade AI que, entre el 21 y el 25 de
enero pasado, cuando comenzaron las protestas callejeras contra Maduro como “usurpador”,
al menos 41 personas fallecieron, “heridas todas ellas por de armas de fuego”, y
más de 900 fueron “detenidas arbitrariamente”.
En una entrevista posterior, que Guevara
Rosas concedió a Fernando del Rincón, ancla de CNN[34],
agregó que el informe culpaba directamente a Maduro y que, tanto él como sus
subalternos, estaban sujetos a crímenes de lesa humanidad, cuyos delitos son
imprescriptibles. Además, ante una inquietud del periodista por la inmovilidad
de los organismos multilaterales para actuar en estos casos, Guevara Rosas
afirmó que, partiendo del hecho de que estos delitos no sólo carecen de fecha
de caducidad, sino que, también, son “extraterritoriales” –pues los tribunales
penales de cualquier país pueden detener y procesar a los sospechosos según sus
propias leyes–, AI había solicitado a varias naciones proceder en consecuencia.
El informe resalta lo siguiente:
“Autoridades estatales llevaron a cabo las ejecuciones extrajudiciales
selectivas como método de control social a través de la Policía Nacional
Bolivariana (PNB), principalmente de sus Fuerzas de Acciones Especiales (FAES),
contra personas que participaron de alguna forma en las protestas”.
Así es que, a mi entender, el cepo se
estrecha cada vez más sobre Maduro y su “Corte de los Milagros”, y éste abarca desde
el más alto nivel hasta las “avispas negras”, el abominable ejército de
mercenarios que incluye desde militares de Bolivia y Cuba, guerrilleros de las
FARC y el ELN y terroristas de Al Qaeda hasta soldados iraníes.
Es sincrético –pues, a estas alturas de
mi vida, me resulta creer en coincidencias–, que mientras Alfonso Cuarón se dispone a recibir uno o varios premios
Óscar, para añadirlos al abultado ramillete conseguidos con su película “Roma”;
Juan Guaidó, contra toda esperanza, llega a la frontera colombo–venezolano, con
un voluntariado que representa lo mejor de Venezuela para recibir medicinas y
alimentos para los más necesitados.
¿Y
por qué lo veo sincrético? Porque –sin desmeritar en nada la obra del cineasta
mexicano–, Cuarón debe agradecerle a Donald Trump la fama mediática obtenida
por “Roma”, en buen porcentaje creo, al proyectado muro fronterizo. Y Guaidó también,
pues, ¡al fin!, un presidente estadounidense decidió fumigar las sabandijas y
eliminar las malas hierbas de su “patio trasero”. O, al menos, es lo que Trump ha
dicho.
Los
caminos se bifurcan –como diría Jorge Luis Borges– porque es que el film de
Cuarón fue producido en blanco y negro, y la historia que Guaidó propuso es
recuperar los colores de nuestra bandera, saliendo de la monocromía de miedo, hambre y represión, como acertadamente
define AI al régimen de Maduro.
Y es que los mandatarios foropaulistas de Argentina, Brasil, Colombia,
Chile, Ecuador, El Salvador, Paraguay y Perú han sido substituidos por líderes
que les han vencido en elecciones inobjetables. A Lula, el fundador del Foro,
le esperan más de 20 años de cárcel por el escándalo “lavajato”, cuyos tentáculos
también se cerraron sobre Cristina Kirchner y el matrimonio Humala. Rafael Correa
es fugitivo de la justicia penal ecuatoriana, y se ha refugiado en Bélgica. Michelle
Bachelet, la consentida de Hugo Chávez, vive en Suiza por cuenta de la ONU, y,
aunque ese sea su trabajo, no se quiere enterar sobre las felonías de Maduro.
Tabaré Vásquez cambio de opinión cuando su recibió un mensaje desde Caracas, más
o menos en estos términos: “¿Quieres cobrar con el gobierno transitorio, o paso tu
deuda a acreencias no prescritas?” Los salvadoreños estrenan nuevo presidente
en mayo, bien lejos de Castro, Morales y Ortega.
¿Y AMLO? Bueno, por ahí anda, pero con una
diferencia. En Venezuela, sólo hay un Lorenzo Mendoza –para los que no le
conocen, el dueño de Industrias Polar, quien nos da la Harina Pan, “el pan
nuestro de cada día”–. En México hay varios Carlos Slim, miles de multimillonarios
en pesos y dólares y decenas de miles de millonarios, que no están nada dispuestos
a jugárselas con el Socialismo del Siglo XXI, ni con ningún otro socialismo,
pues la historia de la nación azteca revienta por los fracasos de tales regímenes.
En España, también el foropaulismo, introducido por José Luis
Rodríguez Zapatero y su carnal Pablo Iglesias –financiados, ¡claro está!, por Chávez
y Maduro– se ha ido a la mierda. Pedro Sánchez, cuya mejor obra de gobierno, en
siete meses, es el “Manual de resistencia”, una autobiografía que no es suya,
porque tampoco la escribió él –a diferencia del coronel de García Márquez, Sánchez
si tiene quien les escriba, gasta sus tesis de grado y doctorado–.
En “Manual de resistencia”, para
incomodidad del Rey la Reina, Sánchez asegura ser alto pana del Rey: “Enseguida
(Felipe VI y yo) nos reconocimos mutuamente como las personas que íbamos a
sacar al país del riesgo del bloqueo. Conectamos de forma especial, confiamos
el uno en el otro y se estableció una relación muy franca. Hablábamos por
teléfono de manera regular. Una corriente de confianza mutua se estableció
entre nosotros. (...) una relación de complicidad que superó, y sigue superando
a día de hoy, lo institucional” [35].
Aparentemente, lo que nunca Sánchez entendió sus éxitos no se deben a que su partido
haya sido “socialista” u “obrero”, sino a que es “español”.
Por lo cual volveremos a ver la vida a
full color, sin la ominosa presencia de la empresa Narcotráfico, Inc.
Bibliografía
@AdrianBlancoR, 05/11/17
antilavadodedinero.com, 19/02/2016
Blog: http://ticsddhh.blogspot.com/
CNN en Español, 12/02/19
Peter Dale Scott y Jonathan Marshall: Cocaine Politics: Drugs, Armies, and the CIA
in
Central America,
University of California Press, Stanford, 1991.
Daniels, Diana: Mapa de riesgos para periodistas, Colonial Press, Miami, 2007-
Gabriel García Márquez: El otoño del patriarca.
Jim Garrison: On the Trail of the Assassins, Sheridan Square, New York, 1988.
laprensalara.com.ve
Lyndon Larouche: Narcotráfico, S.A, 1978.
Penny Lernoux: In Banks We Trust, Penguin Books, 1984
Fausto Masó: El método del discurso; en Diario
El Nacional, (26/05/01)
Andrés Openheimer: Cuentos Chinos, 2005.
Revista Semana (Cuatro entregas sucesivas): Bogotá, Noviembre de 2016
Juan José Rivas Moreno: Pol Pot y el genocidio de Camboya,
12/01/2015
Sun Tzu: El arte de la guerra (1990)
vdeinteminutos.es/noticia
|
[1] Canción de
Luis Mariano Rivera, popularizada por Gualberto Ybarreto.
[2]
https://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/286766-precio-droga-crece-500-veces/
[3]
https://www.tvynovelas.com/mx/tv-y-novelas/cuanto-dinero-tiene-joaquin-chapo-guzman/
[4] Aldehídos y
cetonas, tóxicos presentes en la destilación primitiva o defectuosa del alcohol
absoluto.
[5] Propietario
también de destilerías en Escocia que fabricaban marcas con el whisky White
Label. Hoy la compañía pertenece a Bacardí, Ltd., siguiendo una política
internacional de las licoreras a fusionarse en oligopolios para concentrar su
poder.
[6] Seagram´s compró las acciones de Pernod Ricard, –empresa
franco–americana –involucrada en un escándalo con un bufete financiero de
Trinidad– y vendió parte de las suyas a Coca Cola, antes de pasar a ser
propiedad de la firma británica Diageo, líder mundial en bebidas alcohólicas,
con 8 de las 20 marcas más vendidas: crema de licor Baileys, ginebras Gordon's
y Tanqueray, ron Captain Morgan, tequila Cuervo, vodka Smirnoff, whisky
canadiense Crown Royal, whiskies escoceses
Johnny Walket y J&B .
[7] Lyndon
Larouche, Narcotráfico, S.A, 1978. Dado
que esta obra fue prohibida y recogida varias veces en muchos países, entre
ellos Venezuela, el autor ha liberado su descarga desde Internet.
[9] …
la cual agrupaba y era la máxima jefatura del MI5, el MI6, Servicio de
Inteligencia –SIS–, el Servicio de Ejecutivo de Operaciones Especiales –SOE– y el Servicio Político de
Guerra –PWE– para el Caribe Norteamérica y Sudamérica del Reino Unido.
[10] Lansky (1902–1983) creó el
sistema financiero de lavado de dinero de la mafia en EEUU. Junto a Charles
Lucky Luciano, fue uno de los principales referentes del crimen organizado
judío–estadounidense durante el siglo XX.
[11] Bloomfield
(1906–1984), abogado y comerciante, fue un reconocido líder de la comunidad
judía canadiense.
[12] Kuhn, Loeb
& Company financió ferrocarriles en expansión y compañías como Western
Union y Westinghouse, convirtiéndose así en el principal rival de JP Morgan
& Company, pero no pudo adaptarse al ritmo y la velocidad de los cambios
del mercado después de la guerra. En 1977, la empresa se fusionó con Lehman
Brothers, y fue adquirida, a su vez por American Express en 1984Jim Garrison,
On the Trail of the Assassins, Sheridan Square, New York, 1988.
[14] Creo
que las cifras de la ONU, más que conservadoras,
intentan ser tranquilizadoras para no
alimentar fuegos mediáticos. Según la DEA, el 20% de la población de EEUU era o
es narco–adicta, y esa cantidad, sumada sólo con la de la Unión Europea, se
acerca a los 40 millones de adictos, tan solo en referencia a la cocaína y sus
productos derivados.
[15] El mayor exportador de
acetona durante la última década del siglo pasado y la primera del presente ha
sido Alemania. Supongo que los fabricantes germanos conocerán el uso final que sus
compradores le dan al producto, y sabrán calculado cuánta acetona hace falta para
esmalte de uñas, y cuánta para otros usos. Esta misma “doble moral” se aplica a
bancos como Citibank, JP Morgan y Wells Fargo la Fiscalía de Ciudad de México
acusó de lavar dinero en el caso de las metanfetaminas,
[16] Juan José
Rivas Moreno: Pol Pot y el genocidio de
Camboya, 12/01/2015
[17] Oxfam es una agrupación
internacional formada por 17 ONG que proveen ayuda humanitaria a 90 países. Fue
fundada en Oxford en 1942, para paliar los devastadores efectos de la II Guerra
Mundial entre la gente de menores recursos.
[18] Entre
los accionistas de Philip Morris se cuentan el presidente Donald Trump y Carlos
Slim, el empresario mexicano considerado por la Revista Fortune como “el hombre
más rico del mundo”.
[19] Lyndon
Larouche, Op. Cit.
[20] Penny
Lernoux: In Banks We Trust, Penguin
Books, 1984
[21] Peter Dale Scott y Jonathan
Marshall: Cocaine Politics: Drugs,
Armies, and the CIA in Central America, University of California Press,
Stanford, 1991.
[22] Según sus
opositores, Santos, al igual que Maduro, fue siempre un “topo” comunista. Revista Semana, Bogotá, 2016
[23] Gabriel
García Márquez: El otoño del patriarca.
[24] En el narcotráfico es el Deputy Chief (segundo jefe). Los
Carteles precisan de 2 jefes para realizar sus tareas. El principal es quien
ejerce la representación institucional, da el visto bueno a los proyectos
y firma los escritos importantes. Es
quien representa a la organización hacia afuera. El segundo jefe se encarga el
trabajo interno, da la cara hacia dentro. Es quien atiende los asuntos menores
y de rutina y coordina el funcionamiento interno del cartel. Cuando el jefe
principal no puede activarse, actúa como
sucesor en la cadena de mando.
[25] Aunque
tampoco se sabe ahora cómo quedó el orden jerárquico, pues fueron creados
nuevos cargos: el de “mayor general” –quizás por la insuficiencia de brigadas
para atribuírselas a los coroneles que ascienden– y la de “almirante en jefe”,
cuyo significado realmente se me escapa pues parece redundante
[26]
Pertenecientes a la Generación del
Milenio, hijos de familias bien, “venidas a menos”, que decidieron olvidar
sus valores y dedicarse a vivir de la corrupción.
[27] Antiguos buhoneros, hoy
vendedores de alimentos, medicinas y productos escasos a precios de mercado
negro.
[28] Masó, Fausto: El método del discurso; en El Nacional. (26/05/01).
[29] Tzu, Sun: El arte de la guerra (1990).
[30] US$
249.523 millones al cierre de 2014, de los cuales US$ 121.688 millones
correspondieron a endeudamiento del gobierno central –bonos de deuda interna y
externa, letras del tesoro y préstamos con multilaterales–, US$ 46.153 millones
a la deuda financiera de Pdvsa –denominada en su totalidad en dólares–, US$
19.564 millones a financiamientos obtenidos del Fondo Chino, US$ 11.359
millones por expropiaciones y nacionalizaciones no canceladas y US$ 23.443
millones a deuda no financiera de Cadivi–Cencoex –divisas para importaciones,
dividendos, renta y servicios aprobadas pero no liquidada.
[31] US$
249.523 millones al cierre de 2014, de los cuales US$ 121.688 millones
correspondieron a endeudamiento del gobierno central –bonos de deuda interna y
externa, letras del tesoro y préstamos con multilaterales–, US$ 46.153 millones
a la deuda financiera de Pdvsa –denominada en su totalidad en dólares–, US$
19.564 millones a financiamientos obtenidos del Fondo Chino, US$ 11.359
millones por expropiaciones y nacionalizaciones no canceladas y US$ 23.443
millones a deuda no financiera de Cadivi–Cencoex –divisas para importaciones,
dividendos, renta y servicios aprobadas pero no liquidada.
[33]www.laprensalara.com.ve/2019/02/amnistia-internacional-responsabiliza-a-maduro-por-delitos-de-lesa-humanidad/
[34] Conclusiones,
CNN en Español, 12/02/19
[35]www.20minutos.es/noticia/3568736/0/mejores-frases-libro-pedro-sanchez/#xtor=AD-15&xts=467263