El día en que Colombia nos invadió
Guerras
reales y virtuales
El concepto juego de
guerra –del inglés wargame y
éste, a su vez, del alemán Kriegspiel–
describe aquella actividad que emula una acción armada de cualquier nivel
–guerrillera, sabotaje, táctica, estratégica o global– cuyas reglas simulan la
tecnología, estrategia, táctica y organización militares que serían empleadas
en condiciones reales sobre cualquier
escenario o teatro histórico, hipotético o fantástico.
Los juegos de guerra no implican uso de la violencia física.
Al contrario, son sólo simulaciones de combate o acción bélica, recreando
eventos pasados u operando sobre posibilidades novedosas.
Hay que diferenciarlos
de los videojuegos de guerra, aunque
algunos de estos últimos poseen los mismos componentes y estructuras de los juegos de guerra tradicionales, razón
por la cual las FFAA de muchos países, entre ellos EEUU, adaptan sus software
para adiestrar a sus tropas y planificar batallas.
Los juegos de guerra
son casi tan viejos como la misma guerra.
Ha pruebas de su existencia desde el Antiguo Egipto. Algunos de ellos
generaron la abstracción mental requerida para desarrollar la táctica castrense, como el chaturanga–pionero hindú
del ajedrez–,las damas chinas y el GO[1].
Inspirándose en el ajedrez, Helwig, maestro de pajes del
Duque de Brunswick, creó un juego de emulación de batallas en 1780 muy similar
al concepto moderno de juego de guerra comercial. En 1795, Georg Vinturinus,
escritor militar de Schleswig, desarrolló una versión más compleja de este
juego basándose en un territorio que representaba la porción de terreno entre
Francia y Bélgica.
En 1824 el teniente Von Reisswitz del Ejército prusiano,
publicó un sistema para entrenamiento militar y planificación estratégica, al
que llamó Kriegspiel. En este diseño
se utilizaban mapas militares, un árbitro, tablas de probabilidad y reglas
detalladas para resolver los conflictos. La idea de Kriegspiel fue aceptada por
el ejército alemán y, gracias a ella, se produjo la derrota aplastante del Segundo
Imperio Francés (1870).
Muchas otras naciones atribuyeron al Kriegspiel el éxito fulgurante alemán en la Guerra Franco-Prusiana.
Los oficiales W.R. Livermore y C.A.L. Totten del US Army establecieron sus propias versiones Los wargame derivaron del entrenamiento
militar al ámbito lúdico y comercial con la publicación de Little Wars –Pequeñas guerras–,
un juego de soldados para niños cuyo autor fue H. G. Wells (1913). Este
pasatiempo derivó hacia el mercado adulto con soldaditos de plomo. Aunque en
estos primeros juegos cada miniatura representaba un sólo combatiente, pronto
comenzaron a construirse batallones y unidades enteras.
A raíz de la I Guerra Mundial y las horribles pérdidas
sufridas por lo combatientes, las cúpulas militares del mundo entero
entendieron que tenían que reevaluar y reconstruir sus doctrinas para poder
pelear exitosamente en los futuros escenarios. Esta convicción se acentúo al
final de la II Guerra Mundial, y, de alguna manera, permeó a las academias
militares iberoamericanas.
La
hipótesis venezolana
Surgieron hipótesis, basadas en extrapolaciones de la
geofagia[2]
y la geopolítica[3],
para evitar o neutralizar guerras como las del Chaco y despojos territoriales
como los sufridos por Venezuela en el Alto Apure, el Esequibo y la Goajira.
Merced a que los límites entre Brasil y Venezuela fueron fijados de amistoso y
mutuo acuerdo en la década de los sesenta, gracias a los descubrimientos de las
fuentes del Orinoco por la expedición franco–venezolana comandada por el
general Frank Rísquez Iribarren, se descartó que el vecino del sur pudiera ser
peligroso a futuro. Las variables se circunscribieron entonces a Colombia y
Guyana.
El
abandono fronterizo
Desde que el régimen castro–comunista de Hugo Chávez –y por
instrucciones expresas de Fidel Castro–, cesó la cooperación entre los
ejércitos de Colombia y Venezuela, destinada a eliminar a las narco–guerrillas
del ELN y las FARC. Por otra parte –y también por mandato de La Habana–, se
dejó a la buena de Dios la frontera de Guyana.
Estas medidas antipatrióticas tuvieron como resultado que
Guyana enajenara una porción de la plataforma continental de Venezuela para la
explotación petrolífera de la Exxon, por una parte; y que cundieran el
narcotráfico, el secuestro y la extorsión a los niveles insoportables que hoy
padece la cuna del Libertador.
Dentro de la ideología militar marxista que William Izarra
escribió como doctrina del MRB 200 –hoy PSUV y partidos satélites– todo lo
anterior estaba previsto, escrito como Plan
de la Patria –en caso de que triunfara el golpe del 4–F y sellado como
pacto de honor entre Chávez, Lula y Fidel en el Foro de Sao Paulo de 2005 como
efecto vinculatorio de las elecciones en Iberoamérica.
Empero, las ex FFAA de Venezuela lograron, al menos, mantener
la operatividad de dos divisiones desplegadas en la frontera con Colombia.
¿Para qué? Para enfrentar una posible invasión del ejercito colombiano
–supuestamente apoyado por el de EEUU–, cuyo primer objetivo sería invadir y
escindir la región zuliana del resto del país.
Día
de infamia
Hace poco más de dos semanas –no doy fecha ni hora exactas
porque es parte de la información que desconozco–, la hipótesis se cumplió.
Colombia invadió, ocupó y tomó bajo su comando al Estado Zulia… al menos
virtualmente. En este wargame, la fuerza
aeronaval sita en Aeropuerto Hato de Willemstad, Curazao, bombardeó e hizo naufragar
a una fragata rusa que navegaba en aguas trinitarias y que se dirigía,
presuntamente, a Venezuela.
Lo más sorprendente del caso fue que Venezuela no reaccionó,
y perdió el juego por forfait. ¿Porqué se quedaron los milicos con los brazos
cruzados? Algunos sugieren que fue porque ni se enteraron, lo cual no debe ser cierto,
ya que, además de sus propios sentidos, cuentan con el apoyo tecno–logístico
de China, Irán y Rusia. Otra especulación apunta que hubo la idea de generar
una crisis interna en la FAB, como la ocurrida cuando a Maduro le echaron el
cuento, y procedió a ordenar, histéricamente, unas maniobras para contra una
invasión que ya había ocurrido.
Lo que si pasó es que Guayana avanzó, instalando tres nuevas
avanzadas militares, no virtuales sino reales, en el Esequibo… el día en que
Colombia nos invadió …
[1] El GO –weiqi en
chino y baduk en coreano– es el juego
de mesa más antiguo del mundo, con 3 milenios de existencia y es originario de
China o del Himalaya. Introducido en el Japón en el siglo VIII, se convirtió en
el juego de la Corte, para extenderse pronto entre el clero budista y los
samuráis. A partir del siglo XVII Japón financió la profesionalización del GO,
dando pie a la creación de las escuelas de GO.
[2] Afición neurótica que algunos sienten hacia la
ingesta de tierra. Un concepto que se aplica, analógicamente, a la manía de
algunos estados nacionales por apoderarse del territorio de sus vecinos por
variadas razones.
[3] Ciencia que estudia la causalidad espacial de los
sucesos políticos y sus inmediatos o mediatos efectos de los mismos. Se nutre
especialmente de otras la historia, la geografía descriptiva y la geografía
política.