Co–chinadas y co–chinaditas
Luis García Planchart
Con el título de esta entrega, no me refiero únicamente al laboratorio de pestes ubicado en Wuhan, del cual salió el coronavirus cuyo desarrollo ha generado una histeria global –a la cual califico como terrorismo mediático–; una pandemia que, hasta ahora, no supera el número tolerable de difuntos –con el debido respeto y condolencias a sus dolientes–comparando su data con las del siglo XX y el año 2008, cuyo orígenes también se ubican en China; y una caída bajo cero del precio del petróleo.
Se trata de catástrofes contra natura, las cuales, finalmente, ocasionarán estanflación global, tan grave en cuanto que pudiera acercarse al gran crac de la Bolsa de Nueva York en 1929, y con todos sus colaterales imaginables e inimaginables.
¿Por qué acusar a China de la co–china creación del coronavirus? No por lo que señalan las redes sociales, muchos de cuyos “guerreros de escritorio” actúan de buena fe al manejar las teorías conspirativas, pero exhiben poco tino al razonar, quizás por justa ira o falta de información.
“Si la historia le pesa, libérese de ella”
Patrick Boucheron, historiador francés (cita y foto cortesía de Infobae)
Por información, apunto a la del escritor estadounidense Dean Koontz, quien, en 1981, publicó “Los ojos de la oscuridad”, novela donde vaticinaba, “alrededor del año 2020”, la irrupción de un arma biológica denominada “virus Wuhan-400”. Y correlaciono su narrativa con la opinión del historiador francés Patrick Boucheron, quien ofreció una esclarecedora y reciente rueda de prensa en Buenos Aires.
Boucheron afirma que: “Si la historia le pesa, libérese de ella (pues)…todas las situaciones políticas que vivimos o vamos a vivir fueron vividas antes, y la enumeración de posibles problemas finalizó hace mucho tiempo. Por ejemplo, desde el punto de vista político, lo importante hoy en día es, ¿cómo ceder a la tentación de un gobierno autoritario? ¿Cómo puede ser que sociedades muy desarrolladas abandonen, de manera deliberada y plenamente consciente, su voluntad pública? Eso, sin embargo, ocurrió muchas veces en la historia… las sociedades vivieron (desde el Siglo XIII) una "fatiga democrática". En cierto momento, se hartaron (de la híperdemocracia). En mi libro, “Conjurar el miedo”, estudio ese momento de distensión, el momento en que una sociedad baja la guardia. He aquí de pronto aparecen unos unos señores, que nos prometen la paz y el orden. ¿Por qué no ceder ante ellos? Podemos probar, podemos tantear la experiencia señorial de un gobierno autoritario…”
¿Cuál es la diferencia entre Xi Jinping y Mao Zedong?
Jinping, el poder ominpresebte y omnisciente sobre 1.300 millardos de espíritus
¿Y quienes serían estos fantasmas que surgen del pasado, prometiéndonos hoy “paz y orden” a cambio de nuestras libertades? Entre ellos, Xí Jinping, secretario general del Comité Central del Partido Comunista, presidente de la Comisión Militar Central y, desde el 14 de marzo de 2013, presidente de la República Popular China. Pero no es el único –¡ojalá lo fuese! –. En la lista figuran Georges Soros, CEO del Club de Bildenbergg[1], y la pareja de William y Linda Gates, “benefactores” de la obra social de la Organización Mundial e la Salud, quien, entre otros logros maravillosos ha establecido un protocolo para acabar con la malaria –el cual pretende emplear en esta pandemia del coronavirus–. Advierto que tal protocolo no ha sido más exitoso en la práctica que encender espirales Plagatox o usar mosquiteros.
¿Qué más quiere un mandatario como Jinping, quien, posee poder omnipresente y omnipotente sobre 1.300 mil millones de espíritus? Se me ocurre que extenderlo al resto de los siete mil millones aún fuera de su control. ¿Para qué? Es una respuesta que dejo a los psiquiatras y psicólogos que estudian las sicopatías. Ídem respecto a Soros y los Gates.
Pero la efectiva forma que Jinping emplea en sus co–chinadas –mentiras, medias verdades, fake news y desinformación– es muy bien conocida en el mundo.
Sobre las mentiras chinas, Eulalio Ferrer Rodríguez, el capitán más joven del Ejército Republicano Español, prisionero en un campo de concentración franquista y emigrado a México. Al haber renunciado al comunismo y a su ciudadanía de gachupín y rehecho su vida su vida como manito, escritor, publicista y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, les hizo un seguimiento a sus antiguos camaradas en el extraordinario libro: “Por el ancho mundo de la propaganda política”.
Veamos algunos fragmentos.
Pare de sufrir: un milagro maoísta
Según información de la AFP, fechada en Pekín el 22 de mayo de 1969, una campesina china de 25 años de edad fue operada con éxito de un enorme tumor intestinal, el 15 de enero, el hospital de Taiyun, gracias al poder de pensamiento del presidente Mao Zedong. La primera dificultad con que tropezaron los médicos fue la imposibilidad de diferenciar los tejidos sanos de s los enfermos. El grupo de adoctrinamiento político se reunió con los cirujanos y les pidió se inspirasen en la siguiente cita de Mao: “Nuestro ejército tiene un espíritu indomable y está determinado a vencer a todos sus enemigos". Ante tal admonición, los galenos se entusiasmaron, y repitieron al unísono la clásica cita de Mao: "Superemos todos los obstáculos y obtengamos la victoria".
Seguidamente, repasaron la carta anatómica, procediendo a la exitosa ablación del tumor.
El 21 de julio de 1971, la "Gaceta Literaria", órgano oficial de los escritores soviéticos, apareció nota titulada "Los milagros continúan", donde se aseveraba que a Mao se le veneraba como si fuera Dios, y que el “Culto a Mao” tenía todas las características de una religión, tales como “la creencia en el ser infalible y las curaciones por medio de la fe”. El comentario añadía: “Todo tipo de milagros ocurren hoy en China. Hay curaciones inexplicables, por ejemplo. las de sordomudos que empiezan a cantar en un coro. Y remedios morales, como cuando un vendedor se roba ropas de su tienda, pero las devuelve después de leer pasajes de las obras de Mao. No importa qué párrafo lea usted –sigue el artículo–, la misma frase puede curar la ceguera, aumentar el rendimiento de las cosechas o vencer a sus enemigos. Los milagros se han convertido en parte característica de la ideología dominante. Para decirlo mas claramente, no se trata ya de una ideología, si no de misticismo”.
Mao batió el récord olímpico de natación a distancia
Entre las afirmaciones más insólitas de lo propaganda china, resalta la historia divulgada a fines julio de 1966, según la cual Mao habría roto el récord olímpico de natación, de 4 horas, atravesando a nado, a sus 73 años de edad. el río Yang–Tsé –unos 15 km de recorrido– en una hora y cinco minutos. La Agencia Informativa Nueva China se encargó de recordar, además, que Mao ya había atravesado tres veces el Yang–Tsé a nado. Ante lo cual, el Comité Olímpico de Canadá invitó al jerarca a participar en dos competencias de 15 km, que tendrían lugar en Ontario y en Quebec, con muy valiosos premios. Pero Mao, quien supuestamente se habría quedado “mamao” tras su hazaña local, no aceptó el reto.
Entonces, y desde el punto de vista de las libertades y derechos humanos, ¿en qué ha cambiado hoy China con Xí Jinping?
Co–chinadas y co–chinaditas
Y, a tí, ¿que te ha hecho el Presidente Trump?
Una co–chinadita es la actitud de muchos de mis paisanos que viven en EEUU contra el presidente Donald Trump. Es como si, con sus respectivas diferencias de contextos, a los venezolanos que viven en Colombia comenzaran a denostar contra el Presidente Iván Duque.
No es sólo sería el caso de Alejandra Oraá y otras de las chicas que trabajan en CÑN quienes –como el resto de los periodistas del canal informativo–, siguen la línea editorial que les fija Cynthia Hudson, ligada no sólo políticamente si no familiarmente con los demócratas. Es el de personas a quienes conozco y cuyo nombre me reservo, quienes cayeron en el “lavado de coco mediático”, y hablan horrores del primer mandatario yanqui.
Yo me permito preguntarles a todos y cada uno de ellos, ¿y qué carajo les ha hecho la administración de Donald Trump? ¿Les ha perseguido por ser venezolanos? ¿Les ha negado la residencia o nacionalidad cuando éstas procedían legalmente? ¿Les ha impedido dedicarse a algún negocio legítimo, o les ha impuesto alguna tasa adicional por ser quienes son? Entonces, no jodan. Puede que Trump sea un “son–of–a–bitch” –en el sentido coloquial que en EEUU se le da a dicho término– pero es nuestro “son–of–a–bitch”. Por eso, les pido que se liberen del peso de la historia, y no hagan co–chinadas ni co–chinaditas.
[1] Para quienes lo ignoran, esta organización supranacional pretende apoderarse del planeta, estableciendo una sociedad planetaria como la anticipada por Aldous Huxley y George Orwell en “Un Mundo Feliz” y “1984”, donde sólo un grupúsculo de titiriteros maneja a los miles de millones de títeres que integran la Humanidad.