Savater y Cabrera Infante
Acabo de leer un artículo de Fernando Savater sobre alguien a quien nunca conocí en persona, pero que tuvo la cortesía de enviarme, autografiado, su libro Tres tristes tigres, a través de un amigo común: Orlando Jiménez Leal.
Me refiero a Guillermo Cabrera Infante, uno de los mejores literatos que haya parido el Siglo XX.
Cabrera nació en Cuba, y como Jiménez, Bernardo Viera, Segundo Cazalis, mis entrañables amigos cubanos de siempre, cayó en la trampa de Fidel. Pero, asimismo, como ellos, tuvo el coraje de reconocer su error, y de partir al exilio.
Cabrera perteneció esos intelectuales que no capitulan frente a las ofertas de los forajidos de turno, por grande sea el poder que detentan y lo apetitoso de sus ofertas.
En cierta forma, Cabrera recuerda a Luis Buñuel, pionero del cine español, que se fue de su país porque estaba en contra de los comunistas de la Segunda República y de la dictadura que sobrevino causada por ellos y encabezada por Francisco Franco, Generalísimo por la Gracia de Dios; y de quien Pablo Almodóvar, el más premiado y cotizado director actual del cine español aseverara: Sin Buñuel, poco hubiéramos podido hacer ahora.
Cabrera Infante y Buñuel
Como el escritor japonés Ihara Saikaiku, Buñuel amaba la irreverencia y luchaba por la justicia social y contra la represión sexual, considerada por él hipócrita y atentatoria el derecho de todos a ser felices.
A diferencia de Saikaiku, la vida íntima de Buñuel fue ordenada, sencilla y hasta pacata: Se lo debo a la educación que recibí de los jesuitas, hasta que me expulsaron – confiesa en su autobiografía Mi último suspiro.
Buñuel emigró a Hollywood, y se hizo amigo de Charles Chaplin, quien le conocía por Un Chien andalou, película silente estrenada en Barcelona y que contara con la coautoría de Salvador Dalí,
Un día, Buñuel le propuso a Charlot que organizaran una orgía. Y Chaplin le preguntó:
⎯ Luis, ¿es que después de viejo te volviste maricón?
Y Chaplin escribe en su autobiografía: Moriré sin haber participado en una orgía.
De su extensa filmografía destacan tres largometrajes The young one (1960) filmado en el Sur de EEUU con la participación de Zachary Scott y la fotografía del Indio Figueroa, uno de los mejores camarógrafos del Siglo XX; Tristana (1970), protagonizada por la más bella diva de los setenta, Catherine Deneuve: y, sobre todo, Viridiana (1961), donde lanzó al estrellato a la mexicana Silvia Pinal y a los españoles Paco Rabal y Fernando Rey. Pinal era stripper en el Teatro La Blanquita de México,donde se desnuba ante 500 espectadores 5 veces a la semana. Rey sólo había hecho papeles sin importancia en el teatro español. Pero tenían un inmenso potencial, y Buñuel lo intuía.
Lo más curioso de The young one y Viridiana es que ambos filmes fueron editados y proyectados por primera vez fuera de las naciones donde se produjeron.
El primero de ellos, dialogado en inglés, es una crítica incisiva contra los EEUU durante el decenio de los 50 del siglo pasado, cuyos gobernantes sostenían que el establishment norteamericano equivalía a la felicidad, los escritos en contrario debían ser incinerados y la prosperidad era el valor supremo sino único del individuo.
En el segundo de ellos, Buñuel muerde la mano de quien le alimenta. Con toda saña, ataca, a la sociedad franquista cuyo Ministerio de Información y Turismo le había invitado a trabajar en España (y había pagado en parte los costos del filme), caricaturizando a sus valores y definiéndolos como antivalores.
The young one, procesado en los laboratorios Churubusco Azteca en México, es formalmente prohibido en 13 Estados de la Unión Americana. Viridiana, revelado y montado en Kodak Pathé de París, no puede ser exhibido en España, y a su autor se le demanda penal y mercantilmente.
Dije al principio de este escrito que Cabrera recuerda a Buñuel porque ambos desafiaron a los déspotas que oprimían y explotaban inicuamente a sus paisanos en el nombre de la ideología.
Y ninguno de los dos olvidó su gentilicio, ya que Buñuel hizo en Francia películas que le dieron todos los premios (como Tristana, por ejemplo) basadas en los relatos de Benito Pérez Galdós; y La Habana para un Infante difunto, la obra que le dio a Cabrera el Premio Cervantes, es la más cubana de todas.
Hoy la tiranía castrista pretende vindicar a Cabrera, porque la Revolución no ha logrado crear un intelectual de su talla ni fama. Ninguna dictadura puede hacerlo.
Buñuel y Solzhenitsyn
Joseph Stalin fundó en 1932 la Unión de Escritores Soviéticos para aplicar el socialismo científico a todo el ámbito creativo. Una cacería de brujas, prolongada hasta 1988.
Una de sus víctimas más connotadas fue Aleksandr Solzhenitsyn, sobreviviente de un campo de concentración siberiano y autor de El Archipiélago Gulag , quien no pudo regresar a Rusia ni recuperar su nacionalidad hasta la desaparición del régimen comunismo.
Buscar ayuda
Pese a su internamiento, destierro a perpetuidad y expatriación, Solzhenitsyn fue muy afortunado, porque otros artistas disidentes fueron recluidos en psiquiátricos y sometidos a horribles tratamientos, bajo la excusa de que siendo el maximalismo el sistema más justo y que produce mayor felicidad, hay que estar loco de bola para oponérsele.
Lo cual me lleva a otra verdad que parte de la naturaleza bestial-humana. Lo que yo creo y digo, la manera en la cual actúo y lo que siento es lo bueno, lo sano, lo normal. Lo que difiere de esta manera de ser, protagonizar y percibir está equivocado, mal. Es patológico. De manera que mi mejor recomendación para quien sea diferente (como asegura José Ortega y Gasset: Ser diferente es ser indecente) es que busque ayuda. Que implica mirar la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio.
martes, 27 de septiembre de 2011
viernes, 23 de septiembre de 2011
Amor verdadero
La intelectual sinrazón
Vladimir Ilich Lenin solía decir: Si hay algo en lo cual la masa no tiene razón, y sólo la tiene una número pequeño y elitista de personas es en el Arte.
Si se acepta este juicio, también debería ser cierto lo contrario: Son muy pocos losartistas que pueden observar a su propio entorno, los protagonistas del mismo y la interacción entre el uno y los otros, y emitir juicios objetivos sobre esta incesante actividad, especialmente en cuanto a la economía, la política y la sociología de la misma se refiere.
¿Y eso por qué? Por el significado que en su segunda acepción al vocablo Arte da el Diccionario de la Real Academia: Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros. Por la mismas demandas naturaleza de su oficio, el artista (músico, escritor, pintor, bailarín) es un ser subjetivo por excelencia, que aporta a esa virtud, disposición y habilidad para hacer algo (1ª acepción del DRAE) la impronta de su propia ficción, inseparable de su impulso creativo.
Esto de mirar al mundo subjetivamente y entender y proclamar lo se detecta al revés alcanza niveles increíbles escritores de la talla de Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, sin cuya existencia Latinoamérica se habría quedado en el estilo churrigueresco impuesto, por ejemplo, por Miguel Ángel Asturias y Alejo Carpentier, para quienes la literatura consistía en una sucesión ilimitada de metáforas e imágenes donde se perdía el hilo de la narrativa y, por ende, se traspapelaban el nudo, la trama y el desenlace.
La literaria incorrección
Desde luego, Asturias y Carpentier eran políticamente correctos, esto es, marxistas, en una época donde la izquierda era como el adjetivo que calificaba al intelectual progresista.
En cambio, Borges, el Gabo y Vargas Llosa han sido políticamente incorrectos.
El poeta bonaerense fue considerado toda su vida de derecha, más por omisión que por comisión pues en toda su obra no hay alusión o defensa a los valores tradicionales que configuran esa ideología en Iberoamérica. Al contrario, Borges fue hostigado por el régimen militar y fascista de Juan Domingo Perón quien, para someterlo a la chacota pública le sacó de la Biblioteca y le designó encargado de la producción avícola en su provincia, de la cual no tenía la menor idea.
El vínculo entre García Márquez y Fidel Castro demuestra el lado oscuro de la psiquis de un gran pensador, porque sabido es que él mismo fue víctima de la guerrilla comunista de Colombia, y continúa exiliado en México para preservar su vida.
Pero lo de Vargas Llosa es aún peor. Aunque cualquier persona tiene derecho a expresar su sentir en democracia, el haberse casado con la causa de Olianta Humala, actual Presidente de Perú, carece de cualquier sentido.
¿Quién le garantiza al Premio Nóbel de Literatura que su recomendado se va a mantener en el centro durante todo el período de su gobierno?
¿Cuál es la razón que el peruano aduce para apoyar a un militar en la Primera Magistratura de su país, dado el cruento, infame y nefasto desempeño de los uniformados como gobernantes, desde el sur del Río Grande hasta la Patagonia, durante más de 200 años de Independencia?
¿En que se diferencia esencialmente el candidato de Vargas en el 2010 a la caricatura del oficial peruano de 1973, personificada por el capitán Pantaleón Pantoja, misionado por la superioridad para manejar un burdel para satisfacer el ejercicio de la sexualidad de sus subordinados en la Amazonía?
El mismo Vargas confiesa que su motivo básico es el odio cerval, convicto y confeso que siente hacia la familia Fujimori. Entonces, ¡carajo!, ¿por qué no te dedicas a lo que mejor haces, y le escribes libro venenoso a tus cuasi paisanos japoneses como La fiesta del chivo, el que le dedicaste a Chapita Trujillo?
Pero el problema existencial de Vargas no se agota ahí. Ahora se mete a economista, y predice la caída de la Unión Europea a causa de la crisis griega y la falta de vocación y empeño para el trabajo de los españoles. Asegura que Alemania no se va a calar el que los ibéricos sigan disfrutando del número de días festivos que tienen, las subvenciones y sobresueldos que reciben y otras amenidades que nada tienen que ver con el mandato bíblico: Ganarás el pan con el sudor de tu frente.
En primer lugar, la UE sabía en lo que se metía al aceptar en su seno a Grecia, un país casi tan desordenado y mal gobernado como Venezuela. La crisis económica helena se debe a la corrupción, y en ella están presentes el soborno y el cohecho. Por lo cual hay que acudir a las instancias respectivas y enjuiciar a los culpables: las autoridades griegas y los banqueros europeos, especialmente los franceses.
En segundo lugar, Vargas debería tener la decencia de no opinar negativamente contra el país que le acogió en su voluntario destierro y le concedió la gracia de pasear por el mundo con un pasaporte que no necesita de muchas visas. Y de vivir en Londres, qué era dónde quería hacerlo, por razones que sólo él conoce y le incumben.
España (pese a lo que asevera Vargas) ha sido un socio leal, efectivo y eficaz en la UE. Ha castigado ejemplarmente a los financieros que se salieron de la raya (como sucedió con Banesto) y a los funcionarios públicos mala conducta (como pasó con el alcalde de Marbella, Julián Muñoz, y su ex esposa, la cantante Isabel Pantoja). Además, España se ha visto obligada a cargar con marginales indeseables venidos desde Hungría y otras naciones de la Comunidad, que han engrosado sus villas miseria y las filas de la prostitución y el crimen organizado.
La inexorabilidad del cambio
Esta reflexión sobre la miopía económica, política y social de un por mí admirado gigante de la pluma como lo es Mario Vargas Llosa, me lleva a recomendarle, a él y a todos los que vivimos del trabajo intelectual, que seamos muy cautos al decir lo que sentimos. Para no confundir aún más a las mentes sencillas que nos siguen. Para no seguir atizando en sus almas el odio, la confrontación y la lucha de clases. Para no crear fetiches y falsos dioses que no merecen siquiera ser tomados en cuenta. Para inducirles a encontrar esa partícula divina que mora en cada uno de nosotros. Para motivarles a que nos amemos como nunca los unos a los otros, sin condiciones vista la trascendencia de los cambios que a la Humanidad le impone su necesidad de evolucionar como especie y las trampas astronómicas y telúricas que la naturaleza ha montado para presionar esa transformación. A que demos el ejemplo practicando esa filosofía simple de vida, que es el amor verdadero.
Vladimir Ilich Lenin solía decir: Si hay algo en lo cual la masa no tiene razón, y sólo la tiene una número pequeño y elitista de personas es en el Arte.
Si se acepta este juicio, también debería ser cierto lo contrario: Son muy pocos losartistas que pueden observar a su propio entorno, los protagonistas del mismo y la interacción entre el uno y los otros, y emitir juicios objetivos sobre esta incesante actividad, especialmente en cuanto a la economía, la política y la sociología de la misma se refiere.
¿Y eso por qué? Por el significado que en su segunda acepción al vocablo Arte da el Diccionario de la Real Academia: Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros. Por la mismas demandas naturaleza de su oficio, el artista (músico, escritor, pintor, bailarín) es un ser subjetivo por excelencia, que aporta a esa virtud, disposición y habilidad para hacer algo (1ª acepción del DRAE) la impronta de su propia ficción, inseparable de su impulso creativo.
Esto de mirar al mundo subjetivamente y entender y proclamar lo se detecta al revés alcanza niveles increíbles escritores de la talla de Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, sin cuya existencia Latinoamérica se habría quedado en el estilo churrigueresco impuesto, por ejemplo, por Miguel Ángel Asturias y Alejo Carpentier, para quienes la literatura consistía en una sucesión ilimitada de metáforas e imágenes donde se perdía el hilo de la narrativa y, por ende, se traspapelaban el nudo, la trama y el desenlace.
La literaria incorrección
Desde luego, Asturias y Carpentier eran políticamente correctos, esto es, marxistas, en una época donde la izquierda era como el adjetivo que calificaba al intelectual progresista.
En cambio, Borges, el Gabo y Vargas Llosa han sido políticamente incorrectos.
El poeta bonaerense fue considerado toda su vida de derecha, más por omisión que por comisión pues en toda su obra no hay alusión o defensa a los valores tradicionales que configuran esa ideología en Iberoamérica. Al contrario, Borges fue hostigado por el régimen militar y fascista de Juan Domingo Perón quien, para someterlo a la chacota pública le sacó de la Biblioteca y le designó encargado de la producción avícola en su provincia, de la cual no tenía la menor idea.
El vínculo entre García Márquez y Fidel Castro demuestra el lado oscuro de la psiquis de un gran pensador, porque sabido es que él mismo fue víctima de la guerrilla comunista de Colombia, y continúa exiliado en México para preservar su vida.
Pero lo de Vargas Llosa es aún peor. Aunque cualquier persona tiene derecho a expresar su sentir en democracia, el haberse casado con la causa de Olianta Humala, actual Presidente de Perú, carece de cualquier sentido.
¿Quién le garantiza al Premio Nóbel de Literatura que su recomendado se va a mantener en el centro durante todo el período de su gobierno?
¿Cuál es la razón que el peruano aduce para apoyar a un militar en la Primera Magistratura de su país, dado el cruento, infame y nefasto desempeño de los uniformados como gobernantes, desde el sur del Río Grande hasta la Patagonia, durante más de 200 años de Independencia?
¿En que se diferencia esencialmente el candidato de Vargas en el 2010 a la caricatura del oficial peruano de 1973, personificada por el capitán Pantaleón Pantoja, misionado por la superioridad para manejar un burdel para satisfacer el ejercicio de la sexualidad de sus subordinados en la Amazonía?
El mismo Vargas confiesa que su motivo básico es el odio cerval, convicto y confeso que siente hacia la familia Fujimori. Entonces, ¡carajo!, ¿por qué no te dedicas a lo que mejor haces, y le escribes libro venenoso a tus cuasi paisanos japoneses como La fiesta del chivo, el que le dedicaste a Chapita Trujillo?
Pero el problema existencial de Vargas no se agota ahí. Ahora se mete a economista, y predice la caída de la Unión Europea a causa de la crisis griega y la falta de vocación y empeño para el trabajo de los españoles. Asegura que Alemania no se va a calar el que los ibéricos sigan disfrutando del número de días festivos que tienen, las subvenciones y sobresueldos que reciben y otras amenidades que nada tienen que ver con el mandato bíblico: Ganarás el pan con el sudor de tu frente.
En primer lugar, la UE sabía en lo que se metía al aceptar en su seno a Grecia, un país casi tan desordenado y mal gobernado como Venezuela. La crisis económica helena se debe a la corrupción, y en ella están presentes el soborno y el cohecho. Por lo cual hay que acudir a las instancias respectivas y enjuiciar a los culpables: las autoridades griegas y los banqueros europeos, especialmente los franceses.
En segundo lugar, Vargas debería tener la decencia de no opinar negativamente contra el país que le acogió en su voluntario destierro y le concedió la gracia de pasear por el mundo con un pasaporte que no necesita de muchas visas. Y de vivir en Londres, qué era dónde quería hacerlo, por razones que sólo él conoce y le incumben.
España (pese a lo que asevera Vargas) ha sido un socio leal, efectivo y eficaz en la UE. Ha castigado ejemplarmente a los financieros que se salieron de la raya (como sucedió con Banesto) y a los funcionarios públicos mala conducta (como pasó con el alcalde de Marbella, Julián Muñoz, y su ex esposa, la cantante Isabel Pantoja). Además, España se ha visto obligada a cargar con marginales indeseables venidos desde Hungría y otras naciones de la Comunidad, que han engrosado sus villas miseria y las filas de la prostitución y el crimen organizado.
La inexorabilidad del cambio
Esta reflexión sobre la miopía económica, política y social de un por mí admirado gigante de la pluma como lo es Mario Vargas Llosa, me lleva a recomendarle, a él y a todos los que vivimos del trabajo intelectual, que seamos muy cautos al decir lo que sentimos. Para no confundir aún más a las mentes sencillas que nos siguen. Para no seguir atizando en sus almas el odio, la confrontación y la lucha de clases. Para no crear fetiches y falsos dioses que no merecen siquiera ser tomados en cuenta. Para inducirles a encontrar esa partícula divina que mora en cada uno de nosotros. Para motivarles a que nos amemos como nunca los unos a los otros, sin condiciones vista la trascendencia de los cambios que a la Humanidad le impone su necesidad de evolucionar como especie y las trampas astronómicas y telúricas que la naturaleza ha montado para presionar esa transformación. A que demos el ejemplo practicando esa filosofía simple de vida, que es el amor verdadero.
viernes, 16 de septiembre de 2011
Del "Estado forajido" al "País de choros"
La señora Vima Rousseff, Presidenta de Brasil, al igual que su ilustre predecesor, el señor Luiz Inácio Lula da Silva, convencidos de que el Mundial de Fútbol del 2014 y las Olimpíadas 2016 sólo serán escenificables en su nación si se garantiza la seguridad personal de los millones de espectadores que asistirán a dichos magnos eventos, ya llevan un buen rato abocados a la tarea de eliminar –dar de baja, en el argot policíaco- a los cabecillas y activistas de las bandas que operan desde las favelas, bajo el imperio del narcotráfico.
El número de delincuentes caídos en esta acción de profilaxia social ha ido en descenso. Por ejemplo, en Río de Janeiro, cuando comenzó el operativo correspondiente, a los tanatorios de la ciudad ingresaban 60 o más cadáveres por semana. Hoy, la cifra se ha reducido a una decena, y se espera que baje a un dígito antes de que comience el fútbol.
No se trata de que los malhechores, por obra y gracia divinas, se hayan regenerado. ¡No, para nada! Ello no ocurre más que en las novelas rosa y en la mente de los defensores de los derechos humanos de Venezuela, que denominan “privados de libertad” a una cuerda de lombrosianos, cuyos prontuarios harían las delicias de los escritores de las novelas negras del decenio de los 30 del siglo pasado.
Nadie puede negar la ideología socialista de los camaradas Rousseff y Lula, ni tampoco su pasado revolucionario. Pero, de ahí a considerar a los narcopillos como “hermanos” caídos en desgracia, garantizarles inmunidad para sus atroces crímenes y hacerles sentir que gozan del aprecio del Ejecutivo –situación que si ocurre en nuestro país-, es algo que jamás les pasaría por las cabezas a los altos funcionarios de Brasilia, elegidos por voluntad popular.
Al más puro estilo implantado por los “escuadrones de la muerte” de boga en Río durante el decenio de los 60 del Siglo XX –recordados con admiración en el largo metraje “Fuerza Magnum” (1973) que protagonizara Clint Eastwood personificando al rudo Sargento Harry Callahan (a) “El Sucio”-, las brigadas SWAT de la Policía Carioca ejecutan, sin que les tiemblen las manos, a los conocidos criminales que se les enfrentan y no atienden la orden –la cual se da una sola vez- de echar las armas al suelo y salir con las manos en alto.
Para no dejar cabos sueltos, la irrupción a las barriadas populares va precedida de inteligencia y legalización de registros y arrestos. Cuarenta y ocho horas después de estas acciones extremas, a los arrestados –si los hubiere- se les acusa formalmente. En más de una oportunidad, las autoridades invitan a los medios a que les acompañen en sus labores, y en todo los casos se le entregan a la prensa videos y fotos referente a ellas.
Contrasta, decía al principio, esta actitud del “amigo Lula” y “la amiga Vima” con las sandeces, incongruencias y contradicciones que declaran los ministros encargados de mantener la paz y el orden público en Venezuela y los oficiales que comandan la Guardia cuyo honor ni se divisa.
La diferencia estriba no en la manera de interpretar la realidad social, económica y política de los gobiernos de allá y acá, sino en la caracterización de Venezuela como un “Estado forajido”, donde la camarilla que ejerce el poder forma parte de las redes que manejan el comercio ilícito, en general, y al tráfico de armas y sicotrópicos. Y al lavado de dinero.
No lo digo yo –carecería de importancia si así fuera-, sino los organismos extraterritoriales que le hacen seguimientos a estas actividades a escala global. Ya han sido señalados varios miembros importantes de la jerarquía –tres oficiales de la más alta graduación, un agente de inteligencia y un diputado al Parlatino-. Que los haya identificado una agencia “del Imperio” no desmerita en nada el valor objetivo que la información pudiera tener, sino todo lo contrario, pues nadie en EEUU se atreve a acusar a alguien de tan graves delitos sin acompañar sus denuncias con evidencias y pruebas concretas.
De manera que cuando uno de los presuntos implicados, el general Cliver Alcalá Bordones, anuncia que le pedirá a la Fiscalía que le investigue, me parece insuficiente. Porque la Fiscal General Luisa Ortega Díaz ya se apresuró a declarar que no lo haría. Y el otro general señalado, el “cuatrisoleado”, hizo saber que aún cuando la oposición ganara las próximas elecciones, la Fuerza Armada no le traspasaría el mando a otro que no fuera Chávez.
¿Y cómo podría suceder algo diferente, si estos jerarcas saben lo que le espera en un régimen medio decente? Porque no me vengan con la vaina que a estos carajos, de comprobárseles sus crímenes, hay que “incluirlos”. Será en las listas de la Isla del Burro, El Dorado o Guasina. Es que sus nombres ni siquiera merecen conformar la nómina de algún “Estado forajido”, porque, en realidad, lo que han hecho de Venezuela es un “País de choros”.
El número de delincuentes caídos en esta acción de profilaxia social ha ido en descenso. Por ejemplo, en Río de Janeiro, cuando comenzó el operativo correspondiente, a los tanatorios de la ciudad ingresaban 60 o más cadáveres por semana. Hoy, la cifra se ha reducido a una decena, y se espera que baje a un dígito antes de que comience el fútbol.
No se trata de que los malhechores, por obra y gracia divinas, se hayan regenerado. ¡No, para nada! Ello no ocurre más que en las novelas rosa y en la mente de los defensores de los derechos humanos de Venezuela, que denominan “privados de libertad” a una cuerda de lombrosianos, cuyos prontuarios harían las delicias de los escritores de las novelas negras del decenio de los 30 del siglo pasado.
Nadie puede negar la ideología socialista de los camaradas Rousseff y Lula, ni tampoco su pasado revolucionario. Pero, de ahí a considerar a los narcopillos como “hermanos” caídos en desgracia, garantizarles inmunidad para sus atroces crímenes y hacerles sentir que gozan del aprecio del Ejecutivo –situación que si ocurre en nuestro país-, es algo que jamás les pasaría por las cabezas a los altos funcionarios de Brasilia, elegidos por voluntad popular.
Al más puro estilo implantado por los “escuadrones de la muerte” de boga en Río durante el decenio de los 60 del Siglo XX –recordados con admiración en el largo metraje “Fuerza Magnum” (1973) que protagonizara Clint Eastwood personificando al rudo Sargento Harry Callahan (a) “El Sucio”-, las brigadas SWAT de la Policía Carioca ejecutan, sin que les tiemblen las manos, a los conocidos criminales que se les enfrentan y no atienden la orden –la cual se da una sola vez- de echar las armas al suelo y salir con las manos en alto.
Para no dejar cabos sueltos, la irrupción a las barriadas populares va precedida de inteligencia y legalización de registros y arrestos. Cuarenta y ocho horas después de estas acciones extremas, a los arrestados –si los hubiere- se les acusa formalmente. En más de una oportunidad, las autoridades invitan a los medios a que les acompañen en sus labores, y en todo los casos se le entregan a la prensa videos y fotos referente a ellas.
Contrasta, decía al principio, esta actitud del “amigo Lula” y “la amiga Vima” con las sandeces, incongruencias y contradicciones que declaran los ministros encargados de mantener la paz y el orden público en Venezuela y los oficiales que comandan la Guardia cuyo honor ni se divisa.
La diferencia estriba no en la manera de interpretar la realidad social, económica y política de los gobiernos de allá y acá, sino en la caracterización de Venezuela como un “Estado forajido”, donde la camarilla que ejerce el poder forma parte de las redes que manejan el comercio ilícito, en general, y al tráfico de armas y sicotrópicos. Y al lavado de dinero.
No lo digo yo –carecería de importancia si así fuera-, sino los organismos extraterritoriales que le hacen seguimientos a estas actividades a escala global. Ya han sido señalados varios miembros importantes de la jerarquía –tres oficiales de la más alta graduación, un agente de inteligencia y un diputado al Parlatino-. Que los haya identificado una agencia “del Imperio” no desmerita en nada el valor objetivo que la información pudiera tener, sino todo lo contrario, pues nadie en EEUU se atreve a acusar a alguien de tan graves delitos sin acompañar sus denuncias con evidencias y pruebas concretas.
De manera que cuando uno de los presuntos implicados, el general Cliver Alcalá Bordones, anuncia que le pedirá a la Fiscalía que le investigue, me parece insuficiente. Porque la Fiscal General Luisa Ortega Díaz ya se apresuró a declarar que no lo haría. Y el otro general señalado, el “cuatrisoleado”, hizo saber que aún cuando la oposición ganara las próximas elecciones, la Fuerza Armada no le traspasaría el mando a otro que no fuera Chávez.
¿Y cómo podría suceder algo diferente, si estos jerarcas saben lo que le espera en un régimen medio decente? Porque no me vengan con la vaina que a estos carajos, de comprobárseles sus crímenes, hay que “incluirlos”. Será en las listas de la Isla del Burro, El Dorado o Guasina. Es que sus nombres ni siquiera merecen conformar la nómina de algún “Estado forajido”, porque, en realidad, lo que han hecho de Venezuela es un “País de choros”.
martes, 13 de septiembre de 2011
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Gadafi y Reza Pahlevi
Hace poco le oí decir al Guasón que, tras más de 40 años de gobierno de su “hermano Gadafi”, mucho le extrañaría que lo de Libia estuviese por terminar. Que, según su propio juicio, ahora es cuando había Gadafi para rato. Se lo comenté a mi amigo y tocayo Luis Manuel, el coriano, y me dijo que a lo mejor la bestia terrorista ya estaría cómodamente aposentado aquí, en la Bolivariana.
Aunada a esta declaración, la prensa internacional reportó la llegada a Nigeria de un convoy procedente de Libia, cuya carga más destacada serían lingotes de oro, presumiblemente –según la onco-lógica de nuestro Primer Magistrado- una contraofensiva que lo reubique en la silla de Trípoli.
Personalmente creo que Gadafi se prepara para el exilio, tal como le aconteciera a su correligionario el Sha de Irán. Cuando Mohammad Reza Pahlevi se dio cuenta de que unos fundamentalistas mochiludos le habían movido el piso e iban por su pescuezo, se montó en el avión presidencial –en esos tiempos, un modesto Boeing 707-, lo piloteó hasta El Cairo e inició su vía crucis personal.
En Egipto le dijeron a Reza Pahlevi que allí no se podía quedar. Como también se lo anunciaron sus hermanos el resto de los países levantinos. Y hasta en España, donde el monarca iraní había compartido portadas de la Revista Hola con Francisco Franco y el Príncipe Juan Carlos, le mandaron a freír monos.
A Reza Pahlevi le dio cáncer, enfermedad que –a mi parecer- posee un alto contenido de estrés. Mi amigo Robert, su asesor mediático, logró que el gobierno estadounidense le concediera visa para ser tratado en el Mount Sinaí de Boston. Pero eso sí, tras su operación, Reza Pahlevi debería abandonar para siempre el territorio de la Unión Americana.
Robert le recibió en el Aeropuerto Kennedy en un Cadillac que Reza Pahlevi había encargado. Estaba fabricado con Blindaje 5, contra cualquier atentado. Tuve la oportunidad de recorrer en dicho vehículo las calles de la Ciudad Manzana.
Tras la intervención quirúrgica, el único país que recibió a Reza Pahlevi fue Panamá, bajo el gobierno de Omar Torrijos. Lo recibió, sí, pero se lo cobró con creces.
En Contadora funcionó la ídem pues, cuando el ex Sha –ignoro si es o no correcto esta expresión- llegaba al counter desk de un hotel y le decían “Buenos días”, le cargaban 100 dólares a la cuenta. Al desayunar, un par de huevos le salía por 300 dólares. Y así se fue indignando hasta que se murió de la propia arrechera.
Que es lo mejorcito que pudiera pasarle a Gadafi.
Ocariz y la Rómulo Gallegos
El gobierno castrense-comunista ha decidido eliminar las denominaciones de los políticos de la IV República con los cuales se conocían las obras públicas principales construidas bajo sus administraciones, cambiándolas por sustantivos más aparejados con el Socialismo del Siglo XXI. Vg: Ya la Autopista Centro Occidental no se llama Rafael Caldera, sino con el nombre de un aborigen que nadie usa ni recuerda.
Una de las pocas excepciones a este desespero por desaparecer cualquier traza del régimen de libertades que vivió la nación entre 1958 y 1999 es la Avenida Rómulo Gallegos, llamada así en honor a un extraordinario maestro, demócrata literato y ex Presidente de la República, derrocado por la Junta Militar en 1948.
Pero al Alcalde Carlos Ocariz, o no le gusta la Gallegos o sólo tiene su radar enfocado en los barrios del Municipio Sucre, porque el único cariño que le ha hecho a dicha arteria vial es pintar los bordes de las aceras de amarillo -¡qué negoción resulta la pintura amarilla!- y sembrar matitas en la isla del medio.
Del asfaltado, naranjas chinas, limón francés. Y de las aceras, ni se diga: Hace más de un año se cayó un jabillo, entre la Universidad Humboldt y el Instituto de Nuevas Profesiones, y aunque la madera fue retirada de inmediato –los encargados del mantenimiento ya descubrieron que vale mucho en los aserraderos y carboneras-, la acera donde estaba enraizado quedó como una tienda sioux. De manera que, para no caerse y descalabrarse, ha que mirar siempre hacia el suelo.
En la Gallegos, además, pulula una banda de antisociales mentada “Los Estudiantes”, no porque hayan seguido algún curso en especial –salvo las materias dictadas en las penitenciarías Rodeo I y Rodeo II-, sino porque se especializan en despojar de sus blackberries a las universitarias, golpeándolas para demostrar lo machos que son; en despojar de sus vehículos a los profesores, abaleándoles por la espalda una vez conseguido el botín; y en atracar las panaderías y otros centro de consumo adyacentes para cargar con el dinero de docentes y estudiantes, sus celulares y el producto de las ventas de los comercios afectados, aterrorizando de paso a sus víctimas con amenazas de muerte.
En la zona a que hago referencia, además de las dos instituciones educativas citadas, se ubican el Instituto Agustín Codazzi, uno de los núcleos de la Universidad Pedagógica, la Universidad José Mª Vargas y varios liceos y escuelas primarias, de manera que los balandras disponen de “carne fresca” desde antes de las 7 AM y hasta después de las 9 PM para cometer sus fechorías.
Gracias a la protesta de calle que protagonizó la comunidad de la Humboldt a finales del primer semestre del presente año, Ocariz accedió a parquear una patrulla en la Gallegos en las horas pico, con lo cual se acabaron los atracos dentro del campus. Pero no así los del vecindario, ya que la Policía de Sucre les teme a estos homicidas –ya se cargaron a tres personas en la estación de servicio que queda a menos de una cuadra de VTV-, pues los agarran y al ratico los sueltan los jueces y fiscales al servicio de la robolución.
De manera, amigo lector, que así están las cosas. Por lo cual los verbos a discutir no deberían ser incluir o excluir, sino recluir o eliminar.
Hace poco le oí decir al Guasón que, tras más de 40 años de gobierno de su “hermano Gadafi”, mucho le extrañaría que lo de Libia estuviese por terminar. Que, según su propio juicio, ahora es cuando había Gadafi para rato. Se lo comenté a mi amigo y tocayo Luis Manuel, el coriano, y me dijo que a lo mejor la bestia terrorista ya estaría cómodamente aposentado aquí, en la Bolivariana.
Aunada a esta declaración, la prensa internacional reportó la llegada a Nigeria de un convoy procedente de Libia, cuya carga más destacada serían lingotes de oro, presumiblemente –según la onco-lógica de nuestro Primer Magistrado- una contraofensiva que lo reubique en la silla de Trípoli.
Personalmente creo que Gadafi se prepara para el exilio, tal como le aconteciera a su correligionario el Sha de Irán. Cuando Mohammad Reza Pahlevi se dio cuenta de que unos fundamentalistas mochiludos le habían movido el piso e iban por su pescuezo, se montó en el avión presidencial –en esos tiempos, un modesto Boeing 707-, lo piloteó hasta El Cairo e inició su vía crucis personal.
En Egipto le dijeron a Reza Pahlevi que allí no se podía quedar. Como también se lo anunciaron sus hermanos el resto de los países levantinos. Y hasta en España, donde el monarca iraní había compartido portadas de la Revista Hola con Francisco Franco y el Príncipe Juan Carlos, le mandaron a freír monos.
A Reza Pahlevi le dio cáncer, enfermedad que –a mi parecer- posee un alto contenido de estrés. Mi amigo Robert, su asesor mediático, logró que el gobierno estadounidense le concediera visa para ser tratado en el Mount Sinaí de Boston. Pero eso sí, tras su operación, Reza Pahlevi debería abandonar para siempre el territorio de la Unión Americana.
Robert le recibió en el Aeropuerto Kennedy en un Cadillac que Reza Pahlevi había encargado. Estaba fabricado con Blindaje 5, contra cualquier atentado. Tuve la oportunidad de recorrer en dicho vehículo las calles de la Ciudad Manzana.
Tras la intervención quirúrgica, el único país que recibió a Reza Pahlevi fue Panamá, bajo el gobierno de Omar Torrijos. Lo recibió, sí, pero se lo cobró con creces.
En Contadora funcionó la ídem pues, cuando el ex Sha –ignoro si es o no correcto esta expresión- llegaba al counter desk de un hotel y le decían “Buenos días”, le cargaban 100 dólares a la cuenta. Al desayunar, un par de huevos le salía por 300 dólares. Y así se fue indignando hasta que se murió de la propia arrechera.
Que es lo mejorcito que pudiera pasarle a Gadafi.
Ocariz y la Rómulo Gallegos
El gobierno castrense-comunista ha decidido eliminar las denominaciones de los políticos de la IV República con los cuales se conocían las obras públicas principales construidas bajo sus administraciones, cambiándolas por sustantivos más aparejados con el Socialismo del Siglo XXI. Vg: Ya la Autopista Centro Occidental no se llama Rafael Caldera, sino con el nombre de un aborigen que nadie usa ni recuerda.
Una de las pocas excepciones a este desespero por desaparecer cualquier traza del régimen de libertades que vivió la nación entre 1958 y 1999 es la Avenida Rómulo Gallegos, llamada así en honor a un extraordinario maestro, demócrata literato y ex Presidente de la República, derrocado por la Junta Militar en 1948.
Pero al Alcalde Carlos Ocariz, o no le gusta la Gallegos o sólo tiene su radar enfocado en los barrios del Municipio Sucre, porque el único cariño que le ha hecho a dicha arteria vial es pintar los bordes de las aceras de amarillo -¡qué negoción resulta la pintura amarilla!- y sembrar matitas en la isla del medio.
Del asfaltado, naranjas chinas, limón francés. Y de las aceras, ni se diga: Hace más de un año se cayó un jabillo, entre la Universidad Humboldt y el Instituto de Nuevas Profesiones, y aunque la madera fue retirada de inmediato –los encargados del mantenimiento ya descubrieron que vale mucho en los aserraderos y carboneras-, la acera donde estaba enraizado quedó como una tienda sioux. De manera que, para no caerse y descalabrarse, ha que mirar siempre hacia el suelo.
En la Gallegos, además, pulula una banda de antisociales mentada “Los Estudiantes”, no porque hayan seguido algún curso en especial –salvo las materias dictadas en las penitenciarías Rodeo I y Rodeo II-, sino porque se especializan en despojar de sus blackberries a las universitarias, golpeándolas para demostrar lo machos que son; en despojar de sus vehículos a los profesores, abaleándoles por la espalda una vez conseguido el botín; y en atracar las panaderías y otros centro de consumo adyacentes para cargar con el dinero de docentes y estudiantes, sus celulares y el producto de las ventas de los comercios afectados, aterrorizando de paso a sus víctimas con amenazas de muerte.
En la zona a que hago referencia, además de las dos instituciones educativas citadas, se ubican el Instituto Agustín Codazzi, uno de los núcleos de la Universidad Pedagógica, la Universidad José Mª Vargas y varios liceos y escuelas primarias, de manera que los balandras disponen de “carne fresca” desde antes de las 7 AM y hasta después de las 9 PM para cometer sus fechorías.
Gracias a la protesta de calle que protagonizó la comunidad de la Humboldt a finales del primer semestre del presente año, Ocariz accedió a parquear una patrulla en la Gallegos en las horas pico, con lo cual se acabaron los atracos dentro del campus. Pero no así los del vecindario, ya que la Policía de Sucre les teme a estos homicidas –ya se cargaron a tres personas en la estación de servicio que queda a menos de una cuadra de VTV-, pues los agarran y al ratico los sueltan los jueces y fiscales al servicio de la robolución.
De manera, amigo lector, que así están las cosas. Por lo cual los verbos a discutir no deberían ser incluir o excluir, sino recluir o eliminar.
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