viernes, 23 de septiembre de 2011

Amor verdadero

La intelectual sinrazón
Vladimir Ilich Lenin solía decir: Si hay algo en lo cual la masa no tiene razón, y sólo la tiene una número pequeño y elitista de personas es en el Arte.
Si se acepta este juicio, también debería ser cierto lo contrario: Son muy pocos losartistas que pueden observar a su propio entorno, los protagonistas del mismo y la interacción entre el uno y los otros, y emitir juicios objetivos sobre esta incesante actividad, especialmente en cuanto a la economía, la política y la sociología de la misma se refiere.
¿Y eso por qué? Por el significado que en su segunda acepción al vocablo Arte da el Diccionario de la Real Academia: Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros. Por la mismas demandas naturaleza de su oficio, el artista (músico, escritor, pintor, bailarín) es un ser subjetivo por excelencia, que aporta a esa virtud, disposición y habilidad para hacer algo (1ª acepción del DRAE) la impronta de su propia ficción, inseparable de su impulso creativo.
Esto de mirar al mundo subjetivamente y entender y proclamar lo se detecta al revés alcanza niveles increíbles escritores de la talla de Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, sin cuya existencia Latinoamérica se habría quedado en el estilo churrigueresco impuesto, por ejemplo, por Miguel Ángel Asturias y Alejo Carpentier, para quienes la literatura consistía en una sucesión ilimitada de metáforas e imágenes donde se perdía el hilo de la narrativa y, por ende, se traspapelaban el nudo, la trama y el desenlace.
La literaria incorrección

Desde luego, Asturias y Carpentier eran políticamente correctos, esto es, marxistas, en una época donde la izquierda era como el adjetivo que calificaba al intelectual progresista.
En cambio, Borges, el Gabo y Vargas Llosa han sido políticamente incorrectos.
El poeta bonaerense fue considerado toda su vida de derecha, más por omisión que por comisión pues en toda su obra no hay alusión o defensa a los valores tradicionales que configuran esa ideología en Iberoamérica. Al contrario, Borges fue hostigado por el régimen militar y fascista de Juan Domingo Perón quien, para someterlo a la chacota pública le sacó de la Biblioteca y le designó encargado de la producción avícola en su provincia, de la cual no tenía la menor idea.
El vínculo entre García Márquez y Fidel Castro demuestra el lado oscuro de la psiquis de un gran pensador, porque sabido es que él mismo fue víctima de la guerrilla comunista de Colombia, y continúa exiliado en México para preservar su vida.
Pero lo de Vargas Llosa es aún peor. Aunque cualquier persona tiene derecho a expresar su sentir en democracia, el haberse casado con la causa de Olianta Humala, actual Presidente de Perú, carece de cualquier sentido.
¿Quién le garantiza al Premio Nóbel de Literatura que su recomendado se va a mantener en el centro durante todo el período de su gobierno?
¿Cuál es la razón que el peruano aduce para apoyar a un militar en la Primera Magistratura de su país, dado el cruento, infame y nefasto desempeño de los uniformados como gobernantes, desde el sur del Río Grande hasta la Patagonia, durante más de 200 años de Independencia?
¿En que se diferencia esencialmente el candidato de Vargas en el 2010 a la caricatura del oficial peruano de 1973, personificada por el capitán Pantaleón Pantoja, misionado por la superioridad para manejar un burdel para satisfacer el ejercicio de la sexualidad de sus subordinados en la Amazonía?
El mismo Vargas confiesa que su motivo básico es el odio cerval, convicto y confeso que siente hacia la familia Fujimori. Entonces, ¡carajo!, ¿por qué no te dedicas a lo que mejor haces, y le escribes libro venenoso a tus cuasi paisanos japoneses como La fiesta del chivo, el que le dedicaste a Chapita Trujillo?
Pero el problema existencial de Vargas no se agota ahí. Ahora se mete a economista, y predice la caída de la Unión Europea a causa de la crisis griega y la falta de vocación y empeño para el trabajo de los españoles. Asegura que Alemania no se va a calar el que los ibéricos sigan disfrutando del número de días festivos que tienen, las subvenciones y sobresueldos que reciben y otras amenidades que nada tienen que ver con el mandato bíblico: Ganarás el pan con el sudor de tu frente.
En primer lugar, la UE sabía en lo que se metía al aceptar en su seno a Grecia, un país casi tan desordenado y mal gobernado como Venezuela. La crisis económica helena se debe a la corrupción, y en ella están presentes el soborno y el cohecho. Por lo cual hay que acudir a las instancias respectivas y enjuiciar a los culpables: las autoridades griegas y los banqueros europeos, especialmente los franceses.
En segundo lugar, Vargas debería tener la decencia de no opinar negativamente contra el país que le acogió en su voluntario destierro y le concedió la gracia de pasear por el mundo con un pasaporte que no necesita de muchas visas. Y de vivir en Londres, qué era dónde quería hacerlo, por razones que sólo él conoce y le incumben.
España (pese a lo que asevera Vargas) ha sido un socio leal, efectivo y eficaz en la UE. Ha castigado ejemplarmente a los financieros que se salieron de la raya (como sucedió con Banesto) y a los funcionarios públicos mala conducta (como pasó con el alcalde de Marbella, Julián Muñoz, y su ex esposa, la cantante Isabel Pantoja). Además, España se ha visto obligada a cargar con marginales indeseables venidos desde Hungría y otras naciones de la Comunidad, que han engrosado sus villas miseria y las filas de la prostitución y el crimen organizado.
La inexorabilidad del cambio

Esta reflexión sobre la miopía económica, política y social de un por mí admirado gigante de la pluma como lo es Mario Vargas Llosa, me lleva a recomendarle, a él y a todos los que vivimos del trabajo intelectual, que seamos muy cautos al decir lo que sentimos. Para no confundir aún más a las mentes sencillas que nos siguen. Para no seguir atizando en sus almas el odio, la confrontación y la lucha de clases. Para no crear fetiches y falsos dioses que no merecen siquiera ser tomados en cuenta. Para inducirles a encontrar esa partícula divina que mora en cada uno de nosotros. Para motivarles a que nos amemos como nunca los unos a los otros, sin condiciones vista la trascendencia de los cambios que a la Humanidad le impone su necesidad de evolucionar como especie y las trampas astronómicas y telúricas que la naturaleza ha montado para presionar esa transformación. A que demos el ejemplo practicando esa filosofía simple de vida, que es el amor verdadero.

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