La Venezuela Saudita
Durante la el primer período del difunto CAP, se puso de moda en los medios una expresión para calificar el despilfarro del gobierno de turno y del jefe del Estado, sobre todo durante sus viajes a los países del Tercer Mundo: La Venezuela Saudita.
Referíanse los fablistanes de la época a lujo suntuoso en el cual vivían los jeques árabes, especialmente los miembros de la monarquía saudí, quienes acudían a los hoteles de 5 estrellas de Europa con sus harenes, y gastaban cualquier cantidad de dinero comprando vehículos, joyas, relojes y ropas de marcas de status symbol (Vg: Ferrari, Tiffany, Rolex, Armani), así como en comilonas en los restaurantes de 3 tenedores de la Guía Michelín.
Olvidábanse los cronistas que, mientras los monarcas cometían tales excesos, todos y cada uno de los saudíes disfrutaban –por el sólo hecho de su ciudadanía- de un ingreso mensual de US 3 mil 500 dólares, sin hacer el menor esfuerzo. Y eso debido a que, durante los años de las vacas gordas, los astutos financieros levantinos invertían en numerosas y productivas empresas de América, Asia y Europa.
Por lo cual, pese a los altibajos del mercado petrolero, la subvención se mantenía –y mantiene aún-. Razón que hace muy difícil para la llamada Primavera árabe instaurarse o siquiera perturbar la paz de la nación cuya capital, La Meca, es el faro que guía a los que creen que Alá es grande, y Mahoma su Profeta.
La zanganería por esencia y naturaleza
Le recordaba esta pequeña historia al amigo Jesús Antonio, porque él considera al Guasón como el mayor generador de pedigüeños en Venezuela. Yo creo, al contrario, que los humanos en general, y los saudíes y venezolanos en particular, son zánganos en esencia y naturaleza, hablando kantianamente.
La causa de esta zanganería es la pereza, la carencia de la valentía de pensar por sí mismos y de planificación para abandonar la melcocha de la mediocridad y el conformismo, individual y colectivamente.
Emmanuel Kant, en su Crítica de la Razón planta un ejercicio de libertad para soslayar y superar prohibiciones, paradigmas y reglas insensatas impuestas por la autoridad, la tradición y la conciencia -normas, sistemas políticos y costumbres religiosas-; los cuales conducen al pensamiento acrítico e irracional.
Para el filósofo alemán, la necesidad más sentida de la persona es entender qué es el ser humano, cómo define su libertad, cómo razona, de que manera opera su razonamiento y cuáles son sus propósitos, objetivos y expectativas.
Kant cree que la libertad es algo real y efectivo, y no un ideal o interiorización. Estima a la historia como un proceso continuo de mejoras y avances, orientado hacia una sociedad del conocimiento, la cual constituye, a la vez, el motor y la meta de su devenir.
Pese a que Kant ha sido cuestionado por muchos pensadores, estoy convencido de que tiene toda la razón en lo referente a la ídem. El venezolano –y el iberoamericano- no sólo es zángano .por esencia y naturaleza- sino corrupto o fácilmente corrompible, con el agravante de que en todos los gobiernos –sin excepción- se ha explotado esta debilidad moral para robar a manos llenas.
La Ética versus la cultura pran
Sólo las personas que poseen una formación de hogar –que son una minoría-, diferente a la cultura pran –marginal y delictiva-, pueden entender que lo importante no es Tener sino Ser, y están capacitados para elegir –se trata de un acto volitivo, no impositivo- una Ética que les oriente durante su desempeño en la vida-
Sólo estos individuos son capaces de darle un giro de 180º al timón, y cambiar el panorma económico, político y social de un país en crisis de valores; como sucedió con las generaciones de 1810, 1928 y 1958.
Los precandidatos en casting
Por eso, me preocupa mucho leer que los próximos debates de los precandidatos de oposición salen de las manos de sus creadores y organizadores -los estudiantes universitarios- y de los paraninfos de las Almas Mater, para caer en el regazo de los mercaderes de la belleza femenina y los estudios donde se elige a las mises en una noche tan linda como ésta.
No sólo porque los contenidos de los discursos de los actores se banalizarían –estoy casi dispuesto a apostar a que ello sucederá-, sino porque volvería a cerrarse la costra de la MUD –como la llama Jesús Antonio- y se retornaría al casting para seleccionar la mejor opción. Lo cual sería fatal. Trasponiendo actividades y tiempos, imagínese usted que tal criterio se hubiese empleado para elegir a los peloteros a las Grandes Ligas. En vez de Carrasquelito, se habría enviado a Carrasculito, y jamás estaría un Luis Aparicio en el Hall de la Fama.
Además, ¿cuáles son los periodistas especializados en política que trabajan en el canal de La Colina? A partir del fracaso de la huelga petrolera, según tengo entendido, el concesionario de dicha televisora firmó las paces con el Guasón y se dedicó a transmitir cualquier cosa menos oposición al régimen
¡Mmm...! ¿Será que conoce algo que otros ignoran? O, simplemente, que quiere hacer con los precandidatos de la MUD lo que los partidos lograron con los líderes estudiantiles, anularlos.
En fin, ojala que a los precandidatos no se los coma el tigrito.
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