La concha de
mango
Resulta obvio
que el radiograma prohibiéndole a los militares presenciar el discurso del
Flaco fue una concha de mango.
La cual pisó
su comando, en pleno, y le permitió al Guasón retomar la iniciativa mediática,
desviando la atención sobre el justo reclamo de Capriles sobre el
desvergonzado ventajismo oficial en la propaganda política.
Pese a que
quien propuso un pacto para cumplir las reglas del juego fue, precisamente, el
candidato opositor, el Guasón se aprovechó del desconcierto causado por el
radiograma chimbo para hablarle tres horas en cadena a los oficiales,
desacreditando e intentando desestimar las habilidades de Capriles como futuro
Comandante en Jefe; mientras que su lugarteniente, el infame psiquiatra que saquea las
arcas de Caracas, arremetió hoy desde el CNE –partiendo de la mentira gobbeliana- contra la dirigencia en pleno de oposición.
Lo del
radiograma pudo haber sido una ingenuidad, que me cuesta creerlo. Yo lo
atribuyo, más bien, a los factores de colaboracionismo e infiltración en la MUD
los cuales he denunciado sistemáticamente por este blog, y que aparecen, de vez
en cuando, sobre todo al momento de causar daños significativos.
La política es guerra sucia
Recordaba mi
tocayo coriano dos casos emblemáticos:
1. La supuesta
gravedad del sarcoma del Guasón, propalada a los cuatro vientos por Nelson
Bocaranda, que le arrebató la primera plana a los 3 millones y medio de votos
de las primarias. Muchos antichavistas consideraron que el mandado ya estaba
hecho, y que la mano de Dios pondría fin a la dictadura, por lo que se
olvidaron momentáneamente de la labor política y hasta libaron por la crónica
de una muerte anunciada.
2. La
atribución de la autoría a la ETA de los ataques terroristas del 11 de marzo de
2004 en la Estación de Atocha de Madrid, efectuado una
semana antes de las elecciones generales, en cuyas encuestas el Partido Popular
llevaba más de 18% de puntos sobre el PSOE. Empero, bastó y sobró la
explotación propagandística de estos errores crasos de inteligencia e
información para que los votantes le dieran la espalda a quienes les habían
gobernado hasta entonces con eficacia, eficiencia y efectividad.
Globovisión nunca se vio en los cuarteles
Sabido es que
en todos los establecimientos militares, los únicos canales visibles son los de
Venezolana de TV. Por lo cual, a mi lo del radiograma no me convenció desde el
principio. ¿Para qué prohibir por escrito algo que no está permitido desde
hace, al menos un década?
¿Qué hubiera
hecho yo si me hubiesen pillado en una falta similar? Aceptar mi culpa,
prometer mayor prolijidad en el manejo del material subversivo que llegue a mis
manos y haga publicar, y generar una investigación pública para descubrir manos peludas entre los míos.
En lugar de
eso, ¿qué ha hecho la MUD? Ir a firmar, como corderitos, el acuerdo redactado
por el CNE, denunciado como chucuto por su candidato, sin ninguna respuesta para
la prensa sobre qué hacer si el Guasón lo viola –que lo va a violar, a diestra y
siniestra, pues su estrategia mediática se basa en cadenas,
mentiras y miedo, como lo asegura el docente y periodista Raúl Hernández-; y, como si fuera poco, recibir el baño de ñoña que la rata
de albañal dde la Alcaldía les echó encima. Y todo esto, ¿en nombre de qué?
Como dice el
portavoz de la MUD, de que estamos apegados a la Constitución. Si, ustedes sí,
los otros no. En verdad, la relación karmática del radiograma chimbo y el pacto
chucuto resulta indigna e indignante; y, además, ni se entiende ni se explica.
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