Chávez
los tiene locos…
Edgar Ramírez y Danny de Vito en el filme "Stone Hands", a estrenarse mañana
Ayer le oí decir al actor Edgard Ramírez que pasó el tiempo
de discutir vanamente sobre las ideologías en pugna, y que en Venezuela llegó
el momento de abordar prácticamente la crisis humanitaria que sufrimos de una manera
concreta. Empero Ramírez cree, como muchos otros compatriotas, que el referendo
revocatorio es la panacea universal para salir de Maduro y su banda de buitres.
Otros opositores opinan que el 1º de septiembre pudiese
ser la fecha clave para echar del poder al comando castro-comunista que lo
detenta, inconstitucionalmente, y al entorno de narcorruptos y
narcotraficantes. Así lo cree, entre ellos el doctor Jesús Petit Da Costa—: No ha sido el pueblo el culpable de la
deshonra del país, pero carga con ella. Ha sido la cobardía de la MUD. Basado
precisamente en los antecedentes suyos ahora Maduro, para deshonrarnos aún más,
pretende que nos portemos como niñitos buenos amenazándonos con un escarmiento,
como los que hicieron Boves, Zuazola y Monteverde a los patriotas, si el pueblo
se atreve a convertir el 1S en revocatorio de calle. Es un desafío que coloca a
la MUD-AN en esta disyuntiva: cede ahondando la deshonra que ha causado al
pueblo venezolano o se reivindica convirtiendo valientemente el 1S en
revocatorio de calle, con el cual recuperaremos la honra perdida junto con la
libertad.
En términos parecidos se expresa el historiador Elías
Pino Iturrieta—: Desde las elecciones
parlamentarias del año pasado es imposible establecer parangones o analogías,
toda vez que se trata de situaciones inéditas: no hubo marchas pacíficas contra
Marcos Pérez Jiménez, no hubo marchas pacíficas contra Juan Vicente Gómez, no
hubo manifestaciones espontáneas de la sociedad.
Pese a lo dicho por Ramírez, es preciso ahondar en
conceptos ahora, para saber lo que se viene encima, cómo abordarlo y cuál
debería ser el rol de cada quien en esta prolongada tragedia.
Medalla de Oro del Salto a la Talanquera
Hay quienes le niegan al período denominado por el
chavismo como La IV República los
gigantescos beneficios culturales, económicos y políticos que le depararon al
país. Una tesis que encabeza, por cierto, Teodoro Petkoff, supuesto redactor
del comunicado del Grupo La Colina,
donde tirios y troyanos, por igual intentan deslindarse del régimen preagónico,
en un esfuerzo que merece la Medalla de
Oro del Salto a la Talanquera.
No quiero insistir sobre lo que ya he tratado.
Recomiendo a los incrédulos que lean el recién publicado
libro de José Curiel, Del pacto de Punto
Fijo al Pacto de La Habana. Allí, con fotos y elocuente data se registran
las obras públicas de los mandatos que crearon el régimen de libertades que
antecedió a la dictadura comunista.
Pero no sólo hubo concreto armado en La IV República. También se dio asistencia social a los venezolanos
de menores recursos: alimentación popular, asistencia médica gratuita y
subvenciones de distinto tipo. La IV República fracasó cuando cayó en manos de
la codicia del Poder detrás del poder, pues
fue la banca quien inició el proceso al resignar a su capacidad mediadora entre
el crédito y el consumidor, dedicándose a mamar la teta de la Tesorería
Nacional, como cualquier peculador de antes o ahora.
No todo socialismo es malo, ni todo liberalismo bueno
A mi hermano Rafael, por ejemplo, le huele a azufre cualquier doctrina que
incluya al término socialismo entre
sus haberes, pues cree, obcecadamente, que su única definición es la que le
dieran Marx y Engels a finales del Siglo XIX, olvidándose de que el movimiento
original tomó dos vías: la evolutiva,
partidaria de alcanzar sus objetivos dentro del sistema democrático
—socialdemocracia— aplicada por la II Internacional (1912); y la revolucionaria, de la III Internacional
(1919), triunfante en Rusia, que dio lugar al comunismo.
Es innegable que sin la socialdemocracia y el
socialcristianismo, el Plan Marshall no hubiese tenido éxito en la Europa de
posguerra, no hubiese habido El milagro
alemán, Italia hubiese caído en manos de la URSS y España seguiría siendo
una nación autoritaria. Fueron los gobiernos socialdemócratas y socialcristianos
europeos los que crearon las bases económicas, políticas y sociales para que
surgiera la Unión Europea. Es El poder
detrás del poder el que quiere
destruir sus logros, como destruyó los de Venezuela, pues el Foro de Sao Paulo no es más que un
apéndice de dicha cúpula.
El que nuestros socialdemócratas y socialcristianos hayan
fracasado parcialmente, empoderando a las sabandijas infiltradas en las FFAA no
es culpa de las ideologías, si no de las debilidades de la condición humana.
El parlamentario y economista colombiano Pablo Victoria Wilches
El poder detrás del poder
El economista y parlamentario colombiano Pablo Victoria
Wilches, quien pertenece a la nueva generación de socialcristianos, analiza la
realidad actual con que se enfrenta el ciudadano del Siglo XXI en su tesis, Los instrumentos del nuevo orden mundial: el
derecho, la economía, la ciencia, el lenguaje y la religión en la sociedad del
siglo XXI, presentada para optar al título de doctor en Universidad
Complutense (2008).
Victoria sostiene que hay una novedosa concepción jurídica
la cual, paulatinamente, va concentrando un poder sin precedentes en la
historia y que obliga a los Estados nacionales a interpretarlo tal y como este
supra-poder lo produce y lo reinterpreta. Por tal razón, el orden jurídico
mundial queda al servicio del control de la vida y de los hombres y se crean Estados
de derecho supranacionales que entregan su soberanía a esta entidad suprema.
Este empoderamiento extremo elimina la separación clásica de los poderes
públicos, y los convierte en uno solo, omnímodo, omnipotente; logrando que el hombre
pase de ser persona natural a sujeto jurídico, súbdito de los
artificios del nuevo derecho y del nuevo poder tiránico que se asienta.
Se trata —según
el analista— de un totalitarismo sin
rostro, colectivo, anónimo que ya no se expresa en el devenir político o se
materializa en un dictador visible, sino que se difracta en los tribunales y se
asume, invisible, como norma de vida. Disuelto el concepto de persona humana,
lo que sigue es la disolución del Estado mismo cuya existencia está vinculada
al orden jurídico internacional.
Para Victoria, sólo puede hablarse de democracia cuando hay
equilibrio entre la justicia y el derecho. Citando a Tucídides y su Historia de la Guerra del Peloponeso, el
autor asevera que—: La justicia no existe
más que entre iguales en el poder .
Observa que, en la mayor parte de los países occidentales,
las cortes constitucionales suspendieron en las escuelas públicas toda mención
a Dios para no ofender a los ateos, quienes,
evidentemente, son minoría. Esta
terrible distorsión no solamente se convierte en una discriminación en reversa de las minorías activas contra las
mayorías pasivas, sino que consagra la extralimitación de los derechos
individuales sobre los colectivos, y al desmembrar el sentido de pertenencia de una comunidad, debilita la fibra
social y abre paso al decaimiento moral. Lo cual se evidencia con la
islamización de Europa, y el auge de los grupos fundamentalistas como Al Quaeda e Isis en Asia, el Levante, el
Norte de África y la Región Subsahariana.
¡Con mis hijos no te metas!
Un método práctico para cambiar la sociedad es apoderarse
del alma de los niños. Esta función. asumida
por el Estado, se nutre de los positivistas, como Rousseau, de los socialistas
utópicos y hasta del propio Marx. Para eso se
hace necesario empezar modificar la estructura jerárquica de la escuela
por una autogestionaria, nivelada, democrática, igualitaria, pluralista y
solidaria. Así se busca la coeducación en todos los niveles y la igualdad entre
educandos y docentes, al el punto en que los alumnos intervengan en el
contenido y método de la enseñanza y en el propio control y gestión de los
planteles. Por eso, nunca fue más pertinente la frase que los manifestantes,
padres y representantes, esgrimimos en las primeras de cambio contra el régimen
de Chávez: ¡Con mis hijos no te metas!
Los enemigos son la pareja y la familia
De allí a transformar la estructura familiar hay sólo un
paso. Se da con una desorientación sexual que altera la condición de pareja, exalta
la autonomía sexual infantil, sensibiliza hacia la tolerancia —y aun la
condescendencia—sobre las preferencias sexuales alternas, favorece la unicidad de los sexos y rechaza por patológica
a la familia patriarcal, monogámica, fundamentalista —entiéndase, a un concepto
basado en la ética cristiana y al cristianismo, que forman parte de la
Civilización Occidental—-.
Termina Victoria haciendo un llamado dramático—: Al hombre contemporáneo, fruto de un pasado
cultural radicalmente diferente, no le quedan opciones distintas que sentirse
asombrado frente a los vertiginosos cambios que experimenta y no puede
controlar. Tal vez sea su única opción guardar distancia de los cambios mismos,
porque es la única forma de preservar lo poco que queda de cordura en un mundo
que parece haber perdido el quicio de la razón. La deformación sufrida en todos
estos órdenes no parece ser camino viable al engrandecimiento espiritual de la
raza humana. En otras palabras, como decían los chavisyas al principio de
esta desgracia: Chávez los tiene locos…