La
muerte calza zapatos de tenis
El zapato
es un método de viaje.
Le choco
a mis amigos los zapatos.
No le doy
cuerda a mis zapatos
y se
levantan a la misma hora.
Pensar
que Eva andaba sin zapatos,
y hay
muchos niños con los pies desnudos,
se me
ponen de punta los zapatos.
Y hay
algo que anda mal en este instante
no sé si estoy viendo las estrellas
es que me
dieron duro en la cabeza
con un
zapato vomitando rabia.
César Young Núñez: Elogio del zapato.
Londres y Caracas fueron
escenarios recientes de la muerte de dos jóvenes, Ignacio Echeverría y Neomar
Lander, el primero por defender a una mujer de la canalla yidahista, el segundo por defender a otra mujer,
Venezuela, de la canalla comunista.
Tanto la minúscula cúpula
que dirige al terrorismo islámico como al que dirige al terrorismo madurista
tienen mucho en común, aunque los separen miles de kilómetros de distancia y
siglos de civilización; una equivalencia parecida a la existente entre el Reino
Unido y Venezuela.
La incupabilidad
de sus progenitoras
María Gabriela, según "Fortune" un de las mujeres más ricas del mundo
En ambos casos, sus
integrantes y cómplices son verdaderos hijos de putas, no por comunistas o
musulmanes, sino porque transgreden diariamente las normas universales de la civilización
y la ética.
Conste que al llamarles
hijos de puta no me refiero a su progenitoras, quienes pudieran estar al borde
de la canonización por haber sobrellevado la convivencia con tales monstruos,
sino al significado especial que esta expresión tiene para los iberoamericanos.
Hijo de puta jamás califica a la mamá, sino al bastardo, quien pudo haber
nacido con bendición papal y entre sábanas de seda, pero nada de esto le valió
para su comportamiento actual.
La
manipulación de la juventud
Otra similitud es el
absoluto desprecio que comparten yihadistas y maduristas hacia los jóvenes. Los
manipulan. Los emplean para sus torvos fines. A la mujeres las usan como
objetos de placer, las preñan y después las devuelven, barrigonas, a los
lugares de donde las raptaron.
A los mujeres y hombres
los desechan después de exprimirlos, como si fueran toallas o condones usados.
Respóndase, querido
seguidor, ¿cómo es posible que Maduro permitiese que sus sobrinos de crianza se
dedicaran al narcotráfico y que, capturados in fraganti, se declararan
culpables para salvarle el pellejo a sujetos como William Ruperti, quien pagó
la defensa? Seguramente Ruperti lo hizo para que no le involucraran, pero, poco
después, Interpol liberó una orden de captura internacional en su contra por
blanqueo de capitales y narcotráfico.
La
mentirosa Theresa
Sus mentiras le costaron la mayoría en el Parlamento
En Inglaterra, la
generación de relevo fue engañada, descaradamente, sobre su futuro si ganaba el
Brexit. No se le previno sobre la pérdida de empleos, oportunidades y créditos
que dicha decisión, promovida por la banca agiotista y la Iglesia Anglicana,
traería para la mayoría.
Al contrario, la Premier Theresa
May les prometió mejorar la seguridad nacional al escindirse de la Unión
Europea. Sus mentiras y medias verdades lograron que los conservadores
perdieran la mayoría absoluta la semana pasada.
La diferencia entre conservadores
–42,4%– y laboristas –39,9–, hicieron avanzar al partido de Jeremy Corbyn, en
casi 10 puntos. Corbin señaló al respecto–: Los
conservadores perdieron escaños, votos, apoyo y confianza. Los suficientes para
que se vaya Theresa.
Y no le falta razón, pues
la señora dice ahora que no puede hacer nada más contra el yihadismo, pues
carece de los recursos suficientes. Por
lo cual, la matazón de gente en las calles y eventos ingleses continuará, hasta
que no se tomen medidas extremas.
La acción contra Ruperti
surgió de una investigación donde aparece como responsable del trafico de drogas a bordo de sus buques. La
denuncia surgió durante el juicio contra Roberto Rincón, inculpado por el multimillonario
caso de corrupción de su empresa, Tradequip Services & Marine, y Pdvsa.
La
decapitación de un periodista
El pescuezo que no le dolió a El Alssami
En correlación con este mismo
caso, el Ministerio Público de Boston abrió procesos contra presuntos criminales
rojos como el diputado Diosdado
Cabello, la embajadora María Gabriela Chávez y el vicepresidente Tarek El
Alssami. Para enrollar aún más esta madeja de sinvergüencerías, también abiertos
están abiertos los juicios sobre las cuentas de políticos como Izarrita en
Andorra y Rafael Ramírez según los Papeles de Panamá. Son miles de millones de
dólares hurtados a la Tesorería que explican la postración financiera actual de
Venezuela.
Isis aterrorizó al mundo
con un video difundido el 19 de agosto del 2014. Allí apareció periodista
estadounidense James Foley, arrodillado en el polvo de un desierto, vestido con
uniforme color naranja –como sarcástica alusión a la vestimenta usada por los
terroristas detenidos en Guantánamo–. Detrás de Foley, un verdugo enmascarado,
declara que le asesinará en represalia por los bombardeos estadounidenses en
Irak. Y luego, en cámara, decapita a su víctima.
El Alssami que no dijo ni
ñé cuando lo de Foley, salió en televisión
hará un par de días, casi llorando, por el homicidio de Jesús Rojas, a quien le
cortaron el cuello con una botella el domingo pasado en la noche en la plaza
Francia de Altamira. El vicepresidente atribuyó el robo, cuyas características
son similares a las de centenares de casos ocurren de manera cotidiana en el
país durante las casi dos décadas del chavo–madurismo, a los guarimberos de la
oposición.
El Alssami –como afirma el
Centro para una Sociedad Libre y Segura –forma parte de la red terrorista Al
Qaeda, predecesora de Isis. En su informe, resalta los estrechos vínculos del
régimen venezolano, en particular los de El Alssami, con el fundamentalismo
islámico, y sus esfuerzos por crear una red financiera para financiar el
terrorismo desde Iberoamérica. A El Alssami no le duelen los 69 muertos que van
en 70 heroicos días de manifestantes inermes contra asesinos armados y
uniformados: pero sí el pescuezo de Rojas para atribuírselo a los marchistas.
Como acertadamente dice
Armando Durán–: En política, las reglas
de oro son el diálogo, las negociaciones y los acuerdos, pero en el caso de
Venezuela eso ya no es posible porque el régimen ha dejado bien en claro que no
está dispuesto a dar ni medio paso atrás. Tampoco Isis lo hará. Y en
Londres y Caracas seguirán muriendo los jóvenes a granel, calzados con zapatos
de tenis
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