En principio no somos partidarios convertir estos escritos en collages, tan en boga en la prensa impresa, donde en 2 mil o 3 mil caracteres los periodistas suelen hablar Del todo y todas las cosas, como reza el título de un libro de Gregorio Gurdieff, pero eso sí, en cápsulas, como si sus lectores fuesen esos yuppies de los noventa del siglo pasado que sólo leían executive résumés porque su tiempo estaba dedicado a materias más importantes, como las reuniones –en nuestra opinión, reunión es el antónimo de trabajo-.
Recordamos una anécdota de quien fuera amante de un capitán de empresa, quien le dejó porque en el último encuentroíntimo que mantuvieron se negó a despojarse de la camisa y la corbata, ya que lo estaban esperando otros altos ejecutivos para un meeting de emergencia.
Prefiero a Ibsen Martínez quien, en cada entrega, examina hasta la saciedad el tema escogido, pese a que sus colegas le acusan de terrorista del realismo mágico. El que no le gusta su estilo, que no lo lea, ni a nosotros tampoco. Siempre en el aire quedará la sospecha que no es por apuro, sino por analfabetismo orgánico.
Dicho lo anterior, analicemos la avalancha de datos que recibida en las últimas horas, de forma infiel a nuestra costumbre.
I
A algunos de nuestros fieles seguidores no les ha gustado el artículo anterior, dedicado a denostar al bichito asignado por la inteligencia cubana para hackear el correo electrónico. No aseguran que no somos así, que se nos fue la mano y que caímos en la provocación.
Para los cristianos no hubo mejor hombre que Jesús de Nazareth. Sin embargo, con todo lo bueno que el chamo era, compartió con sus contemporáneos la naturaleza humana. Y para quienes creen que los Evangelios son la Palabra de Dios y así lo reconocen en la misa, ahí está el ejemplar relato de la higuera: Andaba Jesús en sus labores pías, y estaba cansado y hambriento. En el camino se topó con una higuera, e intentó, infructuosamente, alcanzar algunas frutas para reponerse. Tras varios fallidos intentos, cayó en la iracundia y empleó su poder celestial para esterilizar el infausto árbol para siempre. No hay testimonios sobre su arrepentimiento después de tan sorprendente e insospechada acción.
Tampoco nos arrepentimos de la carta abierta que le dirigimos al bichito. Es más, hoy pensamos que nos quedamos cortos en lo que expresamos, pero lo vamos a dejar así, pues con nuestro esfuerzo, dedicación y la ayuda de algunos amigos informáticos pudimos resolver el problema. Y de la manera como respondió el Señor ante un vegetal no pensante, esperamos que la higuera de la estupidez del hacker se seque por el resto de su existencia.
II
El doctor Robert Armao fue asesor de Nelson Rockefeller, cuando este notable personaje hacía campañas para llegar a la Gobernación de Nueva York y la Vicepresidencia de Estados Unidos. Entre otros de sus más distinguidos clientes se cuentan el Dalai Lama y Juan XXIII, uno de los mejores papas que tuvo el Vaticano en toda su historia.
Armao, nuestro querido amigo desde hace más de 30 años, nos regaló un extraordinario consejo en alguna oportunidad: Luis, sólo hay dos opciones en política, la del gobierno y la de la oposición. El gobierno tiene que probar que lo ha hecho bien, y que si sigue en el poder lo hará aún mejor. La oposición está obligada a demostrar que el gobierno lo ha hecho muy mal, y que si sigue en el poder acabará con el país. Ciertamente, el trabajo de la oposición es mucho más fácil que el del gobierno…
III
No hay duda alguna de lo mal que lo ha hecho este régimen, sobre todo desde que el que conté llegó a su punto de inflexión, o como se dice en criollo, desde que se le viró el santo, momento histórico ocurrido cuando don Juan Carlos II de Borbón lo mandó a callar. Aunque este episodio quedara algo deslucido después de que lo recibió, presionado por el Canciller Desatinos y los empresarios españoles, lo que todos vimos directo y en vivo por la televisión no pudo recogerse, como tampoco el asunto de la higuera ni lo del bichito. A Dios gracias.
Pero donde el que te conté es un as es en inculpar a los demás, bien sean éstos semovientes o no. La causa de la falla eléctrica no es su imprevisión, corrupción ni derroche, sino El Niño. Detrás de él, salen sus alter egos repitiendo: ¡El Niño, El Niño, El Niño! Y aunque a muchos las declaraciones de estos infelices les parezcan meras estupideces, lo cierto es que causan su efecto, porque la propaganda se basa en repetición y simplificación.
Hemos visto a varios opináticos de oficio, especialmente a economistas e ingenieros, expresar sus teorías sobre las razones y efectos de la devaluación y los cortes eléctricos. En muchos casos, terminan cayendo en contradicciones, peleándose entre ellos y subsumiéndose en un lenguaje incapaz de ser comprendido por el ciudadano de a pie, que termina optando por mentarle la progenitora a El Niño, sin saber muy bien quién es o de qué se trata. Y ahí es donde el que te conté se anota un punto a su favor.
IV
Para uno de los voceros de una prestigiosa universidad privada, el issue –o tema a ser explotado por la oposición- debería ser el eléctrico, pues es el incordio que incluye a los venezolanos sin distingos. El presidente de una fundación educativa cree, en cambio, que los issue deberían ser manejados como partituras de jazz, donde cada solista toma la melodía cuando le toca. Personalmente pensamos queel final será el resultado de la sumatoria de todos los males o desaguisados, y que el orden de los factores no altera el producto.
V
Hemos decidido no meternos más con los dirigentes de la llamada oposición democrática. Dejarlos que sigan organizando el escenario electoral como si se tratara de unas carnestolendas en Carúpano. Que continúen contando los pollos antes de que nazcan los huevos. Allá ellos y sus conciencias, y que Dios y la Patria se los reclamen.
Pero antes de emprender este propósito de Año Nuevo, me permito recordarles o informarles sobre el contenido de las declaraciones del doctor Alfredo Coronil Hartman, hijo político de Rómulo Betancourt, y líder de Acción Democrática, publicadas en La Razón el domingo 3 de los corrientes: Nada se gana con ir a unas elecciones si quien va a contar los votos, los registros que se van a aplicar, etcétera, los controla el gobierno… Creo que muy difícilmente que un gobernante que lleva más de 10 años sembrando el odio, pueda salir incruentamente del poder, aunque eso sería lo deseable…
Y hasta aquí el final de mi collage de Año Nuevo, y feliz 2011, porque en apenas 8 días, el que te conté acabó con el 2010
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