Izarrita ha declarado que los camarógrafos del desfile militar eran de Vive y no importados de Iberia, como lo aseguraban los trabajadores de VTV. Añadió que sólo hubo algunos técnicos extranjeros, manejando las flying cameras (a bordo de las aeronaves y en las grúas).
La pregunta sigue en pie: ¿Por qué de Vive y no de VTV?
Durante la transmisión de la parada (y también del concierto de Dudamel) se presentaron varias fallas (pese a los comentarios laudatorios y desvariados del usuario del twiter que les aupaba).
Empecemos por la primera.
De repente, la imagen entraba en crisis. Se congelaba o desintegraba, como pasa con la señal de DirecTV cuando hay mal clima. Casi como de inmediato, la señal en freeze frame era sustituida por imágenes grabadas anticipadamente. Estas falencias fueron retransmitidas en diferidos por la televisión cubana.
Analicemos el concierto.
Transmitir sonido no es fácil. Se necesita un ingeniero que, además de audio, haya estudiado el lenguaje musical.
Y no es lo mismo con guitarra que con bandola. Una cosa es registrar la música y voces en espacios cerrados como el Aula Magna o el Teresa Carreño, y otra al aire libre (como en la Plaza Diego Ibarra).
Le confieso, amigo lector, que tengo problemas de vista. Cataratas, las llaman. Pero mi oído sigue siendo muy fino. Y musicalmente perfecto. Según el Maestro Sojo, Aldemaro y Chuchito.
Los coros de la Cantata Criolla no se oyeron. Como tampoco las intervenciones de los actores en el desfile. De manera que, si como lo afirma el sindicato de VTV, los técnicos eran españoles, tenían sendos ladrillos en cada oreja.
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