martes, 14 de febrero de 2012

El cuento de Candelaria y Piedad

El Mum Bolita y la sangre que corría por La Habana
Cuando la Revolución Cubana era mirada con simpatía por todos aquellos que anhelaban un mundo mejor, hubo un chiste que surgió de la escaseces que acompañan –sin excepción- a todo experimento socioeconómico que excluya a la propiedad privada y al trabajo formal como pilares productivos:
—Candelaria –le comentaba una mulatica cubana a su rubia y jíbara compañera Piedad-, ¿sabes que el Comandante ha dicho que no hay pesos para importar toallas sanitarias? ¿Qué tú opinas…?
—¡Qué ahora sí correrá la sangre por las calles de La Habana…!
Algo similar nos va a suceder con la fijación atrabiliaria del PVP de los desodorantes por parte del Comandante Presidente de la IV República, y lo escribo en plural pues espero no la haya cogido sólo con los fabricantes de Mum Bolita. Así como Caridad y Piedad vaticinaban un futuro cruento para las habaneras, yo anticipo una hediondez generalizada, producto de la descomposición del sudor, en los espacios públicos y, principalmente, en los cerrados como el Metro, las aulas y los teatros. Porque de que huele, huele; y de que se pega, se pega.
A quienes todavía consideran que el olor a la transpiración rancia es una descortesía para con los demás, les recomiendo se provean de desodorantes antes de que se agoten, pues las compras nerviosas van in crescendo. O que apelen al bicarbonato de sodio, que no es lo mismo pero funciona como paliativo. No es opción esperar a que los camaradas compren los antitranspirantes chinos a punto de vencerse, los embarquen en containers boliburgueses, las motonaves recorran 12 mil Km y lleguen a los puertos, sean desembarcados, esperen varios meses bajo un sol de 40º, y, finalmente, se vendan en operativos de Pdval.
Pero viendo las cosas desde otro punto de vista, ¿a usted no le parece que el que le conté esta a punto de perder la poca chaveta que le queda, preocupándose por el Mum Bolita y la mineral Minalba? ¿Es qué acaso no le son suficientes las manifestaciones, los homicidios violentos, la rebelión de La Piedrita, las viviendas que no aparecen o se derrumban, como las de los Dos Cochinitos, a las primeras de cambio? Y, por último, ¿los 3 millones de votos de las primarias de la oposición, que en realidad fueron 5?
3 millones que fueron 5
Si el servicio del CNE hubiera estado disponible para todos los electores, en lugar de 3 millones de votantes, habrían sido 5 millones, puesto que un 40% de los inscritos fue ubicado en centros comiciales de acceso largo o costoso.
Un ejemplo, si para votar hubiese tenido que recorrer 3 Km a pie o pagar un taxi, lo habría sopesado.
¿Por qué se dio el alud de votos? Porque la gente está más harta del Guasón que lo que los políticos, los medios y los militares suponían. Porque se desbordaron las estructuras partidistas –que estimaban un máximo de 1 millón 500 mil votos-, y los arrechos se manifestaron públicamente, ante la incredulidad de muchos y, particularmente, de quienes les había motivado a hacerlo. Si esto no hubiera ocurrido, posiblemente Pablo Pérez habría vencido a Henrique Capriles.
Ganó la Derecha
Para mi hermano Rafael y para mi amigo Raúl, el domingo pasado fenecieron AD y Copei. Yo creo que estiraron la pata antes, cuando renunciaron a las candidaturas presidenciales de Alfaro Uvero e Irene Sáez, y se pusieron a cabalgar en Carabobo sobre la vana ilusión de Frijolito Salas Röemer.
El domingo ganó no la antipolítica sino la derecha en Venezuela, como la hecho en Chile, Colombia, España y México. Y lo hizo con los votos del pueblo, no de los ricos como preveían los chavistas, ya que si aquí hubiesen 3 millones de ricos, este país sería Suecia.
Ayer le dije al amigo coriano Luis que era el momento de los políticos para escoger –como afirmaba Joselo- si eres molusco o marisco, de derecha o izquierda. Luis es copeyano –y más que copeyano, socialcristiano- pero a dicha ideología y a mi entender se llegó su cuarto de hora –que fue el final de la Guerra Fría-, sin pena ni gloria en lo que a Venezuela se refiere.
Para mi, ninguno de los presidentes democristianos de este país aplicó alguna de las medidas que crearon el Milagro Europeo de la posguerra en Alemania e Italia. Experimentos tan simples como el cooperativismo que funcionaron y funcionan tan bien en Chile y Centroamérica como la organización Dos Pinos, el mejoramiento de los planes de bienestar social que también fueron claves en la formación de la Unión Europea y la devolución de las garantías económicas consagradas por la Constitución de 1961; fueron soslayados durante las administraciones verdes.
Esto lleva a un aquí y un ahora interesante para la reflexión y la reestructuración de los partidos. Pablo Pérez cuenta con un nada desdeñable 30% del afecto opositor, en el cual se incluyen adecos y copeyanos. Ahí está la semilla de la nueva izquierda, una especie de PSOE que tanta falta hace.
Capriles tiene que aceptar, por su parte, que él encarna a la derecha, que nada de malo tiene ser de derecha y que es la hora de la derecha en Venezuela, tras un siglo de silencio. Y que si se extrapolan los resultados de anteayer, con una ñinguita ganaría el 7-O.
¿Y qué queda para los demás? Lo que siempre hubo, un 10 ó 15% de votos, que dé voz a los ultrosos de izquierda y derecha. O, en otras palabras, el cuento de Candelaria y Piedad.

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