La observación, la paciencia y el espíritu
Recuerdo a mamá, Juana de Ávila, como la conocían sus lectores, cuando dedicaba las pocas horas libres que le restaban de su intensa jornada como ama de casa y periodista a armar rompecabezas.
Lograrlo requería aguda observación y gran paciencia, pues se trataba de unir miles de mínimas piezas, con dibujos y colores similares, cuyo ensamblaje final necesitaba de una semana o más.
A mi difunta mujer, Cristina, también le atraían los ejercicios mentales, en su caso los crucigramas, a los cuales les dedicaba su mayor empeño.
Confieso mi impaciencia frente ambas actividades las cuales, tengo entendido, previenen del Alzheimer restableciendo las conexiones bioeléctricas que cortocircuitan debido a la degradación cerebral, sustituyendo por neuronas inactivas las que se pierden por edad o bombardeo fotónico procedente del Sol, cuya frecuencia se ha duplicado desde la década de los ochenta del Siglo XX.
Pese a mi cortedad de vista, siempre tuve capacidad de observar y aprehender. No me refiero a las pendejadas que llaman la atención de la mediocridad militante, y que se relacionan con los atributos de la riqueza y la concepción guaricadilla de la belleza –al estilo del Miss Venezuela-. En otras palabras, no me interesan –ni me interesaron nunca- la plata ni los culos, salvo para efectos pragmáticos, inmediatos y de corta duración que dejo a la imaginación del lector.
A través del crecimiento, he ido agudizando la capacidad de observar, obviando lo superfluo, negativo e impertinente, y concentrándome en el objeto o sujeto del análisis, sin connotaciones afectivas o socioculturales, según fuere el caso. Lo explico como mirar con los ojos bien abiertos, creativamente, como lo hacen los pintores y quienes aprecian el arte por ser coleccionistas o marchantes.
Como lo expresa Rudolf Arheim, en Arte y percepción visual (2007), esa manera de percibir la realidad objetiva es gestáltica, y no sólo emplea la inducción –yendo de lo particular a lo general- sino que, simultáneamente, va formando el todo intuitivamente, mucho antes de la última pincelada.
La conspiración de Kem y Kimberly Gamble
Es por eso me han conmovido hasta las más profundas raíces de mi conocimiento y existir el mensaje del documental Thrive (2011), dirigido, producido y protagonizado por la pareja formada Kem y Kimberly Gamble, con la participación de especialistas de alto vuelo y el apoyo de una data que corrobora el contenido de 2 horas y 15 minutos del film, la cual puede ser consultada en la página Web www.trhivemovement.com.
To thrive puede ser traducido al español como prosperar, mas posee otras acepciones que tienen cabida para captar el significado verdadero de la película: florecer, alcanzar el éxito económico, como resultado de una acertada planificación estratégica y desempeño gerencial. Y, asimismo, crecer en estatura y volumen, casos sobre los cuales el Diccionario Webster da como ejemplo: Threes thrive in a good soil (Los árboles crecen en una buena tierra).
Conforme a su propia descripción, Kem Gamble posee el suficiente dinero, pedigrí y formación para, si así lo hubiese querido, haberse convertido en uno de los más importantes capitanes de la industria estadounidense; en lugar de dedicarse –como lo ha hecho- a investigar temas que en Norteamérica son considerados políticamente incorrectos, como el poder detrás del poder, la eliminación sistemática de científicos y sus descubrimientos en las áreas de energías y medicinas alternas que curan al cáncer y otras pandemias, la esterilización masiva de contingentes enteros en California, la India y Puerto Rico sin mediar su consentimiento, la promoción de conflictos bélicos de variada intensidad, la proletarización de la clase media en EEEUU y Europa merced a la estafa financiera e inmobiliaria y otras bellezas por el estilo.
El espíritu de P&G y su aplicación al movimiento de los indignados
En efecto, el Gamble de Kem es el apellido del otro socio de Procter, la firma que identifica a uno de los mayores fabricantes globales de productos de cuidado personal y limpieza hogareña.
Por eso, el espíritu que guió a Kem en su enjundioso esfuerzo no difiere mucho del que acompañó a Procter & Gamble –P&G- en su lucha planetaria contra la mugre individual y del hábitat, llevada a cabo en uno de los segmentos más competitivos del mercado.
En su obra Consultoría de negocios, Gilbert Toppin y Fiona Czerniaska (2008) comentan la respuesta a la pregunta que les hiciera uno de sus asesorados: ¿Cómo vencer a P&G? No se puede –le aseguraron-, hay que esperar a que cometa un error. No, ni P&G ni Kem y Kimberly son perfectos, pero ambas duplas se caracterizan por no dejar cabos sueltos.
Kem y Kimberly comienzan por proyectar una imagen contraria a la de los convencionales sustentadores de la Teoría de la Conspiración, cuyas versiones actualizadas pueden ser definidas como Los indignados: desaliñados, peludos y, obviamente, hediondos, tras varios días de desaseo en pernoctas bajo las carpas del activismo anti-establishment .
Los esposos Gamble aparecen impecables en su presencia y atuendos informales, como si fueran a una reunión de algún exclusivo club de golf o marina de Nueva Inglaterra. Y, probablemente, oliendo tan bien como los jabones y cremas de su empresa.
Una declaración de guerra contra “La banca de las burbujas”
Pero las apariencias engañan. Lo que dicen es dinamita pura. Afirman, verbigracia, que quien solicita a la banca un préstamo de US $ 10 mil, termina siendo cómplice inconsciente de una estafa generadora de beneficios por US $ 100 mil. ¿Por qué se castiga a quien invirtió gran parte del esfuerzo de su vida en la adquisición de su vivienda no se le indemniza, ya que aunque el precio de la misma se incremente en un supuesto negado del 3% anual, necesitará una década para igualar el valor del inmueble con el monto de su pasivo?-: se preguntan. ¿Por qué se rescata a los entes financieros que, premeditada y alevosamente, fueron a la bancarrota?
Los Gamble no sólo identifican a los victimarios y sus víctimas, no los de ahora sin al través de varias generaciones, contadss desde antes de la II Guerra Mundial, y quizás más allá.
En 1833 un brillante científico serbio, Nikola Tesla, fue contratado por Thomas Alva Edison para que mejorara los primitivos generadores eléctricos que había inventado.
Edison consideraba este proyecto una tarea titánica, la cual le exigiría años de trabajo a dedicación completa, por lo cual le ofreció al joven inmigrante una prima de 50 mil dólares, si lograba resolver el asunto.
Tesla dedicó 18 horas diarias al empeño y, en 1834, produjo un prototipo de avanzada, que substituyó la operación manual por controles automáticos. Al ir a cobrar sus recompensa, Edison le contestó:
—¡Vaya, señor Tesla! En verdad, usted todavía no entiende el sentido del humor estadounidense.
Tesla se fue a trabajar con George Westinghouse, tras firmar un acuerdo por US $ 12 millones de dólares en regalías.
Al poco tiempo, la compañía de Westinghouse fue adquirida por el banquero J. Pierpong Morgan, y Tesla pudo apenas redituar un poco más de 200 mil dólares de su contrato original.
Otra patente de Tesla le permitió a Marconi difundir la radio, en 1917, y también habría posibilitado el envío de inalámbrico de electricidad. Pero Morgan, fabricante del cable de cobre empleado para transmitir de energía eléctrica, se opuso ferozmente al proyecto, y descalificando moral, material y mentalmente al insigne el serbio,y reduciéndole a la más abyecta miseria. Tesla falleció de mengua, tras rechazar la Medalla Edison conque pretendía honrarle el Instituto Estadounidense de Ingeniería Eléctrica.
Desde esa época, el banco J. P. Morgan ha estado involucrado en numerosos casos que bordean la frontera delincuencial, si no la trspasan. Entre las más recientes, su relación con el narcolavado de dinero de un capo mafioso italiano que obtuvo, en tiempo récord, la nacionalidad venezolana, y su co-responsabilidad en la creación de la burbuja que desató la crisis del 2008, cuyas consecuencias ocasionaron, únicamente en la Unión Europea, el 10% de desempleo entre la fuerza laboral potencialmente activa.
Pero el Nous accusée de los Gamble no se limita a Morgan, sino a todas las familias de las bancas involucradas en la producción de combustibles fósiles, motores que los emplean y energías altamente contaminantes, como los Ford y Rockefeller –automotores e hidrocarburos- y Rotschild –carbón-.
A ellos y sus sicarios, los Gamble les responsabilizan por la sangre derramada de varios genios como Edwin Howard Armstrong, inventor de la alta fidelidad y la FM; Rudolph Diesel, creador del motor a gasoil; Wallace Hume Carrothers, inventor del nylon; y Paul Schmidt, inventor del primer misil. En torno a estos personajes hubo verdaderos complots, que pueden ser descifrados según la clave del Premio Nóbel hindú Ruyard Kipling: Los poderosos intentan moralizarnos, mientras libran guerras muy sucias y ocultan crímenes espantosos.
La verdad nunca triunfa
Ésta es la mayor de las estafas que denuncian los Gamble: Convencer a la Humanidad que lo mejor lo tiene aquí, pues no hay sino un solo camino a la verdad. Pero la verdad, como lo aseveró dijo Max Planck, no triunfa nunca, aunque sus adversarios se mueren antes.
Los Gamble advierten que los genocidios cometidos no son contra etnias -como más de 10 millones de bantúes sacrificados en una guerra intestina en África Sudoriental por la posesión de las reservas de coltán- o creencias, ideologías y variantes específicas –como los millones de comunistas, gays, gitanos, judíos, democristianos y minusválidos vilmente masacrados en los campos de concentración del III Reich-, sino que representan una acción deliberada para mantener a raya el crecimiento global de la población. Aseguran, asimismo, que los primeros experimentos eutanásicos y eugenésicos se llevaron a cabo en la Alemania Nazi, bajo el patrocinio de fundaciones de las familias denunciadas.
Me falta sólo una pregunta. ¿Por qué mi querido primo, el Presidente de la Fundación Amor en Acción, me azuzó para que bajara la película Thrieve, la viera y le diera mi opinión al respecto? Se me ocurren dos opciones al respecto: O bien lo hizo para que yo me comprometiera a escribir el presente reporte, que alude a los pesos –y crudos- pesados; o bien espera que reaccione sin darle armas a los atorrantes que en Venezuela justifican su ineficiencia, ineficacia e inefectividad –así como otras llagas morales que les caracterizan- atribuyéndoselas al Imperio.
Bueno, Nico, déjame decirte que la última alternativa no me quita ni un segundo de sueño. Son tan ignorantes los chavistas y sus constructos psicológicos operan tan mala manera que, aunque les regalaras Maná del Cielo, terminarían convirtiéndolo en una fritanga full de colesterol y triglicéridos. Lo digo literal y mentalmente.
En cuanto a la primera alternativa, una cosa es opinión y otra información. En algunos puntos, coincido con los esposos Gamble. Verbigracia, en los experimentos genéticos pagados por las trasnacionales estadounidenses en la Alemania hitlerista, pues poseo como referencia dos fuentes difícilmente cuestionables que confirman tales hechos: The Rise and fall of the Third Reich (1960), de William L. Shirer, y Mein Führer (Adolf Hitler - Una biografía narrativa), publicada en el 2009 bajo la autoría de John Toland.
Sea cual haya sido tu propósito, Nico, te lo agradezco y me ofrezco para trabajar por la ONG Thrivemovement. Y hasta fundarla en Venezuela, pues tengo a orgullo haber trabajado como copywriter de P&G.
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