México tiene un nuevo Santa Anna
Enrique Peña Nieto, presidente de México, recordando a
su antecesor Antonio López de Santa Anna, hizo dos afirmaciones importantes este
miércoles en Londres: que no recibirá a
Henrique Capriles, porque su gobierno ya reconoció a Nicolás Maduro como Primer
Mandatario de Venezuela; y que Pemex
acudirá a las trasnacionales para la explotación de sus reservas petroleras.
Peña Nieto rememora a Santa Anna, pues el general
jalapeño vivió de espaldas al resto de Latinoamérica, hasta que le tocó
exiliarse en Colombia; dejando que los gringos destruyeran la identidad
mexicana al cogerse la mitad del territorio azteca. Sentimiento nacional que
sólo retornó cuando fueron nacionalizados los hidrocarburos, y se creó Pemex.
Puede que Jing compre la Cadena Capriles
Por otra parte, Daniel Ortega, presidente de Nicaragua
y petrochulo del régimen castrochavista, sabedor que las arcas de Venezuela a
duras penas sirven para sustentar a la abominable tiranía comunista de Cuba, designó
a un misterioso chino, Wang Jing, como inversionista mayoritario y representante legal de la empresa que
construirá, a un costo de 40 mil millones de dólares, el canal interoceánico
por Nicaragua.
A Jing ni siquiera lo conocen o tutean en su casa,
porque la, HK Nicaragua Canal, carece de experiencia en ingeniería civil y su
otra compañía sita en China se ocupa de las telecomunicaciones. Empero –según afirma la prensa opositora- lo
que quiere Ortega, quien también le concedió a Jing licencia para operar telefonía
móvil en el país por un valor aproximado de 700 millones de dólares, es
levantar fondos para reelegirse en las presidenciales del 2016,
independientemente de la suerte del canal.
A lo mejor Jing también resulta ser el desconocido
comprador a ser anunciado por la Cadena Capriles, cuyo nombre aún no ha sido
revelado por los vendedores. ¿Quién quita?
Zambrano le pide al Papa interceder con Maduro
Mientras estos hechos ocurrían en Londres y Managua,
el diputado Alberto Zambrano tuvo un brevísimo encuentro con el Papa Francisco
I en Roma. Cuyo objetivo –según declaró al salir- era pedir amnistía general para
los presos políticos y exiliados de la dictadura venezolana, pero que al final
se transformó en una rogatoria para que la Conferencia Episcopal Venezolana
actuara de mediadora entre la oposición y el gobierno, a fin de establecer un diálogo honesto entre ambas partes.
Y, asimismo, en Brasil, millones de manifestantes se
lanzaban a las calles para protestar contra la corrupción del gobierno
socialista y el aumento del pasaje del transporte público. En Brasil, donde la
renuncia al modelo económico maximalista y la adopción plena de la economía de
mercado logró incorporar a un número mayor que la población de Venezuela de
pedigüeños a consumidores en menos de una década.
Ante las protestas, la camarada Dilma recomendó a los
gobernadores escuchar a los manifestantes.
En circunstancias parecidas ocurridas con los estudiantes y profesores
universitarios en Venezuela, el mayor general Miguel Rodríguez Torres, Ministro
de Justicia, envió un grupo de encapuchados a la Plaza del Rectorado de la UCV
para que secuestraran y quemaron dos buses, uno de la Unesco y otro del
Pedagógico.
Después, tuvo el tupé de acusar a los ucevistas de
estos actos de terrorismo oficial. Así es él, y ésa es su costumbre, tirar la
piedra y esconder la mano, desde que Danilo Anderson fuera el Fiscal General, y
compitiera con el vice delincuente hijo ‘e putivo en extorsionar a los
firmantes de la lista de Carmona. Y conste que no lo aseguro yo, sino el
diputado Pablo Medina en su libro sobre el
asesinato del alto funcionario.
Los reclamos de los universitarios duelen
Los reclamos de los universitarios duelen…
A los marginales que administran el Tesoro para
mantener el gobierno ilusorio de Cuba, que ofrece a cambio médicos que no son
médicos, medicinas que triangulan y una red de burócratas para realizar
funciones que siempre hicimos los venezolanos.
A los uniformados corruptos y narcotraficantes, que
ven en pico de zamuro sus prebendas, frente a un estallido social donde oficiales
probos asumieran el poder.
A los boliburgueses, que disfrutan con una glotonería
cuasi concupiscente el raspado definitivo de la olla del Festín de Baltazar.
A la oposición colaboracionista, que olvida la
deslegitimación y se abalanza sobre el reparto de cambures a darse en las
elecciones de alcaldías, legislaturas y ayuntamientos; soslayando la entrega de
la soberanía a la República a Cuba, los 200 mil muertos causados por los ahora
inexistentes pranes y sus forajidos desarmados, y otros detallitos por el
estilo.
Los estudiantes son una puntada en el hígado, para
muchos pero no para quienes están en la resistencia, pues el término oposición ha pasado a convertirse en
Venezuela en su antónimo, como sucedió con transparencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario