sábado, 7 de septiembre de 2013

La hora de la conciencia y el pensar profundo


La impunidad y el desasosiego ajeno
Desde las 8 de la noche de ayer y aún todavía, 13 horas más tarde, el colectivo que ocupa un inmueble ubicado en la esquina noroeste frente a la Plaza La Campiña, dejó sin dormir a los residentes de esta antes pacífica urbanización de clase media, a punta de un repertorio palurdo, transcultural y extranjero de canciones vociferadas a través de parlantes electoreros, gritos aparentemente orgiásticos de hombres y mujeres y el sonido de uno que otro botellazo.
Esta agencia de festejos, denunciada en varias oportunidades ante las autoridades respectivas por los presidentes de condominios y líderes comunitarios por su ilegalidad -ya que el a medias remodelado caserón sólo cuenta con permisería para vivienda unifamiliar-, va a seguir haciendo de las suyas, con absoluta impunidad, pues cada vez que un policía viene a reclamar, le muestran chapas más arrechas que las emitidas por Miguel Rodríguez Torres.
Así como los perros orinan las calles para marcar territorialidad, los chavistas fueron pintando los terrenos, casas y edificios que apetecían en la susodicha comunidad, con un estilo tan primitivo que aún sería objetado entre los pintores de las cuevas prehistóricas del Plioceno Superior en Altamira y Niaux.
El diseño gráfico de los invasores
Empero, hechos con la suficiente mala leche -así me lo aseguraron algunos de mi vecinos- para que hasta los chaburros los decodificaran: terreno a ser invadido; aquí viven simpatizantes del proceso; aquí sus enemigos; apartamento con dos habitaciones, una de ellas sin ocupantes, etcétera.

Grafitti alusivo al amor en el depurado lenguaje chaburro
Esta planificación -como todo lo que tiene que ver con el proceso de destrucción de la infraestructura del país, la proletarización de su clase media y la sumisión de su población al castro comunismo- ha sido desarrollada en La Habana y copiada del manual destructivo que la tiranía ha mantenido por más de medio siglo.
Un adiós al bravo pueblo
Lo increíble es que un pueblo y un liderazgo que demostraron su valor el 19 de abril de 1810 y lo reiteraron el 23 de enero de 1958, se queden de manos cruzadas frente a lo que está ocurriendo aquí y ahora.
Y no me refiero a la oposición colaboracionista, que ya la doy por perdida, pues se encuentra postrada por una metástasis terminal que se llama la ilusión de los votos o la ambición de los cambures. Enfermedad mortal que les impide asumir los riesgos de su oficio, que no son otros que el exilio, la cárcel o el hospital.
Si los opositores a Salvador Allende no hubiesen entendido su rol en los oscuros días en los cuales los Castro casi se adueñan de Chile, hoy no habría Piñera ni Bachelet se lanzaría de candidata a la reelección. Y Chile enfrentaría la misma hecatombe que hoy sufre Venezuela.
No fui yo quien cantó, ¡fraude!
Coño, ¡a nadie le gustan las primaveras árabes, y mucho menos en su propia nación! Mas, ¿cómo reaccionar frente a las denuncias de los supuestos adversarios? Vamos por partes, la siguiente información, donde se evidencia n las irregularidades en las pasadas elecciones,  la publicó el comando de Capriles al día siguiente:
Máquinas dañadas = 189.982 = 535 mil votos
Proselitismo del PSUV el 14-A = 21 centros = 1.180.000 = votantes
Testigos de la oposición rechazados el 14-A = 286 centros = 722.983 votantes perjudicados
Votos asistidos = 564 centros = 1.479.774 electores inducidos
Total de centros electorales con graves irregularidades: 2.719
Total de votos afectados = Más de 5 millones
Entonces, ¿hubo o no fraude?
Según los constitucionalistas, Maduro ni siquiera calificaba para la candidatura si no se desprendía de su cargo de VP Ejecutivo. Y no lo hizo.
Según los entendidos, tampoco podía ser electo, pues nación en Colombia. Y no ha presentado aún la prueba en contrario.
A lo anterior se le llama ilegitimidad de origen. A lo que viene ahora, ilegitimidad en desempeño.
La carraplana de Ño Orlando
Según declaraciones dadas la semana pasada a CNN por el economista Orlando Ochoa -noticia criminal- a Pdvsa le deben los países petrochulos más de 40 millardos de dólares, y la estatal, a su vez, 12 millardos a los concesionarios y una cantidad no auditable al Banco Central de Venezuela. Además, las trasnacionales Conoco-Phillips y Exxon ganaron el juicio ante el árbitro internacional por unos 40 millardos más. ¿Hasta cuándo va a mantener el régimen a ladrones e incompetentes dirigiendo a Pdvsa?
Las casas de Ciudad Caribia se derrumban por defectos de construcción, los guardias nacionales matan a inocentes en los barrios, mientras el plan Patria Segura rompe los récords históricos de homicidios violentos y occisos de fin de semana en los tanatorios. No hay papel toilette, leche en polvo -se consigue a Bs. 80 el kilo en los buhoneros de Quinta Crespo-, carne, gasolina en Táchira o Zulia. El dólar -lo dijo Ochoa, noticia criminal- está a más de 6 veces de su valor oficial en el mercado negro. Y una amiga me dice que, si lo estima a lo que le costó una nevera que debió comprar porque la suya explotó tras el último apagón, hay que multiplicarlo por 10.
El golpe eléctrico
Jessie Chacón comenzó pidiendo disculpas por el black-out que dejó sin luz a 18 estados por más de 7 horas, puso a caminar a media Caracas que se quedó sin metro ni buses para ir de sus trabajos a sus casas y produjo incalculables pérdidas.
Tras la revelación casi mística que el suceso lo había causado la derecha fascista, como un ensayo para un golpe eléctrico, Jessie tuvo que rectificar, aseverando que la malla de protección se cayó, a lo mejor, por sabotaje o negligencia del último obrero que la mantuvo hace un mes.
Cada día hay menos medios masivos independientes. ¿Se acuerda usted que hace 3 meses se anunció la venta de la Cadena Capriles, y se informó que el nombre de los nuevos propietarios en agosto? En septiembre anda el país, y se rumora que los enanos van a seguir indigestándose con periódicos.
En fin, creo que llegó la hora de la conciencia y el pensar profundo. No para dormir, sino, al menos, para cambiar la letra del Himno. Porque este pueblo perdió su bravura, ningún ejemplo a seguir da Caracas y la mayoría no entiende que los países se defienden con la sangre, el sudor y las lágrimas de sus ciudadanos.

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