Este aserto hizo que se prendiera
en mi interior una luz y una sirena de alarma. Porque una de las maneras de
mantenerse en el poder es controlando el
bozal de arepa, ya que el hambre es una de las necesidades básicas -o fisiológicas,
como las denominara el psicólogo Abraham Watson en su famosa pirámide-.
Sin querer queriendo, Serbiá me
recordó que a los tiranos marxistas les importa un carajo que la mayoría se
muera de hambre, si ellos y sus cúpulas están ahítos; que la gente no pueda
salir del país, mientras ellos y sus cúpulas lo puedan hacer, en primera y con
gastos ilimitados; que los trabajadores anden a pie y en chatarras rodantes,
pero que ellos y sus cúpulas se desplacen en lujosas four-runners. Etcétera.
Pero no todos los televidentes se
toman en serio a Serbiá, porque están acostumbrados a los contenidos banales
que nos ofrece la TV local.
¡Menudo economista!
Hay que escuchar muy bien a este
borincano, cantante del Grupo Menudo
desde 1980 hasta 1983; solista de salsa con dos grandes éxitos, Sentir (1991) y Para siempre (1992); actor y presentador de TV; quien pasó de ídolo
de las jovencitas, a ser asesor en finanzas, gracias a un Cantinflas financiero, que tomó mi dinero y se puso a jugar en la
Bolsa para ganar comisiones.
Tras 6 años de juicio recuperó
una parte, pero esa enseñanza lo motivó a crecer: En Menudo, alegraba a la gente, ahora la ayudo a que logre una
transformación económica que perdure para toda su vida.
Serbiá desarrolló su propia metodología
para lograr la estabilidad financiera: La
menudocratización de las finanzas, editado por Santillana (2009) como La riqueza en cuatro pisos.
Desde que en el 2011 debutó en
CÑN, junto a Gabriela Frías, mexicana, comunicadora social con posgrado en Business
Administration, Dinero se ha
transformado en el mejor programa opinático del canal internacional, a mi
entender, por que los presentan personas inteligentes, cultas y conocedoras de
la materia. Ambos son verdaderos líderes y formadores de opinión, lo que ya
quisieran muchos papanatas que aparecen en pantalla sólo por su aspecto.
He aquí tres historias de por qué
nadie es tan bruto como uno cree, ni tan inteligente como la mamá de uno
piensa.
Stalin o el hambre tiene cara de hereje
Joseph Stalin arremetió contra quien
osara criticar sus decisiones, castigándole con purgas o depuraciones.
Las purgas las aplicó en el seno del Ejército Rojo. A través de las depuraciones, eliminó entre 75 y un 90%
de los burócratas que habían accedido al poder desde 1918.
Alias Joseph Stalin, el gran asesino de su pueblo
Únicamente en el Comité Central
del Partido Comunista, de sus 139 miembros, son detenidos 110 y ejecutados 98.
La represión se agudiza en el período 1936-1938. Este
último año, 8 millones de personas son confinados a campos de concentración deportados
a campos de trabajo, donde se les obligó a realizar los trabajos más arduos.
Sobrevivieron sólo los más fuertes.
Según documentos desclasificados
hace poco, probablemente que Stalin haya causado la muerte de más de 30
millones de sus conciudadanos de 1922 a 1953, cifra que superaría con creces
los 20 millones atribuidos a la invasión nazi a
la URSS durante la II Guerra Mundial.
La muerte de mengua de 3 millones 600
mil camboyanos
Pol-Pot (1928-1998) comunista
camboyano, considerado dictador de su país de 1975 a 1979 desató una guerra
civil de 5 años que concluyó con la victoria de los khmer rojos, quienes el 17
de abril tomaron la capital, Phnom Penh, tras largo asedio.
Al alzarse con el poder, Pot aisló
a Camboya del resto del mundo, e inició una brutal reorganización social. Trasladó
a 3 millones de habitantes de Phnom a zonas rurales, sin alimentos, agua ni
atención médica.
Decenas de miles de personas
murieron en sus desplazamientos por hambre, enfermedades y extenuación. A finales
del 75, Pot decretó una segunda emigración, cuyas bajas fatales se elevaron a
600 mil, con lo cual su genocido se elevó a más de la mitad de la población, que sumaba 6 millones de habitantes antes de su revolución.
Pol-Pot, el genocida derrotado y enjuiciado
Los comunistas eliminaron,
asimismo, a millares de combatientes, funcionarios y burócratas del antiguo
régimen. El gobierno confiscó la propiedad privada y suprimió los salarios de
los trabajadores, a quienes se retribuyó en adelante con simples alimentos
racionados.
A fines de 1978, una contrarrevolución
procedente de Vietnam acabó con la tiranía comunista.
Vicente Botín narra una historia
de terror, en la cual desvirtúa la falacia de que la Revolución Cubana acabó
con el hambre.
La muerte de la vaquita y la ocupación
de las Dakotas
A
Oswaldo Medina le salió caro matar a su vaca: le condenaron a 3 años y seis
meses de cárcel. El sacrificio de vacunos, aunque sean propios, sin
autorización previa del órgano estatal específicamente facultado para ello, es
un delito severamente castigado en Cuba, con penas de hasta 5 años de prisión.
Una
vez tomada la decisión, Medina esperó pacientemente al lubricán, cogió una de
sus vacas, la más flaquita, le decían «Flor de caña» de puro flaca, y la llevó
a pastar a la vía del tren. Confiada, la vaquita rumiaba sin saber que se
trataba de su última cena, hasta que pasó lo que Medina esperaba... Luego,
recogió los despojos y se dio un tremendo banquete con los suyos.
Al
día siguiente, fue a Camagüey y relató, compungido, que a su imprudente vaquita
la había matado el tren. Empero, bajo presión, Medina se retractó y confesó que
la libreta de racionamiento no daba para nada, que tenía mujer y tres hijos,
que su madre vivía con él, que su suegra también, que tenía a su cargo a un
hermano mutilado de la guerra de Angola, y así, de a poco, logró convencer al magistrado,
que le redujera la pena,
La
muerte accidental de una res como «Flor de caña» puede ser considerada como un
sabotaje a la economía. Un kilo de carne equivale al salario medio mensual de
un cubano,.
La
alimentación del pueblo cubano resulta escasa e inadecuada, pese a vivir en un
país especialmente dotado por la naturaleza para producir en abundancia. La
revolución no sólo no ha resuelto ese problema sino que lo ha agravado. Desde
hace casi 50 años el Gobierno mantiene una cartilla de racionamiento, pero lo
sorprendente es que tanto los productos como las cuotas asignadas mensualmente
a cada persona han ido disminuyendo de año en año.
Ayer. Maduro anunció, casi al
borde del orgasmo, haber ordenado la ocupación de las tiendas de
electrodomésticos Daka, el arresto de sus gerentes y la confiscación de las
mercancías para venderlas, según él, a
sus justos precios. Todo este proceso parece calcado de las normas
castro-comunistas que le aplicaron a Oswaldo Medina.
La tienda Daka de Valencia, saqueda ayer por orden presidencial
Las medidas aprobadas por el
régimen chavista tienden a concentrar todo en un haz: importación y exportación
de bienes y servicios, compraventa de divisas, distribución de mercancías.
Estamos a un paso de la cartilla de racionamiento, de que sólo coman completo
los acólitos. Y la prueba de la escasez de alimentos funcionó. Los consumidores
prefieren caerse a coñazos en los supermercados por un kilo de harina Pan, una
lata de leche La Campesina, un litro de Mazeite; que caerle a coñazos a los
hijos de putas responsables del caos económico.
Y esa, para mi, es la verdad
ínsita en la advertencia del ex menudo Xavier…
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