Una bofetada
papal
Cuando era joven, José Sarto, Pio
X, estando con su hermana se quejó de dolor de muelas lo que provocó que ella
lo criticara y lo tachara de quejoso y flojo respondiéndole con una bofetada.
Sintiéndose avergonzado se disculpó por ser tan violento, defecto que fue
corrigiendo.
El
fiasco de Unasur
Fracasada como ha sido la gestión de los supuestos mediadores de
Unasur entre la oposición tolerada y la dictadura narco-madurista, los
estrategas del desgobierno, en vista de la reciente doble visita papal a La
Habana y las prédicas del Santo Padre por la paz, asumieron que Francisco I se
iba a cuadrar con ellos.
Craso error, debido a la ignorancia supina de la cual hacen gala
todos los partícipes de la banda criminal empoderada que sojuzga, destruye y
envilece a la Patria. Se adelantaron a solicitar el apoyo del Vaticano para
promover el diálogo entre el PSUV y la MUD. Que, más que diálogo, sería una
rendición, pues ya Aristóbulo, Diosdado y Nicolás habían adelantado,
públicamente que no habría revocatorio, ni amnistía para los presos políticos y
expatriados –en ningún caso, excarcelación de Leopoldo López, según la
propuesta que llevó a AD Timoteo Zambrano–, ni apego del Ejecutivo y el TSJ a
la Constitución, ni cese a la represión, ni –mucho menos– giro de 180° hacia la
economía de mercado.
Una
Iglesia anti-totalitaria
Hoy también se tortura a la gente. Muchos prisioneros son torturados para hacerles hablar.
A diferencia de la Iglesia de Cuba, la de Venezuela siempre fue combativa
y apegada a los principios democráticos, en lo que va del siglo XX, y a la
libertad en general, a partir del 19 de abril de 1810, cuando el padre
Bartolomé De Las Casas le pidió gestualmente a su feligresía que rechazaran al
Capitán General Vicente Emparam. Orden que entendieron los asistentes al
Cabildo de Caracas, y que terminó con la conocida frase–. Si ustedes no quieren mi gobierno, yo tampoco quiero mando.
Esta tradición se manifestó nuevamente el 1° de mayo de 1957, cuando
Monseñor Rafael Arias Blanco, Arzobispo de Caracas, hizo leer en todos los púlpitos
de Venezuela una Carta Pastoral en la planteaba críticamente las necesidades de
los problemas de la clase trabajadora y recordaba el apego doctrinario de la
Iglesia a su doctrina social. La voz de la Iglesia sacudió la conciencia
nacional y encendió la primera chispa de la subversión. En un país de rigurosa
censura de prensa, fue el primer grito de libertad.
A partir de la elección de Karol Józef Wojtyła en 1978, en el
Vaticano dejó de ser tolerante con las tiranías, de izquierda o derecha, y más
bien se dedicó a hacerse perdonar las acciones u omisiones cometidas durante las
épocas del nazi fascismo, el salazarismo y el franquismo en Europa.
Juan Pablo II en 1979 y Benedicto XVI en 2006 visitaron el campo de
extermino de Auschwitz. El último Papa en
hacerlo fue Francisco I, quien lo hizo en silencio, pero después explotó en un
discurso improvisado –: Fui a Auschwitz y Birkenau para recordar lo ocurrido
hace 70 años… ¡Cuánto dolor! ¡Cuánta crueldad! ¡Cómo es posible que nosotros,
hombres, creados a semblanza de Dios, hayan sido capaces de hacer lo que hicieron… No querría agobiarles, pero debo
decir la verdad… La crueldad no se acabó en Auschwitz o en Birkenau. Hoy
también se tortura a la gente. Muchos prisioneros son torturados para hacerles
hablar. Es terrible… Y hay mujeres y hombres hacinados en cárceles como
animales. Hoy existe esta crueldad.
La
relevancia del purpurado Arzobispo de Mérida
De ahí la relevancia del nombramiento realizado el domingo por el
Santo Padre al purpurar al Arzobispo de Mérida, Baltazar Enrique Porras, tiene
un mensaje muy claro parta el oficialismo. Baltazar Porras es Licenciado en
Teología y Doctor en Teología Pastoral en la Universidad Pontificia de
Salamanca. En 1983, Juan Pablo II le nombró obispo auxiliar de Mérida, y le
consagró como Arzobispo de Mérida en 1991. El nuevo cardenal venezolano está considerado unos de los historiadores más
acuciosos de la Iglesia Católica venezolana, así como un prelado muy querido
por el pueblo venezolano.
Como lo recuerda el diario El
Nacional del lunes, Porras ha tenido varios encontronazos con el régimen
narco-comunista. La última agresión, empero, no fue hacia su persona si no
contra la dignidad de 5 seminaristas en Mérida, a quienes los colectivos
oficialistas interceptaron, desnudaron, golpearon brutalmente y quemaron sus ropas;
el 1° de julio próximo pasado.
El chavo madurismo se enemistó con el ahora Cardenal Porras a raíz
del golpe del 11-A del 2002.
Chávez, temblando de miedo porque creía que creía que los militares
golpistas le iban a dar matica e´café, pidió que Monseñor Porras le acompañase
a Fuerte Tiuna. Chávez Al día siguiente, le pidió al Cardenal Ignacio Velasco
que se montara con él en el helicóptero que lo llevaba a la Isla de la Orchila,
pues había soñado que sus aprehensores lo
iban a zumbar al agua desde la aeronave… Fueron dos testigos de la cobardía
del Comandante Eterno, de la cual
también dio evidentes demostraciones durante el infausto 4-F de 1992, mientras
el resto de los militares subversivos sí habían
cumplido con sus objetivos.
Aunque ni Porras ni Velasco hablaron, su sola presencia fue afrenta
contra el culto a la personalidad de Chávez, y la posterior mitomanía que se ha
pretendido sembrar con educación, propaganda y contrainteligencia militar. La
famosa negación de la realidad o esquizofrenia a la que se refiere
Gloria Cuenca o socio patología del poder,
como la definió mi compañero profesor de posgrado Javier Mayorca, fallecido
hace un par de años, a quien Dios le concedió el don de ver el país sin máscaras; se opone tenazmente a bajar del pedestal
al líder de la chequera que caminaba por
América Latina.
No me extrañaría para nada que el viraje de Chávez del catolicismo a
la santería se haya iniciado con este odio irracional a los prelados de la
Iglesia.
No las tiene nada fácil Baltazar Cardenal Porras si se queda en su
Arzobispado. Mérida, para mis seguidores del extranjero, tiene tres fuentes de
ingreso: el situado constitucional o cuota parte del presupuesto que el
gobierno le asigna a los gobernadores, el turismo y las universidades e
institutos universitarios.
Dada la voracidad de Alexis Ramírez, gobernador de la entidad, y sus
compinches, el situado se lo tragan de un bocado, y aún quedan muertos de
hambre. El turismo cada vez más se viene a menos. De 4 universidades, 3 son de
oposición y una, la de las FFAA o Unefa, cuyas autoridades simpatizan con
el narco-régimen o son fichas del PSUV.
De hecho, pese a que los agresores de los seminaristas fueron grabados y
plenamente identificados, Ramírez se rehusó a emprender ninguna acción en
contra de los paramilitares gubernamentales.
Si se tiene que venir a Caracas, hecho que pudiera ocurrir cuando Jorge
Cardenal Ulrosa, al cumplir 75 años –sucederá el año que viene– renuncie, y su
voluntad sea aceptada por el Papa, se enfrente contra los castro-comunistas,
que aún seguirán empoderados si quienes pueden torcer el destino fatal que nos
aguarda deciden hacerlo.
De cualquier manera, el gesto de Francisco I me suena como una
bofetada papal.
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