Ayer tuvimos la oportunidad fascinante de asistir al evento Cita con el destino, patrocinado por y presentado en el auditorio de El Nacional. Sus ponentes fueron José Hernández. Astrólogo; Antonio Nicolás Briceño, Embajador de la Paz; y Jazmín Sambrano, Psicóloga.
Hernández –quien redacta los horóscopos de El Nacional- discurrió sobre la realineación de la polaridad magnética terrestre en la actual Era de Acuario, y nos regaló una hermosa meditación. Asimismo, aseguró que Caracas se convertiría en la Jerusalén del futuro. Chúpense esa mandarina.
Lamentablemente, llegamos tarde a la intervención de Hernández y no pudimos participar en la experiencia colectiva de Sambrano.
Sabido es que ni los periodistas ni los docentes podemos considerar a los sábados como días no laborables, salvo en muy contadas excepciones. Los primeros, porque nos tocan las famosas guardias de los fines de semana. Los segundos, porque, o tenemos clases, asistimos a las aulas para perfeccionarnos en cursos de extensión y posgrados o hay en nuestras casas un cerro de trabajos por corregir y un montón de guías y exigencias burocráticas que atender.
Lo que sí oímos, con puntos y comas, fue la disertación de Briceño. Sobre ella, nos toca hacer varios comentarios. Quienes fueron buscando la confirmación del Holocausto según lo plantea el filme 2012, debieron haber salido desilusionados.
Con el apoyo de numerosas láminas PowerPoint, Briceño ofrece una fusión notable entre profecías que arrancan desde los inicios de la Historia con los más recientes descubrimientos en Astronomía, Física y Geofísica. Una síntesis que denota años dedicados a correlacionar los materiales disponibles, y que demuestra, sin lugar a dudas, que la Ciencia confirma hoy lo que numerosos testimonios del pasado esbozaban ayer.
Cita, entre otros, a textos árabes, cristianos, judíos, hindúes y al famoso Calendario Maya de 26 mil años, cuya vigencia termina el 21 de diciembre del 2012, y los examina, bis a bis, con los más portentosos descubrimientos de la NASA, la Royal Society de Inglaterra el Instituto Max Planck de Alemania y varios investigadores de fama mundial. Su mensaje final, empero, está lleno de optimismo: Ciertamente, el mundo, tal como lo conocemos, acabará en la fecha prevista –afirma-. Eso no implica la destrucción de la Humanidad o el planeta, sino del hombre tal como lo conocemos. Seremos los parteros y los bebés de ese gigantesco salto cuántico.
Pero la mutación, para Briceño, no será automática. En una semilla hay, potencialmente, un árbol perenne. Para que se dé y crezca, hay que sembrarla, regar la planta y protegerla hasta que pueda valerse por sí misma.
Si estamos hechos a imagen y semejanza de Dios –con lo cual están contestes todas las religiones- no podemos asumir la actitud de los ni-ni ante la inminente e irreversible transformación, ni tampoco la de quienes habilitan y abastecen búnkeres en Europa para salvarse de las cada día más devastadoras alteraciones geológicas y climáticas del globo. Debemos esforzarnos en dejar que la Divinidad florezca en nosotros mismos, pues somos sus espíritus reencarnados.
¿Y cómo lograrlo? En primera instancia, Briceño recomienda conocer la Verdad. En segunda, renunciar al Miedo –no se puede ser líder y tener miedo, ambas conductas resultan antagónicas, como bien lo reconocía Gandhi-. En tercera, volar con dos alas: Amor y Fe.
Quienes acudieron a Cita con el destino esperando que el Embajador de la Paz hablara mal de régimen, probablemente también han debido salir un tanto contrariados, pues Briceño ha sido un ácido cuestionador de y un persistente activista contra el Guasón, desde que se encaramó en Miraflores.
Sucede que no eran ni el lugar y ni el momento para hacerlo –el aquí y el ahora- y que, quienes le conocemos y pudimos saborear entre líneas la sabrosa narración de Briceño, entendimos que los días de personajes como el Guasón están contaditos. Se los llevará el Rayo Galáctico. En el 2012, o quizás antes. Bienaventurados los puros de corazón.
domingo, 30 de mayo de 2010
viernes, 28 de mayo de 2010
El otro Bernal
Dedicado a Colette Capriles
Ayer en su columna de El Nacional, refiriéndose al salto a la talanquera del PPT, Colette Capriles se preguntaba de qué manera se sentirían quienes hasta poco habían sido beneficiarios y cohonestadores de un régimen totalitario como el del Guasón.
Claro, no lo decía con nuestras palabras, porque ella es una señora que siempre mantiene la distinción en su lenguaje escrito. Pero es sabido que para llamar a alguien perro, basta con mostrarle el collar.
En realidad, lo que los camaradas denominan revisionismo, traición o cualesquier sustantivo que a bien tengan emplear para definir el divorcio entre el Líder Revelado y algunos miembros de su nomenclatura, no es algo que nos ocupe o preocupe mayormente a estas alturas del juego. Pero debe servir como advertencia a quienes, ingenuamente, piensan que basta con arrepentirse y hacer propósitos de enmienda para ingresar a la otra banda. Por aquello de que: Cochino tira pa´l monte.
En lo que sí discordamos con Capriles es que el único cambio histórico de polaridad haya sido el de Emanuel Kant, cuando, como recuerda en su cita, le agradecía a David Hume por haberle liberado de sus sueños dogmáticos.
En 1933 el científico irlandés John Desmond Bernal (1901-71), quien se convertiría en pionero en la cristalografía de los Rayos X, desarrollador de las teorías del laboratorio espacial –al cual llamó Esfera de Bernal-, fundador de la Sociología de la Ciencia, inventor de los puentes prefabricados Muelberry –que hicieron posible el desembarco aliado en Normandía - y Comandante durante el Día D, cruzó la raya amarilla. Lo hizo de una manera muy simple y de poca relevancia mediática: dejó que caducara su carné del Partido Comunista Británico.
Lo que no obstó para que la tiranía soviética le concediera el Premio Lenin a la Paz en 1953, pero sí fue la causa de que la Academia Sueca nunca le otorgara el Nóbel de Química –el cual sí le fue concedido, por ejemplo, a Dorothy Crowfoot Hodgkin en 1964, quien formaba parte de su equipo-. Y que muchos de sus discípulos recibieran diversos reconocimientos de alta factura académica.
Bernal, hijo de un sefardí británico y una judía asquenazí estadounidense, ambos conversos, se resignó de por vida a que los que trabajaran con él ganaran indulgencias con escapulario ajeno.
Pagó su renuncia al marxismo-leninismo, dedicándose en cuerpo y alma a enriquecer el patrimonio científico del Reino Unido y de la Humanidad. Eso sí, de bajo perfil, pues se olvidó de la política.
Hizo como un gran amigo, el cineasta Orlando Jiménez Leal, quien al llegar autoexiliado a Miami, declaró a los medios: Hasta el día de hoy fui solidariamente responsable de la Revolución Cubana.
Además de en sus labores en la Universidad de Cambridge, Bernal encontró compensaciones en el arte de amar. Según sus biógrafos, era un personaje encantador, un seductor natural, que cautivó el corazón de las damas de su época. Procreó cuatro hijos con tres compañeras de vida. Lo cual no estuvo nada mal, pues, según Leoonardo de Vinci, Arte y Ciencia son una misma cosa.
Uno de sus vástagos, Martín, autor de Atenea Negra, heredó el talento de su abuela paterna, Elizabeth Miller, quien también había sido periodista y escritora.
En el texto Planificación y Comunicación, que nos regalara con una extraordinaria dedicatoria uno de sus autores, Juan Díaz Bordenave, docente de la Maestría de Comunicación Social que cursamos en la UCV y quien, en aquellos tiempos ya pretéritos, también vivía su desencanto y desencuentro con el denominado socialismo científico –comunismo, a secas-, puede leerse este magnífico pensamiento de Bernal: Existen dos futuros, el futuro del deseo y el futuro del destino. La razón del hombre nunca aprendió a separar ambos.
No somos quienes, amiga Colette, para exigirles a los del PPT o militantes que abjuran del régimen castrocomunista del Guasón que se den golpes de pecho, se vistan de Nazareno o se flagelen en manifestaciones públicas.
Aunque no negamos que nos regocijaría en algo verlos ahora recibiendo gas del bueno, perdigones y rolazos. No por sadismo, sino para cómo nos hemos sentidos los oposicionistas, durante 11 largos años, en nuestras marchas escuálidas.
Pero sí les pedimos que tengan sindéresis. O elegancia, como usted bien destaca.
Tampoco los imaginamos opinando con la misma dignidad de un Jiménez Leal o un Díaz Bordenave. Y mucho menos, actuando flemáticamente, como el británico Bernal.
Lo que rechazamos, frontalmente, es que se muten como Arias Cárdenas. O que se comporten como el otro Bernal, el de acá.
Ayer en su columna de El Nacional, refiriéndose al salto a la talanquera del PPT, Colette Capriles se preguntaba de qué manera se sentirían quienes hasta poco habían sido beneficiarios y cohonestadores de un régimen totalitario como el del Guasón.
Claro, no lo decía con nuestras palabras, porque ella es una señora que siempre mantiene la distinción en su lenguaje escrito. Pero es sabido que para llamar a alguien perro, basta con mostrarle el collar.
En realidad, lo que los camaradas denominan revisionismo, traición o cualesquier sustantivo que a bien tengan emplear para definir el divorcio entre el Líder Revelado y algunos miembros de su nomenclatura, no es algo que nos ocupe o preocupe mayormente a estas alturas del juego. Pero debe servir como advertencia a quienes, ingenuamente, piensan que basta con arrepentirse y hacer propósitos de enmienda para ingresar a la otra banda. Por aquello de que: Cochino tira pa´l monte.
En lo que sí discordamos con Capriles es que el único cambio histórico de polaridad haya sido el de Emanuel Kant, cuando, como recuerda en su cita, le agradecía a David Hume por haberle liberado de sus sueños dogmáticos.
En 1933 el científico irlandés John Desmond Bernal (1901-71), quien se convertiría en pionero en la cristalografía de los Rayos X, desarrollador de las teorías del laboratorio espacial –al cual llamó Esfera de Bernal-, fundador de la Sociología de la Ciencia, inventor de los puentes prefabricados Muelberry –que hicieron posible el desembarco aliado en Normandía - y Comandante durante el Día D, cruzó la raya amarilla. Lo hizo de una manera muy simple y de poca relevancia mediática: dejó que caducara su carné del Partido Comunista Británico.
Lo que no obstó para que la tiranía soviética le concediera el Premio Lenin a la Paz en 1953, pero sí fue la causa de que la Academia Sueca nunca le otorgara el Nóbel de Química –el cual sí le fue concedido, por ejemplo, a Dorothy Crowfoot Hodgkin en 1964, quien formaba parte de su equipo-. Y que muchos de sus discípulos recibieran diversos reconocimientos de alta factura académica.
Bernal, hijo de un sefardí británico y una judía asquenazí estadounidense, ambos conversos, se resignó de por vida a que los que trabajaran con él ganaran indulgencias con escapulario ajeno.
Pagó su renuncia al marxismo-leninismo, dedicándose en cuerpo y alma a enriquecer el patrimonio científico del Reino Unido y de la Humanidad. Eso sí, de bajo perfil, pues se olvidó de la política.
Hizo como un gran amigo, el cineasta Orlando Jiménez Leal, quien al llegar autoexiliado a Miami, declaró a los medios: Hasta el día de hoy fui solidariamente responsable de la Revolución Cubana.
Además de en sus labores en la Universidad de Cambridge, Bernal encontró compensaciones en el arte de amar. Según sus biógrafos, era un personaje encantador, un seductor natural, que cautivó el corazón de las damas de su época. Procreó cuatro hijos con tres compañeras de vida. Lo cual no estuvo nada mal, pues, según Leoonardo de Vinci, Arte y Ciencia son una misma cosa.
Uno de sus vástagos, Martín, autor de Atenea Negra, heredó el talento de su abuela paterna, Elizabeth Miller, quien también había sido periodista y escritora.
En el texto Planificación y Comunicación, que nos regalara con una extraordinaria dedicatoria uno de sus autores, Juan Díaz Bordenave, docente de la Maestría de Comunicación Social que cursamos en la UCV y quien, en aquellos tiempos ya pretéritos, también vivía su desencanto y desencuentro con el denominado socialismo científico –comunismo, a secas-, puede leerse este magnífico pensamiento de Bernal: Existen dos futuros, el futuro del deseo y el futuro del destino. La razón del hombre nunca aprendió a separar ambos.
No somos quienes, amiga Colette, para exigirles a los del PPT o militantes que abjuran del régimen castrocomunista del Guasón que se den golpes de pecho, se vistan de Nazareno o se flagelen en manifestaciones públicas.
Aunque no negamos que nos regocijaría en algo verlos ahora recibiendo gas del bueno, perdigones y rolazos. No por sadismo, sino para cómo nos hemos sentidos los oposicionistas, durante 11 largos años, en nuestras marchas escuálidas.
Pero sí les pedimos que tengan sindéresis. O elegancia, como usted bien destaca.
Tampoco los imaginamos opinando con la misma dignidad de un Jiménez Leal o un Díaz Bordenave. Y mucho menos, actuando flemáticamente, como el británico Bernal.
Lo que rechazamos, frontalmente, es que se muten como Arias Cárdenas. O que se comporten como el otro Bernal, el de acá.
miércoles, 26 de mayo de 2010
El hombre con el cuarto de res a cuestas.
I
Uno de los primeros actos del gobierno comunista de Fidel Castro fue la confiscación de las embotelladoras de Coca Cola.
Gabriel García Márquez, testigo de excepción del suceso, narra una anécdota referente al mismo en la Introducción del Diccionario Clave de uso del español actual. Tras la ocupación de dichas instalaciones, los técnicos del régimen decidieron desarrollar fórmulas propias para lanzar un refresco revolucionario que sustituyera a la odiada gaseosa yanqui. Cuando el Ché Guevara probó la primera botella del líquido -relata la prensa de la época-, exclamó: ¡Sabe a cucaracha…! Sin embargo –según el Gabo- lo que dijo fue otra cosa: ¡Sabe a mierda…!
Algo parecido sucederá si el igualmente gobierno comunista del Guasón se apodera de Polar. El sucedáneo de Pepsi Cola sabrá a mierda, sin que quepa duda alguna.
Recordar es vivir.
Durante el paro cívico del 2002-2003, ciertos oficiales que siempre habían codiciado hacerse del control alimentario del país, convencieron al Guasón de que eso de fabricar harina precocida de maíz era más sencillo que pelar mandarinas. Una huevonada, pues… Y produjeron un polvo para desplazar del mercado a PAN –la marca de Polar-.
El resultado –según la opinión de numerosas amas de casa y también de nuestra particular experiencia- fue una especie de engrudo, que cuajaba lentamente y que, al amasarlo, se percibía al tacto como si contuviese granos insolubles de arena.
El desprecio que el Guasón y la nomenclatura roja sienten hacia las empresas y empresarios privados les obnubila de tal manera que están dispuestos a llevárselos por delante, aunque los venezolanos tengamos que volver a moler los granos de maíz como lo hacían nuestras abuelas y bisabuelas. Si es que hay maíz disponible.
Pero las cifras de la última encuesta Keller, publicadas hoy mismo en el portal de Globovisión, revelan que la opinión mayoritaria está absolutamente en contra de estas apropiaciones indebidas –ya que no puede llamárselas expropiaciones, pues están fuera de cualquier marco constitucional o legal-.
Han sido, en todo caso, atracos.
De la lectura entre líneas del reporte Keller y otros estudios opináticos y actitudinales a nuestra disposición también salta, a la vista, un hecho dramático: la ruptura entre el ciudadano de a pie –el pata en el suelo- y el Guasón. Los pobres que apoyaban al Guasón, en casi un 60% e in crescendo, le consideran hoy responsable personalmente –a él y no a los paga pedos sobre quienes usualmente descarga la responsabilidad sobre las innumerables y repetidas fallas de su gestión-. El 83% rechaza un sistema semejante al de Cuba para Venezuela. Más del 70% repudia las invasiones y confiscaciones a compañías y fundos productivos, y, en imagen, el desempeño de las corporaciones privadas supera en más del doble a las estatales.
La defensa de la propiedad privada ha sido asumida en las vías públicas por los trabajadores de las empresas afectadas, los proletarios, quienes reclaman a viva voz y sin miedo sus derechos.Vox populi.
II
En su tercera acepción, el DRAE define atracar como: Asaltar con propósito de robo, generalmente en poblado. Y la legislación penal venezolana resulta mucho más específica, pues considera que el atraco –a diferencia del asalto- se efectúa a mano armada. En los casos de Polar Lara y Nueva Esparta, con las armas que la República les confió a los militares, no para que despojaran a los legítimos propietarios de sus derechos, sino para que los preservaran. Por lo cual, más temprano que tarde, tendrán que pagar por sus delitos, sin que pueda alegarse aquello de la obediencia debida.
Veamos lo que sucede en nuestro propio vecindario. Sobre la Calle el Mirador de La Campiña, los abastos y panaderías allí ubicados han recibido la visita inesperada de Indepabis y la Guardia Nacional. Tras constatar que no hay acaparamiento o especulación, no les ha quedado otra que retirarse con las manos vacías.
Sin embargo, no ha transcurrido mucho tiempo entre las inspecciones y los atracos. Pareciera que, al conocer los puntos débiles de seguridad, los interventores venden la información al hampa común o regresan ellos o algunos de ellos, y cargan con las mercancías de su apetencia. Para lo cual necesitan camiones, porque las botellas y los víveres que se llevan pesan y ocupan espacio.
Son conjeturas, ¡claro está!, pero también la regla, pues ningún comercio previamente visitado se ha salvado de un posterior atraco; y, además, es muy poco probable que se den cinco coincidencias en cinco cuadras.
III
En declaraciones exclusivas al periodista Jorge Rial –un fablistán argentino que se ocupa de la farándula en televisión, pero que en su programa radial Ciudad Gótika a veces trata temas serios-, el Guasón ha insistido en culpar de todos los males que padece Venezuela al imperialismo y a la burguesía. A Guillermo Antonini Wilson, por ejemplo, le llama excremento. Se manifiesta extasiado por los millones de argentinos que, pacífica y entusiastamente, celebraron en las calles de Buenos Aires el Bicentenario. Sin percatarse de que, en Caracas, eso no sucedió ni podría suceder gracias a la bipolarización que él mismo desató.
En cuanto a los burgueses, ¿a qué burgueses se refiere? ¿A los que fabrican alimentos y y generan empleos, o a los que consumen whiskies de 18 años en medio de pachangas sin límite de tiempo?
Hay una instantánea que nunca desaparecerá de nuestra memoria visual. La del saqueador de un supermercado el 27-F, quien cargaba a la espalda con un cuarto de res.
Una caricatura grotesca del logotipo de la Emulsión de Scott, convertida en icono del régimen del Guasón. Pues son los boliburgueses –y ese dato también está en los sondeos- el único grupo socioeconómico que aún lo respalda. Hasta que se canse de que le echen las culpas del caos cambiario y la inflación, o de que invadan sus centros de producción monetario y también le voltee la espalda.
O hasta que la bancarrota llegue –la cual, anticipan los economistas, será tan grave como la de Ucrania o aún peor-. Y vuelva a darse la torcida imagen del hombre con el cuarto de res a cuestas.
Uno de los primeros actos del gobierno comunista de Fidel Castro fue la confiscación de las embotelladoras de Coca Cola.
Gabriel García Márquez, testigo de excepción del suceso, narra una anécdota referente al mismo en la Introducción del Diccionario Clave de uso del español actual. Tras la ocupación de dichas instalaciones, los técnicos del régimen decidieron desarrollar fórmulas propias para lanzar un refresco revolucionario que sustituyera a la odiada gaseosa yanqui. Cuando el Ché Guevara probó la primera botella del líquido -relata la prensa de la época-, exclamó: ¡Sabe a cucaracha…! Sin embargo –según el Gabo- lo que dijo fue otra cosa: ¡Sabe a mierda…!
Algo parecido sucederá si el igualmente gobierno comunista del Guasón se apodera de Polar. El sucedáneo de Pepsi Cola sabrá a mierda, sin que quepa duda alguna.
Recordar es vivir.
Durante el paro cívico del 2002-2003, ciertos oficiales que siempre habían codiciado hacerse del control alimentario del país, convencieron al Guasón de que eso de fabricar harina precocida de maíz era más sencillo que pelar mandarinas. Una huevonada, pues… Y produjeron un polvo para desplazar del mercado a PAN –la marca de Polar-.
El resultado –según la opinión de numerosas amas de casa y también de nuestra particular experiencia- fue una especie de engrudo, que cuajaba lentamente y que, al amasarlo, se percibía al tacto como si contuviese granos insolubles de arena.
El desprecio que el Guasón y la nomenclatura roja sienten hacia las empresas y empresarios privados les obnubila de tal manera que están dispuestos a llevárselos por delante, aunque los venezolanos tengamos que volver a moler los granos de maíz como lo hacían nuestras abuelas y bisabuelas. Si es que hay maíz disponible.
Pero las cifras de la última encuesta Keller, publicadas hoy mismo en el portal de Globovisión, revelan que la opinión mayoritaria está absolutamente en contra de estas apropiaciones indebidas –ya que no puede llamárselas expropiaciones, pues están fuera de cualquier marco constitucional o legal-.
Han sido, en todo caso, atracos.
De la lectura entre líneas del reporte Keller y otros estudios opináticos y actitudinales a nuestra disposición también salta, a la vista, un hecho dramático: la ruptura entre el ciudadano de a pie –el pata en el suelo- y el Guasón. Los pobres que apoyaban al Guasón, en casi un 60% e in crescendo, le consideran hoy responsable personalmente –a él y no a los paga pedos sobre quienes usualmente descarga la responsabilidad sobre las innumerables y repetidas fallas de su gestión-. El 83% rechaza un sistema semejante al de Cuba para Venezuela. Más del 70% repudia las invasiones y confiscaciones a compañías y fundos productivos, y, en imagen, el desempeño de las corporaciones privadas supera en más del doble a las estatales.
La defensa de la propiedad privada ha sido asumida en las vías públicas por los trabajadores de las empresas afectadas, los proletarios, quienes reclaman a viva voz y sin miedo sus derechos.Vox populi.
II
En su tercera acepción, el DRAE define atracar como: Asaltar con propósito de robo, generalmente en poblado. Y la legislación penal venezolana resulta mucho más específica, pues considera que el atraco –a diferencia del asalto- se efectúa a mano armada. En los casos de Polar Lara y Nueva Esparta, con las armas que la República les confió a los militares, no para que despojaran a los legítimos propietarios de sus derechos, sino para que los preservaran. Por lo cual, más temprano que tarde, tendrán que pagar por sus delitos, sin que pueda alegarse aquello de la obediencia debida.
Veamos lo que sucede en nuestro propio vecindario. Sobre la Calle el Mirador de La Campiña, los abastos y panaderías allí ubicados han recibido la visita inesperada de Indepabis y la Guardia Nacional. Tras constatar que no hay acaparamiento o especulación, no les ha quedado otra que retirarse con las manos vacías.
Sin embargo, no ha transcurrido mucho tiempo entre las inspecciones y los atracos. Pareciera que, al conocer los puntos débiles de seguridad, los interventores venden la información al hampa común o regresan ellos o algunos de ellos, y cargan con las mercancías de su apetencia. Para lo cual necesitan camiones, porque las botellas y los víveres que se llevan pesan y ocupan espacio.
Son conjeturas, ¡claro está!, pero también la regla, pues ningún comercio previamente visitado se ha salvado de un posterior atraco; y, además, es muy poco probable que se den cinco coincidencias en cinco cuadras.
III
En declaraciones exclusivas al periodista Jorge Rial –un fablistán argentino que se ocupa de la farándula en televisión, pero que en su programa radial Ciudad Gótika a veces trata temas serios-, el Guasón ha insistido en culpar de todos los males que padece Venezuela al imperialismo y a la burguesía. A Guillermo Antonini Wilson, por ejemplo, le llama excremento. Se manifiesta extasiado por los millones de argentinos que, pacífica y entusiastamente, celebraron en las calles de Buenos Aires el Bicentenario. Sin percatarse de que, en Caracas, eso no sucedió ni podría suceder gracias a la bipolarización que él mismo desató.
En cuanto a los burgueses, ¿a qué burgueses se refiere? ¿A los que fabrican alimentos y y generan empleos, o a los que consumen whiskies de 18 años en medio de pachangas sin límite de tiempo?
Hay una instantánea que nunca desaparecerá de nuestra memoria visual. La del saqueador de un supermercado el 27-F, quien cargaba a la espalda con un cuarto de res.
Una caricatura grotesca del logotipo de la Emulsión de Scott, convertida en icono del régimen del Guasón. Pues son los boliburgueses –y ese dato también está en los sondeos- el único grupo socioeconómico que aún lo respalda. Hasta que se canse de que le echen las culpas del caos cambiario y la inflación, o de que invadan sus centros de producción monetario y también le voltee la espalda.
O hasta que la bancarrota llegue –la cual, anticipan los economistas, será tan grave como la de Ucrania o aún peor-. Y vuelva a darse la torcida imagen del hombre con el cuarto de res a cuestas.
sábado, 22 de mayo de 2010
Asaltantes de caminos
El 12 de Octubre de 1936, durante la conmemoración del Día de la Raza efectuada en la Universidad de Salamanca hubo una violenta confrontación entre el general falangista Millán Astray y Don Miguel de Unamuno, quien tantas luces brindara a la literatura hispana.
Cuenta la leyenda que Astray gritó: ¡Viva la muerte! ¡España! ¡Mierda! A lo que Unamuno replicó: Astray es un inválido de guerra. Me atormenta el pensar que él pudiera dictar las normas de la psicología de la masa. Un mutilado sin grandeza espiritual de Cervantes, es de esperar que encuentre un terrible alivio viendo cómo se multiplican los mutilados a su alrededor.
Enfatizaba Unamuno la diferencia entre el noble guerrero y el guerrero innoble. Cervantes, que no sólo se destacó en las luchas por su Reino sino por haber creado el texto básico del idioma español y Astray, oficial de segunda que adquirió relevancia como fanático de una ideología totalitaria.
Sin embargo, debemos decir que, comparado con un perfecto villano como Luis Felipe Acosta Carlés, ex gobernador de Carabobo y globalmente conocido por el eructo que echó ante las cámaras cuando saqueaba a Polar, el general gallego resulta una luminaria y, probablemente, podría haber sido candidato al Premio Nóbel… si la escatología y la necrofilia tuvieran cabida en dicho evento.
Lo más relevante del debate entre Astray y Unamuno, lo aleccionador que éste tiene para los venezolanos de hoy, es la eterna lucha entre la barbarie y la civilización, la autocracia y la democracia, la ilegalidad y la legalidad.
Astray ejemplifica, de cierta manera, lo que los militarotes, corrompidos hasta los tuétanos por el Guasón, le están haciendo a Venezuela. Al punto que dos columnistas destacados, como Carlos Blanco y Jesús Petit Da Costa, prevén que, una vez que salgamos de esta zona ponzoñosa, será tarea imprescindible refundar o reorganizar a las FFAA. Dicho en plural, no en singular.
Y Unamuno advierte que no todos los que visten de uniforme son gatos de un mismo saco. ¿Quién recuerda, por ejemplo, al general Frank Rísquez Iribarren, de apellidos oligarcas y al que Venezuela le debe la única ganancia territorial desde que somos República, por el descubrimiento de las fuentes del Orinoco? Y no se acuerdan de él muchos, no porque fuese burgués –que lo era, y a mucha honra-, sino por inteligente, culto y nacionalista.
Todo lo contrario a los facinerosos generalotes encumbrados por el Guasón, traidores a la patria –como lo señalan Rocío San Miguel y el general Antonio Rivero-, que no sólo están en conchupancia en la entrega de nuestra soberanía a Cuba,sino que han permitido –sin disparar ni un petardo Bin-Laden- la invasión de los ejércitos terroristas del narcotráfico colombiano, los fundamentalistas del Levante y las franquicias elenas del FBL.
Coincidimos con los juicios de valor de Blanco y Petit, comenzando por la Guardia Nacional –cuyo honor ni se divisa- y el Ejército Venezolano –forjador de indignidades-.
La Guardia ha adquirido el status de asaltantes de camino, conforme al significado que esta frase tiene en la historia de la hispanidad.
Al principio, matraqueaban a los colombianos de origen que iban o regresaban. Después se cebaron en los cargamentos que se transportaban entre ambos países. Más tarde, en los alijos de drogas. Y han adquirido maestrías y doctorados en la confiscación de fundos y en el robo, a mano armada, de los almacenes de Polar. La mitad para Pdval y Mercal, el 50% restante para los buhoneros, quienes revenderán la mercancía a precios de mercado negro.
Los oficiales del Ejército del entourage del Guasón se han especializado en la importación de insumos de la canasta básica –leche pulverizada, ganado en pie o beneficiado y cereales, entre otros- y en el manejo de los casinos. Ahora aspiran a más, al control de la Educación Superior.
La Aviación Bolivariana negocia comisiones bajo la mesa con China y Rusia o con los que quieran fabricarle naves, que nunca llegan a buenos puertos, pues –veamos lo que pasa en el Estado Sucre-, el narcotráfico controla desde Carúpano hasta Güiria, sin que haya una piche torpedera capaz de alcanzar a los peñeros, provistos de dos motores de 250 HP cada uno. Y un tercero en reserva, por si las moscas.
Dicho así, es como para llorar.
Sin embargo, no todo está perdido. Carlos Capriles Ayala afirmaba: Siempre habrá una Venezuela. Y los panzudos oficiales del comunismo del Siglo XXI tendrán que responder, ante la justicia ordinaria, por los crímenes cometidos. Para algunos el delito será traición a la Patria. Muchos otros serán juzgados como asaltantes de caminos. Qué es lo que son.
Cuenta la leyenda que Astray gritó: ¡Viva la muerte! ¡España! ¡Mierda! A lo que Unamuno replicó: Astray es un inválido de guerra. Me atormenta el pensar que él pudiera dictar las normas de la psicología de la masa. Un mutilado sin grandeza espiritual de Cervantes, es de esperar que encuentre un terrible alivio viendo cómo se multiplican los mutilados a su alrededor.
Enfatizaba Unamuno la diferencia entre el noble guerrero y el guerrero innoble. Cervantes, que no sólo se destacó en las luchas por su Reino sino por haber creado el texto básico del idioma español y Astray, oficial de segunda que adquirió relevancia como fanático de una ideología totalitaria.
Sin embargo, debemos decir que, comparado con un perfecto villano como Luis Felipe Acosta Carlés, ex gobernador de Carabobo y globalmente conocido por el eructo que echó ante las cámaras cuando saqueaba a Polar, el general gallego resulta una luminaria y, probablemente, podría haber sido candidato al Premio Nóbel… si la escatología y la necrofilia tuvieran cabida en dicho evento.
Lo más relevante del debate entre Astray y Unamuno, lo aleccionador que éste tiene para los venezolanos de hoy, es la eterna lucha entre la barbarie y la civilización, la autocracia y la democracia, la ilegalidad y la legalidad.
Astray ejemplifica, de cierta manera, lo que los militarotes, corrompidos hasta los tuétanos por el Guasón, le están haciendo a Venezuela. Al punto que dos columnistas destacados, como Carlos Blanco y Jesús Petit Da Costa, prevén que, una vez que salgamos de esta zona ponzoñosa, será tarea imprescindible refundar o reorganizar a las FFAA. Dicho en plural, no en singular.
Y Unamuno advierte que no todos los que visten de uniforme son gatos de un mismo saco. ¿Quién recuerda, por ejemplo, al general Frank Rísquez Iribarren, de apellidos oligarcas y al que Venezuela le debe la única ganancia territorial desde que somos República, por el descubrimiento de las fuentes del Orinoco? Y no se acuerdan de él muchos, no porque fuese burgués –que lo era, y a mucha honra-, sino por inteligente, culto y nacionalista.
Todo lo contrario a los facinerosos generalotes encumbrados por el Guasón, traidores a la patria –como lo señalan Rocío San Miguel y el general Antonio Rivero-, que no sólo están en conchupancia en la entrega de nuestra soberanía a Cuba,sino que han permitido –sin disparar ni un petardo Bin-Laden- la invasión de los ejércitos terroristas del narcotráfico colombiano, los fundamentalistas del Levante y las franquicias elenas del FBL.
Coincidimos con los juicios de valor de Blanco y Petit, comenzando por la Guardia Nacional –cuyo honor ni se divisa- y el Ejército Venezolano –forjador de indignidades-.
La Guardia ha adquirido el status de asaltantes de camino, conforme al significado que esta frase tiene en la historia de la hispanidad.
Al principio, matraqueaban a los colombianos de origen que iban o regresaban. Después se cebaron en los cargamentos que se transportaban entre ambos países. Más tarde, en los alijos de drogas. Y han adquirido maestrías y doctorados en la confiscación de fundos y en el robo, a mano armada, de los almacenes de Polar. La mitad para Pdval y Mercal, el 50% restante para los buhoneros, quienes revenderán la mercancía a precios de mercado negro.
Los oficiales del Ejército del entourage del Guasón se han especializado en la importación de insumos de la canasta básica –leche pulverizada, ganado en pie o beneficiado y cereales, entre otros- y en el manejo de los casinos. Ahora aspiran a más, al control de la Educación Superior.
La Aviación Bolivariana negocia comisiones bajo la mesa con China y Rusia o con los que quieran fabricarle naves, que nunca llegan a buenos puertos, pues –veamos lo que pasa en el Estado Sucre-, el narcotráfico controla desde Carúpano hasta Güiria, sin que haya una piche torpedera capaz de alcanzar a los peñeros, provistos de dos motores de 250 HP cada uno. Y un tercero en reserva, por si las moscas.
Dicho así, es como para llorar.
Sin embargo, no todo está perdido. Carlos Capriles Ayala afirmaba: Siempre habrá una Venezuela. Y los panzudos oficiales del comunismo del Siglo XXI tendrán que responder, ante la justicia ordinaria, por los crímenes cometidos. Para algunos el delito será traición a la Patria. Muchos otros serán juzgados como asaltantes de caminos. Qué es lo que son.
sábado, 8 de mayo de 2010
El único animal que mete la pata varias veces en un mismo agujero
Hace años, cuando éramos opináticos con oficio, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Enrique Tejera París, a quien el Guasón lo había mandado aprehender y le había confiscado su agenda telefónica que, según él, constituía una prueba irrefutable de sus actividades conspirativas.
Hablamos un poco de todo y todas las cosas.
El doctor Tejera, ante nuestros comentarios de que la Economía era una ciencia extraña, que se apoderaba de todo lo que le sirviera para establecer su propia identidad confusa –del método funcionalista y lenguaje de la Medicina, de la Teoría de la Aldea Global de la Comunicología, del error calculado de la Estadística-, aceptó nuestra crítica y se dedicó, en su sabiduría, a llenar nuestras lagunas informativas.
Fuimos más allá de lo previsto en esta charla. Le dijimos que los economistas nos parecían forenses, que trabajaban sobre cadáveres y, a tajos de bisturí, determinaban de qué mal habían muerto los occisos. Pero que, a nuestro juicio, carecían de la capacidad o voluntad de enmendar las planas antes de que sus pacientes pasaran a mejor vida.
El doctor Tejera no se inmutó y afirmó que, como en la Medicina, existían diagnosticadores y sanadores. Que los primeros –o profetas del desastre, como una vez se les llamara en Venezuela- destacaban cuál era la enfermedad que padecíamos y, los segundos, cuáles serían los tratamientos más adecuados para curarnos.
En los últimos días, hemos leído y seguido las opiniones de muchos diagnosticadores. Entre ellos, quienes inspiraron el mensaje de Fedecámaras a la nación, y quienes se expresan a través de los medios aún independientes. Los pocos que todavía quedan.
No les falta razón, pero se dedican a los síntomas y evaden el mal. Quizás porque se han contaminado con la fantasía de la MUD, de que Bambilandia es un país donde los niños son felices, y gozan más. De que la votación masiva de la oposición sacará a las ratas de la Anal –la Asamblea Nacional-. De que, en el 2012, echará al Guasón de Miraflores. Y de que el país volverá a un status similar al de el régimen de libertades que hubo en Venezuela durante 40 años.
Todo lo cual es pura mierda, y hasta los más lerdos políticos de la MUD, que saben sumar dos más dos, lo saben.
El proyecto del Guasón llegó para quedarse. Y si a este siniestro personaje termina por saltársele la taponera, le sucederá Diosdado. O quien quiera que fuere.
La relectura de una vieja novela que nos trajimos a Cumaná, El hombre del castillo, de Philip Dick, donde plantea la hipótesis de cómo sería el mundo si el Eje hubiese ganado la II Guerra Mundial, es más que aleccionador al respecto.
Preguntándose qué es la locura y por qué los orates que llegan a las más elevadas jerarquías del poder actúan como lo hacen, Dick se responde:
Es algo que está incrustado en la mente de estos personajes. No saben nada de ni quieren para nada al prójimo. Son inconscientes del daño que le hacen a los demás, de lo que destruyen. Son crueles sin sentido, ciertamente, pero hay algo más. Muestran una incapacidad básica para percibir objetivamente a la realidad, ni siquiera se percatan de las singularidades y limitaciones del entorno que les rodea o sobre el cual ejercen sus mandatos.
Su punto de vista es cósmico. No existe una niña, una madre, un anciano en particular. Las personas les resultan meramente abstracciones o estadísticas. La raza, la tierra, ni los seres humanos que la pueblan, sino el Ehere mismo, el honor, es lo que cuenta. Lo abstracto para ellos es la realidad, y lo real para ellos la invisibilidad.
Es el sentido que tienen del tiempo y el espacio. Ven desde el aquí y el ahora el vasto espacio negro, lo inmutable. Y eso resulta fatal para la vida en el sentido holístico, pues, eventualmente, a ésta se la traga lo insondable.
Sin embargo, allí no paran. Hacen planes frenéticos y demenciales, que casi nunca funcionan. Apresuran los procesos, llevándose por delante a la existencia y transformándola en piedra y metano. Por que quieren ser los agentes y no las víctimas de la historia. Para lo cual, se identifican con el poder divino y se creen dioses. Es la locura elemental que radica de todos ellos.
La descripción anterior le cuadra a Benito Mussolini, Joseph Stalin y Adolf Hitler. Pero también al Guasón y a Fidel. Es por eso que Germán Carrera Damas alerta a los diagnosticadores que se dejen de estar hablando pendejadas –pendejadas no dijo, es un agregado nuestro que resume su intención- y se dediquen de lleno a salvar a la República, qué es lo que ahora está en juego y no el curul de Fulana o Perencejo.
¿Y por qué está en juego la República? Porque, sin disparar ni un petardo, el Guasón le entregó su soberanía a los oficiales de un ejército extranjero, previamente derrotado por las FFAA en Machurucuto. Ojo, no lo decimos nosotros, sino que lo han denunciado públicamente varios militares de alta graduación. Como lo hiciera Mussolini con Hitler –a quien le unía una pasión semejante a la que sufren los notables que ustedes conocen-, cuando fracasaron sus aventuras en África y los Balcanes.
Esa entrega incondicional de Italia a Alemania no sólo ocasionó que la Wehrmacht desplazara o relevara a funciones secundarias a los oficiales y soldados italianos, sino que, además, los caribinieri y otros agentes de seguridad quedaran bajo las órdenes directas de la Gestapo y las SS comandadas por el infame Heinrich Himmler, y ejecutaran masivamente a los judíos y partisanos. Instrucciones que, de no ser por la oportuna llegada de los aliados, incluían la detención y enjuiciamiento de la jerarquía vaticana y el nombramiento de un Papa espurio, en algún lugar del III Reich.
Se podrá criticar aduciendo que las condiciones actuales no son las mismas, que la historia no se repite y que vivimos en el Siglo XXI –y no en el XX-. No estamos convencidos de que los paralelismos en el devenir humano no se presenten de nuevo, en un infinito corsi e ricorsi porque el cerebro del homo sapiens no ha cambiado. Al fin y al cabo, el hombre es el único animal que mete la pata dos veces en un mismo agujero. Y más también.
Hablamos un poco de todo y todas las cosas.
El doctor Tejera, ante nuestros comentarios de que la Economía era una ciencia extraña, que se apoderaba de todo lo que le sirviera para establecer su propia identidad confusa –del método funcionalista y lenguaje de la Medicina, de la Teoría de la Aldea Global de la Comunicología, del error calculado de la Estadística-, aceptó nuestra crítica y se dedicó, en su sabiduría, a llenar nuestras lagunas informativas.
Fuimos más allá de lo previsto en esta charla. Le dijimos que los economistas nos parecían forenses, que trabajaban sobre cadáveres y, a tajos de bisturí, determinaban de qué mal habían muerto los occisos. Pero que, a nuestro juicio, carecían de la capacidad o voluntad de enmendar las planas antes de que sus pacientes pasaran a mejor vida.
El doctor Tejera no se inmutó y afirmó que, como en la Medicina, existían diagnosticadores y sanadores. Que los primeros –o profetas del desastre, como una vez se les llamara en Venezuela- destacaban cuál era la enfermedad que padecíamos y, los segundos, cuáles serían los tratamientos más adecuados para curarnos.
En los últimos días, hemos leído y seguido las opiniones de muchos diagnosticadores. Entre ellos, quienes inspiraron el mensaje de Fedecámaras a la nación, y quienes se expresan a través de los medios aún independientes. Los pocos que todavía quedan.
No les falta razón, pero se dedican a los síntomas y evaden el mal. Quizás porque se han contaminado con la fantasía de la MUD, de que Bambilandia es un país donde los niños son felices, y gozan más. De que la votación masiva de la oposición sacará a las ratas de la Anal –la Asamblea Nacional-. De que, en el 2012, echará al Guasón de Miraflores. Y de que el país volverá a un status similar al de el régimen de libertades que hubo en Venezuela durante 40 años.
Todo lo cual es pura mierda, y hasta los más lerdos políticos de la MUD, que saben sumar dos más dos, lo saben.
El proyecto del Guasón llegó para quedarse. Y si a este siniestro personaje termina por saltársele la taponera, le sucederá Diosdado. O quien quiera que fuere.
La relectura de una vieja novela que nos trajimos a Cumaná, El hombre del castillo, de Philip Dick, donde plantea la hipótesis de cómo sería el mundo si el Eje hubiese ganado la II Guerra Mundial, es más que aleccionador al respecto.
Preguntándose qué es la locura y por qué los orates que llegan a las más elevadas jerarquías del poder actúan como lo hacen, Dick se responde:
Es algo que está incrustado en la mente de estos personajes. No saben nada de ni quieren para nada al prójimo. Son inconscientes del daño que le hacen a los demás, de lo que destruyen. Son crueles sin sentido, ciertamente, pero hay algo más. Muestran una incapacidad básica para percibir objetivamente a la realidad, ni siquiera se percatan de las singularidades y limitaciones del entorno que les rodea o sobre el cual ejercen sus mandatos.
Su punto de vista es cósmico. No existe una niña, una madre, un anciano en particular. Las personas les resultan meramente abstracciones o estadísticas. La raza, la tierra, ni los seres humanos que la pueblan, sino el Ehere mismo, el honor, es lo que cuenta. Lo abstracto para ellos es la realidad, y lo real para ellos la invisibilidad.
Es el sentido que tienen del tiempo y el espacio. Ven desde el aquí y el ahora el vasto espacio negro, lo inmutable. Y eso resulta fatal para la vida en el sentido holístico, pues, eventualmente, a ésta se la traga lo insondable.
Sin embargo, allí no paran. Hacen planes frenéticos y demenciales, que casi nunca funcionan. Apresuran los procesos, llevándose por delante a la existencia y transformándola en piedra y metano. Por que quieren ser los agentes y no las víctimas de la historia. Para lo cual, se identifican con el poder divino y se creen dioses. Es la locura elemental que radica de todos ellos.
La descripción anterior le cuadra a Benito Mussolini, Joseph Stalin y Adolf Hitler. Pero también al Guasón y a Fidel. Es por eso que Germán Carrera Damas alerta a los diagnosticadores que se dejen de estar hablando pendejadas –pendejadas no dijo, es un agregado nuestro que resume su intención- y se dediquen de lleno a salvar a la República, qué es lo que ahora está en juego y no el curul de Fulana o Perencejo.
¿Y por qué está en juego la República? Porque, sin disparar ni un petardo, el Guasón le entregó su soberanía a los oficiales de un ejército extranjero, previamente derrotado por las FFAA en Machurucuto. Ojo, no lo decimos nosotros, sino que lo han denunciado públicamente varios militares de alta graduación. Como lo hiciera Mussolini con Hitler –a quien le unía una pasión semejante a la que sufren los notables que ustedes conocen-, cuando fracasaron sus aventuras en África y los Balcanes.
Esa entrega incondicional de Italia a Alemania no sólo ocasionó que la Wehrmacht desplazara o relevara a funciones secundarias a los oficiales y soldados italianos, sino que, además, los caribinieri y otros agentes de seguridad quedaran bajo las órdenes directas de la Gestapo y las SS comandadas por el infame Heinrich Himmler, y ejecutaran masivamente a los judíos y partisanos. Instrucciones que, de no ser por la oportuna llegada de los aliados, incluían la detención y enjuiciamiento de la jerarquía vaticana y el nombramiento de un Papa espurio, en algún lugar del III Reich.
Se podrá criticar aduciendo que las condiciones actuales no son las mismas, que la historia no se repite y que vivimos en el Siglo XXI –y no en el XX-. No estamos convencidos de que los paralelismos en el devenir humano no se presenten de nuevo, en un infinito corsi e ricorsi porque el cerebro del homo sapiens no ha cambiado. Al fin y al cabo, el hombre es el único animal que mete la pata dos veces en un mismo agujero. Y más también.
jueves, 6 de mayo de 2010
El experto en guerra sucia
El llamado experto venezolano en guerra sucia, inserto dsegún Tal Cual y Globovisión en el Comando de Campaña de Juan Manuel Santos, candidato a la Presidencia de Colombia por el movimiento uribista es, en nuestra opinión, un mercenario y, por ende, un mitómano.
Mercenario, porque no es ésta su primera visita a la hermana república, ya que antes estuvo trabajando para el Polo Patriótico, partido con una ideología totalmente opuesta a la que profesan Santos y sus seguidores.
Mitómano, porque su carrera política comenzó con una gran mentira, y se ha venido sosteniendo con falsedades que él mismo confecciona y con las cuales convence a los demás sobre virtudes que no posee y carencias que encubre.
Nos da pena tener que hablar así de un paisano, pero si alguna vez tuvimos el coraje de denunciar públicamente los tejemanejes del asesor estadounidense David Garth, caballo de Troya por cuya incompetencia casi pierde las elecciones Luis Herrera Campins y cuya imagen pública arrastró al sótano al final de su mandato, no podemos mantener silencio en una campaña tan importante para Venezuela como la del país vecino.
Comencemos con la gran mentira.
Afirmaba el experto haberse graduado de psicólogo en Italia. Ni siquiera terminó dos años de carrera, nunca revalidó un título que ciertamente no poseía, ni se inscribió en ninguno de los dos colegios profesionales de la especialidad en Venezuela.
Debido a su talento para embaucar al prójimo, sin emargo, consiguió dictar la Teoría del Rumor en la Escuela Militar, y es posible que la guía que entonces portaba sea la misma que hoy leen, como documento reservado y exclusivo, los partidarios de Santos.
Además, como free-lance, comenzó a ejercer la profesión de psicólogo, un hecho que nos consta personalmente.
Saltó a la palestra política durante la campaña electoral del candidato Rafael Caldera. Tenemos la agenda de su actuación, porque trabajamos codo a codo con él en esa oportunidad. No fue a él a quien se le ocurrió lo del chiripero, sino a un militante del MAS –cuyo nombre no recordamos al presente-.
Tampoco fue el único Director Creativo de Chiripa Publicidad, se ocupaba del turno nocturno, mientras nosotros lo hacíamos el resto del día. Además, vale la pena destacar que Chiripa funcionó como un buzón de ideas, donde muchos redactores y artistas comerciales colaboraron desinteresadamente. Y que el material iconográfico fue desarrollado, casi en su totalidad, por JMC – Y&R.
Al asumir Caldera, el experto se deshizo rápidamente, con las artimañas que le son propias, de todos quienes habíamos sido sus compañeros de lucha.
Logró convencer al alto gobierno que él era el genio, embaucó al presidente y dueño de un consorcio editorial –quien le adelantó una generosa suma para que instalara su propia agencia publicitaria- y, después de fracasar estrepitosamente y dejar guindados a Raimundo y todo el mundo, salió de Venezuela –tenemos entendido- a México, donde estableció su cuartel general.
Le perdimos la pista y nada supimos sobre sus andanzas en tierra azteca.
Lo que si nos llegó fue el gran embarque que le echó a Antonio Rojas, durante una vuelta relámpago a la Patria, al persuadirle de que podía ser reelecto Gobernador del Estado Bolívar contra el Guasón y sin Andrés Velásquez; pero el resultado obtenido fue dividir el voto oposicionista y entregarle Guayana al chavismo.
Durante las elecciones presidenciales peruanas, casi logró lo mismo con Lourdes Flores –presidenta del partido socialcristiano-, que le ganó la primera vuelta a Ollanta Humala. Sin embargo, en la segunda vuelta, a los electores se les destapó el nacionalismo, gracias a la injerencia descarada del Guasón en dicho evento, y se decidieron por Alan García.
En Lima le vimos por última vez.
Volaba de regreso a México, y nosotros arribábamos para fundar un periódico.
Al llegar al aeropuerto y mientras esperaba su avión, llamó a todos sus contactos e inició una campaña malediciente que, a la larga, dio al traste con nuestros esfuerzos y recursos, pues todos los anunciantes nos cerraron las puertas y ni siquiera los postulados por el APRA y la Alianza Unidad Nacional accedieron a recibir a nuestros periodistas.
Sus rumores nos persiguieron como perros rabiosos dentro y fuera de Venezuela. En una reunión de la SIP ocurrida en Quito, una ejecutiva de RCTV miró, desdeñosa la identificación que portábamos y nos preguntó: ¿Qué García? ¿García Carneiro…?
Por supuesto, esta actitud no fue nunca la del presidente del canal ni la del de la corporación. Pero no todas las mentes son tan inteligentes ni cultas como la de estos dos paladines de la libertad de expresión, y los mensajes del experto están diseñados, precisamente, para inflamar las vísceras de personas simples.
No nos quejamos de generar tanto odio entre personajes como el experto. Ya nos acostumbramos a ello. Como comentaba uno de los mejores cameraman del mundo, Orlando Jiménez Leal, mientras los recién vestidos y mal bañados se pavonean con sus corbatas Hermes, relojes Bulgari y trajes Armani, nosotros lo hacemos con las lecturas que devoramos con pasión.
Mercenario, porque no es ésta su primera visita a la hermana república, ya que antes estuvo trabajando para el Polo Patriótico, partido con una ideología totalmente opuesta a la que profesan Santos y sus seguidores.
Mitómano, porque su carrera política comenzó con una gran mentira, y se ha venido sosteniendo con falsedades que él mismo confecciona y con las cuales convence a los demás sobre virtudes que no posee y carencias que encubre.
Nos da pena tener que hablar así de un paisano, pero si alguna vez tuvimos el coraje de denunciar públicamente los tejemanejes del asesor estadounidense David Garth, caballo de Troya por cuya incompetencia casi pierde las elecciones Luis Herrera Campins y cuya imagen pública arrastró al sótano al final de su mandato, no podemos mantener silencio en una campaña tan importante para Venezuela como la del país vecino.
Comencemos con la gran mentira.
Afirmaba el experto haberse graduado de psicólogo en Italia. Ni siquiera terminó dos años de carrera, nunca revalidó un título que ciertamente no poseía, ni se inscribió en ninguno de los dos colegios profesionales de la especialidad en Venezuela.
Debido a su talento para embaucar al prójimo, sin emargo, consiguió dictar la Teoría del Rumor en la Escuela Militar, y es posible que la guía que entonces portaba sea la misma que hoy leen, como documento reservado y exclusivo, los partidarios de Santos.
Además, como free-lance, comenzó a ejercer la profesión de psicólogo, un hecho que nos consta personalmente.
Saltó a la palestra política durante la campaña electoral del candidato Rafael Caldera. Tenemos la agenda de su actuación, porque trabajamos codo a codo con él en esa oportunidad. No fue a él a quien se le ocurrió lo del chiripero, sino a un militante del MAS –cuyo nombre no recordamos al presente-.
Tampoco fue el único Director Creativo de Chiripa Publicidad, se ocupaba del turno nocturno, mientras nosotros lo hacíamos el resto del día. Además, vale la pena destacar que Chiripa funcionó como un buzón de ideas, donde muchos redactores y artistas comerciales colaboraron desinteresadamente. Y que el material iconográfico fue desarrollado, casi en su totalidad, por JMC – Y&R.
Al asumir Caldera, el experto se deshizo rápidamente, con las artimañas que le son propias, de todos quienes habíamos sido sus compañeros de lucha.
Logró convencer al alto gobierno que él era el genio, embaucó al presidente y dueño de un consorcio editorial –quien le adelantó una generosa suma para que instalara su propia agencia publicitaria- y, después de fracasar estrepitosamente y dejar guindados a Raimundo y todo el mundo, salió de Venezuela –tenemos entendido- a México, donde estableció su cuartel general.
Le perdimos la pista y nada supimos sobre sus andanzas en tierra azteca.
Lo que si nos llegó fue el gran embarque que le echó a Antonio Rojas, durante una vuelta relámpago a la Patria, al persuadirle de que podía ser reelecto Gobernador del Estado Bolívar contra el Guasón y sin Andrés Velásquez; pero el resultado obtenido fue dividir el voto oposicionista y entregarle Guayana al chavismo.
Durante las elecciones presidenciales peruanas, casi logró lo mismo con Lourdes Flores –presidenta del partido socialcristiano-, que le ganó la primera vuelta a Ollanta Humala. Sin embargo, en la segunda vuelta, a los electores se les destapó el nacionalismo, gracias a la injerencia descarada del Guasón en dicho evento, y se decidieron por Alan García.
En Lima le vimos por última vez.
Volaba de regreso a México, y nosotros arribábamos para fundar un periódico.
Al llegar al aeropuerto y mientras esperaba su avión, llamó a todos sus contactos e inició una campaña malediciente que, a la larga, dio al traste con nuestros esfuerzos y recursos, pues todos los anunciantes nos cerraron las puertas y ni siquiera los postulados por el APRA y la Alianza Unidad Nacional accedieron a recibir a nuestros periodistas.
Sus rumores nos persiguieron como perros rabiosos dentro y fuera de Venezuela. En una reunión de la SIP ocurrida en Quito, una ejecutiva de RCTV miró, desdeñosa la identificación que portábamos y nos preguntó: ¿Qué García? ¿García Carneiro…?
Por supuesto, esta actitud no fue nunca la del presidente del canal ni la del de la corporación. Pero no todas las mentes son tan inteligentes ni cultas como la de estos dos paladines de la libertad de expresión, y los mensajes del experto están diseñados, precisamente, para inflamar las vísceras de personas simples.
No nos quejamos de generar tanto odio entre personajes como el experto. Ya nos acostumbramos a ello. Como comentaba uno de los mejores cameraman del mundo, Orlando Jiménez Leal, mientras los recién vestidos y mal bañados se pavonean con sus corbatas Hermes, relojes Bulgari y trajes Armani, nosotros lo hacemos con las lecturas que devoramos con pasión.
martes, 4 de mayo de 2010
La Patria se los demande
Dos de mayo de 2010.
Ayer, en muchos países se recordaba le electrocución de Ferdinando Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti dos inmigrantes italianos, que no ocurrió en un 1º de mayo sino el 23 de agosto de 1927 en Massachusetts, por los supuestos cargos de robo a mano armada y asesinato de dos personas siete años en South Braintree, Massachusetts –como se demostró más tarde, cuando fuera capturado el verdadero homivida y se obtuvo su confesión-; pero que sirvieron para encubrir el asesinatolegal cuyo objeto era intimidar al resto los estadounidenses sobre opinar y ser anarquistas en una nación cuya Carta Magna garantizaba ambos derechos.
Desde entonces, la Unión Americana ha evolucionado, y su sociedad civil ha ido erradicando –poco a poco, como elimina a las malas hierbas- los cánceres de la intolerancia. No es que ahora todo allá sea paradisíaco, pero hay rayas amarillas que limitan las oportunidades de que los discriminadores por razones de creencias, razas, procedencias, preferencias sexuales o edades se desmanden y regresen a las andadas. En definitiva, que los psicópatas de cualquier índole tienen más que perder que ganar.
Comparamos este lento proceso de sanación con la rápida involución que el Guasón ha sometido a Venezuela.
De Caracas a Cumaná, 11 horas
Hoyn disponemos de tiempo suficiente, ya que a las 7 horas en auto-pullman que dura el trayecto de Caracas a Cumaná se le han añadido 4 horas más por el derrumbe de un puente reconstruido corruptamente en Cúpira. Para llegar a la capital de Sucre, en lugar de 3 estados debemos atravesar 6.
Votan 7 millones de chavistas y unos cientos de copeyanos, que continúan dividiéndosev hasta el átomo.
Rodamos sobre carreteras levantadas hace más de medio siglo, las cuales todavía funcionan, y en cuya edificación trabajó uno de nuestros tíos-abuelos.
Nos sorprende que, en Caracas y pese a las primarias para elegir a la nomenclatura del Guasón a la ANAL –Asamblea Nacional-, no se ve gente en las calles. Ni una franela roja, ni siquiera se la diana llamando a votar a nuestro vecindario, ni los cohetes Bin Laden con que Pdvsa nos despertaba desde las 3 AM.
Pero lo que sucede en Caracas se extiende a todas y cada una de las poblaciones que vamos dejando atrás en nuestro largo recorrido. Nadie ni nada se mueve en Charallave, Cúa, San Casimiro, Altagracia, Guanape, Guaribe, Clarines.
El panorama de fábricas y galpones abandonados, cementerios de chatarra y ranchos con letrinas al borde de la vía nos recuerda un triste Tour que hiciéramos alguna vez entre Cap Haïtien y Puerto Príncipe, donde nos sentimos como esos voluntarios que van al África a hacer el bien, pero lo que logran esv empeorarlo. La diferencia estriba en que en La Española, los haitianos sí visten camisas rojas –no por nada en particular, sino porque el color les parece llamativo- y se acercan a los automotores con la súplica: donnez mois, donnez mois! –¡dame, dame!-.
El ocaso nos alcanza poco antes de Barcelona. Al llegar al núcleo urbano, el conductor va dejando en varias esquinas a los pasajeros de otro bus que colapsó en la Parada Dávila, mientras que la ciudad –una de las más pobladas de la nación- se desvanece en las sombras de otro apagón eléctrico, y únicamente se ven iluminadas las ventanitas de quienes cuentan con platas propias.
Si Barcelona-Puerto La Cruz está envuelta en tinieblas, de Guanta en adelante cambia el lay-out, pues las restricciones de agua y luz no valen para los pobladores de las villas miserias ribereñas al mar y a la carretera –el Guasón cree que dejando que los pobres derrochen un líquido y una energía que no pagan, está comprando su afecto y votos-.
¿Dónde estaban los votantes?
Sólo en Cumaná hay iluminación total. Tres camiones con activistas, borrachos, alternan música de Alí Primera y la diana, a través de gigantescos altavoces Yamaha. Pero esto sucede a las 10 PM y no a las 3 AM. Varias agencias de festejos abiertas –así se conocen eufemísticamente en Oriente a las licorerías- y la mayoría de las panaderías. Se ve que los tarifados ya cobraron, y lo celebran con cerveza, caña y cachitos. Como dirían en Cuba: ¡Manda madre…! ¡Qué Revolución!
Nos preguntamos: ¿Es éste el destino que nos espera, en el otoño de nuestra existencia? ¿El que van a heredar nuestros hijos y sus descendientes?
Un baño de mar y dos pronunciamientos
Al día siguiente, después de un baño de mar y un paseo por la arena, nos sentimos más optimistas, debido también a dos noticias que son de origen castrense:
El general Antonio Rivero –quien reciente y gallardamente pidió su baja del Ejército por la presencia inaceptable de oficiales extranjeros en la FA- solicitó a la Fiscalía General abra una investigación penal que permita determinar si Venezuela se encuentra sometida a la intervención militar cubana, y establecer quiénes son los responsables de haber permitido su injerencia en estos asuntos seguridad nacional.
El general Omar Vivas, quien rehusó pronunciar el juramento de Patria socialismo o muerte, razón por la cual enfrenta una Corte Marcial (28/04/10), recusa valientemente a la Fiscalía Militar con alegatos que recuerdan a la famosa carta abierta de J'Accuse de Émile Zola al Presidente de Francia durante el amañado juicio contra el capitán Alfred Dreyfus. Algunos de los argumentos que Vivas seña son:
El lema, Patria, socialismo o muerte, ¡Venceremos!, viola la Constitución y demás leyes y reglamentos militares.
El 7 de Julio de 1978, al graduarse de subteniente, juró defender la Patria y sus Instituciones hasta perder la vida.
Considera como el más santo de sus deberes militares, el amor a la Patria y el Respeto y admiración constante hacia sus Libertadores y a nadie más.
Denuncia a quienes, desde el poder y por la vía factual impusieron el lema cubano y a los que permitieron que contaminara la FA, obligando a oficiales y soldados a usarlo, humillándose los estandartes de guerra, deshonrando sus símbolos y lemas, muchos de los cuales datan de la independencia, tienen sangre de nuestros libertadores y están cargados de gloria y honor militar venezolano y que son más antiguos que Cuba misma, donde el eslogan, sinónimo de opresión y muerte, en 1960 por el dictador Fidel Castro.
Acusa a quienes le acusan, aquellos que, es debiendo estar a su lado, defendiendo lo que él defiende, la Constitución, la Institución y nuestros valores, cumpliendo el juramento que hicimos todos, incluyendo los uniformados presentes en esta audiencia; amenazan con encerrarle para doblegarle, y les adelanta que, no lo conseguirán.
Advierte a quienes le enjuician que nadie logrará que me rinda a los intereses extranjeros o ante quienes que están entregando la patria y rindiendo sus armas a esos intereses.
Finalmente, les llama a todos traidores, y les señala de traicionar el juramento que hicimos ante Dios y en presencia de la Bandera, y espera que en un día muy cercano, la Patria se los demande.
Ayer, en muchos países se recordaba le electrocución de Ferdinando Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti dos inmigrantes italianos, que no ocurrió en un 1º de mayo sino el 23 de agosto de 1927 en Massachusetts, por los supuestos cargos de robo a mano armada y asesinato de dos personas siete años en South Braintree, Massachusetts –como se demostró más tarde, cuando fuera capturado el verdadero homivida y se obtuvo su confesión-; pero que sirvieron para encubrir el asesinatolegal cuyo objeto era intimidar al resto los estadounidenses sobre opinar y ser anarquistas en una nación cuya Carta Magna garantizaba ambos derechos.
Desde entonces, la Unión Americana ha evolucionado, y su sociedad civil ha ido erradicando –poco a poco, como elimina a las malas hierbas- los cánceres de la intolerancia. No es que ahora todo allá sea paradisíaco, pero hay rayas amarillas que limitan las oportunidades de que los discriminadores por razones de creencias, razas, procedencias, preferencias sexuales o edades se desmanden y regresen a las andadas. En definitiva, que los psicópatas de cualquier índole tienen más que perder que ganar.
Comparamos este lento proceso de sanación con la rápida involución que el Guasón ha sometido a Venezuela.
De Caracas a Cumaná, 11 horas
Hoyn disponemos de tiempo suficiente, ya que a las 7 horas en auto-pullman que dura el trayecto de Caracas a Cumaná se le han añadido 4 horas más por el derrumbe de un puente reconstruido corruptamente en Cúpira. Para llegar a la capital de Sucre, en lugar de 3 estados debemos atravesar 6.
Votan 7 millones de chavistas y unos cientos de copeyanos, que continúan dividiéndosev hasta el átomo.
Rodamos sobre carreteras levantadas hace más de medio siglo, las cuales todavía funcionan, y en cuya edificación trabajó uno de nuestros tíos-abuelos.
Nos sorprende que, en Caracas y pese a las primarias para elegir a la nomenclatura del Guasón a la ANAL –Asamblea Nacional-, no se ve gente en las calles. Ni una franela roja, ni siquiera se la diana llamando a votar a nuestro vecindario, ni los cohetes Bin Laden con que Pdvsa nos despertaba desde las 3 AM.
Pero lo que sucede en Caracas se extiende a todas y cada una de las poblaciones que vamos dejando atrás en nuestro largo recorrido. Nadie ni nada se mueve en Charallave, Cúa, San Casimiro, Altagracia, Guanape, Guaribe, Clarines.
El panorama de fábricas y galpones abandonados, cementerios de chatarra y ranchos con letrinas al borde de la vía nos recuerda un triste Tour que hiciéramos alguna vez entre Cap Haïtien y Puerto Príncipe, donde nos sentimos como esos voluntarios que van al África a hacer el bien, pero lo que logran esv empeorarlo. La diferencia estriba en que en La Española, los haitianos sí visten camisas rojas –no por nada en particular, sino porque el color les parece llamativo- y se acercan a los automotores con la súplica: donnez mois, donnez mois! –¡dame, dame!-.
El ocaso nos alcanza poco antes de Barcelona. Al llegar al núcleo urbano, el conductor va dejando en varias esquinas a los pasajeros de otro bus que colapsó en la Parada Dávila, mientras que la ciudad –una de las más pobladas de la nación- se desvanece en las sombras de otro apagón eléctrico, y únicamente se ven iluminadas las ventanitas de quienes cuentan con platas propias.
Si Barcelona-Puerto La Cruz está envuelta en tinieblas, de Guanta en adelante cambia el lay-out, pues las restricciones de agua y luz no valen para los pobladores de las villas miserias ribereñas al mar y a la carretera –el Guasón cree que dejando que los pobres derrochen un líquido y una energía que no pagan, está comprando su afecto y votos-.
¿Dónde estaban los votantes?
Sólo en Cumaná hay iluminación total. Tres camiones con activistas, borrachos, alternan música de Alí Primera y la diana, a través de gigantescos altavoces Yamaha. Pero esto sucede a las 10 PM y no a las 3 AM. Varias agencias de festejos abiertas –así se conocen eufemísticamente en Oriente a las licorerías- y la mayoría de las panaderías. Se ve que los tarifados ya cobraron, y lo celebran con cerveza, caña y cachitos. Como dirían en Cuba: ¡Manda madre…! ¡Qué Revolución!
Nos preguntamos: ¿Es éste el destino que nos espera, en el otoño de nuestra existencia? ¿El que van a heredar nuestros hijos y sus descendientes?
Un baño de mar y dos pronunciamientos
Al día siguiente, después de un baño de mar y un paseo por la arena, nos sentimos más optimistas, debido también a dos noticias que son de origen castrense:
El general Antonio Rivero –quien reciente y gallardamente pidió su baja del Ejército por la presencia inaceptable de oficiales extranjeros en la FA- solicitó a la Fiscalía General abra una investigación penal que permita determinar si Venezuela se encuentra sometida a la intervención militar cubana, y establecer quiénes son los responsables de haber permitido su injerencia en estos asuntos seguridad nacional.
El general Omar Vivas, quien rehusó pronunciar el juramento de Patria socialismo o muerte, razón por la cual enfrenta una Corte Marcial (28/04/10), recusa valientemente a la Fiscalía Militar con alegatos que recuerdan a la famosa carta abierta de J'Accuse de Émile Zola al Presidente de Francia durante el amañado juicio contra el capitán Alfred Dreyfus. Algunos de los argumentos que Vivas seña son:
El lema, Patria, socialismo o muerte, ¡Venceremos!, viola la Constitución y demás leyes y reglamentos militares.
El 7 de Julio de 1978, al graduarse de subteniente, juró defender la Patria y sus Instituciones hasta perder la vida.
Considera como el más santo de sus deberes militares, el amor a la Patria y el Respeto y admiración constante hacia sus Libertadores y a nadie más.
Denuncia a quienes, desde el poder y por la vía factual impusieron el lema cubano y a los que permitieron que contaminara la FA, obligando a oficiales y soldados a usarlo, humillándose los estandartes de guerra, deshonrando sus símbolos y lemas, muchos de los cuales datan de la independencia, tienen sangre de nuestros libertadores y están cargados de gloria y honor militar venezolano y que son más antiguos que Cuba misma, donde el eslogan, sinónimo de opresión y muerte, en 1960 por el dictador Fidel Castro.
Acusa a quienes le acusan, aquellos que, es debiendo estar a su lado, defendiendo lo que él defiende, la Constitución, la Institución y nuestros valores, cumpliendo el juramento que hicimos todos, incluyendo los uniformados presentes en esta audiencia; amenazan con encerrarle para doblegarle, y les adelanta que, no lo conseguirán.
Advierte a quienes le enjuician que nadie logrará que me rinda a los intereses extranjeros o ante quienes que están entregando la patria y rindiendo sus armas a esos intereses.
Finalmente, les llama a todos traidores, y les señala de traicionar el juramento que hicimos ante Dios y en presencia de la Bandera, y espera que en un día muy cercano, la Patria se los demande.
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