El llamado experto venezolano en guerra sucia, inserto dsegún Tal Cual y Globovisión en el Comando de Campaña de Juan Manuel Santos, candidato a la Presidencia de Colombia por el movimiento uribista es, en nuestra opinión, un mercenario y, por ende, un mitómano.
Mercenario, porque no es ésta su primera visita a la hermana república, ya que antes estuvo trabajando para el Polo Patriótico, partido con una ideología totalmente opuesta a la que profesan Santos y sus seguidores.
Mitómano, porque su carrera política comenzó con una gran mentira, y se ha venido sosteniendo con falsedades que él mismo confecciona y con las cuales convence a los demás sobre virtudes que no posee y carencias que encubre.
Nos da pena tener que hablar así de un paisano, pero si alguna vez tuvimos el coraje de denunciar públicamente los tejemanejes del asesor estadounidense David Garth, caballo de Troya por cuya incompetencia casi pierde las elecciones Luis Herrera Campins y cuya imagen pública arrastró al sótano al final de su mandato, no podemos mantener silencio en una campaña tan importante para Venezuela como la del país vecino.
Comencemos con la gran mentira.
Afirmaba el experto haberse graduado de psicólogo en Italia. Ni siquiera terminó dos años de carrera, nunca revalidó un título que ciertamente no poseía, ni se inscribió en ninguno de los dos colegios profesionales de la especialidad en Venezuela.
Debido a su talento para embaucar al prójimo, sin emargo, consiguió dictar la Teoría del Rumor en la Escuela Militar, y es posible que la guía que entonces portaba sea la misma que hoy leen, como documento reservado y exclusivo, los partidarios de Santos.
Además, como free-lance, comenzó a ejercer la profesión de psicólogo, un hecho que nos consta personalmente.
Saltó a la palestra política durante la campaña electoral del candidato Rafael Caldera. Tenemos la agenda de su actuación, porque trabajamos codo a codo con él en esa oportunidad. No fue a él a quien se le ocurrió lo del chiripero, sino a un militante del MAS –cuyo nombre no recordamos al presente-.
Tampoco fue el único Director Creativo de Chiripa Publicidad, se ocupaba del turno nocturno, mientras nosotros lo hacíamos el resto del día. Además, vale la pena destacar que Chiripa funcionó como un buzón de ideas, donde muchos redactores y artistas comerciales colaboraron desinteresadamente. Y que el material iconográfico fue desarrollado, casi en su totalidad, por JMC – Y&R.
Al asumir Caldera, el experto se deshizo rápidamente, con las artimañas que le son propias, de todos quienes habíamos sido sus compañeros de lucha.
Logró convencer al alto gobierno que él era el genio, embaucó al presidente y dueño de un consorcio editorial –quien le adelantó una generosa suma para que instalara su propia agencia publicitaria- y, después de fracasar estrepitosamente y dejar guindados a Raimundo y todo el mundo, salió de Venezuela –tenemos entendido- a México, donde estableció su cuartel general.
Le perdimos la pista y nada supimos sobre sus andanzas en tierra azteca.
Lo que si nos llegó fue el gran embarque que le echó a Antonio Rojas, durante una vuelta relámpago a la Patria, al persuadirle de que podía ser reelecto Gobernador del Estado Bolívar contra el Guasón y sin Andrés Velásquez; pero el resultado obtenido fue dividir el voto oposicionista y entregarle Guayana al chavismo.
Durante las elecciones presidenciales peruanas, casi logró lo mismo con Lourdes Flores –presidenta del partido socialcristiano-, que le ganó la primera vuelta a Ollanta Humala. Sin embargo, en la segunda vuelta, a los electores se les destapó el nacionalismo, gracias a la injerencia descarada del Guasón en dicho evento, y se decidieron por Alan García.
En Lima le vimos por última vez.
Volaba de regreso a México, y nosotros arribábamos para fundar un periódico.
Al llegar al aeropuerto y mientras esperaba su avión, llamó a todos sus contactos e inició una campaña malediciente que, a la larga, dio al traste con nuestros esfuerzos y recursos, pues todos los anunciantes nos cerraron las puertas y ni siquiera los postulados por el APRA y la Alianza Unidad Nacional accedieron a recibir a nuestros periodistas.
Sus rumores nos persiguieron como perros rabiosos dentro y fuera de Venezuela. En una reunión de la SIP ocurrida en Quito, una ejecutiva de RCTV miró, desdeñosa la identificación que portábamos y nos preguntó: ¿Qué García? ¿García Carneiro…?
Por supuesto, esta actitud no fue nunca la del presidente del canal ni la del de la corporación. Pero no todas las mentes son tan inteligentes ni cultas como la de estos dos paladines de la libertad de expresión, y los mensajes del experto están diseñados, precisamente, para inflamar las vísceras de personas simples.
No nos quejamos de generar tanto odio entre personajes como el experto. Ya nos acostumbramos a ello. Como comentaba uno de los mejores cameraman del mundo, Orlando Jiménez Leal, mientras los recién vestidos y mal bañados se pavonean con sus corbatas Hermes, relojes Bulgari y trajes Armani, nosotros lo hacemos con las lecturas que devoramos con pasión.
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