viernes, 25 de junio de 2010

A Frasso sí hay que hacerle caso

I
Si abordamos hoy la opinión no comprometida con el Guasón, ya que la independiente propiamente dicha se erosionado durante los casi 12 años de su infausto régimen, percibimos un cambio cualitativo que debería servir para reorientar la planificación estratégica de la oposición venezolana. En el supuesto de que sus líderes conocieran y supieran cómo manejar los términos plan y estrategia, de uso común en la gerencia moderna.
La mayoría de los articulistas y presentadores de programas radioeléctricos anduvo jugando, durante un largo y perdido tiempo, con la ilusión de que una victoria electoral el próximo 26-S le daría un parado a el proyecto autocrático y vitalicio del Guasón. Todavía Fausto Massó se recrea con ella.
Ahora algunos intentan rectificar, y aún el más acérrimo defensor de la MUD, Teodoro Petkoff, le ruega que sus portavoces se lancen a la calle y rechacen enérgicamente los mazazos ue el Guasón y su Corte de los Milagros le atestan a diario a las frágiles bases institucionales de la nación. Tarde piaste, pajarito.
Pero no es sólo Petkoff. José Manuel Insulza, quien mucho tiene de zángano pero nada de pendejo, nos ha recordado que la democracia no se defiende en los escenarios multilaterales, sino dentro de los países donde se encuentra amenazada. Y, en este mismo sentido, dos compatriotas suyos, senadores, le piden unidad proactiva a la disidencia criolla.
II
El 17 de mayo, Francisco (Frasso) Solórzano, autocalificado el Alcalde más joven del país -como si la juventud, en su caso, fuese una virtud y no una confesión de ignorancia, estrechez de criterio e incapacidad, tríada (de)formativa de la mentalidad del lumpen cívico-militar comunista que nos rige-, delineó un sistema sustitutivo al previsto en la Constitución: Comunidad indígena, consejos comunales, gremios, estudiantes, juventud, patrulleros y patrulleras del PSUV. Lo hizo ante un público estimado por él mismo en 3 mil almas, y se le escapó la siguiente perla: Bueno, esto será a mediano y largo plazo; pue, en lo inmediato, la oposición no sacará más de 40 asambleístas.
Los primos de Barcelona nos aseguran que a Frasso no hay que pararle bolas. Igual nos decían del Guasón, y miren hasta dónde ha llegado y por dónde nos lleva: Al Mar de la Felicidad y por el Camino de la Amargura.
Sin embargo, sí hay que hacerle caso, pues su discurso desvela -¿imprudencia juvenil?- la perversión de un proceso para destruir la República, uncirla definitivamente a la gerontocracia castrista y generar el caos absoluto como modus vivendi, al estilo Zimbawe.
Proceso iniciado con fraudes comiciales de tracto sucesivo, desde el referendo contra el Guasón, y perfeccionado con el secuestro del CNE, la creación de 20 mil electores virtuales, el uso de la Anal para violar sistemáticamente las normas constitucionales y de los tribunales para imponer la ley de caudillo.
Proceso que implica la confiscación de la propiedad privada, y la sustitución de la comercialización de alimentos por cartillas a la cubana, para doblegarnos por hambre.
Proceso que incluye la estatización de los medios masivos, el control de los interactivos y el acoso, detención arbitraria y encarcelamiento de quienes opinen en contra.
Si lo anterior es cierto, ¿qué podemos hacer? Preferiríamos que lo contestara la MUD, la de las patas quebradas como la define Antonio Llamas en El Nuevo País, que también forma parte del proceso. Pero, como quien calla otorga, el mandato para toda la ciudadanía está muy claro en la violada Constitución. Al menos para nosotros.
Y también resulta muy obvio que a Frasso sí hay que hacerle caso.

miércoles, 16 de junio de 2010

Hay que leer la Historia de Venezuela

Hace poco nos referimos al vicio de escribir por escribir y, tácitamente. señalamos que siempre había temas para orientar a nuestros seguidores.
En la Venezuela demencial donde vivimos, sobran temas, y depende de la sensibilidad, vocación y postura del mediador analizarlos y emitir juicios de valor al respecto.
Lo que faltan son medios donde ubicarlos, así como empresarios que tengan el coraje necesario para darle cabida en ellos a las expresiones de la verdadera disidencia.
Que no está representada, precisamente, por aquéllos en quienes priva el afán del lucro, por encima de cualquier otra consideración ética. De los que Vladimir Lenin dijo, peyorativamente, que estaban dispuestos a vender el mecate con el cual les iban a colgar, siempre que a cambio obtuvieran algún beneficio.
En el proceso para acallar a Globovisión, según nos han contado, se han dado varias fases:
•Una primera instancia durante la cual el régimen, a través de sus operadores financieros -léase testaferros- le propuso a los dueños de la concesión una oferta económica de esas a las que, por su cuantía, nadie debía rehusarse
•Para Nelson Mezherane, esa oportunidad no sólo representaba una bonita cantidad de dinero, sino la posibilidad de que a su banco lo dejaran en paz
•Se reunió con Guillermo Zuloaga, y éste decidió plantearle el asunto al menor de los accionistas del Canal, Alberto Federico Ravell
•Allí fue donde todo se enredó, porque Ravell reaccionó como una mapanare y les manifestó su total desacuerdo, adelantándoles además que si ellos actuaban en contra de su voluntad, emplearía todas sus fuerzas en denunciar la negociación
•Zuloaga se lo pensó dos veces, y no sólo pesó en su decisión declinatoria la reacción de Ravell, sino, asimismo, su propia historia familiar y personal
•Esta inesperada negativa desató las iras incontenibles del Guasón, quien, rodeado de adulantes, advenedizos y corruptos, juzga a los demás por su propia condición, y a quien se le estrelló en la cara el precepto marxista del mecate
•A partir de ese punto de quiebre, comenzó la persecución a trocha y mocha contra Mezherane y Zuloaga, cuyo último capítulo –no el final, por cierto- sufrimos el lunes próximo pasado.
Por supuesto, únicamente se trata de opinión y conjeturas. De las cuales, sin embargo, podemos extraer varias lecciones.
La primera que, pese a la postura antiética y vendepatria de algunos banqueros y concesionarios radioeléctricos, porque no todos los capitanes de la industria venezolana están dispuestos a vender sus reinos por unos puñados de lentejas. Sobre todos, si los granos provienen de alguna importación nerviosa de Pedeval y vienen podridos, contaminados y pervertidos con las miasmas de la robolución boliburguesa.
La segunda se focaliza en la expresión de una señora mayol –así la adjetivan los animales que hoy nos desgobiernan-, cuentahorrista del Federal y de humilde apariencia, quien emplazó al Guasón en los siguientes términos: Usted no tiene derecho a jugar con los ahorros de mi vida por un problema personal. ¡Váyase a la mierda!
La tercera, como lo anticipa uno de nuestros amigos corianos porque la suma de todas las iras de los millones de venezolanos a quienes el Guasón ofende, descalifica, agrede y amenaza a diario, hará que esta vaina reviente por algún lado. Más pronto de lo que se cree. Y recomienda, en este sentido: Hay que leer la Historia de Venezuela.

sábado, 12 de junio de 2010

Graterolacho: No nos hales los pies de noche

Dedicado a Misia Lourdes de Graterol
Ayer falleció Manuel Graterol Santander, Graterolacho, sin agonía y sin dolor. Como deben morir los buenos y los justos. Sabemos que él le temía a la Pelona, mas, en su caso, se trataba de un miedo infundado pues, esté donde esté se encuentra mucho mejor que acá.
La última vez que nos vimos fue en la Quinta Gramasanta, su morada en el Municipio El Hatillo, ubicada en una calle a la cual la anterior alcaldesa bautizó con el nombre del bardo. Quizás el mejor homenaje que haya recibido en su vida.
Intercambiamos ideas sobre qué podíamos hacer para reorientar al país hacia su destino natural, que es la democracia y no el totalitarismo. Quedamos en vernos después, pero el contacto no cuajó, pues él andaba ocupado matando tigres para sobrevivir decentemente en medio de este agobio, y nosotros nos ocupábamos de hacer lo mismo, y por las mismas razones.
Nuestro primer encuentro tuvo lugar en el Estudio B de RCTV. Era el plató de las telenovelas y de los comerciales transmitidos en vivo, porque todavía o no se había inventado el VTR o no había llegado a Venezuela. Al lado, en el Estudio A –una especie de teatro, con butacas, para el público-, se producía a diario El show de las 12, cuyo animador era Víctor Saume.
Graterolacho estaba acompañado de su curruña Antonio Hernández, y ambos representaban a la agencia publicitaria CORPA, la más grande y de mayor facturación en esos tiempos. Nosotros estábamos al servicio de una filial de J. Walter Thompson, la más pequeña y de menor facturación.
Habíamos aterrizado ahí para producir una cuña de Kodak, en la cual figuraba Efraín de la Cerda como locutor y una linda modelo cuyo nombre se nos escapa. No teníamos la menor idea de por dónde empezar, mas al observar que Graterolacho y Hernández daban enérgicas instrucciones a los técnicos, y ellos les obedecían, nos acercamos e imploramos su ayuda. La cual nos fue concedida, de manera muy generosa.
Así comenzó nuestra larga amistad, y la fructífera carrera de quien esto escribe por más de 40 años en publicidad.
Da tristeza constatar cómo todas las personas mencionadas –con excepción de la dama de olvidado nombre- , han pasado a mejor vida. Antonio recién peló gajo el año pasado. Efraín murió joven, igual que su hermano Clemente. Y a Víctor lo liquidó un ACV, cuando nada o poco se sabía de tan temible mal. Da alegría pensar que Graterolacho tiene, al menos, tres compañeros para montar la mesa de dominó en el Cielo, y cambiar los chistes y rumores que de aquí se lleva.
Pero como la vida del poeta extinto fue más alegre que triste, concentrémonos en el humor y desechemos el dolor.
Aunque usted no lo crea, Graterolacho nunca estudió periodismo ni alguna especialidad de Humanidades. Se gradúo en la Escuela Técnica Industrial de mecánico automotor, un oficio que jamás ejerció. Su compañero de estudios fue Antonio Hernández, quien también cambió la llave en cruz por la claqueta.
Graterolacho fue un escritor y un versificador natural, y su aprendizaje se lo debió a las largas tenidas que pasó escuchando, cuando niño, música llanera en su Turén natal.
El gordo Regis Etiévan –otro difunto- le brindó la oportunidad de ingresar en el entorno publicitario, y su chispa y voluntad hicieron lo demás. Simultáneamente hacía periodismo humorística en El Gallo Pelón, a lado de otros titanes de ese género en el país.
Además de hacer reír a través de varios medios masivos a una gran audiencia, convertía a quienes laboraban con él en víctimas de sus chanzas. ¿La más común? Engrapar las mangas de los paltós –en esa época, nos vestíamos formalmente-, de manera que, a la hora de salir y después de darnos cuenta, teníamos que apelar al sacagrapas- ¿La más compleja? Publicar un aviso solicitando gatos para el casting de un comercial, a nombre de Gladys Álvarez, una redactora que ya no trabajaba con él. Muchos de quienes atendieron al reclamo, se enojaron, y el inmueble donde estaba ubicada la empresa se llenó de gatos enloquecidos.
En las puertas de nuestro deportivo, un Subeam Alpine, colocó dos calcomanías con la leyenda: El que no usa Eveready, está loco de pila. Tuvimos que mandar a pintar las puertas de nuevo, y esperamos pacientemente para tomar venganza.
Dentro de las tazas o tapabocinas de su carro, repartimos 1 Kg de camarones frescos. En una semana, el hedor era insoportable. Mandó a lavar el automóvil, por dentro y por fuera. Cambió las alfombras. Pero nada. Hasta que, por pena, confesamos. Y nunca más se metió con nosotros.
Esta semblanza viene al caso, porque tenemos la seguridad que Graterolacho se ha ido con una gran pena en el alma: saber que nos deja a merced del Guasón, cuyos chistes no nos hacen reír, sino más bien llorar. Y sabiéndose ahora más que guapo y apoyado por el que reina allá arriba, es posible que venga a importunar nuestros sueños, para conminarnos a poner fin a esta vaina.
Te prometemos, Graterolacho, que haremos lo humanamente posible e imposible por lograrlo. Eso sí, por favor, te suplicamos que no nos hales los pies de noche.

martes, 8 de junio de 2010

¡Púyala, Durán!

Dedicado a Armando Durán
I
Es ésta una época realmente extraña… -reconoce Hamlet en su celebérrimo monólogo. Y luego afirma: Hay más cosas entre la Tierra y el Cielo de las que el hombre pueda imaginarse.
Estas frases las escribió William Shakespeare en tiempos de intenso desarrollo económico, cultural y social de su nación, la llamada Época Isabelina, que se extendió por los reinados de Isabel I y Jacobo I (1558-1625).
Cuando todo parecía salir a pedir de boca para los ingleses, cuando Isabel I había eliminado a su principal competidora –María Estuardo, Reina de Escocia- por el expedito proceso de mandar a cortarle la cabeza, cuando había roto con el Vaticano y establecido al anglicanismo como única religión oficial bajo su poder, cuando William Morgan le hacían la vida imposible a los españoles en el Caribe; ¿qué motivaba a Shakespeare a definir como extraño e inimaginable este devenir? Y, sobre todo, ¿por qué sus obras alcanzaban tanto éxito a nivel popular?
La estrecha conexión de Shakespeare con el pathos era más que obvia, y podría haber resultado harto peligrosa para el propio autor.
De ahí que se cuidó de enmascarar a sus protagonistas y escenarios con caracteres y locaciones extranjeros.
La acción de sus principales tragedias transcurre fuera de esa campana de cristal que era él Gran Bretaña: Romeo y Julieta, en Italia; Hamlet,El príncipe de las tinieblas, en Escandinavia; El Timón de Atenas, en Grecia. Suficiente para que los personajes que le inspiraron no se sintieran aludidos y reaccionaran en su contra. Suficiente, asimismo, para que el pueblo los identificara, y se riera a sus espaldas, o les condenara a sotto voce por sus vicios y desafueros.
De haber existido entonces los periódicos, no hay duda que Shakespeare habría hecho de ellos también una tribuna para fustigar sin piedad a la naturaleza humana.
Porque Shakespeare, como Cervantes y Dante, no escribía por escribir, ni por llenar cuartillas, ni porque le pagaran por sus libretos, aunque con ellos se ganara la vida. Lo hacía para comunicarse con el prójimo, y como era un genio, logró un estándar de perdurable excelencia.
II
Cuando buscamos la opinión en la prensa cotidiana –lo demás no nos interesa, aparece en los noticiarios radioeléctricos, que lo repiten hasta que nos lo aprendemos de memoria, detectamos quién escribe por escribir y quién lo hace porque su pasión así se lo exigen. Lo cual no implica, en el último caso, que algunos artículos salgan mejor que otros, o nos gusten más o menos. Ce est la vie.
Examinemos, por ejemplo, el desempeño de Armando Durán.
En una entrega anterior, recordamos nuestro desencuentro crónico con los gobiernos de AD, y una suerte de antiadequismo que iba de light a heavy, según los encumbrados. Rechazo total durante los dos mandatos de CAP. Indiferencia en el de Raúl Leoni.
Por eso, Durán –a quien no conocemos- nos caía muy antipático. Y quizás también porque se levantó a una chama que nos atraía inmensamente, y cuyo nombre no viene al cuento. Sin embargo, hoy pensamos diferente. Gracias al Guasón y sus boliburgueses corruptos que
quienes, en la actualidad y merced al trampolín de Pudreval, se asemejan más a un ejército de zombis.
Cuando Durán comenzó a escribir contra el Guasón y a describir las tragedias y miserias de su malhadado régimen, las cuales otros analistas no observaban o ante las que se hacían los locos, su ensayo semanal se nos convirtió en imperdible.
Durán superó así nuestros prejuicios y preconceptos –que, probablemente en otro ahora eran razonables- y, sobre todo, despertó nuestra admiración, pues le vimos batirse contra molinos de viento, ante el silencio cómplice, las medias verdades o el colaboracionismo franco de otros escritores. Llamó al pan, pan; al vino, vino; y a la cerveza, Polar.
Hoy Durán, puede aseverar, sin sonrojarse: Yo te dije que esto iba a pasar. Y ahora, cuando otros sienten que las fuerzas satánicas están a punto de tocar sus puertas y echarlos de sus empleos, sin excusas o por motivos baladíes, comienzan a rasgarse las vestiduras y a repetir lo que Durán había señalado tiempo ha.
Es cierto que Durán no estuvo sólo. Le acompañaron Marianela Salazar, Rocío San Miguel, Ángela Zago, Gloria Cuenca y Marta Colomina. Citamos sólo algunas féminas, pues es el sexo preferido por él, en lo cual hace muy bien, ya que en esta también extraña e inimaginable época abundan las nada edificantes confusiones.
Y, desde las redes sociales, quienes carecemos de espacios físicos para expresarnos, los que no cobramos por hablar mal del gobierno, pero que lo hacemos de gratis y apasionadamente, le saludamos y la aupamos: ¡Púyala, Durán!

jueves, 3 de junio de 2010

El efecto Schumann y Tal Cual

I
En un reciente blog, en el cual abordamos las alteraciones psíquicas colectivas de la aceleración de la resonancia iónica de la atmósfera terrestre –Efecto Schuman-, destacamos que el escritor escocés Sir Arthur Conan Doyle (1859-1930) había predicho que algo por el estilo le sucedería a nuestro planeta, 70 años antes de que ocurriera, en La zona ponzoñosa (1912).
A quienes sólo conocían a Conan Doyle como creador del más famoso detective literario, les recordamos al profesor Challenger, un personaje aún más querido por el escritor que el propio Sherlock Holmes. Y llamamos la atención sobre el vínculo entre la imaginación de Conan Doyle y nuestra Amazonía, pues es en Venezuela, en el escenario del Macizo Guayanés donde ubica, en otra anticipación genial (El mundo perdido, 1913), el descubrimiento de especies desconocidas en el resto del globo. Sólo que las atribuye –nadie es perfecto- al Reino Animal y no al Vegetal.
En La zona ponzoñosa, Conan Doyle describe como el profesor Challenger y el resto de su equipo van cayendo, uno a uno, en desequilibrio mental. Tal como predijo que sucedería con la Humanidad, a partir de 1982, el ingeniero electricista y doctor en Ciencias Exactas Winfried Otto Schumann (1888-1974), catedrático e investigador de las universidades de Stuttgart, Jena y Munich, y colaborador de la NASA.
Según estudiosos de los trabajos de Schumann, el cambio en la resonancia iónica produce un reducción en la percepción temporal: una jornada de 8 horas se transformó en 16 desde la década de los 80 del siglo pasado, los días corren más rápidamente y se genera un estrés que va creciendo como alud de nieve.
Esto explicaría, en parte, el incremento de los crímenes en serie en países como EEUU, la aparición de los mismos en naciones donde jamás existieron –como Rusia-, y las personas que enloquecen, de buenas a primeras, y deciden matar a sus compañeros en los campus y oficinas donde estudiaban o prestaban servicios. Pero también a los fanáticos que se inmolan en el nombre de Alá, y al gran número de desquiciados que actúan ahora como líderes del mundo, sin poseer las mínimas virtudes, valores o habilidades para desempeñar sus gestiones. Como, por ejemplo, el Guasón.
II
Pedimos perdón a nuestros seguidores virtuales si sonamos repetitivos en los párrafos anteriores. Ya confesamos nuestra condición de clásico –nada de mayor, ni tercera edad, ni generación áurea; despreciativos, peyorativos y despectivos empleados al referirse a los viejos-, así como de docente. Ambas cargas nos imponen decir lo mismo varias veces, para los duros de mollera.
Las sicopatías vaticinadas por Conan Doyle y Schumann saltan a la vista en la última Distopía de Ibsen Martínez, publicada en Tal Cual (31/01/10), donde propone ayudar a los cubanos traídos por el régimen comunista-militar de Venezuela a que escapen de la República y vuelen hacia la libertad -suponemos será Miami-, con stop-over en Colombia.
Nos parece de pinga, si consideramos, sobre todo, que tal accionar pudiera llevarnos, ipso-facto, a los calabozos de 2 metros cuadrados de la Disip, o comoquiera se llame actualmente dicho organismo; pues no podemos estar seguros si alguien que se nos acercara con tales pedimentos sería un enviado de buena fe o un agente encubierto del G2. Pero, asimismo, un acto innecesario, pues quien haya visto el Capítulo 1 de Séptimo Día, un programa de alto rating de Caracol TV, sabe que en Colombia existe Barrio Afuera, organización encargada de acoger a los fugitivos de Fidel y el Guasón, sacarles visa y enviarlos a EEUU.
Si sólo hubiese sido Ibsen, pensaríamos en la mentada lumpia que crea estados místicos. Perro es que también, en estos mismos días, alguien que personifica a Teodoro Petkoff mientras el director de Tal Cual recorre el mundo –como lo asegura otro de sus columnistas- , parafraseó a Rómulo Betancourt en su desafortunada expresión: Disparen primero y averigüen después. Y el viñetero caricaturizó al Guasón, con la pipa y los lentes romulianos.
Ante las críticas de varios diarios y las excusas del propio, debemos aclarar algo. Nunca simpatizamos con el denominado Padre de la Democracia ni con su partido.
Nos fuimos de Venezuela porque nos incomodaba su gobierno. Y regresamos al país creyendo que Rafael Caldera enmendaría la plana. Mas, debemos reconocer que salimos y volvimos sin miedo, y que la peor crítica que podemos hacerle a Betancourt es no haber extirpado de raíz el cáncer marxista leninista que se ocultó en las escuelas militares desde finales de la década de los sesenta e hizo metástasis en 1992.
A Ibsen Martínez, aparentemente afectado por el Efecto Schumann, sólo le tenemos una pregunta: Y, a nosotros, los que por diversas razones nos tenemos que calar la ignominia de la V República, ¿quién nos ayudará?