A principio de esta semana, recibimos la angustiada pregunta del profesor Jack Malaguti, venezolano, residente en Europa, que no halló información alguna sobre lo ocurrido en Venezuela el pasado 23-E, aunque sí mucha sobre Túnez.
Estuvimos tentados de responderle con nuestra mera intuición, mas preferimos preguntarles a nuestros amigos y conocidos antes de opinar sobre el asunto, quienes confirmaron ampliamente nuestra suposición: No hubo difusión global-mediática sobre el 23-E, porque aquí no pasó nada. Y no pasó nada, porque la oposición tolerada, colaboracionista o sistémica así lo quiso.
Fue obvio que los componentes de la MUDA estaban reacios a echarle pichón al 23-E. Y el gobierno también. Por lo que hubo algo como un compromiso para que las manifestaciones fueran escuálidas, más la del gobierno que las de la oposición, pero escuálidas ambas.
Al Guasón no le costó mucho trabajo reunir la poca afluencia de público que tuvo el Balcón del Pueblo, porque en las encuestas va palo abajo, y las hegemónicas cámaras de la televisión estatal no abren el zoom más allá del medio plano americano, encuadre inventado por Hollywood en los largometrajes de vaqueros al mostrar el desenfunde de la Colt en las escenas de duelo. Algo que a los milicos de acá las gusta imitar, ya que ellos también se sienten protagonistas de un spaghetti western.
A la oposición le costó mucho más sabotearse a sí misma
Primero, hicieron todo lo posible para disuadir a quienes marchaban de Lara a Carabobo, iban a juntarse en Valencia con los estudiantes y llegar a Caracas.
Segundo, crearon gran confusión sobre si era una caminata o un mitin, si el lugar de encuentro era la Plaza Venezuela o el Centro Lido, y cuáles serían las consignas principales a vocear.
En éstas andábamos, sin agenda, locaciones, metas ni objetivo, cuando apareció un idiota, a nombre de una ONG cuyo nombre no podemos recordar, aseverando que el propósito de la convocatoria del 23-E de 2011 era tomarse una fotografía área, en simultáneo con 30 ciudades del mundo, las cuales nunca fueron identificadas a priori, y sólo se conocieron a posteriori por una fotos donde aparecían grupúsculos vestidos para picnic dominicales.
Desconocemos si el idiota de marras lo hizo de mala o buena fe, pero sería más grave en el último caso, pues tanto a él como a la organización que representa padecen de la juanitis o shakiritis aguda, patología caracterizada por atribuirse los poderes de convocatoria de Juanes y Shakira.
A esta noticia, de evidente intención y espíritu bailoterápicos, se unieron gozosamente los medios diz que independientes que aún quedan. Y decimos diz que, pues no difunden lo que no concuerde estrictamente con los lineamientos de la MUDA. Que no es otra cosa que poner la otra mejilla, ante cada amenaza o procacidad presidencial, y pedirle al pueblo que aguante hasta el 2012, donde, por arte de magia, todo cambiará para mejor.
Es por eso que lo de Túnez o Tunisia, como la denomina Malaguti –ambos términos correctos-, nos cae como agua fresca. Como sucedió el 23-E de 1958 en Venezuela, sin calle no hay rebelión civil, y sin rebelión civil no hay cambio posible. Aquí la rebelión no es un delito, sino un pedimento constitucional contra quienes violen nuestra Carta Magna.
Al escribir estas líneas, Ben Alí, el dictador vitalicio tunecino, tiene una semana de huido, Muhammad Mubarak está guindando y no es bombillo, Abdelaziz Buteflika anda más chorreado que palo de gallinero, a Ali Abdullah Saleh le pidieron que fuera a ver si zamuro puso.
Como asevera José Levi, corresponsal de CNN en El Cairo, la rebelión civil contra Mubarack comenzó con cuatro gatos, como también con cuatro gatos se inició la insurgencia contra Marcos Evangelista Pérez Jiménez en 1957.
Al escribir estas líneas, el Ejército Egipcio le dijo a los cairotas, que no les va a disparar. Lo mismo que el Ejército Rojo hizo con los moscovitas durante la Perestroika y el Glasnot. Igual que los ejércitos nacionales han expresado a sus respectivos conciudadanos en circunstancias parecidas.
Así que, dejando a un lado el culillo, sigamos con interés lo que sucede en el África islamista, y metámoslo en nuestros discos duros cerebrales. Si alguien pretendiera como Alí, Mubarack y Cía. entronizarse en el poder per secula securolum o hasta que le dé la real gana, Seguid el ejemplo que Tunisia dio.
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