Un hombre que pudo haber venido de muy lejos
Hoy se cumplen 560 años del nacimiento e Leonardo da Vinci el más notable polímita del Renacimiento italiano: anatomista, arquitecto, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, pintor, poeta y urbanista.
Para conmemorar la fecha, la ONU la decretó Día Mundial del Arte, y, sólo en Venezuela, más de 150 artistas lo recuerdan con exposiciones simultáneas de pintura, escultura, dibujo, grabado, serigrafía, artes del fuego, videografíaa, ensambles y performances.
Pese a que la historia ubica en Florencia el lugar donde Leonardo vino al mundo, que fue hijo ilegítimo de Messer Piero Fruosino di Antonio, notario, canciller y embajador del Principado Florentino y su madre, Caterina, una esclava de Oriente Medio; tengo la impresión de que el hoy globalmente homenajeado ha debido de ser un viajero del tiempo o el espacio, quien perdió la llave que le habría permitido regresar al mundo del cual provenía.
Esta sospecha ha venido creciendo en mi pensamiento desde que fui a Italia y a Francia por primera vez, en 1965, y pude apreciar en vivo y directo los testimonios de los grandes creadores renacentistas. Pero, los indicios recolectados en los estudios de campo, se han convertido en variables, y éstas, a su vez, a estructurar el rompecabezas que se denomina hipótesis; gracias a la necesidad en que me he visto de estudiar a fondo al maestro florentino por las demandas del ejercicio de la docencia en Formación Cultural.
No me leas si no eres matemático
Fíjese usted, amigo lector, la notable descripción que de su oficio hace Da Vinci: El pintor es dueño de todas las cosas que el hombre pueda pensar. Lo que en el Universo existe por esencia, presencia o imaginación, él lo tiene antes en su mente, y en sus manos luego.
Visualícese usted, a sí mismo, como a un forastero en tierra extraña. Como alguien que sabe lo que va a pasar en el próximo milenio, pero que no halla la forma de explicárselo a su semejantes, so pena de ser enviado a un manicomio o,, lo que es peor, sometido a juicio por brujo ante el negro tribunal de la Santa Inquisición.
En su época, sacudida por violentas transformaciones, Leonardo se formula inquietantes preguntas: ¿Cómo hacer volar al hombre? ¿Cómo convertir a la rueda en un telar? ¿Cómo demostrar que dibujar es una ciencia?
En su Tratado de la Pintura, advierte: No me leas si no eres matemático.
Asegura que la Naturaleza y la gente deben ser trazadas objetivamente, y no ideológicamente. Que no hay crecimiento posible si se desconfía de la perceptiva humana y de la capacidad del hombre para reconstruir y perfeccionar la realidad.
El inventor del diseño gráfico
Cree que su misión es continuar la Creación.
Trabaja en equipo –según la moderna definición del liderazgo-, compartiendo lienzos con otros artistas.
Determina como el mejor emplazamiento para la escultura David, el lugar que aún hoy ocupa y desde donde puede ser contemplado por todos los habitantes de Florencia, pese a que Miguel Ángel Buonarotti, su autor, no sólo sentía horribles celos de él, sino que se comportaba, además, como su más despiadado competidor.
Da Vinci inventó el difuminado –modalidad que ahora es una herramienta básica de los software de diseño gráfico- para profundizar el diseño. Siendo una suerte de Ministro de la Cultura de su país, se converte en humilde discípulo del emigrante Jan van Eyck, pionero de la pintura flamenca y uno de los mejores artistas del Norte de Europa, a fin de aprender a iluminar los planos intermedios, para acentuar el efecto de la profundidad o Eje Z.
Como es evidente enla La Gioconda, pinta con errores varias de sus obras, los cuales no cometería el más lerdo de sus aprendices. ¿Por qué y para qué…?
Deja muchos proyectos inconclusos, al concienciarse de que sus contemporáneos más brillantes no decodifican sus mensajes.
Escribe al revés, para obligarles a abrir los ojos.
El trabajo te parecerá menos, en un instante tu perspectiva será mayor y podrás percibir la falta de armonía o proporción-: Esta particular forma de trabajo es la clave del movimiento pictórico puntillismo, aparecido en el Siglo XX, y de el famosísimo programa de distorsión de imágenes Adobe Photoshop.
El creador de la cámara fotográfica
Da Vinci fue también precursor de las artes y técnicas audiovisuales, pues todas ellas parten de la cámara oscura, cuya teoría y funcionamiento descubrió y aplicó exitosamente
En 1038, Ibn al Haitam describió la cámara oscura, un juguete de moda en la corte del Califa Haroún Al-Raschid.
Da Vinci la usa para captar la forma y los detalles del rostro en sus retratos.
Todas las cámaras de fotografía, cine y video que se emplean al presente, sin excepción, se basan el la cámara oscura empleada para bocetar por Da Vinci, y cuya teoría formula así:
Cuando las imágenes de objetos iluminados penetran a un cubo muy oscuro, a través de un pequeño orificio y van a parar a un papel blanco, a cierta distancia del agujero, todas ellos se reproducen sobre el papel, con sus propias formas y colores; de tamaño más pequeño e invertidos por la intersección de los rayos lumínicos.
La perspectiva resulta asombrosamente exacta, y se emplea hoy para trazar planos con el software CAD.
Da Vinci defin su labor como: La ciencia que describe visualmente a los objetos.
El visionario del http
Tendió puentes al Siglo XXI, al anticipar la importancia de los vínculos hiperbólicos –popularmente conocidos como http- o soportes de Internet.
Quinientos años más tarde, David Sirkosky fabricaría helicópteros y la NASA parapentes, basados en sus diseños.
Legó a los médicos sus láminas de Anatomía Comparada, que aún ilustran tratados vigentes; y al hombre común inventos ecológicos, como el telar de alto rendimiento y la bicicleta de madera, construidos y verificados.
Dejó varios enigmas sin resolver: ¿Quién era La Gioconda? Si no su amante, ¿por qué nunca quiso desprenderse de la pintura? ¿Por qué dibujaba al hombre con absoluta perfección, y a la mujer bajo un aura, como lo haría Rubens 100 años más tarde? ¿Por qué sus caricaturas se parecen a las de Goya, dibujadas 200 años después?
Basado en las claves del fresco La última cena, Dan Brown hizo fortuna con el best séller y blockbuster El código Da Vinci. Como asegura el psiquiatra Karl Jung, en Da Vinci más que coincidencias hay sincronismos, definiendo como tales a las situaciones donde la presencia significativa de dos o más sucesos en la cuales está implicada algo más que la probabilidad aleatoria.
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