martes, 2 de octubre de 2012

Renuncio a priori al Comité de Reconciliación


Los mercaderes del insomnio
Los hijos de fruta del Comando Carabobo acaban de descubrir el telemercadeo, y envían mensajes de voz a través de las líneas CANTV a las 3:45 AM.
A otros simpatizantes del candidato oposicionista  Henrique Rodríguez Radonski que –como a mi- nos despiertan a la hora de los demonios –recién me enteré por la película El exorcista que a las 3 AM salen los habitantes del Averno para tomar posesión de las almas conectadas con las ceremonias satánicas- difundiendo tan abominable música y en tan mediocre formato, les recuerdo la necesidad de proveernos de CD con la grabación de cacerolazos, para neutralizar la diana prevista durante la madrugada del 7 de los corrientes. Y, probablemente, de agua y comida para 8 días, como lo recomienda un conocido encuestador a sotto voce.
Que Rangel siga estrilando
Mientras tanto el general Henry Rangel, ministro de la defensa saliente, acusado de usted sabe qué delitos por cuáles organismos de seguridad de un país norte-hemisférico denominado El imperio, estrila ante el anuncio de Capriles sobre su escogencia de un nuevo residente de Fuerte Tiuna.
Como sucede con la Iglesia –y que Dios me perdone la alegoría-, los militares son un cuerpo cerrado, lleno de enigmas para el resto de la población civil.
Según los entendidos –y no soy uno de ellos-, durante su formación académica, a los oficiales se les enseñan valores patrióticos, que a veces rayan con el absurdo, como aquéllos del Río Orinoco, el padre de todos los venezolanos -no somos delfines ni bagres-; y Bolívar, la reencarnación de Cristo.
Esta fiebre les dura hasta que hacen el curso de Estado Mayor y leen las Memorias del General Daniel Florencio O´Leary, donde el valeroso combatiente irlandés baja al ilustre caraqueño del Olimpo, y lo presenta como un hombre, con sus defectos y virtudes. Especialmente en lo que a las damas se refiere, y  la eliminación de agitadores sociales, como sucedió con el general Manuel Piar.
Algunos renuncian entonces a la ética que habían adquirido, más como una imposición de la obediencia debida que como libre elección de madurez.
Algunos se divorcian de las que fueran sus novias desde cadetes, y se ayuntan y casan con mujeres que les brindan ascenso social, en esta Venezuela que es un matriarcado.
Algunos, los más brutos u holgazanes, se dedican al enriquecimiento de frente y sin ambages.
Otros, gracias a Dios, se mantienen fieles a su moral, creencias y costumbres. Entre ellos, figura el general activo electo por Capriles para que ponga orden en la pea de los verde oliva. Que no es fácil, y que molesta al cuatrisoleado Rangel.
Dos embajadores del miedo
Otro que se arrecha es Jorge Alvarado, Embajador de Bolivia en Venezuela, quien propone revisar las relaciones de su país con Venezuela, caso de que Capriles resulte electo. ¡Arréchese, pues, porque las tiene ganadas! Y ojalá que Capriles le mande a la mismísima mierda, Alvarado, porque, a usted, ¿quién le dio vela en este entierro? ¿Cómo se permite opinar sobre asuntos que sólo conciernen a los ciudadanos venezolanos?
Por si fuera poco, otro embajador, Jorge Valero, representante del régimen castro-comunista venezolano ante la ONU, amenaza con un conflicto entre los venezolanos si pierde el Guasón. Fíjese bien, embajador comemierda, entonces habrá un conflicto. Entre los tupamaros, las piedritas, los faracos versus las fuerzas del orden público, al servicio del presidente entrante, Henrique Capriles Radonski.
Embajador Valero, yo le conozco desde la IV República. Usted es un hala bolas de oficio, un chupamedias, que renunció hoy pus sabe que con un gobierno honesto no tiene vida. Así es que no hable más huevonadas, véngase para acá, móntese en una moto con una AKG guindada al hombro y lidere a alguno de esos grupos que ayer estaban en PDVSA recibiendo los lineamientos.
Esta vaina se acabó…
Yo, en verdad, doy esto por finiquitado. Como pasó en Moscú con la perestroika y el glasnost. O en Berlín con el derrumbe del Muro de la Vergüenza.
Me ilusiona la segunda oportunidad que Capriles les ofrece a los mayoles. Y estoy dispuesto a echarle pichón a cualquier cargo. Menos a alguno relacionado con el Comité de Reconciliación, para el cual ni me ofrezco ni estoy disponible.

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