Alcoholes azules
Hace dos años, KL Energy Corporation acordó con Petrobras desarrollar tecnologías para incrementar la producción de etanol de 2ª
generación, empleando el bagazo de caña como materia prima.
Antes de que ambas compañías pactaran sobre el uso de los inventos de Azúcares Azules –que
así se rebautizó la compañía KL Energy Corporation-, gigantescos volúmenes de bagazo
se quemaban en los ingenios de Brasil, tras extraer el guarapo para la fabricación de alcohol, azúcar y melaza.
Empero, en tales incineraciones de
desperdiciaban 2/3 de carbohidratos potencialmente convertibles en energía
útil.
Al anunciar que 18 años antes de lo
previsto, ya comenzó a distribuirse el etanol de 2ª
generación en
las gasolineras del país, procedente de 38 centros, Miguel Rossetto, CEO de Biocombustibles Petrobras, aseguró
que se aumentará la productividad del combustible en un 40% por hectárea, sin ampliar
las áreas cultivadas, y se disminuirán notablemente las emisiones de dióxido de
carbono en las centrales azucareras.
Repsol demanda a Cristina ante el Banco
Mundial
Mientras estos hechos positivos ocurren en
el vecino inmediato del sur de Venezuela, más allá de las Cataratas de Iguazú la presidenta
y Cristina Kirchner, petrochula de Venezuela y llave del Guasón, encara una
demanda de padre y señor mío.
Harta Repsol, estatal española, de que
no le paren bolas, después de haberle confiscado a YPF en abril de este año,
demandó ayer al gobierno argentino por un monto aún no conocido, pero que
pudiera ser –según Reuters-: La mayor
reclamación presentada contra el país ante el BM.
Pdvsa desairada por ENI y Repsol
Con estos acontecimientos en pleno avance y
los periodistas de acá alergatados en un sorprendente silencio frente a las vicisitudes del único negocio
público que todavía da biyuyos, Pdvsa rueda hacia el abismo, putrefacta como
los contenedores de Pdval, no por el capitalismo –el cual, según los marxistas,
contiene en sí mismo el germen de su propia destrucción-, sino por el
socialismo del Siglo XXI, el castro comunismo del Siglo XX o el chavismo del Siglo XIX, que son las mismas vainas.
El día 2 del mes pasado, de manera abrupta,
Repsol y ENI –esta última, petrolera italiana que emplea a más de 80 mil trabajadores en el mundo- cerraron sus oficinas en Puerto La Cruz,
despidieron a sus empleados y se largaron del país.
Como Rafael Ramírez no da explicaciones, ni
sobre lo que pasó en Monagas, en Falcón, en el Zulia, o algo que
pudiera dañar la imagen de la Nueva patria
o el Ícono de la sociedad comunal,
a los directamente afectados por las decisiones de las petroleras europeas
–algunos con contratos firmados hasta por 5 años- no les queda otra que especular.
Y, entre los más entendidos, surge la
hipótesis de que ENI y Repsol se fueron porque el afrenillado Ramírez no ha
aportado el 60% de los recursos prometidos –y obligatorios, según la
estructuración accionaria de las sociedades mixtas- para la explotación de la
faja bituminosa del Orinoco.
Lo cual me lleva, después del tubazo dado
en este blog, a pensar en aquél invento que se atribuyó a los científicos que
trabajan servicio secreto israelí, el cual transformaba al petróleo crudo en proteínas.
Y rogarle a Jehová que sean comestibles,
porque cuando salgamos del régimen títere, a cada venezolano le tocará comer excremento del Diablo.
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