jueves, 3 de enero de 2013

Bartolo, el que se defiende sólo


El celofán que rompió ABC
El primero del año, el diario ABC de Madrid publicó, en primera página, una foto a color de Hugo Chávez, y aseguró, en la nota interior referente a la portada que el mandatario había entrado los últimos días (sic) en un coma inducido, con las constantes vitales muy debilitadas, mantenidas gracias a la asistencia artificial procurada el hospital de La Habana en el que fue internado.
Asimismo, que fuentes consultadas por ABC declararon el lunes que se había programado una próxima desconexión de la asistencia artificial que prorroga la vida del presidente venezolano. Esa desconexión, con resultado previsible de fallecimiento, podía producirse en cualquier momento.
Finalmente, que con fiebre constante, pérdida de conciencia y sin responder a los antibióticos, el presidente venezolano llegó a final de año en cuidados intensivos, sin ingerir nada sólido desde que fue operado hace tres semanas, con ano contra natura y alimentación intravenosa debido a la extracción de casi medio metro de intestino, de acuerdo con fuentes de inteligencia con acceso a su equipo médico; y que también sus funciones respiratorias se encontraban asistidas artificialmente tras la traqueotomía a la que fue sometido por una infección que motivó la retención de líquido en los pulmones; cuadro que se completaba con insuficiencia renal.
Nadie ha negado la información
Esta información no ha sido desmentida hasta ahora por algún vocero oficial, mas sí se ha reproducido con mucha prudencia, sobre todo en los medios internacionales, probablemente porque que la avaricia y el culillo pican y se extienden, no sólo endógena sino exógenamente.
He aquí lo que yo pienso. Si –ni lo quiera Dios-, algún familiar suyo, amigo lector, se encontrase en la condición descrita anteriormente, lo humano, lo cristiano, sería preparar a parientes y amigos para la noticia y sus efectos, y autorizar la desconexión del paciente. Que es, exactamente, lo que pareciera estar haciendo en estos instantes la cúpula gubernamental con los apresurados viajes y extendidas estadas a y en La Habana del Vicepresidente Maduro, el Ministro Arreaza, el Gobernador Chávez y el Presidente del Parlamento Cabello.
¿Qué razón hay, entonces, para encubrir y retardar la difusión de lo que es un secreto a voces? Y creo que lo es, porque el gobierno militar-revolucionario –así fue definido a éste régimen por Maduro- suspendió el concierto navideño de Dudamel, la pachanga del Balcón del pueblo –con una década de existencia- y, amenazando con sus brazos armados y motorizados para-delictuales, logró que los alcaldes mirandinos de la Gran Caracas hicieran lo propio con sus bonches municipales. Además, Globovisión, uniéndose a la cagazón generalizada, tampoco transmitió el especial de 2 horas con Oscar De León, anunciado para el 31 próximo pasado.
Cherchez l’argent
Está bien –o está muy mal, pero se entiende- que en Venezuela los medios diz que independientes, la oposición negociante y los opináticos asalariados hablen a sotto voce o no coméntenlo que la redes sociales expresan a diestra y siniestra, al punto de que el gobernador de Miranda, Henrique Capriles, vuelve a regañar a sus electores, diciéndoles que no caigan en falsos rumores. Como si hubiera rumores que no lo fueran, ya que de ser ciertos serían, en todo caso, hechos o sucesos.
Pero es que tampoco, en España, las televisoras se hacen eco de la hipótesis del ABC, pues la crisis y los recortes presupuestarios han obligado, por ejemplo, a la Armada Española a poner en comodato, al servicio de Armada Australiana la motonave de aprovisionamiento de combate Cantabria durante casi todo el 2013. El país continente cubre el round trip del barco hasta Oceanía, los ejercicios militares y hasta los viáticos de la tripulación, y Navantia, el armador que lo fabricó –el mismo  que produjo las fragatas misilísticas que adquirió Venezuela- promueve la venta de sus naves sin que le cueste un centavo.
Según la prensa local, si el Cantabria se hubiese tenido que quedar en casa, no habría tenido presupuesto para navegar más de 40 días del presente año, así están de mal las finanzas en la madre patria, y no va a ser TVE la que muerda la mano de quien le da de comer. Ya lo decía una vez el propietario de El País de España a sus empleados: Os podéis meter con todo el mundo, menos con Galerías Preciados y El Corte Inglés, que son quienes os pagan vuestros sueldos.
Por eso, a nadie –empresa, empresario o estado, nacional o extranjero- que quiera beneficiarse de la botadera de reales de 14 años de marxismo criollo, ni mucho menos, a quien el socialismo del Siglo XXI le haya favorecido con algún contrato o le deba una puya, está dispuesto a levantar un dedo a favor de las libertades de expresión e información.
Y quien heredó el oficio de sus padres, si no quiere ceñirse a una línea editorial, se obliga a escribir por amor al arte –o al prójimo-, pisando con los pies descalzos sobre vidrio molido – para no pisarle un callo a alguien a quien uno quiere, sin querer- y con todos los riesgos que ello implica vivir en autoritarismo, pues, frente a las rodillas en tierra y fusiles con la bayoneta calada, uno subsiste como Bartolo, el que se defiende sólo.

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