Del Elogio de la locura a la III Declaración
de La Habana
El 4 de febrero de 1962 el auto-designado
comandante Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana y también auto-elegido
Primer Ministro, frente a una multitud de simpatizantes y decenas de invitados
extranjeros, proclamó la ruptura respecto al devenir histórico, social,
cultural y político de su estado nacional.
A este pronunciamiento se le conoce como II Declaración de La Habana, fue traducido
a varios idiomas y se distribuyó ampliamente, grabado en long plays,
a través de las embajadas insulares y los partidos comunistas en el mundo
entero.
Hasta hace poco, poseí copia en acetato del
discurso de Fidel, guardado junto a otro disco singular: los mejores speeches de Adolfo Hitler, pues considero que la una y los
otros pertenecen al mismo género, caracterizado con brutal honestidad por Erasmo de Rotterdam en El Elogio de la locura (1511), una de las obras más emblemáticas de la Civilización Occidental, catalizadora de la Reforma Protestante.
Erasmo comienza su ensayo con una loa satírica. Después, su trama se
ensombrece por la adulación y exaltación de locura, focalizada en las
supersticiones y prácticas corruptas de los príncipes de la Iglesia, así como la
insania mental de los feligreses, entre quienes el propio Erasmo se incluye para autocriticarse.
Erasmo escribe su obra en menos de una
semana, y la corrige en casa de su mentor, Tomás Moro, tras regresar profundamente
decepcionado del Vaticano, donde se había asqueado de la degradación y
decadencia de la curia romana.
Al final, la locura abandona el espíritu de
Erasmo, quien recupera la razón, condenando
duramente a los clérigos que viven y se solazan en el pecada, y rogando por el regreso de los fieles añ ejercicio de los
verdaderos ideales cristianos.
En su II Declaración de La Habana Fidel,
a diferencia de los dirigentes del chavismo venezolano -cuyo analfabetismo
político resulta mas que evidente-, conocedor de la Historia y con el propósito
manifiesto de mantenerse en el poder al costo que fuera, denuncia las
maquinaciones de la Iglesia Cubana –recuerda a la Inquisición y a la quema de
Giordano Bruno-, corta definitivamente el lazo umbilical con EEUU, y hace una ménage
a trois del comunismo, el nacionalismo y el populismo, sintetizando
su propuesta en los siguientes términos:
Porque
esta gran humanidad (refiriéndose a los asistentes a la plaza ese día) ha dicho: ¡Basta!, y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes
ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya
han muerto más de una vez inútilmente. Ahora, en todo caso, los que mueran,
morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera,
irrenunciable independencia. ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!
Si usted se lee el texto de La Habana de
hace 51 años, y lo compara con el juramento con el cual Nicolás Maduro comprometió ayer a los asalariados del régimen y los fanáticos de Chávez que
concurrieron a la infausta Esquina de Llaguno, se puede inferir que se trata de una misma idea, repetida y una y mil veces como lo aconsejaba Joseph Goebbels,
Ministro de Propaganda del III Reich, para transformar la mentira en
verdad. Maduro dixit:
Queridos
Compatriotas digamos desde el corazón: Juro frente a esta Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, absoluta lealtad a los valores de la
Patria, absoluta lealtad al liderazgo del Comandante Hugo Chávez.
Juro
que defenderé esta Constitución, nuestra democracia popular, nuestra independencia
y el derecho a construir el Socialismo en nuestra Patria,
Juro
que me comprometo a llevar adelante el Programa de la Patria, en cada barrio,
en cada fábrica, en cada escuela, en cada esquina, en cada plaza, en cada
familia. Juro por la Constitución Bolivariana que defenderé la presidencia del
Comandante Chávez, en la calle, con la razón, con la verdad y con la fuerza y
la inteligencia de un pueblo que se ha liberado del yugo de la burguesía.
Aquí
en Caracas, hoy 10 de enero, le decimos al Comandante Chávez, recupérese que
este pueblo ha jurado y va a cumplir lealtad absoluta. Aquí nos vemos.
¡Qué
viva Chávez! ¡Qué vivan los pueblos del mundo! ¡Qué viva la Revolución
Bolivariana!
¡Hasta
la victoria para siempre! ¡Independencia y Patria socialista! ¡Adelante
Compatriotas!
Lo único novedoso en la III Declaración de
La Habana, proclamada ayer desde Caracas, es que Maduro hizo jurar a
las masas convocadas y transportadas para la ocasión, mientras que Fidel asumió la carga directamente, en nombre del pueblo cubano.
Pero también es cierto que Maduro no ha disparado ni
un tumba-rancho para ocupar el cargo espurio, que su actuación
como líder sindical fue absolutamente ineficiente y que si está donde se
encuentra es merced a la lealtad perruna demostrada tanto al comandante golpista de 1992 como a sus nuevos amos de Cuba.
Un inciso necesario sobre la lealtad perruna
Antes de seguir, hago un inciso.
Sé que a Luis Betancourt Oteyza le choca lo
de lealtad perruna, pues el convive
con un perro, llamado Monsieur, una reencarnación karmática del Marqués de
Sade, o de cualquiera otro de los locos elogiados por Erasmo.
Pero a los canes a los que me refiero son los que mayoritariamente adopta la gente, que –lamentablemente para su animalidad- poseen la mentalidad de personas afectadas por la minusvalidez neuronal.
Que te siguen, por la comida, el despulgue y unos cariños de vez en cuando. Que atacan a tus
agresores bajo tus órdenes, sin un ladrido de protesta. Que orinan y defecan en
las aceras, sin miramientos.
¿Estoy claro, tocayo Luis?
La locura erasmiana, de que se pega, se
pega…
Los que no estuvieron claros fueron los
periodistas que cubrieron para el resto del planeta la poblada de ayer.
El corresponsal enviado ad hoc, Pedro del Rincón –si mal no me
equivocó- entrevistó añ infeliz encuestador de una cosa terminada en 21,
quien aseguró que el 67% de los venezolanos apoyaba la decisión del TSJ de
legalizar la usurpación del poder y otros delitos anticonstitucionales
cometidos en nombre del socialismo del presente siglo.
Pregunto, ¿dónde está la ficha técnica de
la muestra, cuáles son sus características? La verdad verdadera es que el 70%
de la población ni siquiera entiende qué aprobaron los magistrados
anteayer. Pero no cabe duda que Venezuela es ahora, más que nunca, un territorio
libre para los muñecos de Geppetto.
Más tarde el Presidente de Datanálisis, alias Voz de Trueno, ante el vacío manifiesto existente en el liderazgo de oposición
y el desgaste de la MUD –así lo calificó CNN- continuó con su promoción para
ocupar la vacante de Henrique Capriles, quien, un día antes, apoyó al gobierno
de facto, y le suplicó a Maduro que gobernara, pues el país está paralizado. Noticia ante la cual mi amigo Julio me reiteró su creencia de que la mitad de los miembros de la MUD figuran en la lista de la idiotez, y el resto en la nómina de PDVSA,
A sus demás supuestos adversarios, Maduro
amenazó que, si no le legitimaban, el a su vez les desconocería. Lo que, a mi juicio,
implica una ni tan velada alusión a un corte en el apoyo logístico, que es como
ahora aquí se llaman, eufemísticamente, a los cobres.
En la misma noche de anoche y durante el
mismo programa de Cala, presentador por lo
general de temas frívolos como las preferencias sexuales de Boris
Izaguirre y los implantes de Mis Universo, Alfredo Coronil Hartmann señaló dos
hechos novedosos e importantes: que muchos venezolanos piensan que el
presidente reelecto pero no juramentado está RIP; y que Diosdado Cabello incurrió en un
delito grave al no asumir las funciones que la Constitución le señala.
Sin embargo, lo medular de la exposición de
Coronil se perdió porque el animador Cala quiso imponer las preguntas que
llevaba guardada entre pecho y espalda, y acabó con un espacio totalmente desestructurado,
donde Luis Vicente León habló sin parar –defendiendo su lanzamiento político y a sus patrocinantes, los pagadores de sondeos públicos y privados-, Coronil no pudo extender lo
que dijo y María Angélica Correa publicitó
su libro A ese muchacho lo van matar…, sembrando
empero la duda –sobre todo entre los televidentes no venezolanos- si quienes
legalizaron anteayer el golpe constitucional fueron o no los
mismos que mandaron a darle matica de café al fiscal Danilo Anderson.
En fin Cala, la comiste y tu show, convertido
en una tragicomedia de variedades, terminó como una Noche de Cala, en la cual los
espectadores pudieron disfrutar de la muerte definitiva de la Constitución de 1999.
No hay comentarios:
Publicar un comentario