Estoy pensando en
exilarme,
en irme lejos de aquí
a tierra extraña donde
goce
las libertades de vivir:
sobre los fueros:
hombre-humano
los derechos: hombre-civil…
Balada del preso insomne, Leoncio
Martínez (Leo)
Un
insomne en La Campiña
Ni anoche ni antenoche pude conciliar el sueño.
De ello se encargaron los motorizados forajidos, tarifados por PDVSA,
quienes –contrariando in fraganti la Ley Electoral- pusieron a todo volumen los
jingles de campaña del candidato oficialista y las canciones supuestamente
grabadas por el difunto Hugo Chávez. Digo supuestamente,
pues, según mi maestro de canto, quien no nace con oído musical perfecto
–rítmico y melódico- le resulta muy
improbable lograrlo. Y si hubo alguien desafinado en sus presentaciones
públicas fue el susodicho.
Además de la polución nocturna y musical, los hijo de puta lazaron
cohetones –de los llamados bin Laden-,
tocaron la diana y accionaron, sin ton ni son, sus armas cortas y largas de
fuego. El vecindario parecía la reposición de una mala película sobre terroristas
islamistas. Para colmo de males, en medio de la borrachera y la trona
colectivas, violaron a una chica en la plaza que me queda a una cuadra; quien –desasistida
por los uniformados del Plan República- amaneció llorando a grito y moco
tendidos, sin que nadie mitigara su humillación y dolor.
Nuevamente
el fraude como protagonista de ayer
La actitud del candidato opositor de solicitar el reconteo total de
los votos, avalada por el presidente encargado –así estará de sucia su
conciencia y de vulnerable su régimen-, me lleva nuevamente al tema del fraude.
Sí, le parecerá repetitivo y hasta ladilla, pero ahí está el quid.
Juan José Rendón, en reciente entrevista con Jaime Bayly, anticipó
una diferencia numérica de 2 y medio millones de votos a favor de Capriles. Es
posible que haya sido una estrategia propagandística de JJ, quien siempre ha
jugado agresivamente a la política. Pero yo me inclino más por la hipótesis de
los electores virtuales, entre 3 y 4
millones, que manejan a su discreción las señoras del CNE. Por haberla
explicado en anteriores blog, me abstengo de hacerlo ahora y le recomiendo al seguidor interesado examinarlos.
En vista de más de 200 denuncias elevadas por la MUD y descartadas
por TV Say, así como de las cerca de 3 mil irregularidades detectadas durante
el proceso, también desestimadas por el Trío Armonía, lo lógico fuera –como lo
pide Julio Borges-, organizar una segunda ronda comicial, con reglas del juego
claras y diferentes, amén de, simultáneamente, recontar los votos uno a uno.
Ambas modalidades están de anteojito, dada la microscópica diferencia de 235
mil votos o 1,6%.
Capriles:
O brinca o se encarama
La gran incógnita son los milicos institucionalistas, que odian a sus
narco-generales, a los cubanos y a Maduro. Si Capriles cree que va a poder
ganar tiempo contando papelitos, con quiénes únicamente funciona dicha
estrategia es con sus electores, que desde ayer debieron haberse lanzado desde
ayer a las calles, a defender sus votos y enfrentarse con los pranes
castro-comunistas. Cayera quien cayese.
Si no se maneja la situación con afilada inteligencia y tremenda
astucia, los oliváceos se verían tentados a aplicar su Plan B, que evidentemente existe pues sería una imbecilidad que no
tuvieran. Y en ese hipotético Plan B tampoco
cabría Capriles, pues no es santo de su devoción ni de su confianza.
Así estamos el día después.
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