El
estallido social
Se llama hora cero al
momento en el cual comienza la noche o el amanecer. Puesto que la temperatura
de color es idéntica en ambos horarios, si no se dispone de un reloj y uno se
halla proyectado de súbito a ese instante, es muy difícil precisar si se trata
del ocaso o la aurora. Por esta razón, los trabajadores y los patronos, antes
de proceder a la huelga o el lockout,
anuncian que el conflicto se acerca a ese término, después del cual nadie puede
prever lo que va a ocurrir: si la luz o la oscuridad.
Según un documento interno del PSUV interceptado por ABC de España: Venezuela se encuentra en un colapso económico y al borde de un
estallido social, cuyos actores serían las
propias clases populares que el régimen prometió redimir, según los
asesores de campaña de Nicolás Maduro.
El citado documento interno califica la situación presente como bomba atómica económica, cuyos de
efectos serían devastadores, y considera que la actual situación es insostenible.
Los comunistas que desgobiernan este país anticipan un desabastecimiento del 50% en productos
básicos, una inflación que puede
llegar en el 2013 al 33%, un déficit del sector público del 15%, una caída del
PIB de más del 4%, entre 17 de los puntos críticos del borrador obtenido
por ABC.
Como consecuencia, los castro-chavistas predicen violencia
colectiva: Se huele en el ambiente un estallido social.
Según el medio ibérico, quien firma dicho informe es el diputado
comunista Douglas Gómez, en colaboración con el apoyo y consultoría de fundación
española de izquierda Centro de Estudios Políticos y Sociales. La solución que
ofrecen, paradójicamente, es profundizar
la revolución socialista. En lo económico, por ejemplo, mayor protagonismo de cooperativas y
empresas públicas, eliminar la
subvención a la gasolina y subir los
impuestos). En lo político, eliminar las
Alcaldías, Gobernadores, así como todos los poderes actuales, ejecutivo,
legislativo, judicial.
Hasta ahora –cita ABC-,
las clases bajas han sido muy pacientes,
pero se huele en el ambiente un estallido
social, como efecto posterior de las ondas de choque de la bomba atómica
económica que ya explotó. Hasta ahora se ha culpado al sector privado del
problema. Pero un análisis más profundo y autocrítico arroja un diagnóstico claro
de errores en las políticas económicas del gobierno.
Ni
lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario
El problema está en que el maximalismo carece de herramientas para
solucionar este problema, agravado por la corrupción narco-militarista y
boliburguesa, en el plano local, y por el vampirismo de los regímenes foro
paulistas, en el internacional, que se chupan el 50% de lo que produce PDVSA.
El problema está en que el capitalismo
salvaje –o como carajo quiera adjetivárselo- si posee dichas herramientas,
pero cuya aplicación implica un sacrificio terrible, a corto y mediano plazo-
para los venezolanos de menores y medianos recursos.
En cuanto a la pregunta de la célebre bachata dominicana: ¿Qué será lo que quiere el negro?; o, en
este caso, ¿qué será lo que quiere el
elector venezolano?; una respuesta aproximada sería: Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario.
Los
escenarios
Complicado, ¿verdad? Mas nadie dijo que fuera simple. Ahora bien ¿Qué
puede suceder el próximo domingo?:
1.
Gana
Capriles, Maduro lo desconoce
2.
Gana Maduro,
Capriles lo desconoce
3.
Gana
Capriles, Maduro lo reconoce
4.
Gana Maduro,
Capriles lo reconoce
En los cuatro escenarios posibles, el efecto a corto plazo sería el estallido social. No porque uno sea un profeta del desastre, sino porque cuando
se suman 2 y 2, el resultado no puede ser otro que 4.
Hay otra posibilidad: gana Capriles, Maduro lo reconoce y, frente a
los retos planteados, se establece una transición. Durante ella, se
reinstitucionaliza al Estado, separando los poderes y eligiendo a los actores, sin
descanso pero sin cansancio. Esta alternativa, la única incruenta a mi parecer,
implica el desmontaje total del andamiaje comunista.
Para esa opción pragmática, se requiere el concurso de militares
demócratas y civiles de buena voluntad. ¿Los hay? Yo así lo creo.
Mientras tanto, la candidatura del gobierno se desploma, y la de la
oposición se agiganta. ¿Hasta que punto? ¿Hasta vencer al fraude? Hoy, después
de dar clases, escuché a chamos de una escuela pública, burlándose de la
ignorancia geográfica del candidato oficialista. Y me acordé de la derrota de
Luis Piñerúa Ordaz, a quien la guasa criolla lo tildó de ignorante, y circuló
la especia de un atentado contra su vida, al recibido el impacto de la
enciclopedia El libro gordo de Petete. Eso
destruyó su imagen, pues, como asegura Jesús Petit Da Costa, el venezolano puede ser zángano, pero no
pendejo.
Por eso es que la expresión la hora
cero me parece la más indicada para definir el aquí y el ahora.
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