viernes, 29 de septiembre de 2017


...Que me hace tu maldad feliz
 Carta abierta a Leonardo Padrón

Siempre fui llevado por la mala
y es por eso que te quiero tanto.
Más si das a mi vivir la dicha,
con tu amor fingido.
Miénteme una eternidad,
que me hace tu maldad feliz.

En su más reciente columna sobre los gobernantes del régimen, Leonardo Padrón asevera: Mienten. Lo hacen sin pudor. Cada vez que se acercan a un micrófono. Cada vez que los enfoca una cámara. En cada rueda de prensa. Fuera y dentro del país. No importa el tema. Puede ser sobre la crisis hospitalaria, la escasez, la hiperinflación, la epidemia de asesinatos, la desaparición del dinero en efectivo, la ausencia de gasolina. Cualquier tema obvio y visible. Y a pesar de eso, de lo irrebatible y manifiesta que es nuestra miseria, mienten […] Mienten cuando hablan de guerra económica y conspiraciones universales. Mienten para sentirse libres de culpa. Mientras tanto, la gente, el ciudadano común, el mismísimo pueblo, busca sobrevivir entre los escombros de un país arruinado y saqueado por los insignes prohombres de la revolución.
Lamento decirte, Leonardo, siendo como soy tu admirador y seguidor, que si hubieses leído mis tres últimos blogs sobre las mentiras, tu magnífico y citado ensayo habría saltado de bueno a óptimo.
Si no los míos pues, como dice mi entrañable amigo Alfredo Coronil Hartman, los medios donde opino se limitan a las redes sociales, te recomiendo revisar lo que Gloria Cuenca ha publicado en Últimas Noticias y El Regional del Zulia sobre el desaliento, la mentira y la negación.
Lo importante –a mi parecer– no es que mientan, sino por qué y para qué lo hacen. Además, de dónde sacan el racional para trocar la verdad por mentira.
Voy a darte mis conjeturas, en 5 casos, del por qué mienten que no es, precisamente para sentirse libres de culpa.

Los sentimientos de orfandad y bastardía

El ex chofer del Metro de Caracas miente porque está falto de las necesidades que preconizaba Simón Bolívar como primeras. De moral, muy poca, si es que alguna; de luces, ninguna. Por eso lo eligió Raúl, para que ejecutara sus órdenes sin chistar.
El 25 de julio de 1977 pereció en la Disip, a los 34 años de edad Jorge Rodríguez, padre de Jorge y Delcy, presuntamente a causa de las torturas infringidas por los agentes Braulio Gudiño La Cruz, Guillermo Zambrano Salazar, Itamar Ramírez y Juan Álvarez Día. Gobernaba Carlos Andrés Pérez, y su Ministro del Interior era Octavio Lepage. El resentimiento antidemocrático de los ahora líderes del chavo–madurismo pudiera haberse originado en el sentimiento de orfandad, generado por la cuestionable muerte de su progenitor, aunado a la reprochable costumbre venezolana de sacudirse el muerto.
No me cuesta trabajo imaginar a la viuda de Jorge educando a sus hijos en el odio hacia el puntofijismo, a Carlos Andrés, a Rafael Caldera ­­­–el primero que lo mandó a aprehender cuando subvertía el orden público en la UCV– a Lepage y, por supuesto, a los autores materiales del hecho. Lo que no entiendo es cómo los Rodríguez, cuyo padre tenía una sólida formación ideológica, no conozcan las diferencias entre el modelo productivo capitalista y la doctrina política del marxismo–leninismo, sobre todo cuando China y Vietnam, que siguen siendo comunistas, han desechado por inservible al modelo productivo socialista.
Por eso, me da un poco de pena –de pena ajena, se entiende– cuando Delcy asegura en sus discursos que el régimen de Maduro está acabando con el capitalismo en Venezuela. Lo cierto es que está acabando con Venezuela a secas.
También puedo concebir por qué Elías Jaua y Oscar Schemel actúan como lo hacen. Pese a que, en ambos casos, hubo padres adoptivos que les dieron sus apellidos, priva en ellos el sentimiento de bastardía.
De ahí a sentirse víctimas de la injusticia social y rebelarse contra ella, no hay más que un paso. Uno que dio Adolf Hitler y le llevó al mito de la raza superior –u hombre nuevo del Che Guevara– la guerra con más de 100 millones de bajas mortales y pérdidas económicas todavía incalculables y el holocausto de millones de eslavos, gitanos, judíos y demócratas.

Una mentira mil veces citada…

Citándome a mí mismo, en mi blog opinaticonsinoficio@blogspot.com del 8 de los corrientes,  escribí–: Basándose en el marxismo, el antisemitismo, la marginación y la opresión en Europa, Theodor Adorno y Max Horkheimer detectaron un sentimiento que desarrollaban los nazis entonces, para lograr el apartheid y exterminio de grupos específicos: judíos, socialdemócratas, minusválidos.
Adorno y Horkheimer intentaban desvelar la ideología nacionalsocialista, para emplearla –según ellos– en un propósito positivo: la enseñanza y aprendizaje del marxismo–leninismo […] para liberar a los pueblos oprimidos por el capitalismo. Por eso, se atrincheraron en la Universidad de Fráncfort, cuando dicha –con apenas 10 años de existencia– necesitaba  ser promovida. Allí fundaron el Instituto de Investigación Social (1923) […] El socavar la cultura de los países democráticos se volvió en una fijación típica el izquierdismo global, gracias a la nefasta influencia de de la Escuela de Fráncfort.
Tras haberlo logrado en la frágil República del Weimar, llevaron su fuerza destructiva a EEUU, país que les había dado generoso asilo, después de que el monstruo que habían ayudado a procrear, el Tercer Reich, se les reviró.
En EEUU añadieron nuevos venenos y condimentos, entre ellos sus “Estudios sobre los prejuicios” (1950) […] donde sostenían que “el pueblo norteamericano posee muchos rasgos fascistas, y que todo aquel que crea en el “American way of life” (estilo de vida o sueño americano) está demente.
Hete aquí el origen proviene del uso indiscriminado del vocablo “fascista”, que los comunistas atribuyen a sus opositores, así como también la justificación de los sórdidos tratamientos psiquiátricos con que la KGB victimó por décadas a los rusos y otros opositores de los países satélites.
Sin embargo a ninguno de estos canallas le tembló el pulso para ponerse a las órdenes de los supuestos “bobos, fascistas y locos” de EEUU. Marcuse, por ejemplo, comenzó su carrera paralela como espía de la Oficina de Servicios Estratégicos  –OSS antecesora de la CIA–, mientras que Horkheimer y Adorno, se enquistaron en Hollywood  para buscar idealistas quienes catequizar con su “Biblia de la Maldad”.
Lo que sí obtuvieron estos pseudo–intelectuales fue el macartismo contra actores, escritores y técnicos de Séptimo Arte, que echó a la calle a más de 10 mil profesionales-
Fráncfort quiso probar que el pueblo alemán era más bueno e inocente que Blanca Nieves, y la culpa de su silencio y pasividad colectivas frente al holocausto fue de Joseph Gobbels, Ministro de Propaganda del III Reich, creador de un patuque nazi que empleó a fondo los medios masivos existentes para su diseminación: prensa, radio y eventos públicos.
Con esta falacia sembraron el terror en las democracias europeas, creando enemigos siniestros como las marcas comerciales, el consumismo y una potencial rebelión de las masas al no poder adquirir los productos publicitados; tendencia que se agudizaría mucho más si llegaran a distribuirse las frecuencias televisivas a concesionarios privados. La idea caló a fondo, y para que hubiera televisión alternativa, Europa tuvo que esperar más de medio siglo.
Pero no hay duda de que habrá siempre otro a quien echarle el sambenito, pero siempre que no se metan con el pueblo.

La Programación neurolingüística, ¿una nueva Fráncfort…?

Destruida por falaz la tesis de Fráncfort, y tras la formalización de la neurolingüística por Harry Whitakeren 1985, descrita como análisis de la fisiología con la que el cerebro procesa la información, valiéndose de la afasiología, la tomografía, la electrofisiología y la informática; y los vínculos existentes con el lenguaje, las lingüística y la psicolingüística; Richard Bandler y John Grinder lanzaron una Estrategia de comunicación, desarrollo personal y psicoterapia, denominada Programación neurolingüística –PNL–.
Bandler y Grinder plantearon que había un nexo entre la neurología, el lenguaje y el comportamiento experiencial, afirmando que podían ser modificados para lograr objetivos específicos.
Asimismo afirmaron que la PNL podía habilitar a las personas excepcionalmente, con cualidades adquiribles por cualquiera. También sostuvieron que la PNL puede curar males como fobias, depresión, trastorno de movimientos estereotípicos, enfermedades psicosomáticas, miopía, alergia, resfriado común y trastornos del aprendizaje, a menudo en una única sesión.
La PNL también fue promocionada por sus técnicas de replanteo​, con las que , supuestamente, se podían lograr el modificaciones conductuales modificando el contexto o significado de la experiencia, cambiando a positivo un pensamiento o comportamiento negativo.
Empero, la evidencia reveló que la PNL es, esencialmente, una pseudo–ciencia desacreditada. Revisiones prolijas demostraron que contenía numerosos errores fácticos, y no producía los resultados esperados.
Aunque a Chávez y a Maduro les vendieron la PNL como el secreto comunicacional de Noah Chomsky, Karen Stollznow escritora y lingüista estadounidense, expatriada en Australia, aseguró lo contrario–: Aparte de los sustantivos de su vocabulario, la PNL no tiene semejanza alguna con ninguna de las teorías o filosofías lingüísticas, cognitivas o políticas de Chomsky […] En su tristemente célebre obra, los autores se jactan de que la PNL es una “panacea universal” que cura todos los males hasta en una sola sesión: dificultades de aprendizaje, epilepsia, miopía, dislexia. Con sus promesas extendidas al tratamiento de la esquizofrenia, la depresión y el trastorno de estrés post–traumático, se parece la Cienciología y la Comisión Ciudadana por los Derechos Humanos[1]​.
En el criterio del hipnólogo André Müller Weitzenhoffer (1921–2004): La mayor debilidad del análisis lingüístico de Bandler y Grinder es que, en su mayoría, se basa en sobre hipótesis no probadas y con soporte factual totalmente inadecuados […] Además, hacen uso indebido de la lógica formal y las matemáticas, redefinen o malinterpretan términos de la lingüística –substantivación, por ejemplo–, crean una fachada científica complicando innecesariamente los conceptos de Erickson con afirmaciones infundadas,  cometen errores objetivos y desprecian o confunden los conceptos fundamentales del enfoque-

Auge y caída del PLN

EL PLN se desarrolló en Instituto Esalen de California. Bandler y Grinder afirmaron allí que además de sun método terapéutico, la PNL también servía para la comunicación y comenzaron a comercializarla como App de trabajo, afirmando que–: Si cualquier  persona puede hacer cualquier cosa, tú también puedes.
Después de que 150 estudiantes pagaron un mil dólares por 10 días de taller en Santa Cruz, Bandler y Grinder produjeron libros de divulgación de autoayuda, como Ranas en Príncipes, que vendió más de 270 mil copias.
Bandler ganó  más de 800 mil dólares en 1980 a con sus talleres y libros. También hizo esfuerzos infructuosos para excluir otros de la explotación del PNL, pues el creciente número de egresados de Esalen disminuyó paulatinamente los ingresos delinstituto.
Ante la declinación de la PNL, los investigadores comenzaron a cuestionar sus fundamentos teóricos. Así se determinó que había falta de sustanciación para las teorías fundamentales del  PNL.
En la década de los 90 , las mentiras en las cuales se basaba la PLN se fueron revelando, y esta metodología que –según se creía–era la substituta de la Escuela de Fráncfort, se vino abajo con todo su andamiaje; no sin que muchas personas pagaran millones por escuchar lo que querían oír… entre ellas, Chávez y Maduro.
Por eso, volviendo al inicio, Leonardo, tus personajes mienten pues creen que, mintiendo, se atornillan al poder. De allí esa basura de las cadenas de Maduro, el Noticiero de la Patria y el vil garrote de Diosdado. También mienten porque, de tanto hacerlo, olvidaron cómo decir la verdad.
Creen, Leonardo que, al pueblo, les hace su maldad feliz.
[1] El escepticismo y lo paranormal: Una rosa por cualquier otro nombre, Bonett, W. (Ed.), 2010

domingo, 17 de septiembre de 2017

Mentiras podridas

Me dejan tacto y ojos sólo niebla,
niebla de mí, mentira y espejismo:
¿qué soy, sino la sima en que me abismo,
y qué, si no el ser, lo que me puebla?

Octavio Paz: La caída



Tremendo enfado cogió Francisco I al descubrir que las FARC ­–utilizando como cortina de humo su reciente visita a Colombia– incluyeron en la lista de los exculpados a 30 connotados narcotraficantes, quienes no tendrán que pagar por sus crímenes gracias a una guerra en la cual no participaron.
De ahí el ácido ángelus ofrecido por el Santo Padre en Cartagena, donde dedicó un buen porcentaje del mismo a condenar los siniestros barones de la droga y sus pérfidos negociados, con estas palabras textuales–:
Así se refirió el Papa a los narcos en Cartagena: Todavía hoy, en Colombia y en el mundo, millones de personas son vendidas como esclavos, o bien mendigan un poco de humanidad, un momento de ternura, se hacen a la mar o emprenden el camino porque lo han perdido todo, empezando por su dignidad y por sus propios derechos... [1]
Una arrechera semejante también debió haber agarrado Juan Manuel Santos, a quien el Presidente Donald Trump le reclamó por el incremento de un 100% de las áreas cultivadas de coca desde el inicio del llamado Proceso de paz con las narco–guerrillas, advirtiéndole –en ese estilo de elefante en cristalería que le caracteriza– que EEUU tomaría represalias económicas contra Colombia de no resolverse perentoriamente la situación.

La mentira podrida de la paz



La causa de este incordio proviene de una mentira podrida: que las FARC buscaban integrarse realmente a la sociedad neogranadina. En la reunión que realizaron los ex guerrilleros para definir su programa político, concluyeron en que el objetivo de esta nueva etapa era subvertir a Colombia desde adentro, empleando para ello las debilidades del sistema democrático. Para no dejar dudas al respecto, mantuvieron las siglas FARC para el nuevo partido, y votaron por la  estrella roja, uno de los íconos globales del partido comunista.
Empero, la subversión incruenta lleva ya un largo camino recorrido. Antes que Santos le colocara la guida al cóctel, las FARC se habían infiltrado, de manera inadvertida aún para la mayoría de los colombianos, en las cortes penales, substituyendo a los fiscales y jueces a punto de jubilarse por fichas de su organización. Hoy puede decirse que hay muy pocos miembros del Poder Judicial dispuestos a aplicar el peso de la Ley a los responsables de los delitos imputables tanto a las FARC como a sus socios narcotraficantes.
Con obvias diferencias, lo que pasa en Colombia no es tan distinto en el fondo  de lo que sucede aquí.
Por supuesto, el abogado, periodista y empresario Santos es mucho más instruido y astuto que su paisano y colega, Nicolás Maduro, ex reposero del  Metro de Caracas.
Pero la propuesta de ambos coincide en comunizar ambas naciones según fuera acordado en el Foro de Sao Paulo de La Habana, donde se planificó la implantación del Socialismo del Siglo XXI en todo el subcontinente,  financiándolo con la coca andina, el petróleo venezolano y la madera amazónica.
Los criminales que ocuparán próximamente curules en el Parlamento de Colombia no son moralmente mejores que los hijos de crianza de Maduro, enjuiciados al presente por narcotráfico en Nueva York.
La técnica de descuartizar a quienes los denuncian, supuestamente usada por los Flores en el caso Carlos Rafael Galíndez Graterol, alias Carlos Breaker –según Adriana Vigilanza–, es práctica común en la narco–guerrilla del vecino país, y representa una oscura herencia del Cártel de Medellín.
Tampoco ostentan mayores valores éticos el presidente del TSJ, Mikel Moreno –ex convicto de 2 homicidios–, los hermanitos Rodríguez –involucrados en la voladura del Piper Apache donde murió Alfredo Anzola, presidente de Smartmatic, cuando volaba a Curazao, a declarar contra ellos, según Carlos Julio Peñaloza– y los mayores Diosdado Cabello y Jessy y Arné Chacón –que tomaron el Canal 8 el 4-F y asesinaron a sangre fría a los vigilantes de la televisora, suceso por el cual nunca fueron enjuiciados–[2].

La mentira podrida de la soberanía




Otra mentira podrida es la soberanía, según el criterio foropaulista.
Etimológicamente, este vocablo proviene del latín super omniasobre todo o poder supremo–; sinónimo de  principatusprimero entre semejantes o principal–. También se conoce como derecho de una institución para ejercer su poder. Tradicionalmente se consideran tres los elementos de la soberanía: territorio, pueblo y poder. En el derecho internacional, la soberanía es un concepto clave, referido al derecho de un estado al ejercer sus poderes. He aquí sus definiciones:
1.    Según Jean Bodin (1530–1596)[3]–: Es el poder absoluto y perpetuo de la República. Soberano es quien toma las decisiones y da las leyes sin recibirlas de un tercero, es decir, aquel que no está sujeto a leyes escritas, pero sí a la ley divina o natural.
2.    Para Thomas Hobbes (1588–1679) es el al monarca o soberano como fuente única del poder. Así, en Leviatán (1651) justifica la existencia del autoritarismo estatal.
3.    Según Jean-Jacques Rousseau (1712–1778): Soberano es el pueblo, que da origen al poder enajenando sus derechos a favor de la autoridad.[4]
4.    Finalmente, conforme a Emmanuel-Joseph Sieyès (1748–1836): La soberanía radica en la nación y no en el pueblo[5]. La autoridad no actúa sólo en función del sentimiento mayoritario coyuntural –que pudiera surgir de influencias y pasiones desintegradoras– sino según legado histórico y cultural de esa nación y los valores y principios bajo los cuales se fundó. La nación incluye a todos los habitantes de un territorio, sin exclusiones ni discriminaciones.
De Rousseau nació el concepto de soberanía popular, de Sieyès el de soberanía nacional. Después de la II Guerra Mundial, ambas caracterizaciones se fusionaron en las constituciones, enmiendas y leyes de rango constitucional.
¿Dónde estamos ahora? Para ponerlo bien claro, bien lejos de Bodin y Hobbes, que en criollo pudiese sintetizarse con el refrán: ¡En mi casa mando yo!  Mando, siempre y cuando no me vuelva autoritario.
Pongamos un ejemplo.
Suponga usted que el vecino aporrea a diario a la esposa e hijos. Que se gasta un dineral en la calle, regalándose a los amigos. Que mantiene a los suyos contusos, hambreados y sin medicinas. Que la fuente de sus ingresos es la venta de drogas. Que los gritos de la familia por los golpes recibidos no dejan dormir al vecindario, temeroso como está de que, en cualquier momento, ocurra una desgracia. ¿No intervendría usted en este caso, por lo menos informando a las autoridades de tan grave situación? ¿Y no deberían las autoridades llamar al sinvergüenza e informarle sobre que, a la próxima, lo ponen preso y mal recomendado.
Esto es, exactamente, lo que pasa con Maduro y su régimen, el pueblo de Venezuela y el resto de los países, por lo cual, ¡En mi casa mando yo!, no es aplicable y dejó de ser funcional conforme la moderna legislación sobre los DDHH. Y no puede ser antipatriota aquél familiar que solicite auxilio de las autoridades, ni injerencista el vecino que pida la intervención de terceros para evitar mayores daños.

La mentira podrida del diálogo



La última mentira podrida que voy a analizar es la que sostiene la oposición acomodaticia, que saldremos de esta dictadura militar, comunista y narcotraficante por vía de las elecciones. Falso de toda falsedad. No porque yo así lo quiera, sino por que oigo a los portavoces del régimen y me los tomo en serio.
Maduro ha llevado a la MUD a donde la sentó en diciembre del año pasado, a iniciar un diálogo con mediadores ideológicamente afectos al régimen: Zapatero, ex presidente de España; Medina, presidente de la República Dominicana –país que le debe a Venezuela el oro y el moro en petróleo–; Bolivia, cuyo presidente, Morales, está en el mismo negociado de la nieve; Nicaragua, presidencia vitalicia presido a cargo del pedófilo Ortega. ¡Qué belleza!
La única excepción es México, pero que poco puede hacer pues el gobierno de Pena Meto se tambalea entre las amenazas de Trump y las acciones de los poderosos carteles de la droga.
Que la MUD deba o no dialogar, concurra ono a las elecciones de gobernadores, nombre o no como delegado a Timoteo Zambrano son asuntos sobre los cuales no quiero ni pensar. Tengo mis valores y, a mi avanzada edad, no quiero renunciar a ellos. Son como el cariño verdadero: ni se compran ni se venden.
Pero que lleguen a más de lo mismo y que no les pese en su conciencia el vil asesinato de 150 valerosos venezolanos que creyeron en su buena fe y concurrieron, ilusionados, a las marchas por ellos convocadas durante más de 8 meses, es algo que me produce naúseas. Porque los muertos, los heridos y los sobrevivientes de esas jornadas lo único malo que hicieron fue creer en sus mentiras podridas


[1] Diario El Colombiano, Primera Página, 10 de septiembre de 2017
[2] El mayor responsable por omisión fue el Presidente Rafael Caldera, quien, obsesionado por volver a gobernar, prometió a los golpistas encarcelados en El Rodeo eximirlos de toda culpa, si le apoyaban para ganar las elecciones. Si, una vez electo y una vez condenados, hubiese empleado sus poderes para liberarlos, otro gallo cantaría pues Hugo Chávez jamás habría podido acceder a la Presidencia de la República por la vía comicial.
[3] Los seis libros de la República (1576)
[4] El contrato social
[5]  ¿Qué es el Tercer Estado? (1789)

viernes, 8 de septiembre de 2017

El discurso del método II
El deber de buscar la verdad

Todos mienten.
La policía miente. Los abogados mentira. Los testigos mienten. Las víctimas mienten.
Un juicio es un concurso de mentiras. Y todo el mundo en la corte lo sabe.
El juez lo sabe. El jurado entra al juicio sabiendo que escuchará mentiras.
El truco del defensor es ser paciente. Esperar. No caer en la provocación por cualquier mentira. Agarrar sólo la mentira que te sirve,  y forjarla en hierro caliente como hojilla afilada. Utilizarla como bisturí para abrir el caso por la mitad y derramar sus tripas en el suelo.
Ese es mi trabajo, forjar la hojilla. Para usarla sin piedad ni conciencia. Ser la verdad en donde todo el mundo miente.
Michael Conally[1]: The brass veredict


La primera víctima de la guerra es la verdad–: aseguró el senador estadounidense Hiram Johnson en 1917, con motivo de la I Guerra Mundial. En medio de la II Guerra Mundial, Winston Churchill aseveró–: En la guerra, la verdad es tan preciosa que debería ser protegida de las mentiras por un guardaespaldas. Por su parte Carl von Clausewitz, –militar prusiano, influyente historiadores y teóricos de la ciencia militar moderna– sostuvo: La guerra es la continuación de la política por otros medios.
Esas frases ahora son más ciertas ahora en Venezuela gracias al proceso hegemónico de la comunicación social, impuesto por el régimen narco–comunista, lenta pero inexorablemente, durante veinte años; bajo el comando directo de los tiranosaurios cubanos –Castro y Valdés– y con el apoyo de los mandatarios foropaulistas –Bachelet, Evo, Correa, Dilma, los Kirchner, Lula, Ortega, Santos–, quienes esperaban los resultados del trágico experimento para adaptarlos y aplicarlos en sus países.
Las etapas del proceso fueron claras, pero pocos se apercibieron o  se desentendieron de su estrategia como si la cosa no fuera con ellos–:

Primero vinieron por los judíos, y nada dije porque no soy judío.
Luego por los sindicalistas, y nada dije porque no soy sindicalista.
Luego por los católicos, y nada dije porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí mas, para entonces, nadie quedaba que dijera algo…[2]

La hegemonía mediática como política del foropaulismo

El caso más evidente y sonado fue el despojo de la concesión a RCTV, seguido del hurto de su hardware en todo el país.
Un acto que le costaría al régimen la derrota del plebiscito donde Chávez pretendió imponer el Plan de la Patria, o conversión de la Carta Magna de 1999 en la Constitución de la República Socialista de Cuba.
El comandante golpista murió sin haber logrado este objetivo, pero su sucesor, Maduro, lo hizo al aprobar ilegalmente la Asamblea Constituyente. Y  lo legitimará con el concurso de la oposición tolerada e infiltrada gracias a las elecciones previstas para el mes que viene, pues, como lo analiza brillantemente  Gustavo Azocar Alcalá­–: No hay peor ciego que quien no quiere ver. El propósito de las elecciones regionales es darle legitimidad a Maduro, a la ANC y al CNE. Después que se hagan los comicios regionales y estas tres instancias hayan sido legitimadas a nivel nacional e internacional, todo lo demás será historia.[3]
La televisión privada quedó destruida en Venezuela. Venevisión firmó un pacto de no agresión con Chávez después del 11–A, el cual ha cumplido escrupulosamente. Globovisión fue vendida al Grupo Gorrín, cuyo presidente pertenecía a la Banda de los Enanos, que en los tribunales penales hacía lo que el novel y designado a dedo Fiscal General de la Nación, Tarek William Saab, acusa ahora a la Fiscal expatriada Luisa Ortega Díaz durante su época dorada[4]. Aunque las guindas del cóctel han sido los cierres de las radioemisoras de Amalia Heller y 1BC, éstas fueron antecedidas por la clausura de más de 40 estaciones, entre ellas la cultural de la Universidad de Los Andes.

El “forfeit” de los medios impresos


 El único preso por el peculado de US$ 8 mil millardos fue el periodista que lo denunció

En cuanto a la prensa, Saab se horroriza por los US$ 200 millones presuntamente recibidos por el grupo extorsivo dirigido por Ortega Díaz y su esposo en una incomprensible operación relacionada con la faja petrolífera del Orinoco, mas nada dice sobre los US$ 8 millardos volatilizados en CVG Ferrominera del Orinoco, cuyo único condenado fuera David Natera Febres, director de Correo de Caroní, por haber informado sobre los pormenores del delito en el 2013. Tal dictamen, según los criterios de las ONG Espacio Público e IPYS, instauró en Venezuela la criminalización del periodismo independiente y de investigación.
A Natera le castigaron por haber expuesto la extorsión de Juan Carlos Álvarez Dionisi, coronel de contrainteligencia militar (DGCIM), a la alta gerencia de Ferrominera y sus contratistas. El militar les habría chantajeado a cambio de excluirlos de una supuesta lista donde se revelaban los nombres de los miembros de la Mafia del hierro y se detallaban sus fechorías.
A raíz de las averiguaciones sobre este caso, Radwan Sabbagh, presidente de la estatal, fue destituido de su cargo en mayo del 2013. Más tarde, tres altos empleados públicos corrieron con la misma suerte, y el comerciante Yamal Mustafá –propietario del Diario Primicia, de la empresa Corpobrica y estrechamente vinculado con el gobernador del Estado Bolívar–, fue aprehendido y enjuiciado también.
Aunque la noticia apareció en más de una veintena de medios, sin embargo, Mustafá únicamente demandó Natera y a Andrés Velásquez, quien quedó excluido de la querella por gozar de inmunidad parlamentaria.
El tribunal admitió la demanda, pese a que la Fiscalía le había imputado a Mustafá peculado doloso propio, concertación de funcionario público con contratista y asociación para delinquir. Empero, Mustafá goza de libertad plena desde diciembre de 2015, pues su causa fue sobreseída.
Además del escandaloso juicio contra Natera, la dictadura creó una compañía del Estado denominada Alfredo Maneiro, que ejerce el monopolio para distribuir del papel de imprenta en Venezuela. Y que no le vende el insumo básico a los periódicos que no se cuadren con el régimen.
Por esa razón  desaparecieron del mercado El Diario de Carora (Estado Lara), un periódico centenario; El Diario Antorcha de El Tigre (Estado Anzoátegui), de 60 años de edad; mientras que algunos más afortunados, como El Carabobeño de Valencia (Estado Carabobo) y El Impulso de Barquisimeto (Estado Lara), han tenido que renunciar a sus ediciones físicas y para subsistir sólo en el formato digital.
Cualquier comunicólogo que analice los contenidos mediáticos de Venezuela llegará a concluir que son, al menos, banales. Cuando no plagados de mentiras, medias verdades e información falaz y tendenciosa.

El fracaso de la revolución comunista en Europa

A finales del siglo XIX e inicios del XX, el marxismo–leninismo anticipó que, de haber guerra en Europa, los proletarios se unirían y sublevarían. Pero la hipótesis fracasó. Durante la I Guerra Mundial, los trabajadores fueron leales a sus respectivas nacionalidades y la llamada conciencia de clases brilló por su ausencia cual aglutinante del colectivo. Los obreros alemanes, austríacos, británicos, franceses y rusos combatieron con honor, olvidándose de las provocaciones izquierdosas.
En 1917 la revolución comunista substituyó al zarismo en Rusia, mas se estrelló contra la pared en el resto de Europa, contradiciendo una vez más a la ortodoxia. Al final de la guerra, los ñángaras se preguntaban en qué se habían equivocado. Antonio Gramsci en Italia y Georg Lukács en Hungría dieron como respuesta que la cultura occidental había alienado a los obreros y les había ocultado sus intereses legítimos. En consecuencia, para que la revolución triunfara, la cultura occidental tenía que ser demolida.
Así comenzó la guerra contra las libertades de expresión e información, que eran los espejos de la cultura occidental.

La Escuela de Fráncfort


Basándose en el marxismo y en el antisemitismo, así como en la historia de la marginación y opresión en Europa, Theodor Adorno y Max Horkheimer describieron la formación de un sentimiento que estaba desarrollando el nacionalsocialismo, y cuyo objetivo era el apartheid y exterminio de grupos específicos: judíos, socialdemócratas, minusválidos.
Ambos autores sostenían la necesidad desvelar los mecanismos ideológicos ocultos del proceso nacionalsocialista, para emplearlos –según ellos– en un propósito positivo: la enseñanza y aprendizaje del marxismo leninismo como punto de partida para la liberación de los pueblos oprimidos por el capitalismo.
Ambos autores se atrincheraron en la Universidad de Fráncfort, cuando dicha institución apenas contaba con 10 años de haber sido fundada, y necesitaba darse a conocer públicamente, creando en ella el Instituto de Investigación Social de Frankfurt am Main (1923). La obra más conocida de la que a partir de entonces comenzó a ser llamada La escuela de Fráncfort [5]fue La dialéctica de la ilustración (Dialektik der Aufklärung), suerte de enciclopedia social–confusa, compilada y editada conjuntamente por Horkheimer y Theodor W. Adorno entre 1944 y 1947.
Con ella captaron a otros intelectuales rebeldes, como el estadounidense Hebert Marcuse, quien les serviría de puente a Norteamérica cuando tuvieron que huir en bloque para salvar su pellejo, tras el cambio de actitud que produjo la invasión a la URSS de los nazis hacia sus antiguos camaradas.

Fráncfort y la caza de brujas en EEUU

La idea de socavar a la cultura de los países democráticos se volvió en una fijación típica del izquierdismo global, gracias a la nefasta influencia de los miembros de la Escuela de Fráncfort. Tras haberlo logrado en la frágil República del Weimar, decidieron llevar la fuerza destructiva al país que les había dado generoso asilo, EEUU, una vez que el monstruo que habían ayudado a procrear, el Tercer Reich, se les reviró.
Tras analizar y subsumir a la sociedad estadounidense dentro de los parámetros de su retorcida Teoría Crítica, los expatriados de Fráncfort añadieron nuevos venenos y condimentos, entre ellos Estudios sobre los prejuicios, culminado en 1950, con el nocivo ensayo de Theodor Adorno: La personalidad autoritaria. En él sostiene que el pueblo norteamericano posee muchos rasgos fascistas, y que todo aquel que crea en el American way of life (estilo de vida o sueño americano) está psicológicamente desequilibrado.
De allí proviene el uso indiscriminado del vocablo fascista, que los comunistas aplican a sus opositores, así como también la justificación de los sórdidos tratamientos psiquiátricos que la KGB incluía con las cuales victimaron por décadas a los rusos y los sufridos habitantes de los países satélites como terapias de rehabilitación para quienes se opusieran a sus mares de la felicidad.
Sin embargo, a ninguno de los canallas de Fráncfort le tembló el pulso para ponerse a las órdenes del poder de los supuestos bobos, fascistas y locos de EEUU.
Marcuse, por ejemplo, comenzó su carrera paralela como espía clave en la Oficina de Servicios Estratégicos  –OSS antecesora de la CIA–, mientras que algunos como Horkheimer y Adorno, se enquistaron en Hollywood en busca de idealistas a quienes catequizar con su Biblia de la Maldad.

La vuelta a Frankfurt

Tras de haber subvertido a sus anchas en el mundo del cine  –donde reinaba como en ningún otro lugar la para ellos la odiada cultura occidental– y a fin de evadir a la inquisición dirigida Joseph McCarthy, Horkheimer y Adorno regresaron a Frankfurt.
Ni siquiera tuvieron los cojones de enfrentarse al Comité de Actividades Antiamericanas, como sí lo hiciera su paisano Bertolt Brecht, quien se declaró comunista antes de partir para Alemania Oriental con el nombramiento de Ministro de la Cultura bajo el brazo.
La acción de estos pseudo–intelectuales fue una de las causas que desató la persecución macartista contra actores, escritores y técnicos de Séptimo Arte, la cual ocasionó a su vez que más de 10 mil profesionales perdieran sus empleos. Entre ellos, destacaron celebridades como Charles Chaplin, Luis Buñuel, George Pepper, Hugo Butler, Zachary Scott, Bernie Hamilton,  Kay Meersman,  Graham Denton y  Claudio Brook.
Marcuse se quedó en EEUU, como docente de la Universidad de California, en San Diego. Al fin y al cabo, Marcuse tenía su patente de corso con su pasantía por la OSS–CIA.
A los que volvieron a la Patria[6], no se les ocurrió siquiera darse un paseíto por Berlín Oriental a ver a su amigo Brecht, quien les había ofrecido traslado a la RDA.
Se quedaron en Frankfurt, epicentro de las comunicaciones del capitalismo salvaje, intentando demostrar que el pueblo alemán era más bueno e inocente que Blanca Nieves, y que la culpa del silencio y la pasividad colectivos frente a horrores que le escocían sus narices como el holocausto había sido el doctor  Joseph Gobbels, Ministro de Propaganda del III Reich, creador de un patuque propagandístico que amalgamaba el mito de la superioridad aria, el libro Mein Kampf de Hitler y la crisis económica global de la década de los 30 del siglo pasado, empleando a fondo a los medios existentes –prensa, radio y eventos públicos–.
Lograron así manera sembrar el terror entre los líderes democráticos europeos sobre la influencia maléfica de los anunciantes privados, el consumismo y una posible rebelión de las masas al no poder disfrutar los productos de la riqueza; tendencia que se agudizaría aún más si llegaran a distribuirse las frecuencias televisivas en concesiones a la moda estadounidense.
La idea caló a fondo, y para que hubiera televisión comercial Europa tuvo que esperar más de medio siglo. En algunos casos, como en España al ganar el PSOE de Rodríguez Zapatero, TVE cerró sus espacios comerciales, y le cargó el costo creciente de sus emisoras a los contribuyentes.

Fue Pío XI y no Gobbels quien descubrió el poder propagandístico de los
medios radioeléctricos

También los de Fráncfort mintieron en este caso, pues el uso de los medios radioeléctricos para hacer proselitismo y enviar mensajes doctrinarios no lo iniciaron Gobbels ni los anunciantes yanquis, sino el Papa Pío XI, quien, en 1931 le encargó a Guglielmo Marconi la construcción y lanzamiento de Radio Vaticano.
La emisora salió al aire el 12 de febrero de 1931 y fue inaugurada por el propio  Pío XI con el discurso Qui arcano Dei (Gracias a Dios). El primer director de Radio Vaticano fue el físico y matemático jesuita Giuseppe Gianfranceschi. ​
Tras la muerte de Pío XI, se difundieron tanto los pormenores del cónclave y la ceremonia de coronación de Pío XII en 9 versiones y traducciones simultáneas.​ Durante la ocupación de Roma por los nazis, Radio Vaticano siguió operando, y su Oficina de Informaciones estableció el primer servicio público para encontrar a civiles y militares desaparecidos y transmitir, a los prisioneros, mensajes de sus familias.
El Vaticano dedica hoy la duodécima parte de sus ingresos, unos US$ 350 millones anuales, a la difusión de sus ceremonias y doctrinas por radio y televisión en numerosos idiomas y múltiples usos horarios. El apogeo del la propaganda audiovisual católica llegó con San Juan Pablo II, quien utilizó su amplia formación[7] y talento histriónicos para convertirse en celebridad durante sus 104 visitas pastorales al exterior, iniciadas en República Dominicana (1979).


San Juan Pablo II, Una celebridad mediática

Dado que el Vaticano sabe que ya la televisión no es el medio favorito para los jóvenes, emplea hoy a más de 25 especialistas en informática para el manejo de los medios interactivos, de los cuales también ha sido pionero .
La batalla por la verdad


Kurt Shork: El reportero asesinado que reescribió "Romeo y Julieta"

Mientras la tecnología da saltos cuánticos, la verdad sigue siendo la primera víctima de la guerra. Esto se debe, de alguna forma, a que las redes sociales facilitan que las partes en conflicto, sobre todo en zonas complejas como el Medio Oriente, lleguen directamente al público, soslayando los medios masivos y la post-propaganda. De ahí el empeño de la dictadura en Venezuela, recientemente expresado por Delcy Rodríguez, presidenta de la Constituyente, por controlar Internet y la telefonía celular, tal como lo hacen los chinos y los cubanos-
Maduro le teme a una primavera árabe en Venezuela, y una vez purgados los medios masivos y cortada las señales de los informativos internacionales como CNN, Caracol y Azteca TV, las redes sociales son lo único que queda para que uno se medio entere de lo que pasa en Venezuela y el mundo.
De ahí que los reporteros que buscan la verdad sean los más necesarios, sobre todo considerando los avatares que afrontan, pues a menudo se convierten en objetivos para tirios y troyanos.
Uno de sus principales desafíos es contar cómo modifican las crisis  al ciudadano de a pie. En Cuba el hambre obligó a muchas mujeres a jinetear. En Venezuela, hijos de gente bienvenida a menos se convirtieron en testaferros de los enchufados y narcotraficantes
Kurt Shork –corresponsal de la Agencia Reuters asesinado en Sierra Leona– se volvió famoso por su reportaje sobre Boško Brkic y Admira Ismic que pasó a la historia del periodismo como Romeo y Julieta en Sarajevo, el uno cristiano y la otra musulmana, eliminados por francotiradores en 1993 mientras trataban de escapar cruzando el Puente Vrbanja.
He estado hablando hasta ahora principalmente sobre los medios impresos, pero me gustaría volver a otro aspecto del periodismo de guerra(la fotografía),
El objetivo último del periodismo debería ser ayudarnos a combatir la llamada “fatiga de la simpatía” que puede nacer fácilmente con la abundancia de malas noticias. Esa que hace más fácil para nosotros apagar la tele, cambiar de página y simplemente seguir con nuestras vidas diarias y anular la realidad en la que sufren tantas personas. Sin reporteros de guerra, equipos televisivos, fotógrafos, permaneceríamos en la ignorancia. En la ignorancia de lo que sucede verdaderamente, y, mucho más importante, ignorando que todos tenemos el deber de buscar la verdad [8].




[1] Periodista y escritor estadounidense, ganador del Premio Putlizer y autor de más de 20 novelas basadas en casos reales de las cortes penales de EEUU.
[2] Fragmento del poema El Camino, atribuido errónea o interesadamente al dramaturgo Bertolt Brecht, ex Ministro de Cultura de la RDA, pero en realidad escrito por el pastor luterano Martin Niemöller (1892-1984).
[3] ¿Quién gana y quién pierde con las elecciones regionales?. Blog. Septiembre 4, 2017.
[4] Extorsionar a los enjuiciados para cambiar los enjuiciamientos por peculado a inocencia plena.
[5] La capacidad de plagio de los comunistas es realmente ilimitada. El nombre La escuela de Fráncfort surge para competir con otro instituto dedicado a la socio–antropología del Viejo Mundo, La escuela de París, dependiente de la Universidad de la Sorbona.
[6] Los comunistas son apátridas por naturaleza, pues desprecian los estados nacionales y sueñan con un mundo centralizado, cuya autoridad resida en una especie de soviet supremo. Es, más o menos, el esquema de poder reivindicado por Fidel Castro durante el Foro de Sao Paulo celebrado en La Habana.
[7] Juan Pablo II fue un excelente actor en sus mocedades. Durante sus viajes –y aún cuando yacía en su lecho recuperándose del atentado contra su vida–, manejaba la cámara con gran destreza. Su lenguaje corporal cuando se encontraba en eventos masivos, ha sido reconocido e imitado por sus dos sucesores.
[8] Philip Pullella, La Stampa, 20/09/2016