...Que me hace tu maldad feliz
Carta
abierta a Leonardo Padrón
Siempre fui llevado por la mala
y es por eso que te quiero tanto.
Más si das a mi vivir la dicha,
con tu amor fingido.
Miénteme una eternidad,
que me hace tu maldad feliz.
En su más reciente columna sobre los gobernantes del régimen, Leonardo
Padrón asevera: Mienten. Lo hacen sin
pudor. Cada vez que se acercan a un micrófono. Cada vez que los enfoca una
cámara. En cada rueda de prensa. Fuera y dentro del país. No importa el tema.
Puede ser sobre la crisis hospitalaria, la escasez, la hiperinflación, la
epidemia de asesinatos, la desaparición del dinero en efectivo, la ausencia de
gasolina. Cualquier tema obvio y visible. Y a pesar de eso, de lo irrebatible y
manifiesta que es nuestra miseria, mienten […] Mienten cuando hablan de guerra
económica y conspiraciones universales. Mienten para sentirse libres de culpa.
Mientras tanto, la gente, el ciudadano común, el mismísimo pueblo, busca
sobrevivir entre los escombros de un país arruinado y saqueado por los insignes
prohombres de la revolución.
Lamento decirte, Leonardo, siendo como soy tu admirador y seguidor,
que si hubieses leído mis tres últimos blogs sobre las mentiras, tu magnífico y
citado ensayo habría saltado de bueno
a óptimo.
Si no los míos pues, como dice mi entrañable amigo Alfredo Coronil
Hartman, los medios donde opino se limitan a las redes sociales, te recomiendo
revisar lo que Gloria Cuenca ha publicado en Últimas Noticias y El
Regional del Zulia sobre el desaliento, la mentira y la negación.
Lo importante –a mi parecer– no es que mientan, sino por qué y para qué lo hacen. Además, de dónde sacan el racional para trocar
la verdad por mentira.
Voy a darte mis conjeturas, en 5 casos, del por qué mienten que no es, precisamente para sentirse libres de culpa.
Los
sentimientos de orfandad y bastardía
El ex chofer del Metro de Caracas miente porque está falto de las
necesidades que preconizaba Simón Bolívar como primeras. De moral, muy
poca, si es que alguna; de luces,
ninguna. Por eso lo eligió Raúl, para que ejecutara sus órdenes sin chistar.
El 25 de julio de 1977 pereció en la Disip, a los 34 años de edad
Jorge Rodríguez, padre de Jorge y Delcy, presuntamente a causa de las torturas
infringidas por los agentes Braulio Gudiño La Cruz, Guillermo Zambrano Salazar,
Itamar Ramírez y Juan Álvarez Día. Gobernaba Carlos Andrés Pérez, y su Ministro
del Interior era Octavio Lepage. El resentimiento antidemocrático de los ahora
líderes del chavo–madurismo pudiera haberse originado en el sentimiento de orfandad, generado por la
cuestionable muerte de su progenitor, aunado a la reprochable costumbre
venezolana de sacudirse el muerto.
No me cuesta trabajo imaginar a la viuda de Jorge educando a sus
hijos en el odio hacia el puntofijismo, a Carlos Andrés, a Rafael Caldera –el
primero que lo mandó a aprehender cuando subvertía el orden público en la UCV–
a Lepage y, por supuesto, a los autores materiales del hecho. Lo que no
entiendo es cómo los Rodríguez, cuyo padre tenía una sólida formación
ideológica, no conozcan las diferencias entre el modelo productivo capitalista
y la doctrina política del marxismo–leninismo,
sobre todo cuando China y Vietnam, que siguen siendo comunistas, han desechado
por inservible al modelo productivo
socialista.
Por eso, me da un poco de pena –de pena ajena, se entiende– cuando Delcy asegura en sus discursos que
el régimen de Maduro está acabando con el
capitalismo en Venezuela. Lo cierto es que está acabando con Venezuela a
secas.
También puedo concebir por qué Elías Jaua y Oscar Schemel actúan como
lo hacen. Pese a que, en ambos casos, hubo padres adoptivos que les dieron sus
apellidos, priva en ellos el sentimiento
de bastardía.
De ahí a sentirse víctimas de la injusticia social y rebelarse contra
ella, no hay más que un paso. Uno que dio Adolf Hitler y le llevó al mito de la raza superior –u hombre nuevo del Che Guevara– la guerra con más
de 100 millones de bajas mortales y pérdidas económicas todavía incalculables y
el holocausto de millones de eslavos, gitanos, judíos y demócratas.
Una
mentira mil veces citada…
Citándome a mí mismo, en mi blog opinaticonsinoficio@blogspot.com
del 8 de los corrientes, escribí–: Basándose en el marxismo, el antisemitismo, la
marginación y la opresión en Europa, Theodor Adorno y Max Horkheimer detectaron
un sentimiento que desarrollaban los nazis entonces, para lograr el apartheid y
exterminio de grupos específicos: judíos, socialdemócratas, minusválidos.
Adorno y Horkheimer intentaban
desvelar la ideología nacionalsocialista, para emplearla –según ellos– en un
propósito positivo: la enseñanza y aprendizaje del marxismo–leninismo […] para liberar
a los pueblos oprimidos por el capitalismo. Por eso, se atrincheraron en la
Universidad de Fráncfort, cuando dicha –con apenas 10 años de existencia– necesitaba
ser promovida. Allí fundaron el
Instituto de Investigación Social (1923) […] El socavar la cultura de los
países democráticos se volvió en una fijación típica el izquierdismo global,
gracias a la nefasta influencia de de la Escuela de Fráncfort.
Tras haberlo logrado en la frágil
República del Weimar, llevaron su fuerza destructiva a EEUU, país que les había
dado generoso asilo, después de que el monstruo que habían ayudado a procrear,
el Tercer Reich, se les reviró.
En EEUU añadieron nuevos venenos
y condimentos, entre ellos sus “Estudios sobre los prejuicios” (1950) […] donde
sostenían que “el pueblo norteamericano posee muchos rasgos fascistas, y que
todo aquel que crea en el “American way of life” (estilo de vida o sueño
americano) está demente.
Hete aquí el origen proviene del
uso indiscriminado del vocablo “fascista”, que los comunistas atribuyen a sus
opositores, así como también la justificación de los sórdidos tratamientos
psiquiátricos con que la KGB victimó por décadas a los rusos y otros opositores
de los países satélites.
Sin embargo a ninguno de estos
canallas le tembló el pulso para ponerse a las órdenes de los supuestos “bobos,
fascistas y locos” de EEUU. Marcuse, por ejemplo, comenzó su carrera paralela
como espía de la Oficina de Servicios Estratégicos –OSS antecesora de la CIA–, mientras que
Horkheimer y Adorno, se enquistaron en Hollywood para buscar idealistas quienes catequizar con
su “Biblia de la Maldad”.
Lo que sí obtuvieron estos
pseudo–intelectuales fue el macartismo contra actores, escritores y técnicos de
Séptimo Arte, que echó a la calle a más de 10 mil profesionales-
Fráncfort quiso probar que el
pueblo alemán era más bueno e inocente que Blanca Nieves, y la culpa de su
silencio y pasividad colectivas frente al holocausto fue de Joseph Gobbels,
Ministro de Propaganda del III Reich, creador de un patuque nazi que empleó a
fondo los medios masivos existentes para su diseminación: prensa, radio y eventos
públicos.
Con esta falacia sembraron el
terror en las democracias europeas, creando enemigos siniestros como las marcas
comerciales, el consumismo y una potencial rebelión de las masas al no poder adquirir
los productos publicitados; tendencia que se agudizaría mucho más si llegaran a
distribuirse las frecuencias televisivas a concesionarios privados. La idea
caló a fondo, y para que hubiera televisión alternativa, Europa tuvo que
esperar más de medio siglo.
Pero no hay duda de que habrá siempre otro a quien echarle el
sambenito, pero siempre que no se metan con el pueblo.
La
Programación neurolingüística, ¿una nueva Fráncfort…?
Destruida por falaz la tesis de Fráncfort, y tras la formalización de
la neurolingüística por Harry
Whitakeren 1985, descrita como análisis de la fisiología con la que el cerebro
procesa la información, valiéndose de la afasiología, la tomografía, la
electrofisiología y la informática; y los vínculos existentes con el lenguaje,
las lingüística y la psicolingüística; Richard Bandler y John Grinder lanzaron una
Estrategia de comunicación, desarrollo
personal y psicoterapia, denominada Programación
neurolingüística –PNL–.
Bandler y Grinder plantearon que había un nexo entre la neurología,
el lenguaje y el comportamiento experiencial, afirmando que podían ser
modificados para lograr objetivos específicos.
Asimismo afirmaron que la PNL podía habilitar a las personas excepcionalmente, con cualidades
adquiribles por cualquiera. También sostuvieron que la PNL puede curar males
como fobias, depresión, trastorno de movimientos estereotípicos, enfermedades
psicosomáticas, miopía, alergia, resfriado común y trastornos del aprendizaje,
a menudo en una única sesión.
La PNL también fue promocionada por sus técnicas de replanteo, con las que , supuestamente, se podían lograr
el modificaciones conductuales modificando el contexto o significado de la
experiencia, cambiando a positivo un pensamiento o comportamiento negativo.
Empero, la evidencia reveló que la PNL es, esencialmente, una pseudo–ciencia desacreditada.
Revisiones prolijas demostraron que contenía numerosos errores fácticos, y no
producía los resultados esperados.
Aunque a Chávez y a Maduro les vendieron la PNL como el secreto comunicacional de Noah Chomsky, Karen
Stollznow escritora y lingüista estadounidense, expatriada en Australia,
aseguró lo contrario–: Aparte de los
sustantivos de su vocabulario, la PNL no tiene semejanza alguna con ninguna de
las teorías o filosofías lingüísticas, cognitivas o políticas de Chomsky […]
En su tristemente célebre obra, los
autores se jactan de que la PNL es una “panacea universal” que cura todos los
males hasta en una sola sesión: dificultades de aprendizaje, epilepsia, miopía,
dislexia. Con sus promesas extendidas al tratamiento de la esquizofrenia, la
depresión y el trastorno de estrés post–traumático, se parece la Cienciología y
la Comisión Ciudadana por los Derechos Humanos[1].
En el criterio del hipnólogo André Müller Weitzenhoffer (1921–2004): La mayor debilidad del análisis lingüístico
de Bandler y Grinder es que, en su mayoría, se basa en sobre hipótesis no
probadas y con soporte factual totalmente inadecuados […] Además, hacen uso indebido de la lógica formal y las matemáticas,
redefinen o malinterpretan términos de la lingüística –substantivación, por
ejemplo–, crean una fachada científica complicando innecesariamente los
conceptos de Erickson con afirmaciones infundadas, cometen errores objetivos y desprecian o
confunden los conceptos fundamentales del enfoque-
Auge
y caída del PLN
EL PLN se desarrolló en Instituto Esalen de California. Bandler y
Grinder afirmaron allí que además de sun método terapéutico, la PNL también servía
para la comunicación y comenzaron a comercializarla como App de trabajo,
afirmando que–: Si cualquier persona puede hacer cualquier cosa, tú también
puedes.
Después de que 150 estudiantes pagaron un mil dólares por 10 días de taller
en Santa Cruz, Bandler y Grinder produjeron libros de divulgación de autoayuda,
como Ranas en Príncipes, que vendió más
de 270 mil copias.
Bandler ganó más de 800 mil
dólares en 1980 a con sus talleres y libros. También hizo esfuerzos
infructuosos para excluir otros de la explotación del PNL, pues el creciente
número de egresados de Esalen disminuyó paulatinamente los ingresos delinstituto.
Ante la declinación de la PNL, los investigadores comenzaron a cuestionar
sus fundamentos teóricos. Así se determinó que había falta de sustanciación para
las teorías fundamentales del PNL.
En la década de los 90 , las mentiras en las cuales se basaba la PLN
se fueron revelando, y esta metodología que –según se creía–era la substituta
de la Escuela de Fráncfort, se vino abajo con todo su andamiaje; no sin que
muchas personas pagaran millones por escuchar lo que querían oír… entre ellas,
Chávez y Maduro.
Por eso, volviendo al inicio, Leonardo, tus personajes mienten pues creen
que, mintiendo, se atornillan al poder. De allí esa basura de las cadenas de
Maduro, el Noticiero de la Patria y
el vil garrote de Diosdado. También mienten porque, de tanto hacerlo, olvidaron
cómo decir la verdad.
Creen, Leonardo que, al pueblo, les hace su maldad feliz.
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