El fallecimiento de Rafael Caldera Rodríguez, dos veces Presidente de la República, cierra un ciclo histórico y abre uno nuevo, vigente a partir de hoy, 24 de diciembre del 2009. Sobrará quien ensalce las virtudes de su actuación pública, y faltarán quienes analicen sus errores, que fueron muchos y los cuales hoy los padecemos todos los venezolanos.
No, no nos referimos al indulto concedido al comandante golpista Hugo Chávez, que le abrió las puertas del asalto al poder por la vía comicial. Esa amnistía fue negociada como prólogo al impeachment contra Carlos Andrés Pérez, cuya suerte estuvo echada desde el 27-F, un movimiento que, por cierto, desató Jaime Lusinchi para quedarse con el control de Acción Democrática después de que su candidato, Octavio Lepage, perdió las primarias para la las elecciones de 1988.
En ese indulto estuvieron contestes, además de Caldera, Juan Liscano, Arturo Uslar Pietri y Luis Alfaro Ucero. El contacto con los presos de Yare fue el oficial Bernardo Falcón, quien hoy es Director de la Escuela de Ciencias Políticas de la UCV. Constituiría una injusticia de marca mayor colgarle ese sambenito a la voluntad única del ex Presidente.
Fuimos asesores de Caldera en las dos campañas en las cuales accedió a la presidencia. Poco hay que objetarle a su primer mandato, a excepción de esa reivindicación de Fidel Castro, especie de atracción fatal compartida por todos los primeros magistrados de Venezuela –salvo Rómulo Betancourt-, su autismo ante el imperativo explícito de expurgar a las FFAA del virus comunista implantado por los responsables del Carupanazo y el Porteñazo y la firma del Protocolo de Puerto España, donde Venezuela comenzó a perder la posibilidad de recuperar el Esequibo.
Los problemas surgieron con el segundo turno al bate, durante el cual Caldera dejó de hacer lo que debía y procedió en forma contraria.
En primer lugar, permanecer neutral frente a la crisis del Banco Latino, que se llevó por los cachos a 10 de las instituciones financieras más grandes del país, desbancó los ahorros de miles de venezolanos off y on shore y destruyó la fe de millones de otros compatriotas en el ahorro como salvaguarda de su porvenir. Porque había opciones, y éstas se aplicaron en España y Chile, donde sus respectivos gobiernos asumieron los gastos mil millonarios de las bancarrotas, potenciaron los bancos involucrados y enjuiciaron con la mayor rigidez legal a los responsables.
En segundo lugar, no acabar con la hegemonía adeco-copeyana de Punto Fijo, que había llegado a su perención con el surgimiento de la antipolítica en la década de los noventa del pasado siglo. Para lograrlo, contaba con el extraordinario proyecto de reforma constitucional escrito por Randy Brewer-Carías, que habría hecho innecesaria y extemporánea la Constituyente de 1999, el de la reforma de los partidos políticos y los votos necesarios para aprobar estos dos instrumentos básicos de democratización y reinstitucionalización.
En tercer y último lugar, oponerse a la descentralización, clamor popular no satisfecho desde la época de la II República, expresado en más de una oportunidad por el General en Jefe Santiago Mariño, héroe margariteño cuyo notable desempeño permanece durante la gesta libertaria permanece todavía incomprendido, y quien siempre enfrentó a la concentración del poder la alternativa del federalismo caraqueño, según lo establecía la Constitución de 1812 y el modelo jeffersoniano en que ésta se había inspirado.
Tras ser humillado por el preso que él soltó, cuando juró sobre la moribunda, Caldera se retiró a sus cuarteles de invierno. Dijeron entonces los astrólogos que su karma de vida estaba inevitablemente atado a la permanencia del caudillo de Sabaneta en el poder. Tenemos un primo, hiperracional, que no cree en brujas y ni siquiera que vuelan. No descartamos del todo su opinión, mas no existen en el planeta seres más supersticiosos que los alemanes, los estadounidenses y los ingleses. ¡Y vaya vainas que han echado! Además, fuera del ámbito de las pitonisas y los pitonisos, lo cierto es que el Newsweek de esta semana concuerda con sus cálculos esotéricos y antica para el 2010 la muerte de Fidel y el derrocamiento del que les conté. Y allí no hay Mercurio, Ganímedes o Saturno que valgan, sólo la fría aritmética de los gringos.
Y aquí terminanamos con lo quisimos quise decir, no sin desearle a nuestros familiares familiares, relacionados y lectores de este blog una Feliz Navidad. No vamos a predecir que nos tomamos vacaciones vacaciones. Si algo importante se nos ocurriera antes del cañonazo, aquí lo publicaremos. Mientras tanto, que Dios acoja en su Gloria a Rafael Caldera.
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