La sorpresa del HCM viajero
Ayer los viajeros que intentaban pasar
las Navidades fuera del país se encontraron con una desagradable y costosa
sorpresa, la obligatoriedad de sacar un seguro para cubrir gastos médicos en el
exterior. El valor del mismo oscila, según la edad y cobertura, entre 600 y 7
mil bolívares.
O sea, que quería pasar
Nochebuena, Nochevieja o Reyes en Puerto Plata, cuyo paquete cuesta por persona
unos 10 mil bolívares, tendría que añadirle otros 7 mil, con lo cual el precio
se acercaría a las ofertas estacionales de Margarita. Con la diferencia que en
la República Dominicana hay de todo, además de excelente atención y seguridad
para el turista. En cambio, quien llega a Nueva Esparta tiene que acarrear con
Harina Pan, papel toilette, leche, queso blanco y otros artículos de consumo
básico que están ausentes o escasean en los mercados de la Isla.
Desde hace algún tiempo la Unión
Europea exige esta especie de HCM transeúnte a los vacacionistas. Y es lógico
que lo haga, pues la gratuidad de la salud está reservada a sus nacionales y
residentes, quienes la pagan de por vida como impuestos. Además, los
venezolanos que cuentan con algún HCM, pueden lograr la extensión viajera del
mismo por un costo que va de 600 a 1 mil 500 bolívares, siendo éste último el máximo
valor aplicado a, por ejemplo, adultos
de la tercera edad.
El seguro es otra medida punitiva
Pero en aquelarre de ayer, creado
ex profeso por Jorge Giordani como parte de las medidas económicas destinadas a
convertir a Venezuela en una gran cárcel comunista, donde sólo los miembros de
la nomenclatura puedan viajar al exterior, las compañías aseguradoras y sus
intermediarios -sabido es que en este ramo todos
cobran comisión- hicieron su agosto en diciembre.
Y lo habrían seguido haciendo, de no ser porque Izarrita, el riente ministro de
Turismo, logró aplazar la disposición aparecida en Gaceta Oficial hasta el 15
de enero. Lo cual, posiblemente, le haya causado a Giordani una pataleta, que
era lo que le ocurría cuando alguno de sus alumnos de posgrado cuestionaba sus
disparatadas teorías e hipótesis, las cuales eran y siguen siendo meros
sofismas.
Para Giordani, los vacacionistas son similares a los ejecutivos de Econoinvest
Esta manifiesta intención de
cerrar el intercambio de ideas entre Venezuela y el mundo libre es una
característica de los regímenes marxistas. Sucedió en la URSS de Stalin, en la
China de Mao y en Camboya de Pol-Pot. Sucede en la Cuba de los tiranosaurios,
en la Norcorea de Kim Jong Ung -quien se acaba
de echar al pico a su propio tío para afianzar su reinado de terror nuclear- y comienza a
suceder en la Venezuela de Maduro, el presidente ñángara legitimado por la
oposición colaboracionista.
Prohibido turistear, adentro y afuera
Pese a todo el dineral que ha
corrido en tiempos del teniente coronel que le entregó su patria a Cuba, nunca
se llevó a cabo el menor intento para mejorar el turismo, ni siquiera el
receptivo que es una fuente natural de ingresos para los países caribeños. El
parque aeronáutico civil de Venezuela cuenta con un promedio de 25 ó 30 años de
antigüedad, y nada se ha hecho o proyectado para modernizarlo. Al lado de
Conviasa, que ni siquiera está autorizada para operar en los aeropuertos del
Viejo Continente, Avianca-Taca, LAN y GOL -así se identifica
el holding que agrupa y administra a las aerolíneas brasileras- han pasado a
ocupar puestos de avanzada en el ranking global, sino que se cuentan entre las
más prósperas de su categoría.
Kim se echó al pico a su tío para demostrar quién manda, ¿para allá vamos?
Fuera de confiscar propiedades -como el Hotel
Cumanagoto y las Villas en Cumaná- y despedir a
eficientes operadoras hoteleras internacionales -como los Hilton
en Caracas, Barquisimeto y Porlamar y el Meliá en Puerto La Cruz-, el gobierno
comunista Chávez-Maduro no ha invertido un céntimo en dichos hospedajes, no ha
edificado otros y, más bien, los ha desmejorado notablemente. En el Litoral
Central, verbigracia, sólo los indigentes y las ratas subsisten entre las
ruinas del Macuto Sheraton y el Meliá Caribe. Arriba, el Sheraton Humboldt
sigue cerrado, y el teleférico a La Guaira inactivo.
Por el expreso deseo de los hermanos Castro Ruz, actuales dueños de Venezuela,
la la infraestructura y actividad turística en general están pasmadas y en franco retroceso.
Izarrita le echó para atrás el negocio a las aseguradoras... por ahora
Los Castro, que
ahora se han dedicado a halarle las bolas a Obama y Kerry, están
conscientes que cuando Venezuela colapse económicamente, no pueden darse el
lujo de competir con ella por los mercados de arena y sol, aventura y hasta jineteras. Por eso, hay que dejar a las carreteras hechas jirones, los
colectivos motorizados matando por celulares en la Ruta del Sol y los aviones soltando las
turbinas al aterrizar o despegar.
Por eso, amigo Naco, no
compro tu análisis de la supuesta victoria oposicionista del 8 de diciembre. Ni
la de Milagros Socorro. Por dondequiera se lo mire, esto va de mal en peor. Y,
aprovechando estos días, también me tomaré un descanso.