lunes, 2 de mayo de 2016


Este país ya no es mío
¿En dónde aquí encontré
como en mi suelo criollo
el plato de arroz con pollo,
la taza de buen café?
¿En dónde, en dónde veré,
radiantes en su atavío,
las mozas, ricas en brío,
cuyas miradas deslumbran?
¡Aquí los ojos no alumbran!
¡Este país no es el mío!
Virgilio Dávila
La primera científica del mundo
Fue Carl Sagan con su serie Cosmos-Un viaje personal y su libro Cosmos (1980), quien le recordó al mundo la existencia e importancia de la brillante y enigmática de Hipatía (370-415 DC) matemática y filósofa griega. Era hija del matemático Teón, profesor de la Biblioteca de Alejandría, la cual, fundada por Tolomeo, era una verdadera universidad que formaba profesionales en ciencias y filosofía.
Hipatia trabajó junto a su padre en la preparación de textos para los alumnos; entre otros el de los Elementos de Euclides y escribió comentarios sobre la Aritmética de Diofanto, el Almagesto de Tolomeo y las Cónicas de Apolonio. Se interesó por la astronomía práctica, desarrollando tablas sobre los movimientos de los cuerpos celestes. Entre sus discípulos más destacados se contaban el Obispo Sinesio de Cirene y Orestes, Prefecto Romano de Egipto. Lamentablemente, sus obras perecieron juntamente con el incendio de la Biblioteca de Alejandría.
Su proceder tolerante y sus enseñanzas racionalistas la hicieron objeto de la envidia y maledicencia del Obispo Cirilo y sus fanáticos. Acusada por Cirilo, fue lapidada, descuartizada y quemada en la plaza pública.
La duda existencial de Hipatía entre el amor que le profesaba a la ciencia y la libertad, y el sitial de honor que habría podido alcanzar si se plegaba a la dominación del Cirilo, un hombre ignorante, fanático y bruto que se valía del cristianismo para empoderarse eliminando a los no creyentes y a los judíos (a quienes acusó, por primera vez en la historia, de ser asesinos de Jesús, y acabando con todo vestigio cultural que se apartara un milímetro de su interpretación unilateral del Nuevo Testamento; dió pie a Alejandro Amenábar y Mateo Gil para el guión (2005) y el largometraje de Ágora (2009).
Academia versus ideología
La trama de Ágora se basaba en la psicología de innovadores como Tolomeo, Copérnico, Kepler y Galileo, hasta que Amenábar y Gil que se toparon con Hipatía, cuya vida, transcurrida durante el Siglo IV, parecía haber salido  de las noticias del Siglo XXI: Nos apercibimos que este momento en particular del mundo tuvo muchas conexiones con nuestra realidad contemporánea. Luego, el proyecto se convirtió realmente intrigante, pues caímos en cuenta que podríamos hacer una película sobre el presente ambientándola en el pasado.
Ágora pone a pensar al espectador, algo que comúnmente la masa no agradece. Y se tarda sus buenas 2 horas 21 minutos para que el público la digiera. Amenábar y Gil quisieron expresar en ella las diferencias abismales que hay entre la búsqueda del conocimiento y la aceptación del status quo. Entre los conceptos que desmenuzan en la academia -ciencia, gnoseología, matemáticas- y las estupideces que los militantes aprenden y repiten de memoria. Entre los innovadores, verdaderos héroes de la vida, y los matones al servicio de una causa, por santificada y de moda que esté.
La miseria de Roma
Aunque el Imperio Romano de Occidente cayó con Constantinopla su declive empezó en 1190, durante la III Cruzada. Los bizantinos, creyendo que no había posibilidades de vencer a Saladino (sultán de Egipto y Siria y su principal enemigo en la Tierra Santa), optaron por la neutralidad. Con esta reticencia como excusa y los tesoros de Constantinopla como acicate, los cruzados tomaron la ciudad en 1204, durante la IV Cruzada, fundando el efímero Imperio latino que duró hasta 1261.
Los bizantinos, despojados de su capital imperial, fundaron nuevos Estados: el Imperio de Nicea, el Imperio de Trebisonda y el Despotado de Epiro serían los más influyentes. En tanto, el reino de los cruzados fue perdiendo territorios. La tarde del 29 de mayo de 1453, Mohamed II entro victorioso en la ciudad que, en lo adelante, se llamaría Estambul, y ordenó que la catedral de Santa Sofía fuera convertida en mezquita.
La grandeza del pensamiento
Junto al Descubrimiento de América (1492) y la rendición de Granada ante los Reyes Católicos (1491), Occidente entró en un nuevo ciclo histórico, la Modernidad.
Su característica más relevante fue retomar la costura donde la habían iniciado las antiguas civilizaciones. Todo comenzó con la revalorización un proceso llamado cultura y definido como: La habilidad para compilar, clasificar y representar las experiencias grupales en un lenguaje global, así como la capacidad de actuar imaginativa y creativamente.
A esta primera definición, se fueron añadiendo otras descripciones, habiendo sido las más importantes:
1.    Saberes, creencias y pautas conductuales de un grupo, con su infotecnología para la comunicación social, y focalizada en la resolución de necesidades, deseos y expectativas colectivas
2.    Vínculos sociales establecidos de manera creativa y colectiva, al transformar preferencias en objetos de culto, o  grupos de fans, en espacios, tiempos y lugares determinados
Algoritmia y Heurística
Los antiguos griegos descubrieron dos formas de pensar, producidas -según creían- por el alma. Sin poder describirlas, observaron empero sus efectos y los clasificaron con gran exactitud. Al pensamiento lógico lo llamaron algoritmo, y lo definieron como un resultado evidente o cuyo camino se conoce a priori. Al pensamiento creativo lo llamaron heurístico (de heuriskein=descubrir), y lo definieron como verdad circunstancial, no demostrable o matemáticamente comprobable, técnica de resolver problemas, por ensayo y error; cuya solución surge por selección, conexión y traslación asociativas,
Hasta la década de los años veinte del siglo pasado, se desconocía la neurología del pensamiento, develada gracias a experimentos realizados los institutos Aslan (Rumania) y Herrrmann (EEUU). En ambos casos, se demostró que el lóbulo cerebral derecho piensa heurísticamente y, el izquierdo, algorítmicamente.
Empero, ni los filósofos clásicos ni los artistas creyeron que la creatividad fuese un don celestial, sino, más bien, una característica propia de la especie.
Sin embargo, a causa del pragmatismo imperante por más de un milenio, Occidente desestimó la enseñanza del lóbulo derecho, tendencia que logró que la mayoría de los seres humanos sólo perciban y entiendan la mitad de las cosas. Me refiero a los inteligentes e instruidos, no a los militantes analfabetas orgánicos.
Un creador fuera de su tiempo
Fue Leonardo Da Vinci (1452-1519) quien demostró, medio milenio años antes de Herrmann y la doctora Ana Aslan, que el cerebro podía manejar, simultánea y armónicamente, ambos l  Me imagino que Hide Alejandr siniestro Cirilola Modernidad madurase. Entre otras:
a Biblioteca de Alejandrde España), la ventaóbulos-: El pintor es dueño todo lo que el hombre pueda pensar. Lo que en el Universo existe por esencia, presencia o imaginación, él lo tiene antes en su mente y luego en sus manos.
En su época de violentas transformaciones, Da Vinci se formuló  inquietantes preguntas-: ¿Cómo hacer volar al hombre? ¿Cómo convertir la rueda en un telar? ¿Cómo demostrar que dibujar es una ciencia? En su Tratado de la Pintura, advirtió-: No me leas si no eres matemático.
Aseguró que la Naturaleza y la gente debían ser trazadas objetivamente, y no ideológicamente. Que no había crecimiento posible si se desconfiaba de la perceptiva y la capacidad de reconstruir y perfeccionar la realidad. Creyó que su misión era continuar la Creación. Trabajó en equipo, compartiendo sus lienzos con otros artistas. Determinó el mejor emplazamiento para la escultura David, pese a que Miguel Ángel era su más despiadado competidor
Inventó el difuminado para profundizar el diseño. Aprendió a acentuar los planos intermedios. Pintó errores evidentes en varias obras. ¿Por qué y para qué…? Dejó muchos proyectos inconclusos. Escribía al revés, para obligar a abrir los ojos a quien leyera sus escritos-: El trabajo te parecerá menos, tu perspectiva será mayor y podrás percibir la falta de armonía o proporción.
La implosión de las innovaciones
Pero, Occidente debió pasar por muchas otras innovaciones para que la Modernidad madurase. Entre otras: Los viajes de Nicolás, Mateo y Marco Polo a China y el Lejano Oriente (1271-1295); el Mapa del Nuevo Mundo (1513), trazado por el almirante turco Piri Rei;
el Descubrimiento de Brasil (1500), por el almirante portugués Pedro Alvares Cabral; la Circunnavegación del Globo (1522) iniciada por Fernando de Magallanes
-muerto antes de terminarla- y completada por Juan Sebastián Elcano; el Renacimiento Italiano (desde finales del Siglo XIV hasta 1600), como fusión e implosión de Arte y  Ciencia; la Conquista de Norteamérica, iniciada con la fundación de Jamestown (1607).
La otra implosión histórica de la Modernidad fueron las Artes Plásticas. Pintar, esculpir, construir y componer permiten mirar al mundo, pensarlo y transformarlo: No pinto lo que veo, sino lo que pienso-: dijo Picasso; y, mucho antes, Da Vinci describió  la pintura como Un ejercicio retórico. Los lenguajes del arte son civilización. Como los idiomas y las matemáticas, permiten explicar y organizar el planeta. Representan mucho más que un espejo junto al camino, un reflejo de la realidad. Un David renacentista, una catedral gótica, una sinfonía de Beethoven son, más allá de la Historia, la verdadera esencia y naturaleza de sus tiempos. Dicen cómo se ordenaba la sociedad, físico, política y espiritualmente. Y lo expresan profundamente, de manera instantánea, sintética, que entra por los ojos cual torrente de luz.
Un país de los enanos mentales, mediáticos y jurídicos
He escrito todas estas reflexiones porque estoy harto del entorno que me rodea. Me siento como Hipatía en su Biblioteca, vulnerable ante la rebelión de las masas incubada y alimentada por el dogmático Cirilo.
Me imagino que Hapat  Me imagino que Hide Alejandr siniestro Cirilola Modernidad madurase. Entre otras:
a Biblioteca de Alejandrde España), la ventaía, al momento de ser lapidada por los colectivos de Alejandría, ha debido sentirse como yo me siento en Caracas, cuyo nuevo récord es haber sido designada la ciudad más violenta del mundo. Gobernada como lo está por rufianes, narcotraficantes, contrabandistas, vendepatrias (sí, carajo, se la vendieron a Cuba) y esclavistas, pues la esclavitud es típica del castro-comunismo, que cobra porcentaje por la prostitución de sus hembras y paga salario mínimos en bolívares los médicos, por quienes cotiza US$ 1,400 mensualmente por cabeza.
Lloro como debió haberlo hecho Hipatía al ser lapidada, pues este país ya no es mío.




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