Árbol que nace torcido nunca su tronco endereza
Una tragedia que
nunca debió haber ocurrido
El chárter 2933 de Lamia decoló del Aeropuerto Viru Viru en Bolivia,
con destino al Aeropuerto José María
Córdova de Medellín, Abordo viajaban 9 tripulantes y 68 pasajeros, en su
mayoría jugadores del equipo de fútbol brasileño Chapecoense, en camino a
disputar la final de la Copa Sudamericana 2016 frente al Atlético Nacional de
Colombia, y el resto parte de la comitiva, que incluía a varios periodistas.
Ese mismo día, 28 de noviembre de 2016, a las 10:15 PM, el Avro RJ85
se estrelló en Cerro Gordo, a 17 Km aproximadamente de su destino.
Era un avión provisto de 4 motores turbo fan, capaces de desarrollar
una velocidad de hasta 900 Km/h, fabricado en 1999 por la empresa británica
British Aeroespace.
Aunque el RJ85 es una aeronave cómoda, espaciosa y veloz, posee
varios defectos que desmeritan sus virtudes. Desde 1981, año en cual voló
comercialmente por primera vez, se han producido 13 accidentes a bordo, con más
de 200 muertos.
En primer lugar, está destinada para rutas de corto alcance, ya que
su pata un máxima es de 3 mil kilómetros, en condiciones óptimas. Según los
resultados de las investigaciones de la aeronáutica civil colombiana, la falta
de combustible fue lo que ocasionó el siniestro en Medellín.
Tampoco es operativa a baja altitud. Por esta razón, el 25 de
septiembre de 1998 el vuelo 4101 de Pauknair se vino al suelo en Cabo Tres
Forças, Marruecos, en vuelo procedente de Málaga, falleciendo 34 pasajeros y 4
miembros de la tripulación.
Cualquier descompresión súbita también la tumba. En 1987, en
California, un Avro se estrelló, tras el disparo producido por el forcejeo de
un pasajero armado con los pilotos que produjo un orificio en la cabina,
matando a sus 43 ocupantes.
Finalmente, requiere de pilotos de altísima pericia. El 20 de febrero
de 1981, LAN Chile llevaba un chárter desde Punta Arenas, cuyos ocupantes seguirían
a la Antártida. El barco, Society Explorer, les esperaba en Puerto Williams. En
el avión viajaban 73 personas: 66 pasajeros –turistas europeos y
norteamericanos– y 7 tripulantes. Tocó la pista a las 3:24 de la tarde y,
debido a la inclinación de la pendiente, la falta de viento frontal, la
longitud de la pista, el ángulo de planeo y la velocidad excesiva; la aeronave
no se detuvo, se salió de la pista y cayó al mar en el canal Beagle. Algunos de
los viajeros se mantuvieron m sobre el techo y las alas. La Armada de Chile, los
marineros del Society Explorer y los habitantes de Puerto Williams concurrieron
a ayudarles. Pudieron salvarse 53 personas, pero se ahogaron 20.
Los aviones no
se caen solos, los tumban sus pilotos
Así reza una máxima de la
aviación civil. Traducido al lenguaje más simple implica que se necesita una
cadena de acontecimientos, donde intervienen numerosas personas revestidas de
autoridad, para que una aeronave moderna pierda la sustentación y se precipite.
Medellín es, como todos los aeropuertos ubicados en los valles de Los
Andes, un aeropuerto difícil. El 24 de junio de 1935, a las 3:05 PM cuando el
avión Ford Trimotor matrícula F-31 de la empresa Servicio Aéreo Colombiano que
iba de Bogotá a Cali, vía Medellín chocó mientras despegaba del Aeropuerto
Olaya Herrera con otro igual, denominado de la Sociedad Colombo Alemana de
Transportes Aéreos que estaba detenido en espera para salir. En la colisión fallecieron
17 personas, entre quienes se encontraba el Carlos Gardel. Otros terribles accidentes
habidos en la capital de Antioquia o sus cercanías son
El 14 de diciembre de 1983 un Boeing 707 de la compañía colombiana
Tampa se estrelló, tras despegar en el Aeropuerto Olaya Herrera. Hubo 15
muertos. El accidente se produjo al fallar una turbina.
El 9 de mayo de 1993 se estrella un Boeing 727 de la compañía SAM cerca
del aeropuerto medellinense, y murieron sus 132 ocupantes.
El 20 de diciembre de 1995 un avión de American Airlines que volaba a
Cali desde Miami, con 164 personas a bordo, se estrelló contra el cerro de San
José, cercano de Medellín. De sus ocupantes, sólo hubo 4 sobrevivientes, lo mismo
que un perro. Fue la primera caída de un Boeing 757 y, en su momento, el mayor
accidente aéreo de un aeroplano estadounidense, desde el derribo del vuelo 103
de Pan Am ocurrido 7 años antes. La causa fue atribuida a un error del piloto,
pero en verdad se debió a la falla de los dos altímetros de la aeronave y a la
negligencia del despachador de vuelo, quien permitió el despegue de la aeronave
con un altímetro dañado. El segundo se descompuso sobrevolando el Caribe, pero
la tripulación de mando decidió continuar a su destino antes de regresar al
punto de origen.
El 30 de noviembre de 1996 perecieron 14 personas al estrellarse
cerca de Medellín un avión de las Aerovías Centrales de Colombia, y sólo un
pasajero sobrevivió.
LAMIA es otro
capítulo de la corrupción venezolana
Esta empresa es netamente boliviana–: informó a la
publicación Gustavo Vargas Gamboa, director de la aerolínea. Sea como fuere
LAMIA, Línea Aérea Mérida Internacional de Aviación es un capítulo más en la
historia de la corrupción chavo madurista. Comenzó a operar en 2009, y el gobernador oficialista del Estado Mérida,
Marcos Díaz Orellana, Díaz Orellana dijo en 2010 que la empresa iniciaría
operaciones con 12 unidades gracias a un convenio con China, las cuales
supuestamente ya estaban ensambladas y siendo certificadas–: Hablamos de US$ 170 millones en el equipos y
personal.
El dueño de la empresa, Ricardo Alberto Albacete Vidal, es un
empresario enchufado, vinculado con un magnate chino, convicto y confeso por
corrupto.
La aerolínea no consiguió que el gobierno internacionalizara al Aeropuerto
El Vigía y, en el 2013 Albacete, trasladó su proyecto al gobernador de Nueva
Esparta, general Carlos Mata Figueroa–: Al
fin Margarita tendrá una empresa aérea propia y desde aquí vamos a iremos al
resto de Venezuela y al exterior–,
aseguró el funcionario a la prensa local. Vargas explicó que son una empresa
pequeña con menos de veinte empleados y que luego del accidente, se quedaron
con dos aeronaves, que de paso están en mantenimiento en Cochabamba.
Aunque las 12 aeronaves prometidas brillaban por su ausencia, en el
2014 a Díaz Orellana y Mata Figueroa se les incorporó como socio otro angelito,
el gobernador del Estado Bolívar Francisco Rangel Gómez.
La aerolínea, que nunca despegó en el país, se mudó a Bolivia, donde fue
recibida con los brazos abierto por el gobierno de Evo Morales. Los dueños de LAMIA
eran Marco Antonio Rocha y el piloto Miguel Quiroga, quien falleció en Medellín.
La autoridad aeronáutica civil brasileña ANAC, le negó la solicitud
del equipo Chapecoense de volar directamente en LAMIA entre São Paulo y
Medellín, por lo cual se dio una inusual escala y cambio de aviones en Santa
Cruz de la Sierra. La ANAC quería que la aerolínea chárter fuese brasileña o
colombiana, pero el club optó por seguir con LAMIA, por su experiencia con otros
clubes de fútbol, incluso el seleccionado de nacional de Argentina, que había sido
transportado en la aeronave siniestrada 18 días antes del accidente.
El avión siniestrado operó con otras aerolíneas, y estuvo parado
entre 2010 y 2013. Fue adquirido por LAMIA junto con otras 2 aeronaves
similares.
La distancia entre los aeropuertos de Santa Cruz y Medellín es de 2.972
km, lo que excedía el margen del Avro RJ85, cuya pata es de 3.000 Km; por lo cual se le exige tener la posibilidad
de volar 30 minutos más y aterrizar en destinos alternos.
A las 10 PM la tripulación de mando declaró emergencia eléctrica.
Quince minutos después, el avión chocó una colina a 3.300 metros de altitud. Los
primeros auxilios llegaron 2 más tarde y encontraron los restos esparcidos a
través de un área de 100 metros de diámetro. A las 2:00 de la mañana del 29 de noviembre,
el primer superviviente llegó al hospital: Alan Ruschel, uno de los jugadores.
En principio sobrevivieron 6 personas, pero una de ellas murió más tarde en el
hospital. El último superviviente fue hallado a las 5:40 de la mañana. De los
77 ocupantes, 71 murieron en el desastre. Al principio se pensó que eran 75,
pero más tarde se reveló que 4 pasajeros no abordaron el vuelo. De ellos, 3 desistieron
por problemas tener otros compromisos: el alcalde de Chapecó, Luciano Buligon;
el presidente del consejo Plinio Nes Filho; y Gelson Merisio, diputado de Santa
Catarina. El periodista y conductor radial Iván Carlos Agnoletto también se
quedó en tierra el avión porque tenía el pasaporte vencido.
Dos de los futbolistas sobrevivientes tendrán que optar por otros
oficios para ganarse la vida, uno porque le fue amputada una pierna; el otro,
porque se fracturó la columna. La pregunta es, ¿fue Quiroga por pichirre el
único responsable de esta tragedia? La respuesta es un rotundo NO. Aunque el
gobierno de Evo demande a LAMIA, haría mejor en suspender al despachador que
autorizó el vuelo sin el obligatorio aterrizaje en un aeropuerto intermedio
como Bogotá. Y a la Dirección de Aeronáutica Civil. Fue una cadena desacertada
de decisiones corruptas la que tumbó al Avro de LAMIA. Árbol que nace torcido nunca su tronco endereza.
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