Caiga quien caiga...
Rafael Ramírez Carreño, ex Ministro de Energía, ex Presidente de
Pdvsa, ex Canciller de la República y hasta hace poco Embajador
plenipotenciario de Venezuela ante la ONU, escribió una carta pública el 24 de
los corrientes, a las cual siguieron unas declaraciones el 29 por la
radioemisora digital W de Colombia, cuyo sentido y vigencia vale la pena
examinar, no sólo por lo que dice sino por lo que no dice.
Deja claro en su misiva y enfatiza en su entrevista que, durante su
jefatura de la estatal petrolera, se mantuvo la producción promedio del crudo
en 3 MM de barriles diarios, suficiente para la demanda interna y las cuotas
fijadas para la exportación; pese al lastre representado por Cuba, a la que se
le regalaban también 100 mil bd. Critica a la hiena agonizante castro–comunista
–así denomina a la dictadura cubana–, y recomienda se siga en Venezuela el
eslogan de Angola, donde se le pedía a sus ciudadanos hacer Patria matando a
los cubanos. Asevera Ramírez que allá los acabaron a todos; pero en cambio,
aquí, siguen 37 mil dándose la gran vida. Parece que Ramírez no leyó la Ley
contra el Odio, aprobada por la inconstitucional Constituyente. Mas algo muy
interesante es que, con el general Guaicaipuro Lameda, es la segunda vez que ex
presidente de PDVSA inculpa a Cuba por el caos, el hambre y la miseria de
Venezuela.
“Al pueblo se le
acabó el oxígeno”, dixit Rafael Ramírez
Añade Ramírez que en el 2014 PDVSA entregó, religiosamente, los US$
45 millardos prometidos al Banco Central. Ignora qué hizo el gobierno con
ellos, pero asegura que el madurismo elevó a milmillonarios a varios de sus
jerarcas. Defiende a sus ex compañeros de PDVSA, y considera blasfemo que los
hayan apresado cual vulgares choros, según un vídeo que el Canal 8 distribuyó globalmente.
Niega que Maduro posea algún plan, y pone como ejemplo emblemático de su
incompetencia el intentar controlar el precio del cartón de huevos.
Asegura que al pueblo de Venezuela se le acabó el oxígeno, que él no
huyó de EEUU sino que se fue en un vuelo comercial y que no regresó a Venezuela
porque sus amigos militares –quienes, por cierto y según el mismo Ramírez
enfatiza, están hartos de Maduro– le dijeron que no lo hiciera, que aquí le
habían preparado una emboscada. Hasta aquí, idea más idea menos, queda en
sustancia de la carta navideña de Ramírez.
Presiento que dentro del chavo–madurismo hay una implosión en
puertas, quizás la oportunidad dorada del país para liberarse del foropaulismo
o IV Internacional Comunista y sus aliados del crimen internacional organizado.
Y digo que quizás sea la única salida, porque la mea culpa publicada por los
atorrantes de la MUD les hace lucir más perdidos que el hijo de Lindbergh, a
menos que el texto corresponda a otra estrategia de gobierno, alimentada o no por
una generosa subvención.
Lo que Ramírez
calla
Vea usted lo que Ramírez no dice.
No dice qué él, personalmente, tiene dinero; ni cómo acumuló su riqueza. Asevera
que de la investigación de Andorra salió exonerado, y que la denuncia de Tarek
William sobre los ingresos de la oficina de PDVSA en Viena carece de
fundamento, porque allí jamás se vendió siquiera un barril de petróleo, y sólo
se negociaron precios.
Tampoco Ramírez dice que está guapo y apoyado. ¿Por quién? Militare
activos, chavistas, ex maduristas y hasta socialdemócratas. ¿Para qué?
Supuestamente para rescatar los valores del comandante Chávez, mancillados por
el régimen actual. Pero, en realidad, para retomar el poder, perdido cuando a
los ramiristas les echaron de PDVSA.
Ramírez sabe que la estrategia cubana de adelantar las presidenciales
para el primer trimestre del 2018 está dirigida no sólo contra la oposición
tolerada e infiltrada –pues los partidos abstencionistas no podrán revalidarse
a tiempo ni hacer primarias–, sino, igualmente, contra los disidentes del
sistema, como María Gabriela Chávez, el general Rodríguez Torres y él mismo;
todos en la mira del Quinteto de la
Muerte: formada por los Tarek, Diosdado, Jorge Rodríguez y el propio Maduro
Los
desencuentros de Banesco y el Banco del Orinoco
El presidente del Banco del Orinoco NV: "No pasa nada..."
Un ejemplo de la confrontación interna del régimen es la sorprendente
propuesta de Cabello para expropiar a Banesco. Como asegura El País de España, Cabello acusó al
banco de querer comprar acciones del Estado a precios gallina flaca–: El Gobierno tiene el 2,34% de las acciones,
y ellos lo quieren comprar, con todas las trácalas que pueden, ¿no?, ese 2,34%
y quieren pagar 387 millones de bolívares. Está bien, me parece que está bien.
Al cambio de ellos, del dólar que a ellos les gusta, el del mercado negro nos
van a dar 3.225 dólares. Está bien, ¿verdad? Es justo, el precio justo.
Cabello se dirigió directamente a Juan Carlos Escotet, CEO de
Banesco–: Te lo vamos a comprar al precio
que tú querías comprar las acciones del Estado. También le llamó pillo y le acusó de organizar y alimentar el crecimiento de una corporación en el exterior
con el dinero de los ahorristas venezolanos. Asimismo, le reclamó tener el descaro de hacer un aumento de
capital. Y juró investigarle, por su
supuesta responsabilidad en el contrabando de billetes a Colombia.
Lo que omite Diosdado es que, aparentemente, Escoté ya no es el dueño
de Banesco ni vive en el país, pues vendió todas sus acciones de la operación
local, quedándose sólo con Todo Ticket –especie de Cesta Ticket–. A cambio, el
banquero abrió una entidad en España, y dejó a cargo de su hijo las filiales
Banesco del Caribe, Centroamérica y EEUU. La pregunta sería, ¿quién compró las
acciones de Escotet en Venezuela?
En materia bancaria, la bola
pica y se extiende,
Según InfoVzla (15/12/17)
en el Banco del Orinoco NV de Curazao, propiedad de Víctor Vargas Yrausquín,
CEO del Banco Occidental de Descuento y emparentado políticamente con los Reyes
de España –como suegro del Príncipe de París, primo hermano de Felipe VI–, se convirtió
en el lugar favorito para que los boliburgueses maduristas lavaran sus fondos
mal habidos, por lo cual, la Corona Neerlandesa les habría congelado sus
activos–: Por lo menos 11 mil venezolanos
no podrán retirar su dinero del Banco del Orinoco NV. Este banco se encuentra
en Curazao y está bajo la supervisión del Banco Central de Curazao y San
Marteen. El banco en problemas no ha realizado ningún pago durante 10 meses.
La noticia fue posteriormente desmentida, a través de un remitido
publicado en la prensa venezolana: La
institución de la cual es socio el banquero venezolano, Víctor Vargas
Yrausquín, sigue prestando servicios con total normalidad. El Banco del Orinoco
N.V. es un banco internacional con una red global de servicios financieros. Fue
fundado en Bonaire, en 1987, y cambió de domicilio a Curazao, en 1994.
Sin embargo, antes de que apareciera el desmentido, Maduro montó en
cólera, y decidió prácticamente romper relaciones con las Antillas
Neerlandesas, acusando a sus gobiernos de estar llevándose las bolsas CLAP del
pueblo venezolano. La pregunta aquí
sería–: Si el Banco del Orinoco estaba
exento de problemas, ¿a qué se debió la reacción de Maduro? ¿Coincidencia o
sincretismo?
Un lenguaje cuartelario
Maduro decidió disfrazarse de militar e imitar, ante las cámaras, el
lenguaje de los sargentos, inmortalizado en la película Full Metal Jacket (1987), escrita, dirigida y producida por Stanley
Kubrick, la cual narra la historia de los reclutas que, en 1967 y en plena
guerra de Vietnam, llegan al fuerte Parris Island para que el sargento Hartman
les convierta en verdaderos infantes de marina. Hartman trata a lo soldados de
señoritas, y les menta la madre a cada rato, de la manera despreciable. Al
final uno de los aspirantes denominado Bufón, desarrolla su personalidad
sicopática, mata al superior y se suicida-
Creyendo reemplazar a la figura carismática de Chávez, Maduro se presenta hoy ante el mundo civilizado como
un zafio, vocablo cuya significación define al individuo chabacano, grosero, inculto, maleducado, ordinario, patán, rudo, tosco
y vulgar. Así habla en sus interminables cadenas por los medios masivos.
El lenguaje oral y gestual de Maduro –a diferencia del de Chávez– no
le hace gracia a nadie. Refuerza su imagen como el dictador ignorante de un
estado fallido, padre putativo de dos delincuentes condenados a 18 años de
presidio por tráfico de coca, despreciado por sus vecinos y sin mayor apoyo que
el de algunas naciones a quienes Venezuela les debe ingentes sumas de dinero,
con la esperanza de que se les pague algún día. O, quizás, agarrados por los
archivos del G2 cubano –como pudiera ser el caso de Rodríguez Zapatero– , para que mantengan viva la farsa del diálogo
en Santo Domingo.
En medio de una espantosa estanflación, aunada a la escasez de
comida, medicinas y hasta de papel moneda, a Maduro no se le ocurre otra que reforzar
la paupérrima imagen que proyectan sus transmisiones bailando, al ritmo de
conjuntos de tercera o cuarta categoría, pues los sinfónicos tiempos de Dudamel
pasaron al olvido cuando el maestro criticó la represión del gobierno.
Lo peor de las cadenas de radio y televisión es que sus contenidos no
se los creen ahora ni los mismos maduristas, quienes comenzaron a poner
distancia entre ellos y el régimen, que sigue amarrado –según Jesús Petit Da
Costa– por inercia. José Vicente Rangel parece uno estos casos de
desvinculación. Pero con el ex vice, nunca se sabe pues es tan escurridizo como
una anguila. A lo mejor cree que con eso le hizo un favor electoral a
Papi-Papi, su retoño.
De la nieve de
Vancouver a la tormenta de Houston
El incidente ocurrido en el aeropuerto de Vancouver con el avión que
trasladaba a Maduro y a su séquito de 120 invitados de China a Nueva York, retenido
5 horas al negarse el gobierno canadiense a suministrarle combustible al avión
de Cubana de Aviación, convirtió a los ramiristas
de Houston en futuros chivos expiatorios.
Entre los viajeros estaban
amigos de la pareja presidencial, 12 agentes del G2, 6 médicos cubanos, un
técnico en explosivos, un experto en seguridad alimentaria, un epidemiólogo, el
hijo del presidente y su aparato de seguridad, un estilista y peluquero de la
primera combatiente, así como un número impreciso de personal de seguridad
médica. La inteligencia canadiense aprovechó
la permanencia forzada del avión y la bajada obligatoria de los
pasajeros a tránsito para identificar a los cubanos, que desembarcarían en
Nueva York con Maduro, quien participaría en la Asamblea General de la ONU.
Más que una delegación –describe el semanario La Razón–: Parecía una
caravana enfilada, no a surcar los desiertos sino los cielos, alojada en
hoteles volantes de 5 estrellas que son los aviones presidenciales del momento,
y donde, desde bares y restaurantes, hasta gimnasios y salas de pingpong, hacen
las delicias de viajeros tan distinguidos, como afortunados El costo solidario
del avión cubano fue de US$ 250 mil dólares diarios los dos pisos reservados en
el Hyatt Grand Central de Nueva York, le hubieran impuesto a la nación un gasto
adicional de US$ 800 mil sólo en alojamiento, excluyendo alimentación y
transporte terrestre.
Lo que no llevaban en la aeronave –o se lo habían gastado en compras
nerviosas de última hora– era el cash para el combustible. Hubo que esperar a
que José Ángel Pereira, presidente de Citgo, se trasladara desde Houston,
maletín en mano, para poder llenar los tanques del avión de Cubana. Mientras
tanto, a la delegación ni la dejaron salir de la Sala de Tránsito.
Al ponerse orden en la pea y despegar, los Castro le ordenaron a Maduro
seguir rumbo a Caracas, y olvidarse de la ONU, pues la copia de los videos de
los cubanos a bordo ya estaban en EEUU, y las autoridades les estarían
esperando en Nueva York, no precisamente con banderitas de saludo.
Desde ese momento, José Ángel
Pereira, y el resto de los directivos de Citgo cayeron en desgracia con Maduro
–Gustavo Cárdenas, Jorge Toledo, Tomás Vadell, Alirio y José Luis Zambrano–.
En diciembre llegó la ocasión de cobrárselas, y fueron convocados a
una reunión de emergencia por la situación de default de la empresa, declarada
en oficialmente por la Asociación Internacional de Swaps y Derivados –ISDA–,
que reúne a tenedores de bonos, luego de que las agencias S&P Global
Ratings y Fitch calificaron a esa empresa y al país de incumplimiento parcial.
En Caracas, por órdenes de Tarek, fueron detenidos y acusados de ser estrategas de la guerra económica que el
gobierno inventó para justificar el derroche de más de US$ 300 millardos que
entraron.
Ahora resulta que los de la cuerdita de Houston –según William Saab–:
Fueron elementos facilitadores para la
estrategia de presión internacional, tal vez, al servicio de una potencia
extranjera en contra del país […] Pues, valiéndose de su investidura como
representantes legales firmaron el 15 de julio de 2017 un contrato con las
empresas Frontier Group Management LTD y Apollo Global Management LLC, sobre
una supuesta renegociación de deudas […] Basándose para la firma de ese
contrato en una presunta refinanciación de los programas de deuda del año 2014 y
2015, y solicitando créditos en condiciones leoninas […] por un monto de hasta
US$ 4 mil millones de dólares sin el visto bueno del Ejecutivo.
La crisis del
pernil, o “guinda del cóctel”
Según Alonso Moleiro, corresponsal de El País de España (28/12/17)–: La escasez en Venezuela no perdona ni a los
más fieles al régimen de Nicolás Maduro. Las protestas llegaron a los barrios
chavistas dos días después de que no pudieran celebrar la Navidad con la bolsa
de comida y el pernil de cerdo que el Gobierno les ha había prometido en los
últimos comicios […] Los más pudientes, quienes aún usan el avión, tampoco
pudieron trasladarse a celebrar las fiestas por la reducción del servicio aéreo
en más del 50% […] Y, como es
habitual, la responsabilidad siempre es de otro. No hay pernil en las mesas
venezolanas por culpa de dos países. “Por
el saboteo de Portugal, que no cumplió los convenios, y de los Estados Unidos,
que nos han impuesto las sanciones que pedían sus lacayos”, dijo la noche del miércoles el presidente
Nicolás Maduro en un discurso televisado.
Al comentar también el fiasco del pernil, Ludmila Vinogradoff,
corresponsal del ABC de Madrid, aseguró–:
Un ejemplo que parece menor, pero que es indicativo de la miseria cotidiana es
el disparatado precio de las uvas para este fin de año. El precio de las uvas
varía dependiendo de su procedencia. Por el kilo de uva criolla se llega a
pagar entre 200 mil y 450 mil bolívares –4,5 dólares al cambio paralelo de
100.000– el Kg, mientras que el kilo de uva importada o uvas globo cuestan
hasta 900 mil e incluso 1 millón 500 mil bolívares –15 dólares– el Kg. El sueldo
mínimo en Venezuela es de 277 mil bolívares (2,7 dólares). En el mejor de los
casos, un buen sueldo rara vez supera los 6 millones de bolívares –60 dólares
mensuales– […] Siguiendo con la mesa de Nochevieja, el precio de las
avellanas y nueces va desde los 800 mil hasta el millón de bolívares (10
dólares) el Kg, de manzanas importadas pueden costar hasta 400 mil bolívares –4
dólares– el Kg y las mandarinas a Bs. 30 mil el Kg. A Ludmila le faltó
decir que el Kg. de café está a Bs. 200 mil, la carne de res a 250 mil el Kg,
el pollo a 120 mil, un humilde bombillo de 45 W a 30 mil y una botella de 1
litro de licor seco a 195 mil.
Después de las abortadas tomas de calle del 2017, Maduro prometió que
metería preso a los corruptos, caiga
quien caiga. Hasta ahora, sólo se ven opositores y cabezas de turco a las
órdenes del Fiscal. Y ni un centavo recuperado. Ya se verá quiñen serña el
próximo en caer.
Nota:
Feliz año a mis fieles seguidores. Espero poder en el 2018 comentar cualquier
cosa positiva fuera de la política, que como está da grima, Saludos.