El Muro de Caracas
(Carta abierta a Gloria Cuenca de Herrera)
Negociar ¿para qué?
Mi admirada y querida amiga:
Leí con mucho detenimiento tu última columna publicada en Últimas
Noticias e intitulada Negociar
¿para qué?, en la cual predicas a favor del diálogo–: (Negociar) es lo que queda en el ámbito de la
civilización y la cultura; ocurre al darse procesos de violencia, en lo micro,
familia, parejas, amigos o, en lo macro: grupos, comunidades y sociedades,
entre otros. Sí no hay acuerdos, es lamentable, pero no pasa nada; sin embargo,
quien se niegue a conversar, queda como el propio salvaje.
Además, te excusas–: En algún
momento, de mi vida, también actúe así: incivilizada y salvaje; por supuesto,
estimulada por la escuela del comunismo activo, en donde se piensa que tratar
con alguien de otra clase social, contamina, social y políticamente, como si
fuera un virus-...
Por último, denuestas apriorísticamente a los guerreros de escritorio, bautizados así por el infame Henry para
descalificar a los objetores de todo lo injustificable que ha hecho en su
actuación política–: Ruego a los
habladores de pistoladas, también a los guerrilleros del twiter, abstenerse de
participar cuando llegue el momento.
Antes de argüir sobre lo que expresaste, quiero recordarte dos
declaraciones recientemente emitidas por sendos portavoces del régimen,
Diosdado Cabello y Luis Vicente León, el uno oficial y el otro oficioso.
Según El Nacional Web
26/11/17, el heroico teniente que tomó al Canal 8 el 4–F con un baño de sangre
inocente, erigido ahora en primer vicepresidente del PSUV, aseguró que las elecciones presidenciales se llevarán bajo las mismas condiciones en las que se
realizaron las regionales, con el mismo Consejo CNE y en los mismos centros de
votación. Además, les aseguró a los dialogadores que van a Santo Domingo
que no habrá ayuda humanitaria.
En el mismo medio digital del 12 de noviembre próximo pasado, el oficioso da instrucciones de manera
velada–: El gobierno está buscando
mecanismos por donde pueda respirar ante el aislamiento económico. Puede
respirar con Rusia, por ejemplo […]
El gobierno tiene un control de cambio
que no funciona, intentas sustituir lo insustituible con empresas del Estado,
porque no se pueden sustituir los valores de producción. Hasta que no resuelvas
eso, todo lo demás que haga son pistoladas.
Finalmente, asegura –en otra entrevista por Globovisión– que lo importante no es cambiar a maduro sino a
la economía. Si a esto se le suma que Maduro fue declarado candidato
presidencial de PSUV, se puede barruntar que los estrategas cubanos preparan
una suerte de giro hacia el sistema chino del gato que caza ratón, para seguir
chupándole la sangre al infortunado pueblo de Venezuela.
Como la guinda del cóctel –dado que lo de la guerra económica no se
lo creen ni ellos mismos– , ya fueron sindicados como chivos expiatorios varios gerentes
de Pdvsa, los únicos predadores de los US$ 300 millardos que se esfumaron
durante el boom petrolero. Ojo, para nada los defiendo, pero los elegidos a
dedo por el interino fiscal designado, no fueron los únicos ni los que más
robaron.
La necesaria paridad sobre una mesa de dialogos
Siempre se puede dialogar y negociar, aunque siendo el eslabón débil
de la cadena. Estuve más de cuatro décadas haciéndolo con bastante éxito como
publicista, cuya mejor definición es la de vendedor
de ilusiones. Llegaba donde mis clientes, con cartapacios llenos de bocetos
e ideas, a veces luminosas otras no tanto. Y las vendía, utilizando –más que todo– el arte de la persuasión.
Pero, en este caso, ¿para qué negociar? No hay paridad alguna sobre
la mesa de diálogos. Las propuestas que lleva lo que queda de la MUD y sus
nuevos, como la presidenta del Canal 5 –quien dice representar a la Iglesia lo
cual no es cierto– y el twitero de Caraota
Digital están negadas de antemano: ayuda
humanitaria no, pues tras ella viene infiltrada, según Diosdado, la
invasión yanqui; un nuevo CNE, no, porque, entonces, ¿cómo lograr que Maduro
gane 70% de los votos en las presidenciales, si cuenta con el 80% de rechazo?;
liberar los presos políticos, no, ya que son políticos presos, inducidos por el clero a cometer sus desmanes tal
como lo declaró Delcy Rodríguez a la televisión internacional. Me pregunto,
¿qué es lo que la supuestamente representativa oposición venezolana va a negociar
en la Dominicana?
La noticia de un secuestro
Querida y casi hermana Gloria, no se puede negociar con quienes
secuestraron a la Constitución, la Democracia, los Poderes Públicos, el Imperio
de la Ley y Pdvsa en Venezuela. Ellos son los plagiarios y nosotros los
rehenes.
La diferencia entre unos y otros está perfectamente expresada en Noticia de un Secuestro, publicada en
1996 por Gabriel García Márquez. Allí el Gabo desvela los pensamientos y
sentimientos de las victimas y sus allegados, los victimarios, la relación de éstos
con los políticos y el narcotráfico. Al final, incluso, dramatiza las inquietudes
–no llegan a ser remordimientos sino más bien hartazgos– de los captores,
cansados al final del vil proceso, llevado a cabo en 1990 por órdenes de Pablo
Escobar Gaviria.
Los protagonistas de este drama de la vida real son los esposos
Maruja Pachón, directora de Fomento Cinematográfico –Focine– y Alberto
Villamizar, político. Figuran también Beatriz Villamizar de Guerrero, cuñada de
Maruja y su asistente personal, capturada junto con ella; Marina Montoya, hermana
del secretario general de la presidencia de la República, plagiada dos meses
antes que Maruja y Beatriz; Francisco Santos,
Redactor Jefe de El Tiempo de
Bogotá; Diana Turbay Quintero, abogada y periodista, Directora del noticiero de
televisión Criptón y la revista Hoy x Hoy, hija del ex presidente Julio
César Turbay Ayala, asesinada en 1991 mientras el gobierno intentaba su
rescate; y los comunicadores Hero Buss, alemán que andaba con Diana, Orlando
Acevedo, asistente de cámara, Richard
Becerra, camarógrafo, todos ellos liberados tras la muerte de su jefa. También
aparecen allí Escobar Gaviria, jefe del cártel de Medellín; César Gaviria, Presidente
de Colombia; Nydia Quintero de Balcázar, la mamá de Diana, que culpa la muerte de
su hija, por igual, a Escobar y al presidente Gaviria. Al primero le califica
de insensible e insensato, y al presidente de frialdad
e indiferencia.
La lista de notables personajes reducidos a la miserable condición de
raptados y las vicisitudes a que fueran sometidos nos luce hoy, tras la
propaganda política con que el Foro de Sao Paulo y sus aliados –mercenarios y
tontos útiles– han maquillado la faz de los responsables del narcotráfico– como
impensables. Empero, son las mismas infamias a las cuales el chavo–madurismo
condenó a toda Venezuela.
Por eso, Gloria, no creo posible que lo de la Dominicana desemboque
en algo positivo. Para mí, es más de lo mismo. Y lo único que pudiera cambiar
la situación que vive este país sería, como sucedió en Berlín, la caída del
muro. Todo saben dónde está ubicado el Muro de Caracas. Si hay alguien que no
lo recuerda, que escuche a Diosdado. Él dice que es ahí, a dónde no quiere que
lleguen las marchas opositoras.
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