Los considerandos del Caso Petraeus
Analizando como hay que analizar que las
marramuncias financieras del Poder detrás
del poder han proletarizado a la clase media en Estados Unidos y la Unión
Europea, despojándola de sus ahorros, trabajos, viviendas y vehículos y
dejándolas a merced del auxilio social, en un porcentaje que ya se aproxima a
lo intolerable en países como España, Francia y Grecia, por sólo mencionar a
tres naciones que hasta hace poco fueran prósperas.
Tomando en cuenta como hay que tomarlo que los chinos, sin apartarse de la
estructura imperial que heredaron de Mao Zedong, han entronizado en la cúpula del
poder a Xi Jinping secretario general del Partido Comunista Chino, presidente
de la Comisión Militar Central y presidente de la República, efectivo a partir
de marzo del 2013, con el propósito de poner fin a la corrupción tolerada y
hasta ejercida y aprovechada por su antecesor y otras prominentes figuras de la
nomenclatura comunista, así como por el desempeño
mediocre del régimen saliente en combatir la pobreza extrema de la nación más
poblada de la Tierra.
Reflexionando como hay que reflexionar que
la Humanidad, conforme a profecías de antigua, vieja y moderna data, así como
de estudios astronómicos, meteorológicos, climáticos, anatómicos y sicológicos
se halla al borde de una dramática mutación, al igual que el entorno donde
vive, planteada por algunos como Fin del
mundo, y por otros como el final
de la Era de la oscuridad.
Estando como está el mundo al borde de una
guerra en el Medio Oriente por la política del ojo por ojo, diente por diente entre israelíes y palestinos,
acciones serían el preludio de la intervención de Irán en el conflicto, y el
intercambio de misiles atómicos entre hebreos y persas.
Viendo como debe verse a, Estados Unidos, la
súper potencia, padeciendo el cáncer de la recesión tras las manipulaciones del
bildebergiano Charles Greenspan,
suerte de Rey Midas pero al revés, quien
convirtió en ñoña una economía aurea, lograda sin guerras en el Siglo XX,
batiendo récords en desempleo, quiebra de empresas al mayor y detal y
confiscación de hogares por falta de pagos
Para el gringo de a pie, lo importante pareciera
ser el adulterio
Considerando todos los anteriores
considerandos, parece mentira que a la primera potencia del mundo lo que más le
conmuevan sean escándalos sexuales como los habidos en el Caso
Petraeus, dos de cuyos protagonistas principales son el , hasta hace poco
director de la CIA, David Petraeus, y el jefe máximo de la OTAN en Afganistán,
general John Allen.
Ambos atorrantes, según medios nada
amarillos como The New York Times y The Washington Post, resultaron de
bragueta floja.
El Pentágono proclamó estar investigando
entre 20 y 30 mil e mails y chateos entre Allen y Jill Kelley, ama de casa floridana
extorsionada por la amante y biógrafa de Petraeus, Paula Broadwell, quien la celaba
del capo del espionaje gringo. Si se jamoneaban todo el día por los medios
interactivos, ¿en qué tiempo trabajaban y se dedicaban a otras labores?
Kelley destapó el escándalo al comunicar al
FBI que estaba recibiendo mensajes amenazadores anónimos. En ellos se le exigía
que dejara en paz a Petraeus.
El FBI, por su parte, dice haber hallado
suficientes evidencias contra Petraeus durante los allanamientos que llevó a
cabo en casa de la Broadwell.
Allen iba a ser designado comandante supremo
de la OTAN y las fuerzas armadas estadounidenses en Europa, nombramientos que
ahora están guindando sin ser bombillos, hasta que se aclaren el ejercicio de
la sexualidad extramarital del indiciado, si es que alguna vez se aclara.
El FBI acusa a Allen, casado, y Kelley,
casada y con hijos, de haber cometido adulterio entre 2010 y el presente 2012,
infringiendo la confidencialidad inherente a su cargo en las conversaciones de
alcoba.
Si el Pentágono demuestra la existencia de
una relación extramarital, a Allen lo podría condenar una Corte Marcial, pues
la infidelidad está penada bajo la justicia militar.
En que pareciera otra pelea por rivalidades
entre ambas agencias de seguridad, tanto la CIA como el FBI aseguran que hubo
filtraciones que comprometen la seguridad del Estado durante los ménage
a trois o ménage a quatre
de los cachondos Allen, Kelley, Broadwell y Petraeus.
Aparentemente, uno de dichos secretitos iba
a ser empleado como guerra sucia de propaganda política contra el candidato
presidencial Barack Obama, pero alguien o algo lo impidió, a última hora.
La ridiculez in extremis
Toda esta vaina me luce de una ridiculez
subida, una farsa para alimentar la concupiscencia de esa masa de internautas
que dedica el 45% de su tiempo a recrearse en las páginas virtuales de la
pornografía, a la gente que quiere –pero no puede- yacer en lechos impropios
con hombre y mujer ajenos.
Para decirlo a lo criollo, un cuento de pajúos,
quienes, por lo visto, se cuentan por decenas de millones en la nación del
Norte.
No me la calo, porque las actividades de
espionaje llevadas a cabo por Emily Morgan –la Rosa amarilla de Texas-, y Margarita Gertrudis Zelle –alias Mata Hari-,
son un mentís rotundo a los simples adulterios de las chamas involucradas en el
affaire de moda.
Morgan sedujo al general Antonio López de
Santa Anna y le mantuvo encamado, hasta que las tropas del general Samuel
Houston rodearon el campamento mexicano, derrotaron a sus enemigos y apresaron
a Santa Anna; desencadenando una serie de hechos que a México le costaría 2/3 de la superficie del
antiguo Imperio Azteca.
Por su parte, Mata Hari, cuyo nombre
significa Ojo del amanecer, manipuló sexualmente a oficiales rusos,
franceses e incluso a un aspirante a la Corona de Alemania. Fue detenida en
París, en febrero de 1917 por las autoridades francesas, y acusada de espiar
para Alemania. El 15 de octubre de 1917 fue puesta frente a un pelotón de
fusilamiento. Antes de morir lanzó un beso a sus verdugos.
La infidelidad, ¿el nuevo opio de los pueblos?
Pero también es posible que el escándalo Petraeus
sirva para velar acontecimientos y sucesos, de cuyo decurso habría que
apartar la atención pública. V. I. Lenin señaló: La religión es el opio de los pueblos. En
el Caso Petraeus, podría cambiarse la
frase a: La infidelidad conyugal es el
opio de los pueblos.
También hay otra opción, la cual mucho me
atrae pues soy fan de la Teoría de la
conspiración, y, como asegura Stephen Hawking, uno de los grandes físicos
el siglo pasado y el único vivo en la actualidad: Toda teoría es válida, hasta que se demuestra lo contrario.
Se me ocurre, si los integrantes del
cuarteto erótico, de penes pre-viágricos y vaginas pre-menopaúsicas, hubiesen
llegado a la conclusión –dada la naturaleza top-secret
del material manejado por los galanes de Otoño- de que el mundo si va a expirar el
21 del mes que viene, ¿no es mejor y más sabroso darle al cuerpo lo que pide?
O, dicho esta vez en castizo: A follar,
que el mundo se va a acabar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario