Los gay tienen más público del que Ud. cree
Ayer reenvié una frase que me causó mucha
gracia, la cual había recibido desde Bogotá: Estoy 100% a favor del matrimonio gay, pero sólo entre políticos. Todo
lo que ayude a que no se reproduzcan... ¡es bueno para el resto de la
Humanidad!
Con ella logré más realimentación pa que la que habitualmente consigo tras un artículo en el cual invierto 3 ó 4
horas de trabajo.
Y este hecho me entristece, pues si a mi
lista limitada de contactos y los que acceden a mi blog no les conmueven los
temas que aquí desarrollo, debe ser porque o bien estoy perdiendo el instinto
del oficio de escribir, o bien al cada vez más escaso número de lectores que,
como animales salvajes en peligro de extinción, siguen practicando su adicción
les atraerían otros contenidos y lenguajes.
Por ejemplo, los pornos…
Según el remitente del pensamiento sobre el
matrimonio gay, en la actualidad el 45 ó 50% del uso de Internet está dedicado
a la visualización de dicho material.
Creo haberlo dicho en mi blog anterior,
pero lo repito aquí porque me parece asombroso.
Fíjese, poca atención le he dedicado a
dicha temática, sobre todo por falta de tiempo y terror a la contaminación
informática –como usted debe saber, las páginas contra la moral, la religión y
las buenas costumbres están pletóricas de virus, gusanos, protozoarios y cuanto
bicho malo se genera en los laboratorios mundiales del hackeo, no sé si de manera espontánea, con el patrocinio de la
Mafia o apoyado por los fabricantes de software y hardware..
Lo que si he visto son algunas películas
XXX, y encuentro –en todas ellas- fallas fundamentales de producción.
Verbigracia, los diálogos…
¡Ah!
y ¡Yeah!-: son las palabras de mayor uso en dichos corto y largometrajes.
Yo, en verdad, no recuerdo haber empleado ninguna de ellas cuando me han tocado
los momentos respectivos. Lo cual no es raro, pues pudiera tratarse de
anglicismos, como el de los perros de las historietas que, en inglés, ladran arf, arf, y, en español, jau, jau.
Se trata de un asunto bien extraño, pues
escribir un buen guión erótico no es cosa del otro mundo.
Best-seller
y blockbuster pornos
El afamado poeta francés Alfredo de Musset
se vio obligado a explotar el género porno cuando ecasi se comió un cable de alta
tensión. Dos noches de placer o La condesa Gamiani no sólo fue el mejor best-seller
de su categoría, sino el que más turbó la imaginación de millones de
adolescentes en el mundo entero.
También la obra fue pionera en ser
pirateada, pues ediciones completas en castellano se pusieron a la venta sin
pagar los derechos de autoría.
Vladimir Nobokov, un serísimo exiliado ruso
–según su propia opinión, aunque yo me reservo la mía-, profesor universitario
en los institutos de educación superior más importantes de EEUU, diz que para
ganar una apuesta, escribió Lolita,
novela donde se narra la relación pedófila entre una teenager y su padrastro.
El relato se llevó al cine, en dos
oportunidades, y su exhibición fue prohibida en los teatros de la Unión
Americana. Finalmente, los gringos suscritos al paquete HBO-MAX pudieron ver el
original y su re-do. Es una moraleja
que, francamente, nunca entendí.
El primer filme porno de larga duración difundido
en los cines estadounidenses fue Garganta Profunda (Deep Throat), protagonizada
por Linda Lovelace estrenada en 1972,
escrita y dirigida por Gerard Damiano.
Una sinopsis de su trama, palabra
más, palabra menos, sería:
Linda no consigue alcanzar el
orgasmo, por lo cual acude a un sexólogo. El especialista diagnostica que, por
una extraña mutación, su clítoris está ubicado en la garganta. A partir de
entonces, logra plena satisfacción practicando el coito oral.
La influencia y el éxito de Deep Throat, en cartelera por
más de una década, se debió a haber coincidido en su lanzamiento con la llamada Revolución sexual en EEUU y el Primer
Mundo, época en la cual muchas chicas decentes decidieron ser promiscuas, y
muchos cónyuges empezaron a exigir desempeños sexuales más creativos y
satisfactorios a sus parejas.
Jartarse de cucarachas
Otro problema que observo con preocupación
es la destrucción –por involución- del idioma escrito.
Notable ejemplo de esa vulgarización
presente en las primeras paginas de Últimas
Noticias, cuyo director cree que vende más ejemplares mientras más
chabacanos sean sus titulares.
Bueno, todo sabemos quién es y dónde milita
el camarada alias Lavrenti Beria, y sus textos no son más que una extrapolación
de los coprófagos discursos del Guasón.
Pero peor es lo de El Propio, un pasquín que se vende a Bs. 2, y que publica headings
como: Se murió por jartarse de
cucarachas.
Terrible también es saber que El Propio pertenece al portafolio
mediático de la C. A. Editora El
Nacional, la misma que patrocina y promueve diplomados y posgrados de
periodismo a granel.
Y que en una reciente encuesta de
aspirantes a ingresar a un instituto universitario, 70% de los entrevistados
señaló a El Propio como el periódico
donde habían visto el anuncio correspondiente,
Me espanta, asimismo, porque a esos chamos
que les gustar leer cómo se muere algún cristiano, jartándose con tan exótico menú, pueden ser mis alumnos mañana. ¿Y
cómo voy a educarlos en la necesidad de expresarse correctamente, si el entorno
que les rodea constituye una permanente y negativa lección?
Cualquiera de los dos Migueles, Capriles u
Otero Silva, se levantarían de sus tumbas, indignados, y pulverizarían a los
responsables de tales desaguisados idiomáticos.
Pero a los Migueles de ahora no les
importa, o lo que más cuenta para ellos es lo que perciben en metálico.
Por mi parte, le pido consejo a usted,
amigo seguidor, a ver si me dejo de escribir pendejadas que, al parecer, poco
interesan, o me dedico a la pornografía y a hacer mis textos según la semántica
de la Corte de los milagros, que es la Venezuela de hoy.
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