Noticias intrascendentes
En mi blog, publicado el lunes, 12 de noviembre de 2012, afirme que las
elecciones regionales pautadas para el 16-D eran, a mi leal saber y entender, irrelevantes.
Que en ellas no se iban a rescatar u
obtener espacios políticos –amenazados en cualquier momento de ser anulados por
las leyes marxistas confeccionadas en La Habana y aprobadas por la Asamblea Nacional-, y lo que allí se negociará es un
reparto burocrático de cargos electivos, con sus respectivo salarios y dietas.
Por lo cual las califiqué de irrelevantes. Y copié los significados
de algunos diccionarios sobre el adjetivo en cuestión.
Además de irrelevantes, las noticias
generadas por el quehacer de los candidatos en campaña me lucen intrascendentes,
entendiéndolas como tales según sus definiciones: ligeras, frívolas, sin importancia; carentes de gravedad o interés.
Más vale un mal jingle que un buen Chernóbil
Fíjese, querido lector o lectora, mientras
el pueblo monaguense sufre aún las secuelas de ese mini Chernóbil que Pdvsa le
regaló envenenándole sus recursos acuíferos, lo que discuten tres meses después
los candidatos de oposición –alias el Gato Briceño, que se salió del PSUV antes
de que lo botara el Guasón, y Soraya Hernández, de la MUD- es quién tiene mayor
preferencia según las encuestadoras.
Ya el Gato salió con una cuña, con jingle y
todo. Bien malo, por cierto. La propaganda política actual parece ser producida
en serie, con fondos musicales de baladas, regatones o salsas de dudoso valor,
compuestos por el mismo autor, e interpretadas por la misma banda de Los tírame algo.
Relanzamiento de la Misión Lástima II
Sobre este panorama deplorable, política y
creativamente hablando, el G2 relanza la Misión Lástima: Ahora sí que está guindando y no es bombillo, no hay calmantes para
los dolores de su metástasis. Se le reprodujo el cáncer en la zona pélvica, repite Globovisión. Se le
descolocó la columna, según un conocido sacerdote ex chavista. No matricula
para el 2013. Diosdado será el próximo presidente. Etcétera, etcétera,
etcétera…
Se trata de informaciones intrascendentes,
no porque la salud del Guasón carezca de gravedad o interés para la opinión
pública, sino porque éste fu el el tema empleado con mayor énfasis y éxito para
opacar los esfuerzos comunicacionales de la MUD durante la campaña
presidencial.
Si los dirigentes de la cúpula no las
tuvieran un pelo de memoria y otro de sindéresis, le pedirían a sus amigos de
los medios independientes que establecieran silenciaran la enfermedad
presidencial, hasta no recibir partes médicos sustanciados, o se dedicarían a
sabotear las notas producidas por el dúo Ramirín-Villeguín, encargados de los Misterios
Trácalas y Complicaciones en La Habana y Caracas, respectivamente.
Como está visto que uno debe ejercer la
docencia al escribir un blog, me permito regarle a usted, amigo lector, un
ejemplo de cómo redactaría una noticia en joda para boicotear a las de la
Misión Lástima II:
La noticia del momento, tal como la veo yo
Título: El Guasón vivirá 150 años gracias a Michael Jackson
Leyenda: En la foto aparece Michael Jackson descansando en su cámara hiperbárica
cuyo costo original fue de 90 mil dólares, la cual fuera adquirida por Rafael
Ramírez de Pdvsa en Beverly Hills, y trasladarla de urgencia a La Habana, con
el objeto de revertir la metástasis que los programas Aló, Presidente y las
campañas electorales le han infringido al Guasón, y extender su vida por los próximos 150 años.
Cuerpo de texto: Ahora esa máquina del tiempo, en la cual Jackson fue
retratado en 1986, fue localizada por el DIM entre el polvo, en un depósito de
San Diego, California.
La cámara hiperbárica Sechrist 2500B le permitía
al cantante respirar oxígeno 100% puro, pues normalmente sólo se respiraba aire
con 21% de pureza.
Además, el cantante fue tratado ahí por las
quemaduras que sufriera en 1984.
Tras probar los efectos del aparato, el
Guasón afirmó: Planeo llevármela a Caracas. Si trato a mi cuerpo adecuadamente,
viviré al menos 150 año.
Bueno, es lo que hubiera hecho cuando trabajaba en El Camaleón o La Pava Macha, para la intrascendencia de las
noticias que generaban los alquimistas políticos de la IV República.
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