De eso no se habla
De eso no se
habla
Largometraje y ópera pera prima de la cineasta Mª. Luisa
Bemberg (1993)
El viernes
pasado, tres de abril, lloré a pesar de mis setenta y dos años. Millones de
venezolanos también lloraron. He razado mucho por usted. Jamás podrá dormir
tranquila, su esposo tampoco. No lo intente con somníferos. Será inútil. Su
conciencia le reprochará el pecado de condenar inocentes […] La iniquidad de un
juez es terriblemente castigada en la Sagrada Escritura. Usted no podrá tener
un sueño tranquilo mientras estén muertos en vida los comisarios y policías…
Carta a la juez
Marjorie Calderón: Luis Alfonso Márquez Molina, Obispo
Auxiliar de Mérida
Si alguien se
atreviera a hacer un estudio sobre la idea de la revolución en Venezuela, se vería
lo que ha costado, lo que ha significado, lo que contiene, lo que expresa, ¡es
lamentable!
Arturo Uslar Pietri
I
Recién finalizada la Semana Santa del 2016, el 29 de
marzo, dos policías tachirenses murieron atropellados por una buseta en San
Cristóbal, hurtada por estudiantes del Instituto
Universitario de Tecnología Agro-Industrial (IUT), quienes, desde tempranas
horas de la mañana, protestaban contra el incremento habido en transporte
pública. Durante dicho suceso, hubo más de 10 funcionarios heridos y cerca de
30 detenidos.
Lo más curioso de esta noticia que rompió el molde, pese a que José Vielma Mora, gobernador castro
comunista del Estado trató de echarle tierra y los medios intentaron difundirla
a bajo perfil, un proceso que se abortó merced a la distribución por las redes
sociales de un vídeo que registró los hechos,
es que tanto las autoridades del IUT como la mayoría de los
representantes y estudiantes del plantel son partidarios declarados del
régimen.
Paras entender lo que pasa ahora, hay que volver atrás,
al pasado reciente.
El 18 de noviembre del 2004 fue asesinado Danilo
Anderson, Fiscal IV de Ambiente, cuando regresaba a casa tras haber impartido
clases en la Academia del Policía Criminológica.
A la four runner que
conducía le colocaron dos cargas de G4, detonadas a través de un teléfono
celular.
Anderson investigaba los pormenores del 11-A del 2002, para
extorsionar a los signatarios del acta de reconocimiento gobierno que
encabezara Pedro Carmona Estanga por 48 horas.
Muchos firmantes querían eliminar sus nombres de la
lista, pues el régimen preparaba una de
sus farsas judiciales para encarcelarlos. Para borrar la evidencia, había que
bajarse de la mula con varios millones, y que el presunto extorsionista era
Anderson.
Días antes de su deceso, el fiscal se autodefinió, en la
revista dominical de El Nacional, como habitúe al Centro Comercial Sambil, y se definió como: Un niño pobre que nunca más volvería a la penuria.
En las investigaciones sobre su deceso se hallaron, entre
sus haberes, más de un millardo de bolívares en efectivo, los cuales desaparecieron
en los bolsillos de los agentes que fueron a su domicilio.
Al día siguiente del atentado, Chávez le impuso a
Anderson la Orden del Libertador en
Primer Grado, máxima condecoración de la República, y calificó el suceso
como: Un acto terrorista.
El martes 23 de noviembre, Antonio López Castillo fue
ajusticiado durante un supuesto enfrentamiento.
La casa del occiso y residencia de sus progenitores fue
allanada sin orden judicial. Aún se comentaba este hecho, cuando se produjo
otro de igual factura: Juan Carlos Sánchez, socio del comisario Rolando
Guevara, ex jefe de Homicidios del Cicpc, fue encontrado torturado y occiso en
el Hotel El Edén de Barquisimeto.
La seguridad del régimen capturó y acusó a los hermanos
Rolando y Ottoniel Guevara y a su primo Juan Bautista Guevara, dueños de la
galería de tiro Magnum, de haber planeado el crimen de Anderson, y reclutado a
quienes fabricaron y manipularon los explosivos.
Isaías Rodríguez, ex Fiscal General de la República,
anunció, con bombos y platillos, la aparición de un Testigo estrella, el falso psiquiatra y profesor de Artes Marciales
del DAS de Colombia, Giovanny Vásquez, quien denunció a Patricia Poleo,
directora de El Nuevo País y a Nelson
Mezherane, uno de los dueños de Globovisión,
como autores intelectuales del
homicidio de Anderson.
Poleo, ante el dilema de verse separada por tiempo
indeterminado de su bebé o entregarse a los tribunales chavistas, optó por
refugiarse en EEUU, país del cual es ciudadana. Mezherane se presentó ante la
justicia ordinaria, donde demostró fehacientemente su inocencia, pues no se
hallaba en los lugares ni momentos ubicados por el testigo estrella durante la
supuesta conjura.
Cuatro años más tarde, Vásquez confesó que todo lo
declarado había sido producto de un burdo montaje, y que le habían pagado por
hacerlo, mas no lo acordado sino una suma mucho menor.
Contó sobre su estada en La Orchila, base aeronaval con
hospedaje para uso de Chávez y sus invitados especiales, donde fue aleccionado
acerca de las declaraciones que debería dar al Ministerio Público. Reveló haber
suscrito cuatro versiones de su denuncia. Finalmente, solicitó la imputación de
Rodríguez como responsable del forjamiento de pruebas, y señaló al fiscal
Gilberto Landaeta como cómplice necesario en los delitos de falsa atestación de
funcionario público y agavillamiento.
Landaeta, exiliado en España, confirmó parcialmente las
declaraciones de Vásquez, quien tomó las de Villadiego con destino desconocido.
Rodríguez, por su parte, fue designado magistrado en el
TSJ, posición que le garantizó una relativa inmunidad, y fue posteriormente promovido
al cargo de Embajador en Madrid. A partir de la última actuación protagónica de
Vásquez, un silencio ominoso oficial cayó sobre el caso Anderson, que pasó a la
categoría de cangrejo policial.
Las persecuciones políticas, convertidas en acusaciones
penales contra Manuel Rosales, el general Raúl Isaías Baduel y Henrique
Capriles Radonzky, el encarcelamiento e inhabilitación de Eduardo Lapi, ex
gobernador del Estado Yaracuy, del general Rafael Usón, ex Ministro de
Finanzas, cuyo único pecado fue comentar públicamente cómo funciona un lanzallamas; éstos y otros actos de tracto
sucesivo, así como centenares de abusos, torturas y homicidios ocurridos
impunemente por más de una década, cubrieron de vergüenza a la Justicia, y
hacen hoy improbable su imparcialidad, aún para quienes posean recursos y
abogados de primera, y mucho menos para el ciudadano de a pie.
Una de las mayores abominaciones del régimen fue el
canallesco proceso contra los comisarios Iván Simonovis, Henry Vivas y Lázaro
Forero, condenados el 3 de abril del 2009 a 30 años de prisión por órdenes de
Miraflores, período que sólo se reservaba para atroces asesinos y violadores en
serie como El Monstruo de Carapita.
Estos policías fueron elegidos como cabezas de turcos por los asesinatos de los manifestantes del 11-A
del 2002, para proteger a Chávez y a los verdaderos ejecutores, a quienes todos
vieron disparando a mansalva en vivo.
Fue un deshonor para El Salvador, que entregó a los
comisarios a sus verdugos, así como para Argentina, Costa Rica y México, que se
comprometieron a defender sus DDHH. Otros condenados fueron los policías Erasmo
Bolívar (30 años), Marcos Hurtado (16 años) y José Arube Salazar (17 años).
La condena no satisfizo a Mohamed Merghi, padre de una de
las víctimas fatales del 11-A, quien se refugió en Canadá tras haber solicitado
una investigación contra Chávez en La Haya, ni a otros deudos cuyos difuntos
hasta la fecha carecieron de indiciados o culpables.
Pero le dio tranquilidad a Chávez en el supuesto, a
quien, de haber vivido, tendría que encararse con un juicio en La Haya como el
que enfrentó Slobodan Milosevic.
Para acentuar aún más esta situación, el régimen recibió
con honores genocida presidente del Sudán Omar Al Bashir, quien masacró a más de
300 mil de sus conciudadanos. Empero: Los
expedientes contra el régimen y sus incluyen por delitos de lesa humanidad acusación
por los crímenes del 11A, la utilización de las llamadas “Lista de Tascón” y “Lista
de Maisanta” como instrumentos de persecución por razones políticas y la más reciente,
los aportes de millones de dólares a las FARC, demostrados en las famosas
computadoras del fallecido jefe narco guerrillero Raúl Reyes [...] La avalancha
de perpetraciones del régimen en lo plano personal, colocan a Maduro y sus
cómplices en el filo de la navaja de la justicia penal internacional. Sabido es
que una de las espoletas que activan órdenes de captura como la librada contra
el mandatario sudanés es la existencia de política de Estado en materia de
violaciones contra los DDHH.
Así como al régimen sólo le interesa la integración
económica regional que pueda controlar a Maduro cada vez le molestan más la OEA
y su Comisión Interamericana de DDHH, pues ha salido malparado en los procesos
incoados contra él por ex jueces de lo Contencioso Administrativo, periodistas
acosados por La Piedrita y otros
demandantes desatendidos en Venezuela. Quisiera salirse de todos estos
organismos, pero no encuentra aún una forma justificable de hacerlo, ahora que
los tiranosaurios habaneros quieren participan activamente en ellos.
En régimen consideró Una
maniobra del Imperio las decisión del Tribunal de Miami que condenó a
Franklin Durán a 48 meses de cárcel como agente
no declarado al servicio de su gobierno. Y éste se declaró prisionero político en EEUU, alegando
que sólo fue a velar por el futuro de su
ex socio y ex amigo Guido Antonini Wilson, capturado en flagrancia en
Buenos Aires al intentar introducir e más de 800 mil dólares, suma s provista
por Pdvsa y destinada la campaña electoral de Christina Kirchner, candidata oficialista
a la presidencia de Argentina. Tanto Antonini como Durán eran dueños de la
empresa de aceites y lubricantes Venoco, comprad a un precio vil, gracias a las
presiones del régimen.
II
A pedazos se cae el país. La gente hace sus necesidades
en la calle, invade propiedades, construyen ranchos a los lados de las autopistas.
Se esgrimen idénticos discursos, los que repiten los desgobernantes.
Las sentencias y amparos se incumplen a criterio de
Miraflores. Nunca en los famosos 40 años el país soportó tal descomposición, a
pesar que ahora permanezcan callados los que tanto hablaban de anomia. El auge
de la inseguridad tiene una relación directa con esa sensación de
descomposición, de inexistencia de la ley, de impunidad de todo tipo,
intelectual, política, moral.
Desde que Chávez asumió el poder, los venezolanos se acostumbraron
a no salir de noche, a vivir entre rejas y puertas blindadas, a mirar para el
otro lado cuando algún azote de barrios es linchado públicamente.
No es que el venezolano haya dejado de ser parrandero o su
epidermis adquirido la textura de la piel del caimán, sino que, aquí,
infortunadamente, El crimen sí paga.
Como lo destaca Luis Jiménez de Asúa: Cuando
el Estado impone una sanción, canaliza así los instintos ancestrales del
hombre: la retribución, la venganza y el sadismo. Y cuando no lo hace cualquier opción resulta
mejor que la impunidad.
En el primer año estreno del Código Orgánico Procesal
Penal, elaborado bajo la tutela de juristas alemanes y estadounidenses,
Venezuela redujo su población criminal de 20 a 10 mil presos. Durante ese
período, los homicidios crecieron en un 300%, sin incluir en la estadística los
asesinatos accidentales y pasionales. Al finales del 2015, Venezuela sumaba 125
mil bajas por esta causa, cifra que supera con creces la habida hasta ahora en
la guerra de Irak.
Juan Barreto, ex Alcalde Caracas, resolvió que los
inmuebles vacíos debían ser tomados por los damnificados. Estas invasiones
ilegales fueron antecedidas y precedidas por la ocupación de fincas, a cuyos
propietarios se les indemniza según un mecanismo espurio denominado por su
creador, Hugo Chávez, como el método CHAZ: Te
pago con bonitos, tú te vas, previo martillo o mordida para los gestores.
La operación se extendió a los terrenos baldíos en Caracas y las principales
ciudades de Provincia, con el visto bueno de gobernadores, alcaldes y ediles
rojos.
A Barreto se le imputa la comisión de peculado. Muchos
creen que se trata de una pantalla para cubrir los juicios amañados contra ex
funcionarios públicos de oposición, especialmente contra Manuel Rosales, electo
Alcalde de Maracaibo en el 2009 y refugiado político en Perú. El caso Rosales
constituye otra arbitrariedad del régimen, pues antes de que el indiciado se
presentara a la audiencia, ya existía una sentencia firmada y un lugar
designado para su reclusión, hechos que revelara el diputado Ismael García, y
que motivaron su decisión de solicitar
el derecho de asilo.
El Miércoles Santo del 2009, a la salida de una reunión
del cogollo del PSUV, Jacqueline Farías, dirigente oficialista y nombrada a
dedo Virreina de Caracas, le exigió al Cardenal Jorge Ulrosa Savino que echara
de la Conferencia Episcopal a los obispos
malos, siguiendo el ejemplo de la purga que su organización había llevado a
cabo.
El PSUV pasó por alto en esta limpieza a dos personajes
notables, Iván Santana, líder del colectivo La
Piedrita –a quién Chávez ordenó apresar, pero que salió del país en un jet
de Pdvsa, con destino a Cuba, en compañía de algunos de los incriminados en la
profanación de la Sinagoga de Los Caobos-
y a John Davis Hernández, su lugarteniente y funcionario de Protección
Civil, que asesinó y descuartizó a más de cinco vecinos, camaradas y
competidores en la explotación de los inmuebles invadidos en Sabana Grande:
Más de medio millar de agentes policiales allanaron
sorpresivamente dos edificios en la parroquia El Recreo y detuvieron a 13
personas, implicadas en varios asesinatos cometidos en los inmuebles ocupados.
Otras 25 fueron retenidas, mientras se investigaba su vinculación con hechos de
sangre. Hasta el director del Cicpc, Wilmer Flores Trosel, que dirigió la
operación, manifestó su horror al saber cómo y porqué los asesinos ejecutaban a
sus víctimas.
La narco guerrilla colombiana atizó el fuego
delincuencial local, no ya en las desprotegidas fronteras del país, sino en fincas
aledañas a Valencia, a 150 kilómetros de Caracas, con el secuestro y la vacuna.
En las provincias aledaños a la hermana nación, el ELN creó una franquicia
local, el Frente Bolivariano de
Liberación Nacional, para dedicarse los asuntos domésticos en su nombre,
mientras intenta negociar con Juan Manuel Santos su reinserción en la sociedad
colombiana.
Mientras acá se detenía, perseguía, encanaba y enjuiciaba
en procesos kafkianos a decenas de ciudadanos y ciudadanas cuyo único pecado
era la disidencia activa, alias El
Boyaco, Tesorero de las Farc, escapó de un calabozo de máxima seguridad de
la mano de sus carceleros. Esa misma fecha, 10 de diciembre del 2009, en una
nave pesquera venezolana, rumbo a Tenerife, la Armada Española incautó 50
toneladas de cocaína y en el Aeropuerto de Barajas, la Guardia Civil aprehendo
a un sujeto con 47 kilogramos de la misma sustancia.
III
Louis Ferdinand Celine fue uno de los intelectuales malditos de la posguerra
en Francia.
Al lado de Vintila Horia y Jeanne Moreau, encabezó la
lista de artistas colaboracionistas del
régimen de ocupación, presidido por el Mariscal Pétain, héroe de la Primera
Guerra Mundial y traidor durante la Segunda.
El viaje al fin
de la noche de Celine puede ser considerado como pionero del
existencialismo, pues apareció mucho antes de que Albert Camus, Jean–Paul
Sartre o Simone de Beauvoir publicaran sus escritos. Narra las incidencias de
un antihéroe que, en cierta forma,
resultan proféticas y autobiográficas sobre el porvenir del autor.
El personaje de Celine advierte que nunca más volverá a
pelear. Fue reclutado a la fuerza, uniformado y soterrado en una trinchera por
casi un año. Aturdido por los gases asfixiantes y en un intento de deserción se
lleva por delante a unos cuantos enemigos, quienes a su vez le hieren. En el
Hospital Militar donde está postrado, alguien percibe que es el herido de mejor
estampa, y recuerda que la propaganda necesita de una imagen como la suya para
levantar la moral de combate.
Le acicalan, le cambian el rancho hospitalario por la
gastronomía francesa y hasta le empatan con una atractiva voluntaria de la Cruz
Roja. Lo que no obsta para que cuestione su participación en la contienda: ¿Por qué tuve que dispararle a los alemanes,
si nada personal tenía contra ellos? Al contrario, perdí mi virginidad con una
dulce fraülein, mi vecina, de quien me separaba una frontera invisible, que
dividía a su granero del corral de mi casa. De mi lado estaba Francia, del suyo
Alemania.
Años después, el gobierno socialista de León Blum logró lo
que no pudieron los enemigos combinados de Francia desde Waterloo: Destruir a las
Fuerzas Armadas, a tal grado que el blitzkrieg
cortó a la orgullosa República en dos pedazos, y en menos de un mes Edwin
Rommel, con sólo 950 tanques, derrotó a los franceses e hizo huir a los
ingleses desde Dunquerque.
El futuro Fieldmarshall empleó como estrategia
La guerra del futuro, escrita por el
entonces desconocido capitán Charles De Gaulle, quien pronosticaba que los
blindados decidirían las batallas del mañana, y aseguraba que la ruta a seguir
por un probable ataque alemán pasaría por Bélgica, muy alejada de la Línea Maginot, donde Francia
había concentrado su mayor poder defensivo.
Celine no tomó partido, mientras Hitler disgregaba su
país en dos mitades, incorporaba una al III Reich y le dejaba la otra a Pétain.
No protestó contra el envío de ciudadanos franceses a los campos de exterminio
nazis, las felonías de la Gestapo o las tropelías de la SS en su propio
terruño. No se incorporó a las Fuerzas de Liberación, ni a los maquis. Actúo
como lo hace hoy un tercio de los pobladores venezolanos: Se lavó las manos.
Empero, si observó y describió el comportamiento de la
seguridad y policía francesas, bajo las órdenes de los invasores, y las definió
como Ejércitos de ocupación nacional. Además
del hampa y varios funcionarios judiciales y de seguridad del Estado, que
actúan como ejércitos de ocupación nacional, Venezuela ha sido invadida por
varios ejércitos extranjeros.
IV
El más antiguo y numeroso de los ejércitos extranjeros
está conformado por las narco guerrillas de las Farc, el ELN y los
paramilitares, organizaciones que controlan el narcotráfico, el secuestro y la
extorsión en el territorio venezolano, per se o a través de novedosas
franquicias locales como el Frente Bolivariano
de Liberación Nacional.
Las alianzas de la guerrilla colombiana y los carteles de
la droga han intensificado a producción, el tráfico y el consumo de
estupefacientes a niveles nunca vistos, así como el robo de automotores, el
atraco a las instituciones financieras, la tortura atroz a los enemigos de la
causa y la vacuna o peaje para evitar los plagios, no sólo en Colombia sino en
sus países vecinos.
Al ser capturado Fernandihnio Biera do Mar, capo de uno
de los carteles más poderosos del mundo, reveló su nexo con las Farc: Les enviaba diez millones de dólares
mensuales por sus servicios-: confesó Fernandihnio a la policía brasileña.
Según el Instituto
de Investigaciones sobre la Paz de Estocolmo –SIRI-, las Farc recibieron
entre 400 y 600 millones de dólares en el 2000 por el narcotráfico; los
paramilitares obtuvieron el 70% de sus ingresos en razón de este comercio
ilegítimo y, en una menor proporción, el ELN también se benefició con la
producción de cocaína, crack, marihuana y heroína.
El mismo informe resaltaba que el conflicto colombiano se
había extendido a las naciones limítrofes, bajo las modalidades de santuarios
rebeldes, flujo de refugiados y tráfico de armas y drogas.
Al principio, el secuestro se cebó en los productores del
campo, justificándose en los prejuicios de la izquierda contra la propiedad
privada de la tierra, aunque los hacendados venezolanos poco tuviesen en común
con los antiguos latifundistas rusos.
Hoy la larga lista de secuestrables no se limita a dicho
sector, pues también figuran en ella numerosas personas con otros oficios y
profesiones, así como sus hijos y parientes más cercanos, como sucedió con el Guillermo
García Velutini, Vicepresidente del Banco Venezolano de Crédito, quien, tras su
liberación, decidió expatriarse y ahora gerencia la sucursal de su empresa en
Gran Cayman.
En manos de la guerrilla colombiana permanecían en julio
de 2000 Richard Boulton, piloto, cuyo rescate fue pagado, como el de García
Velutini, por negociadores internacionales, y cuyo siguiente autoexilio implicó
el cierre definitivo de la aerolínea Avensa; Maritza Serizawa, médico; Enrique
Aguirre, ingeniero; Hildegart Sanoja, ama de casa; y tres jóvenes estudiantes:
Cástulo Ferrer, Hermir García y Adelmo Rangel. Asimismo, para ese mismo año Colombia
ocupó el primer lugar mundial en secuestros, con más de 3 mil víctimas, cerca
del 61% de la sumatoria global.
Hemir García, un joven de 18 años de clase media, quien
acumuló ocho meses de penoso cautiverio, hasta que su familia se empeñó hasta
los dientes para juntar los cobres del infame e infamante rescate: Sé que estuve en Colombia porque atravesamos
el Río Arauca. Por las noches caminaba mucho, a veces me trasladaban en lancha,
con los ojos vendados, y durante el día me ocultaban en las montañas, en
campamentos improvisados. Como venezolano me sentí traicionado, por eso le pido
al gobierno sincerar su política y ser diligente, para lograr un acuerdo de
respeto a favor de las víctimas de este horrendo delito. No, no me iré de
Venezuela. No podemos permitir que el país se nos escape de las manos.
Aunque los jefes guerrilleros niegan cualquier
vinculación con la mayoría de estos hechos y sólo la reconocen cuando
consideran a los plagios como políticamente
correctos, los cabecillas de las bandas de secuestradores son los mismos: a
sus víctimas las encanan en territorio colombiano y la liberación de los
cautivos se logra, casi siempre, por mediación con la guerrilla.
Un plagio conlleva meses y de preparación. Además del más
concienzudo estudio de los hábitos y costumbres del sujeto, para seleccionar el
momento ideal de la captura, los victimarios conocen, con mayor precisión que
el Seniat, las locaciones y montos de sus haberes. Por eso, pocas veces
equivocan al tasar la cuantía del rescate. Al plagiado, o bien se le oculta
durante largos períodos en calabozos soterrados, o bien se le ruletea por
varias conchas, hasta el momento de su liberación.
Planear un secuestro en Venezuela puede costar hasta
medio millón de dólares, pues resulta indispensable reclutar a numerosos
cómplices y perpetradores, desde el financista hasta los carceleros. En cada
acto participan funcionarios activos y retirados de los cuerpos de seguridad,
renegados y desertores de la Fuerza Armada, delincuentes de cuello blanco y de
cuello azul. Los aprehensores se visten como guardias nacionales y emplean
armas de alta potencia, la mayoría de los cuales han sido fabricadas o
comercializadas por la industria nacional de armamentos. Si el blanco opone
resistencia, es liquidado inmisericordemente, como pasó con el abogado tachirense Pablo Andrés
Díaz en 1997, a quien sus captores lo cosieron a tiros cuando pretendía huir.
El secuestro de venezolanos, apoyado en la supuesta
justicia de la causa revolucionaria, ha sido causante, entre otras distorsiones,
que el Lloyds de Londres haya creado
una póliza que cubre los pagos de los plagios y la negociación con los
captores, numerosas propiedades situadas al borde el territorio ocupado por la
guerrilla se rematen por debajo de sus precios y que el blindaje de automotores
se haya convertido en una actividad súper rentable. Reservado hasta hace poco
para los jefes de estado y
transportistas de valores, el blindaje se encuentra hoy disponible para
cualquiera que lo solicite en Venezuela, y pueda pagar por él hasta 30 mil
dólares, cantidad que garantiza máxima protección de la carrocería, los vidrios
y los neumáticos de armas cortas y largas de todos los calibres.
Al vehículo se le desarma y rearma, agregándole resina y
fibra de vidrio a las partes metálicas, y substituyendo algunas piezas como los
vidrios, de los cuales se hacen moldes para que los vaciados ajusten y
disimulen a la perfección. Las llantas radiales se substituyen por cauchos casi
macizos. El peso del automotor se incrementa en unos 80 ó 100 kilogramos, lo
cual no es mucho si se compara con los antiguos sistemas de protección.
La última ocurrencia de Nicolás Maduro, dado que Raúl
Castro está harto de ser anfitrión de los narco guerrilleros colombianos y ya
no le conviene identificarse con ellos tras el romance iniciado con Obama, es
ofrecerle el territorio y la Cancillería de Venezuela a la ELN. Así los foro
paulistas desgobernantes de Ecuador y Venezuela, con estrellas en declive,
tendrán el dudoso honor de recibir a sus miserables huéspedes. De derecho, en
el caso de Venezuela, porque de hecho, esos hijos de putas se mueven a sus
anchas en el país.
Mientras Maduro siga montado en la silla donde
ilegítimamente se encaramó, habrá que seguir calándose, con frustración e
impotencia, la despreciable actividad de la narco guerrilla colombiana, que
acabó con la vida del ganadero venezolano Otto Ramírez, por haberse opuesto a pagar la vacuna o, como le
dicen, eufemísticamente, el impuesto
revolucionario.
El régimen siempre trató muy bien a la vecina insurgencia:
La guerrilla colombiana no es enemiga de
Venezuela (Chávez dixit)-; desestimando el inmenso daño que su ilicitud le
ha hecho a los venezolanos y a la República.
Cada vez que al narcotráfico le falta flujo de caja,
algún venezolano paga el pato. Déficit
que ocurren cuando los narcotraficantes coronan,
esto es, pierden un alijo importante de coca o, como sucede ahora, se hacen los
locos para mantener la pantomima de las negociaciones de paz en La Habana.
El 10 de enero de 2008, Clara Rojas, ex candidata a la
Vicepresidencia de Colombia y Consuelo González, ex diputada, capturadas en
septiembre del 2001 por las FARC, fueron liberadas en un show mediático
cuidadosamente preparado por Joao Santana, el asesor político brasilero que
logró hacer que Andrea Bocelli, Noemí Campbell, Sean Penn, Benicio del Toro y
Danny Glove se fotografiaran, y difundió globalmente estas gráficas.
Además de dos helicópteros, el evento contó con la
presencia de la senadora Piedad Córdoba y el cineasta estadounidense Oliver
Stone, y sirvió a las Farc para recuperar algo de su prestigio, entonces en
caída libre.
El objetivo de Chávez era superar la matriz de opinión
pública creada por el ¿Por qué no te
callas…?, de Juan Carlos I en la Cumbre
Iberoamericana del 2007, y la derrota sufrida en la consulta para enmendar
la Constitución en diciembre del mismo año. ¡Ah… también para ganar tiempo y
preparar su revancha!
El 1º de marzo del 2008 cayeron abatidos el dirigente
narco guerrillero Raúl Reyes y diecisiete de sus cómplices, en una operación
militar organizada por la policía, el ejército y la fuerza aérea colombianos,
cerca de Santa Rosa de Sucumbíos, población ecuatoriana que limita con el
Departamento del Putumayo.
Según el Despacho de la Defensa, la localización fue
posible gracias a un informante. Empero, la prensa publicó que Reyes había sido
ubicado merced al empleo de un teléfono
satelital, y algunos especularon que las coordenadas habían salido de la
conversa entre éste y Chávez.
Ante este suceso, que sólo competía a Colombia y Ecuador,
Chávez reaccionó histéricamente, expulsó al personal de la Embajada de Colombia
en Caracas, y ordenó la movilización de diez regimientos a la frontera, desde
Paraguachón hasta El Amparo, sin que mediara provocación alguna del primer mandatario
colombiano. Llegó incluso a amenazar al país vecino con el uso de los
cazabombarderos Sukhoi-30, que había adquirido recientemente en Rusia.
Para poder desplazara su división, Chávez tuvo que
contratar buses privados en ciudades como Barquisimeto y Valencia, pues los
transportes militares estaban inoperativos, por el hurto y sustitución de
partes esenciales como neumáticos, baterías
y alternadores para ser vendidas por los ladrones verde oliva en el
mercado negro.
Parte del glorioso Ejército que arribó La Fría, a bordo
de vetustos Hércules del la IV República, tuvo que pernoctar en el Terminal de
Pasajeros, un blanco ideal en caso de guerra, pues sólo poseían colchonetas mas
no tiendas de campaña. La comida fue comprada localmente y pagada de contado,
pues los comerciantes ni fiaron ni aceptaron cheques o plástico.
Tras una mediación de Leonel Fernández, Presidente de la
República Dominicana, Chávez se abrazó con el Presidente Álvaro Uribe Vélez en
Santo Domingo, y los embajadores regresaron a Bogotá y Caracas.
Ese mismo año, el sábado 17 de marzo, una marea blanca
tomó el puente fronterizo Simón Bolívar, entre Colombia y Venezuela atraída por
concierto pro paz convocado Juanes, y al que asistieron también Alejandro Sanz,
Miguel Bosé, Juan Luis Guerra, Juan Fernando Velasco, Ricardo Montaner y Carlos
Vives.
Los casi 70 mil colombianos y venezolanos congregados
allí, en su mayoría jóvenes, se acomodaron como pudieron sobre ambas riberas
del río Táchira. Los organizadores advirtieron que no se trataba de un acto político, y le pidieron a Uribe abstenerse
de concurrir, lo cual aceptó. Aunque sin la presencia de la Brigada 30 del Ejército Colombiano, el
concurso de la Policía Nacional y el
apoyo de la Municipalidad de Cúcuta, Paz
sin Fronteras no pudiera haber celebrado su evento.
Pero el acto sí tuvo un cariz político, aunque se dijese
lo contrario. Cúcuta no una metrópoli, pues 25 mil fanáticos desbordan su
estadio en más concurrido encuentro futbolístico. La gente se concentró allí
por motivos distintos, pero también comunes. Desde acá y allá, para enfatizar
su rechazo total a la narco guerrilla y la necesidad de evitar de una guerra
fratricida entre Venezuela y Colombia. A mi entender, allí se clavó a Maduro la
espina que, finalmente se sacó, ordenando el cierre de la frontera en el 2015.
El 2 de abril, consecuencia de la información obtenida de
la laptop de Raúl Reyes, Ingrid Betancourt, la más emblemática secuestrada, fue
rescatada de su extendido y penoso cautiverio, en una impecable e incruenta
operación de la Fuerza Aérea Colombiana, donde también se liberó a 3 militares
estadounidenses y a varios policías y uniformados colombianos.
Los guardianes cayeron en una notable artimaña, pues se
emplearon helicópteros con los emblemas de la Cruz Roja y camarógrafos que
portaban en sus chalecos y equipos logotipos de Telesur, televisora de oficialista venezolana que se transmite digitalmente.
Al poco tiempo, también producto de la famosa laptop,
federales mexicanos y agentes de la DEA capturaron capo mafiosos de los
carteles que actúan entre EEUU y México. Con sus cantatas, la DEA elaboró una
nómina de venezolanos indeseables, que al país le ha valido ser considerado,
por dos años, estar al borde de ser considerado como Estado forajido, pese a los grititos de Maduro y su nomenclatura. Entre
los 70 nombres contabilizados por Raúl Sanz Machado, de sospechosos en EEUU de narcotráfico
y/o lavado de dinero figuran los de los generales Hugo Carvajal (capturado por
la Policía Antillana, y liberado por presiones de la Shell), Miguel Rodríguez
Torres (ex Director de la Disip y ex Ministro de RRII), Vladimir Padrino
(actual Ministro de la Defensa), Justo Noguera Pietri, Arquímedes Herrera, Miguel
Vivas, Henry Rangel Silva, Alfredo Mota, Néstor Reverol y el Contralmirante Ramón
Rodríguez Chacín; así como los de los gobernadores provinciales Tareck El
Aissami y José Vielma Mora y Jorge
García Carneiro.
El régimen sabe que van tras ellos, no los políticos
colaboracionistas que viven y les dejan
vivir, si no los implacables sabuesos gringos, que les preparan un dossier
a lo Manuel Antonio Noriega.
Se agregan al archivo las recientes delaciones de los ex
funcionarios de Pdvsa, de los sobrinos de Maduro y otros orfeonistas que han sido capturados o han saltado la talanquera
recientemente.
V
Casi el 93% de los venezolanos no quiere para nada el Mar de la felicidad cubano, pero, desde
el primer mandato de Rafael Caldera, todos nuestros presidentes han sentido una
atracción fatal por Fidel Castro.
Chávez fue mucho más lejos.
Producto de esa pasión malsana fueron los convenios
extorsivos firmados con Cuba, donde se incluían modelos, prácticas y
funcionarios del régimen antillano, inmiscuidos estos últimos en materias
estratégicas como la agricultura, la alfabetización, la educación, el deporte,
el turismo, la medicina social, la milicia, la organización sindical, las
telecomunicaciones y la seguridad del Estado.
En el caso de los médicos cubanos, la idea es que iban a
ejercer en los lugares donde los venezolanos no querían llegar, lo cual fue
otra de las grandes mentiras de Chávez, pues los recién egresados de las
Facultades de Medicina de Venezuela están obligados a trabajar en los
ambulatorios y hospitales públicos y urbanos y rurales donde sean asignados,
por un período de 2 años. Fue el gobierno de Caldera II el que rechazó el Proyecto Salud, financiado por la banca
multilateral con intereses bajísimos, donde se planificaba sembrar de
ambulatorios al país, remodelar a los hospitales públicos y concienciar a los
pacientes potenciales sobre el uso y abuso de estos servicios e instalaciones.
Por eso, el segundo ejército que ocupa la patria de
Bolívar es el cubano.
Derrotados durante la IV República, regresaron
triunfantes en la V, disfrazados de entrenadores deportivos, maestros, médicos
y técnicos para hacer labor social.
Hoy los cubanos manejan los anillos de Miraflores, espían
a los suscriptores de los servicios telefónicos e Internet, adoctrinan a los
alfabetizadores y maestros, adiestran a los milicianos y otros cuerpos paraestatales.
Si Caldera hubiese aceptado el proyecto, no hubiera habido excusas para los
médicos cubanos, ni para que los vivos se llenaran los bolsillos construyendo
DGI.
Se estima su número en más de 10 mil, cifra importante
pues, con un número similar de combatientes, Mao inició su Larga marcha hacia el comunismo. La presencia cubana en Venezuela a
futuro depende del flujo de los petrodólares y del mínimo de cordura con que
Maduro se desempeñe con EEUU, cuyas
relaciones son hoy vitales para Cuba.
Como la revolución rusa, la cubana se nutrió en sus
raíces de auténticas movilizaciones sociales, ejes en los cuales convergían
grupos variopinta que ansiaban terminar con sus regímenes despóticos, cipayos y
corruptos.
Los autores y actores anónimos de tales revoluciones
anticipaban, en ambos casos, gobiernos modernos, como los de las democracias
occidentales. Aunque lo moderno era
asumido por ellos en el contexto de La economía
de mercado, se esperaba un liderazgo de relevo popular, participativo y
solidario con los pobres de la tierra. Esta ilusión duró poco, tanto en la URSS
como en Cuba, y los primeros desengañados y victimados fueron los idealistas
que posibilitaron sus Saltos dialécticos.
Los tiranosaurios Castro Ruz están apegados al Catecismo leninista y al Pragmatismo político, lo cual se revela
en un desprecio supino al izquierdismo no foro paulista.
En el decenio donde la Operación Cóndor destruyó, sistemática y cruelmente, a la
resistencia izquierdista en el Cono Sur, Cuba no movió un solo dedo ni se gastó
un peso a favor de sus camaradas argentinos, chilenos, brasileños y uruguayos.
Fuera de ofrecer espacios para el encuentro de los
líderes de la narco guerrilla y los negociadores de una solución del conflicto
colombiano, el gobierno cubano tampoco ha tomado postura sobre las partes
involucradas. Tampoco hubo pronunciamientos a favor del subcomandante Marcos en
México ni otros izquierdismos
latinoamericanos.
Dada la necesidad de Cuba de explotar su crudo en el
Golfo de México y la incompetencia de Pdvsa para apoyarla, Raúl Castro le abrió
las puertas a Petrobras, en perjuicio de su fiel aliado Maduro.
También desestimó
el presidente cubano la sugerida anexión entre la república insular y
Venezuela, pues lo que le ocupa ahora no es la afinidad ideológica con el
régimen chavo-madurista sino la transición entre la ineficaz economía heredada
de Fidel, y el modelo industrial desarrollado por él, cuyos basamentos
capitalistas son innegables y distinguen a las únicas empresas productivas de
la nación.
Aunque Fidel siga escribiendo huevonadas en Granma,
políticamente ha muerto.
Según Canek Sánchez Guevara, nieto del Che: Hugo Chávez fue un personaje muy extraño,
una mezcla de caudillo latinoamericano, peronista y guerrillero en tiempos de
paz. Utilizó todas las instituciones de la democracia para aniquilar los
principios fundamentales de la propia democracia. Fue difícil de encasillar,
pero a final de cuentas quedó claro que se trataba de un pobre rico.
La alianza entre Cuba y Venezuela es, para La Habana, económica, y para Caracas, política. Fidel necesitaba el petróleo,
pero Chávez no requería médicos ni entrenadores deportivos cubanos. El
verdadero para Chávez era la legitimidad
política de Fidel. Por eso, con Raúl, la alianza entre Cuba y Venezuela es
insostenible a mediano plazo, pues no tardarán mucho en chocar los intereses
políticos. Por ejemplo, Raúl ha actuado con pragmatismo y asume ahora una posición
conciliadora frente a EEUU, y lo que menos le interesa es un ignorante como
Maduro gritando improperios en contra del Imperio.
Lenin aseguraba: El
capitalismo no recoge sus propias víctimas. El comunismo, tampoco, y muchos
de sus sostenedores hoy al socialismo como el camino más largo entre dos
capitalismos.
VII
El último de los ejércitos de ocupación, más pequeño pero
no menos peligroso, vino de los países levantinos.
Se dedica a capacitar, en la guerra asimétrica, a las
huestes chavistas. Instala y opera armas muy sofisticadas, como los misiles
tierra-aire iraníes, emplazados en la costa Norte-Central del país.
Sus activistas, como buenos camaleones. Se mezclan entre sus
inocentes paisanos de que viven en Venezuela desde tiempo inmemorial, y a
quienes se les conoce genéricamente como turcos,
aunque muy pocos provengan de esa región.
La guerra asimétrica es la doctrina que Chávez le impuso
a la Fuerza Armada- Según Isis: La guerra
asimétrica o de guerrillas es el arma más poderosa de la yihad que tienen los
musulmanes y el mejor sistema para continuar la lucha contra los cruzados y los
sionistas. Con la guerra asimétrica fueron derrotados los estadounidenses en
Vietnam y los soviéticos en Afganistán. Es el método que expulsó al
colonialismo de la mayor parte de las tierras musulmanas ocupadas hasta el
Siglo XX, siendo el más notable el caso de Argel. Fue el recurso que frenó la
inmigración judía a Palestina y provocó la emigración de muchos hebreos a otros
países alejados de la Tierra Santa. Los éxitos de la guerra asimétrica son
numerosos y comprenden episodios como los del 11-S y 11-M, donde el Gran Satán
padeció en su propio corazón el mismo miedo y dolor que ha infringido a decenas
miles de nuestros hermanos en Asia Occidental, y sirvió de advertencia a otros
de sus aliados para que dejaran de apoyar la aventura imperialista en Irak,
como en efecto funcionó con las tropas de Al Andalus. Lo importante de estas lecciones es que, a
futuro, los ejércitos de Alá deberán ser estructurados conforme a esta fórmula
infalible.
Sin embargo,
antes de que los hermanos iberoamericanos estructuren organizaciones semejantes,
identifiquen objetivos y emprendan acciones decisivas, es menester que vuelvan
a las raíces de nuestra cultura, identidad y religión. Ser musulmán no consiste
en pertenecer a una especie de club, sino en una forma integral de vida, y en
la certeza de que nuestra única recompensa está en servir a Alá, conforme a las
enseñanzas del Corán y los ejemplos de Mahoma. A diferencia de otras
religiones, la nuestra es inmutable. Alá es Grande y Mahoma su Profeta. Mahoma
no vaciló en empuñar su alfanje y disponer de sus propios recursos materiales
para liberar la Tierra Santa. Y tampoco tuvo alguna duda a la hora de utilizar
todos los medios a su alcance para lograr estos objetivos.
A los musulmanes de en Iberoamérica les tocan tres
tareas, previas e insoslayables, que deberán llevar a cabo a la mayor brevedad
posible
1.
Promover, difundir y masificar la
enseñanza del árabe. El árabe no debe ser únicamente el lenguaje de algunas
nacionalidades, sino el segundo idioma para que todos los musulmanes puedan
comunicarse entre ellos. Para los hispano o luso hablantes, aprender árabe no
es difícil, ya que muchos vocablos, expresiones y sentimientos provienen de esa
lengua milenaria. Los verdaderos creyentes tienen que aportar dinero, tiempo y
esfuerzos para este noble fin.
2.
Fortalecer de la umma o comunidad musulmana.
En estos tiempos la umma no es un lugar
físico sino virtual. Se apoya en las telecomunicaciones y demás avances
tecnológicos y científicos para fortalecer la fe de los creyentes, recuperar a
los descreídos y convertir a los infieles. Se requiere una labor especial de
recuperación sobre los jóvenes musulmanes, a quienes una falsa percepción
integracionista los ha llevado al consumo de alcohol y narcóticos, a la falsa
ilusión de que, en algunas comunidades, algún día serán aceptados como iguales
por cruzados y sionistas.
3.
Devolverle a los hogares a la
simplicidad y belleza de la vida cotidiana. Al trabajo productivo, la santidad
de las esposas, madres e hijas. No se trata,
simplemente, de manifestaciones exteriores como el velo. La mujer musulmana que
vive fuera de la Tierra Santa, no tiene por qué
portar el velo si esto sólo ha de servir para hacerla objeto de escarnio
público o identificarla como enemiga potencial de la sociedad en la cual
reside. Pero sí, apelando a su inmensa generosidad y capacidad de sacrificio,
debe velar su alma.
4.
Destruir, a nivel internacional, física,
moral y económicamente al mayor número de objetivos enemigos. Acabar con los
líderes musulmanes que execran los principios del Islam, y extender el dominio
a los territorios que, históricamente, formaron parte del vasto imperio.
5. Regresar
a la identidad básica. Aprovechar las contradicciones de los
cruzados y los sionistas a favor y para la gloria de Alá. ¡Que nadie se
equivoque al respecto! Ese es el mensaje, la voluntad y la misión. La tarea es
difícil, pero no imposible. Reunirse de nuevo, bajo las enseñanzas del Corán y
las hadidas, sus complementos
necesarios.
Según un reporte de la Revista Insight, difundida hace ya algún tiempo por Internet, Chávez
recompensó a sus aliados más radicales, ayudando a los terroristas. Irak, Libia
e Irán prosiguen su subversión contra EEUU. Cientos y posiblemente miles de
agentes de inteligencia de las naciones árabes trabajan arduamente a crean
bases afectas a Al-Qaeda e Isis, probablemente en el mismo Caribe.
Asesores árabes apoyaron a los cubanos en la
reorganización de los servicios de seguridad en Venezuela, la asimilar de las industrias
expropiadas a los modelos totalitarios y la represión de las manifestaciones
populares.
Según Julio César Pineda, Chávez coordinó una estrategia
antiamericana con los países terroristas, develando correspondencia entre ambos
difuntos, el presidente venezolano y Muammar Al Qadaffi, donde el objeto para era solidificar los nexos entre los
movimientos de liberación en el Medio
Oriente y América Latina, y utilizar el petróleo como arma económica.
Chávez realizó numerosos viajes al Medio Oriente y firmó
varios tratados de con los gobiernos islamistas, cuyos agentes viajan masivamente
a Venezuela, y se mezclaban con de cerca
del medio millón de árabes que viven en el país.
El Hemisferio
Occidental ha de esperar que las relaciones entre Venezuela y los países
islámicos sean más fuertes-: manifestó Elie Habalian,
especialista en economía petrolera y ex consultor de Pdvsa, quien actúo bajo
las órdenes Alí Rodríguez Araque, ex presidente de la estatal, ex Canciller y ex
Presidente del Banco Binacional Venezolano Iraní, con sede en Teherán.
Ante los alegatos del ex piloto presidencial, mayor Juan
Díaz Castillo, sobre la contribución de un millón de dólares que le dio Chávez
a Al-Qaeda, fuentes policiales en Caracas reportaron a Insight que desde el 2001 había varias células terroristas
islamistas en Caracas, protegidas por los círculos bolivarianos. Los grupos estaban
vinculados a la red financiera de Hezbollah, desde Margarita, bajo las órdenes
de Mohamed Al Din, fervoroso simpatizante del régimen y amigo intimo de Adel el
Zabaya Samara, enlace vital entre el Islam y la izquierda radical
latinoamericana.
Al desatarse la Guerra Civil en España (1936), la
presencia en Iberia de contingentes
extranjeros como la Lutwaffe (Fuerza
Aérea Alemana), el Ejército Italiano y la Brigada
Lincoln, le impuso a esta contienda un carácter extremadamente cruel y
sanguinario. A la Guerra Civil Española se la consideró como el preámbulo de la
II Guerra Mundial, pues sirvió de laboratorio de experimentación para la
estrategias, tácticas y armas de las potencias del Eje y la URSS, y constituyó
el primer capítulo del choque ideológico y global entre la revolución y
contrarrevolución. Los republicanos
buscaban implantar en España la dictadura del proletariado e implantar una
economía marxista autónoma, organizada
desde la base con comités, como
fuera estructurada décadas después en Cuba.
Estas divisiones quedaron claramente definidas al
estallar la guerra. Alemania, Italia, Portugal e Irlanda apoyaron a los
militares sublevados. La República Española recibió la ayuda de la URSS, que
movilizó a las Brigadas Internacionales
y suministró equipo bélico. También obtuvo sostén de México, donde había
triunfado la revolución de Lázaro Cárdenas.
Las democracias occidentales se mantuvieron al margen del
conflicto, pues no querían confrontarse con Alemania o apostaban secretamente a
la victoria del franquismo. Francia fue un caso especial, gobernada como estaba
por la izquierda. Al principio cooperó, tímidamente, suministrándole a la
República ayuda militar estimada en 150 millones de dólares. Después se echó
para atrás, presionada por el Reino Unido.
¿Para qué hablar de un acontecimiento tan remoto en el
espacio y el tiempo en un ensayo sobre
el presente venezolano? Porque, aunque la historia no se repita como un guión
teatral, los roles que asumen los pueblos y sus dirigentes y la interacción de
éstos en sus propios entornos y los que les vinculan por múltiples causas
llevan, inevitablemente, a un mismo destino.
No tiene sentido esperar que los comunistas cubanos y los
terroristas de la yihadistas,
importados, domiciliados, alimentados, enriquecidos y apertrechados por Chávez
y Maduro, se crucen de brazos o tomen las de Villadiego si los venezolanos
optamos por caernos a piñazos. La insurgencia narco guerrillera tampoco lo
hará, pues ya fijó su posición y hace rato que actúa en consecuencia.
Centenares de homicidios semanales por ajustes de cuenta
del hampa común, secuestros exprés, asesinatos de conductores de colectivos y
detención de gigantescos alijos de drogas son hechos tan comunes que ya no
causan asombro. De forma macabra, recuerdan la insensibilidad generalizada
entre la audiencia global por la cosecha diaria de cadáveres y plagios en el
Oriente Medio.
Dan pena el Derecho Penal y los ejércitos de ocupación nacional.
A mi, particularmente, me duele desnudar estas verdades. Hubiera querido, como
me recomendó mi primo Matoño, hacer una novela con ellas. Pero, aunque
conocidas, nadie las evidencia. De eso no se habla. Y alguien tiene que hacerlo…