Ni jugando al revés
Según el Refranero de Bolívar, escrito por Julio
Febres Cordero, Tener el santo de
espaldas implica contar con la suerte
a favor o en contra.
Muchas veces se
le pide en específico a algún miembro de la Corte Celestial para concretar un
deseo, y hay prácticamente un santo para coronar cada anhelo. Luego, si todo
resulta mal o bien, la bendición o maldición es atribuible al o la invocad@.
Como quienes
juegan cubiletes al revés, los creyentes en esta superchería –la cual se
mantiene vigente adrede para que los feligreses cohonesten los milagros oficiales-, a veces tuercen
ellos mismos sus íconos favoritos para trocar el destino solicitado –jugar al
revés-.
...O te arranco la cabeza
Resultaría harto
difícil y poco rentable para las grandes trasnacionales religiosas explicar y convencer
a las almas cándidas que representan su mayor contingente de prosélitos que el
camino de crecimiento espiritual no está fuera sino dentro de cada ser humano,
que esa perversa trinidad externa Dios-Satanás-Yo
también es producto de la invectiva de los falsos maestros y que la moldura de
las llaves del Reino del Cielo, como lo afirman el Viejo y el Nuevo Testamento,
vienen impresas en el cerebro cada vez que un bebé nace.
Intentar
disuadir al que piensa lo contrario sería como subir un corozo de nalgas, y
ciertamente ni me preocuparía en hacerlo, pues, si alguien está contento con lo
que es y en lo que cree, ¿para qué molestarlo?
Bien decía Said
Baba que el bello durmiente –refiriéndose a quien se
rehúsa a abrir los ojos y evolucionar- tendrá que vivir varias vidas hasta descubrir
su misión. Y más crudamente lo aseguraba Peter Ouspensky, al sostener que
cometería una gran injusticia obligándole
a cambiar sus creencias contra su voluntad. Como lo practicaban y practican aún
los fundamentalistas, a punta de cimitarra: Di
Alá es grande y Mahoma su Profeta, tres veces o te arranco la cabeza.
No
pega una ni por equivocación
Mas volviendo al
santo de espaldas, es obvio que el
Guasón lo tiene bien torcido, pues no pega una ni por equivocación.
La Naturaleza arrasa
con todas las vías y puentes, transformando a Venezuela en un archipiélago
–como destaca un reciente editorial de El
Nacional-, al punto que Armando Durán se pregunta si no estamos frente a un
propósito destructivo fríamente calculado; o, como lo he planteado desde mi
blog, una ménage a trois del marxismo foro paulista, el relato bíblico del
Ave Fénix y la Teoría del Caos.
Cuando no es
natura son los pranes –sus compañeritos que manejan las penitenciarías de Venezuela
y, desde allí, al crimen organizado-; los narco militares cuyos alijos se
descubren en aeronaves y motonaves al arribar a sus puertos de arribo; los
damnificados que reclaman casas; los obreros chavistas que ahora protestan
enérgica y cotidianamente y le obligan a cortar una cadena de radio y TV, como
sucedió ayer mismo en Guayana.
Yo me imagino
que los grandes negociantes del régimen y sus petrochulos estarán más
chorreados que palo de gallinero, decapitando chivos y otros menesteres de esa
santería pavosa e importada de Cuba que hoy nos aqueja. Esperando, no que
Chávez gane las próximas, sino que no se les desmorone, como el puente de
Cúpira antes del 7-O, para poder seguir con el montaje del fraude . Porque
rezar, eso si que no lo hacen, ya que el santo lo tienen definitivamente volteado.
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