Río Manzanares/déjame pasar/ que mi madre enferma/ me mandó a llamar
José Antonio López
Vino con el agua, se va con el agua
Adriana Azzi, astróloga
venezolana
El deslave de Vargas
El desgobierno del Guasón se inició, como
muchos recuerdan, con el llamado Deslave de Vargas, una cadena de derrumbes
e inundaciones ocurridas en el Litoral Central, en diciembre de 1999, las cuales
se focalizaron especialmente en el estado
Vargas. A dicha tragedia se la considera el peor
desastre natural sucedido en Venezuela durante el siglo pasado.
Aunque con lo de Vargas se inició la
política de Estado de negar la realidad cuando ésta afecte a la imagen del
Guasón, la de su proyecto o las de los petrochulos que le apoyan, todavía no hay cifras exactas de las víctimas fatales se estima oscilan entre 10 y 50
mil, según la fuente.
Sea como fuere, Guinness lo destaca como el
récord del mayor número de muertos en un alud de barro.
Cientos de miles de otros ciudadanos
perdieron sus hogares y poblaciones enteras
fueron devastadas, no sólo en Vargas, sino, igualmente, en Miranda y Falcón.
En esos tres días malditos desaparecieron,
asimismo, universidades,
hoteles, clubes y la vialidad que comunicaba la costa norte del país desde
Puerto Cruz hasta Higuerote.
Puerto Príncipe y La Guaira
Dada la apatía y desidia oficiales hacia la
suerte de los varguenses por parte del régimen rojo rojito –y en general,
hacia todos los venezolanos-, gran parte de la infraestructura destruida
hace 12 años en Venezuela luce por fuera idéntica a las ruinas del terremoto de
Haití en el 2010, y numerosos dignificados
–así se llamó en aquella instancia a los damnificados- moran aún en
abyectos refugios, sometidos a ultrajes y perversiones cotidianos.
Las malas noticias son que las aguas han
vuelto a hacer de las suyas, y esta vez le toca parejo a todo el país. En este caso se trata de Isaac, que no es un agente sionista sino un huracán, el primero de los asiduos caribeños del 2012.
Río Manzanares, déjame pasar…
Ayer se salieron de sus cauces los ríos
Manzanares (Sucre), Unare (Anzoátegui) y Limón (Lara), inundando las
poblaciones de Cumanacoa y Clarines, y cortando la carretera nacional que une a
Yaracuy y Lara.
El Guasón, que ayer andaba caravaneando a pocos minutos de las 1.200 casas inundadas y
4 personas arrastradas por el Manzanares, se mantuvo en sus trece y nada comentó sobre el asunto; según la estrategia
y el guión aprehendidos de negar la verdad o soslayarla cuando le conviene.
En lugar de referirse a las bajas de esta
catástrofe natural y a los 26 nuevos ajusticiados en las penitenciarías porque
a uno de los pranes se le escapó un tiro, amenazó a la oposición con una guerra
civil, en caso de que gane las elecciones del 7-O o denuncie un fraude que
resulta ya como la crónica de una muerte
anunciada.
Aseguró, en dos palabras, que aplicará el Plan CH, el que nunca le sale bien porque tendría que poseer un par de
atributos de los cuales, aparentemente, carece.
Y, además, porque esta guerra no es contra
Capriles ni sus partidarios, como la denomina él mismo, pretendiendo
descalificarla, de burguesía o derecha; un movimiento de indignación que ya cuenta con más del 60% de los
electores potenciales, lo cual implica que se salvó ideológicamente el futuro
del país; sino contra la Naturaleza o Dios.
Los T-72 y los misiles iraníes apuntan al
Cielo
¿De qué le sirve en este caso esa costosa
chatarra militar comprada a los rusos? ¿A quién va a dirigirle los misiles
iraníes, a la Santísima Trinidad?
El Colegio de Ingenieros declaró que entre
un 70 y un 80% de los puentes están en peligro de caerse, por falta de
mantenimiento.
Los que causarían mayor daño serían los del
Lago de Maracaibo y el Río Orinoco –cuyas guayas no han sido cambiadas desde
hace 50 años-, La Cabrera –cuyos pilotes de concreto están siendo carcomidas
por el cambio de pH del Lago de
Valencia- y el Río Unare –que vuelve a enfrentar la crecida-.
Que no venga a decir mañana, si se produce
alguna tragedia de las previstas, que la
oposición se alegra, como lo hizo tras el desplome del Viaducto Nº 1 de la
Autopista Caracas-La Guaira, ahora Intervecinal,
gracias a Ciudad Caribia y sus paredes de dry
wall.
Bueno, ya usted sabe, amigo, quien es el
adversario a vencer. Y con cual recurso adicional se cuenta ahora: Vino con el agua, se va con el agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario