El fin de semana tuvimos el placer de asistir a dos actos profundamente democráticos.
El primero de ellos fue en la CTV, donde se decidió caminar por la ruta tradicional –hacia el centro de Caracas- empleada por los obreros en sus manifestaciones desde el 1º de mayo desde 1959. Y llegar hasta donde el régimen y sus matones asalariados los dejen.
Una decisión corajuda, mas no suicida, porque las calles del casco histórico no deben ser abandonadas a las huestes del comunismo, que nos han venido acostumbrando a vivir como si estuviéramos en Berlín antes de la caída del muro.
El segundo evento fueron las primarias para elegir a los candidatos de oposición no consensuados por la MUD. La asistencia masiva a las mesas constituyó una respuesta clara y contundente que hoy deben estar evaluando el Guasón y sus asesores castristas, pues el último grito tecnológico desarrollado en Cuba el domingo fue enviar las actas comiciales desde Cienfuegos a La Habana con palomas mensajeras.
No se ría, que lo de las colombinas es muy cierto y constituye una afrenta contra Guillermo Fariñas –el huelguista de hambre que conquistó el corazón del mundo civilizado-, los 26 presos políticos al borde de la perención en los gulag del marxismo leninismo caribeño y las damas vestidas de blanco que padecen casi semanalmente a los maltratos de la guardia pretoriana de los hermanitos Castro. Fariñas, los condenados a la muerte por mengua y las mujeres cubanas demuestran tener más cojones que muchos de los que dicen ser machos, allá y acá.
Pero regresemos al encuentro cetevista, para narrar una anécdota que allí oímos, sin mencionar, por supuesto, a su autor. Es una persona mayor, diríamos un clásico, ya que estas vainas de tercera generación o juventud prolongada únicamente revelan la mala conciencia de un mundo estúpido focalizado en las arrugas y la Viagra y no en la sabiduría o el conocimiento que pudiera absorber de los viejos.
Refirió el clásico cómo, diez años atrás, él era –por su ingenio, gracia y buen humor- el alma de la fiestas. Todos le invitaban y escuchaban, pues estaban seguros no sólo de que iban a aprender, sino también a divertirse haciéndolo. Pero la risa se la borró del rostro la carcajada de hiena del Guasón, y aunque sigue siendo una enciclopedia ambulante, se ha transformado en una fuente deel saber muy sombría.
Recomendó ir a votar, pese a la arrogancia, mala praxis política y falta de solidaridad de algunos dirigentes los partidos grandes de la MUD –que ahora nada quieren con la dirigencia obrera- y a todas las trampas electorales sembradas por los poderes reunidos bajo un mando único, pero sin perder de vista al objetivo.
Define el objetivo no como protestar contra el costo de la vida, el cierre de los puestos de trabajo, el desborde del hampa organizada, los cortes de agua y luz, ya que estos sufrimientos son sólo los síntomas de una enfermedad mortal.
Recuerda a Andrés Galarraga, quien al saberse afectado de cáncer, dejó de lado todo lo que hasta ese momento consideraba importante en su existencia, y se concentró en su curación. En el entendido que, de recuperarse, ya tendría tiempo para volver a ponerse en forma. Una decisión que también tomó hace poco la tenista Martina Navratilova, recién operada exitosamente de un seno.
Pues bien, el objetivo de todos los opositores a este régimen tiene que ser salir del Guasón. Lo demás es intentar seguir curando ela patología que está matando a la República con pañitos calientes que tan poco o nulo efecto han tenido. Las estrategias son varias: radioterapia, quimioterapia, vacunoterapia, vitamina B-22, sábila y lo que funcione. Votar, por ejemplo, es una de ellas, mas no puede ser la única, porque el Guasón domina el terreno, y no parece dispuesto a cederlo por las buenas.
El relato del clásico es para nosotros ejemplar. Votar, sí, pero sin perder de vista al objetivo. Después de lograrlo, ya habrá tiempo para recuperar y poner de nuevo en forma a la República.
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