lunes, 28 de diciembre de 2015

Todo es marketing


Si usted analiza los últimos resultados electorales habidos en Argentina, España y Venezuela, convendrá conmigo en que todo es marketing, aunque en muchos casos las estrategias y tácticas varíen, y aún sean contradictorias entre ellas.
¿Qué pasó en Argentina?
Omar Pini, actor, guionista y director de cine cree que, a diferencia del vino, que con el tiempo mejora; el poder, con el tiempo, se avinagra. Se empicha…
Desde que el dúo Kitchner tomó el poder hasta que Christina se convirtió en calabaza, el discurso político varió.
Al principio, era para todo el mundo. Especialmente para captar los votos de los opositores, para encenderles la luz del entendimiento. Tras la muerte de Néstor y, sobre todo, durante el último período de Christina, la narrativa varió. Se hizo monocorde y monótona, enfocado sobre sus seguidores.
¿Y que pasó con el resto de la gente? Para la Presidenta, dejaron de ser Pueblo, pues el Pueblo a mí me respalda.
Y allí vino la derrota, de manos de un niño rico, Mauricio Macri, léaase bien, tan oligarca como nuestro Lorenzo Mendoza, quien le quitó a Christina sus adorados descamisados en los campos de fútbol y al frente del Boca Juniors.
Y es que el deporte también es marketing.
¿Qué pasó en España?
En una cena extraordinaria que degusté en la sala de los Tapices de La Giralda, el palacio donde los Reyes Católicos planificaron su ataque final contra La Alhambra, logrado la rendición de Boabdil y el final del dominio musulmán sobre Iberia, comparti la mesa con destacados empresarios andaluces, asistentes como yo a un congreso de tecnología cebebrado en Marzo del presente y falleciente año.
A ellos le manifesté mi preocupación por el crecimiento del chavismo en España, cuyo brazo político es Podemos, pues sus dirigentes son cachorros de chacales, criados con los dineros de Irán y Venezuela y portadores del ese bacilo de la destrucción denominado castro-comunismo.
Les dije que, probablemente, Podemos ---como sucede con las FARC y, según la DEA, altos funcionarios del gobierno madurista--- recibía fondos del narcotráfico. Que una porción de lo que se cogió la banda de los 40 ladrones liderada por Jordi Pujol, también debía formar parte del botijo socialista del socialismo del Siglo XXI, en su versión hispana, pues el la veta separatista de los catalanes rojos era una excelente cortina de humo para tapar las descomunales fortunas lavadas en Andorra y otros paraísos fiscales.
Mis compañeros comensales me miraron con caras de conmiseración, como pensado: ¿Y este sudaka cree realmente lo que dice?
Hace pocos días, cuando escuche a Pablo Iglesias Turrión dirigiéndose al Pueblo desde el Teatro Goya de Madrid, como si fuera el próximo Presidente de España, confirmé mis peores temores sobre la amada Madre Patria. Porque a Espsña, sin duda alguna, le cayeron los bichitos.
Iglesias expresó, palabra más palabra menos: Voy a reformar la Ley Electoral. Voy a reformar la Ley Laboral. ¿Cómo es la vaina de que voy a…? Y, como sañade mi tocayo Luis, si cambiabas a Antena 3, el presentador no era ancla, si no propagandista. En fin, todo es marketing.
¿Qué pasó en Venezuela?
Oscar Schemel, vocero de las encuestad amañadas del chavo-madurismo ha tenido el descaro de afirmar en Globovisión que el fue quien dijo lo que iba a suceder el 6D, y que le pedía a la MUD fuera a dialogar con Maduro para que no pasara algo peor.
Aparte de mentiroso, Oscarcito, te respondo parafraseando las estrofas de una gaita: Venezuela abandonada y sin un real. ¿Qué más nos puede pasar, que ya no haya pasado?
A Lorenzo Mendoza le ovacionaron al unísono los 20 mil espectadores que concurrieron al Olímpico de la  Ciudad Universitaria, una semana antes de las elecciones del 6D, por el patrocinio de Polar al béisbol venezolano. Fue otro niño rico se metió en el bolsillo al Pueblo de Chávez, pues a los electores les importan un carajo las promesas: Amores son obras y no buenas razones.
No con el ahínco ni la grosera hegemonía de los medios venezolanos, en manos o del gobierno o de mediocres empresarios que sólo buscan mendrugos de la publicidad estatal para mantener sus fachadas, Christina, la patagona buscó el formato Cadena nacional para comunicarse con un televidente que ya no la quería ver ni en pintura.

La Cadena nacional no sirve para nada sin un buen vocero. Maduro es un infame vocero de los tiranosaurios cubanos. Nadie le ríe sus chistes. Ni le cree sus datos. Ni le perdona que no haya alimentos, medicinas; los 150 mil muertos en homicidios violentos; la devaluación del bolívar fuerte. Maduro no es marketing.

lunes, 14 de diciembre de 2015

La noche quedó atrás


“Dime qué dice…”
Durante una etapa de peladera familiar, Mamá, cuyo seudónimo como escritora y periodista era Juana de Ávila y quien siempre fue una lectora contumaz, comenzó a familiarizarse con las traducciones al español ---prefería a las originales en francés e inglés--- y con el boom de la literatura latinoamericana; gracias a una prima que compraba libros a granel, y se los daba para que los leyera antes, a ver valían la pena para el interés de la pariente con recursos.
Mamá leía, y contestaba, en cada caso, a la pregunta: Dime qué dice… Este ejercicio le valió para desarrollar a futuro una de sus columnas más famosas de la Cadena Capriles ---la de Miguel Ángel padre, no la de ahora---, Solapa de libros,. Y ya entonces no tuvo que depender del aporte familiar, porque autores y editoriales colmaban la biblioteca hogareña en busca de publicity para sus obras.
El Dime qué dice… se ha transformado hoy en común denominador de quienes deberían estar informados, pero les da harta ladilla esforzarse en hacerlo. Te piden a cambio un Resumen ejecutivo. Claro, ellos son los ejecutivos, y tu el pendejo Ratón de biblioteca; o nerd, como se le llama ahora.
Sintetizar no es difícil para quien maneja el idioma; para el que no, resulta imposible.  En la década de los sesenta del siglo pasado, Estela Raval escribió Don Quijote, canción que hicieron famosa Los 5 latinos, y que convierte en un cubito Maggi los dos tomos de la obra de Don Miguel de Cervantes
En más de 40 años como publicista, escribí por  lo menos de 10 mil comerciales de televisión, así como una cantidad inconmensurable de textos para otras piezas publicitarias: afiches, avisos de prensa y revistas, folletos, habladores, informativos, panorámicos, spots de radio, volantes y varias categorías.
La redacción publicitaria se basa en el género literario denominado copy ---de ahí el nombre copywriter que se aplica a los redactores---. Como lo explicaba mi amigo, colega y compañero de faena Graterolacho, contiene los tres momentos de la narrativa: nudo, trama y desenlace. Además, añadía Graterolacho, el desenlace siempre es un pié forzado: El producto como héroe; o el consumidor como héroe, gracias al producto. Y todo esto sucede en 20 segundos, 7 palabras y, a veces, menos. Fíjese en el eslogan que escribí  hace años para el extinto Banco de Comercio, y aún sigue siendo plagiado, ente otros, por la República Dominicana: El banco de Comercio lo tiene todo.
Empero, a estas alturas de mi vida, me rehúso a sintetizar lo que escribo. El que quiera enterarse, que lo lea todo. Y si no quiere, que no lo lea. Cada día es mayor el número de ignorantes en el mundo, y cuentan con líderes de éxitos y fracasos, como Trump y Maduro, respectivamente. Pero no saben por qué.
El espía garrochista
La verdadera historia de los espías dista mucho de los visos de romanticismo, heroicidad e idealismo con que las tiñen los largometrajes del Agente 007 o las novelas de John Le Carré.
El caso, por ejemplo, de Richard Julius Hermann Krebs (1905-1951, alias Jan Valtin, resulta emblemático al respecto. Fue un triple garrochista: comunista alemán, al servicio de la URSS, quien ejerció el espionaje entre ambas guerras mundiales.
En 1931 se topó con la realidad soviética, tras un breve recorrido por Murmansk y Leningrado. En vez de un Paraíso del proletariado, lo que  halló fue depauperación, insensibilidad hacia el sufrimiento humano y una exasperante incompetencia. Empero, poseído por el fanatismo ideológico, prosiguió en su devoción al Kremlin.
Krebs operó como doble agente, infiltrado en la Gestapo, hasta 1938, año en el cual huyó a EEUU.). Desde 1937 trabajó como agente doble infiltrado en la Gestapo hasta que al año siguiente huyó a los EE. UU. y renegó de la Komintern.
En 1941 publicó, bajo su seudónimo, su relato autobiográfico, La noche quedó atrás, el cual rápidamente se convirtió en best-seller. Allí narra su existencia como militante comunista, desde su afiliación al partido, en los años veinte, y destaca especialmente su rol en actividades destinadas a socavar las bases precarias de la democracia alemana.
Tras la consolidación del asalto al poder por Hitler, con prácticamente un posgrado en agit-prop,  Krebs fue detenido y torturado por la Gestapo. Empero, pudo convencer a las autoridades de su conversión al nazismo y fue puesto en libertad.
Krebs pasó a la clandestinidad. Tiempos sórdidos, sólo endulzados por la relación con Firelei, a quien nunca el espía identificó con su nombre propio.
Pese a haberse convertido en estrella del contraespionaje ruso, su fe en la causa comunista se resquebrajó ante la negativa de sus superiores a ayudarlo a sacar de Alemania a Firelei y el hijo de ambos.
Krebs comenzó a dudar tanto de Stalin como sus jefes inmediatos, y a cuestionar la bondad de una ideología que le exigía un sacrificio incondicional. Krebs dejó ser el idealista que asaltaba precintos policiales y combatía en las barricadas, y no quiso seguir matando por órdenes de Moscú. Resuelto a romper con todo, realizó su tercer y definitivo salto de garrocha, esta vez  a EEUU, En venganza, sus ex camaradas liquidaron a Firelei.
Krebs escribió su autobiografía tras refugiarse en EEUU. Revela en ella  el trasfondo psicológico del terrorismo, la exaltación del Caín que todos llevamos dentro, la transformación del ser humano en un asesino sin conciencia, donde nada está prohibido siempre que el  protagonista esté políticamente claro.
Además, como el comunismo no era entonces ni es ahora ninguna postura a favor de los desposeídos, sino una manera violenta de acceder al poder por parte de una minoría incapaz de hacerlo legítimamente.
Un libro así podría haberlo escrito Ilich Ramírez, alias Carlos El Chacal, si en el alma de este condenado a perpetua por la justicia francesa cupiese un átomo de arrepentimiento. Sin embargo, en la celda de la cual no volverá  salir, debe consolarse con las palabras del occiso Hugo Chávez Frías: Es un tipo del pueblo y el pueblo se identifica con él. ¿Y cómo se identifica el pueblo venezolano con El Chacal? ¿Acaso matando policías? Hay que recordar que Chávez amaba a esta clase de psicópatas, quizás porque nunca tuvo el valor de emularlos. ¿Se acuerda del señor João de Gouveia, quien el 19 de diciembre del 2002 asesinó e hirió a decenas de manifestantes pacíficos en la Plaza Altamira, y para quien el presidente pidió y obtuvo un trato carcelario preferencial.
Otras versiones que seguramente coincidirían con los planteamientos de Jean Valtin serían las de los pilotos que estrellaron los jets comerciales el 11S en New York y Washington. O la del verdugo británico de Isis, recientemente fallecido en el Levante tras un bombardeo aliado. Sin embargo, los musulmanes citados deben estar al momento persiguiendo huríes en el paraíso islamista, recompensa prometida a quienes mueren asesinando masivamente a inocentes en cualquier rincón del mundo y en nombre de la yihad. No sé a quienes perseguirán las chicas veladas, que ahora también son terroristas.

Por lo cual el testimonio de Kleber resulta absolutamente actual, en Venezuela y el resto del planeta, pues, al menos aquí, el 6 de diciembre La noche quedó atrás.