martes, 28 de diciembre de 2010

Mientras más se revuelve, más hiede

La muerte de CAP
No vamos a caer en la tentación de glorificar la figura del difunto, como es característico de la idiosincrasia venezolana. Como lo hace Jaime Escomotú, quien durante la defenestración de Carlos Andrés Pérez no levantó un dedo en su favor, pero ahora se rasga las vestiduras im memoriam como las plañideras.
CAP cometió numerosos errores y, junto a Rafael Caldera, fue solidariamente responsable de que triunfase el asalto al poder perpetrado por el Guasón y sus sicofantes del hamponato. Por omisión, comisión, negligencia, imprudencia, impericia… por lo que fuera, que no es el tema a analizar.
CAP fue la otra cara de la moneda donde se acuña hoy la efigie del Guasón. Inició la hiperkinesia presidencial, el protagonismo tercermundista y la solicitud innecesaria de créditos internacionales. Fue durante la Gran Venezuela que comenzó a perderse la República, pues nadie puede disponer de lo que posee –carro, casa, enciclopedia- hasta la cancelación de la última cuota.
Pero hay diferencias notables entre ambos líderes carismáticos.
CAP siempre fue demócrata. Le entregó elgobierno a Caldera, quien venció a Gonzalo Barrios por menos de 20 mil votos. ¿Se imaginan que algo similar ocurrise con el Guasón?
CAP fue valiente, iba de frente y daba la cara. Nunca se cebó contra sus enemigos derrotados, ni aún en los peores momentos de la lucha antiguerrillera. Optó por la recomendación castiza: Al enemigo, puente de plata. No persiguió a nadie por su ideología, origen, pertenencia a un grupo socioeconómico determinado o ideas, aunque las manifestara en su contra, de la manera más injusta, inapropiada o impertinente. A los comunistas conversos –que saltaron la talanquera por sus propias razones y no por proselitismo- los recibió con los brazos abiertos, y les confió cargos de relevancia durante sus dos mandatos.
Aunque CAP no fuera santo de nuestra devoción, tuvimos la oportunidad de hablar dos veces con él, a fondo, y de tocar algunos temas trascendentales del país. La primera fue en San Juan de Puerto Rico, en 1967, en la tasca El Cid, ubicada en el apartotel Edgewater House, donde residíamos entonces. La segunda, culminada su primera presidencia, en una fiesta de Venevisión, donde muchos invitados le trataban como si fuera portador de la peste bubónica o el sida. Porque es esa la otra especificidad filogenética venezolana: Hacer leña del árbol caído.
La conspiración coprófaga
Desde el punto de vista político y, enfocado más aún, desde la óptica de Acción Democrática, la muerte de CAP, uno de sus líderes fundadores y dos veces Presidente de Venezuela, en estos infaustos tiempos del país, ha debido ser motivo para la movilización opositora. Sin embargo, como observa mi tocayo coriano, el único gobernador que le echó pichón fue César Pérez Vivas, quien, sin ser adeco pero si su paisano, decretó duelo oficial por tres días en el Táchira. Los demás, especialmente los del Nueva Esparta y Zulia –que sí son socialdemócratas- no han dicho ni pío.
¿Y a qué atribuir el silencio en este momento clave?
Los que no cantamos en el coro la oposición tolerada, sabíamos lo que se nos venía encima, más temprano que tarde. Porque el Guasón lo había anunciado con suficiente anticipación.
El Guasón estaba cagado, desde el 2007, y se cagó aún más el 26-S. Los MUD-OS estaban y están cagados de siempre. La simbiosis de las excretas de ambos se convirtieron en matriz de opinión, logrando que el resto de los venezolanos se cagaran de guapos. Puede suene a coprofagia, pero resulta asertividad pura.
La estructura castrocomunista aprobada por la focas no sólo deviene de la voluntad de los Castro Bros yel pánico del Guasón, sino de la conchupancia de los Zapatero, Insulza, Santos y otros personajes que pretenden ser demócratas y defensores de los derechos humanos. De todos los humanos, salvo los de los venezolanos, que pestán en peores condiciones de los ET de Spielberg o los alienígenas de Roswell. La única y honrosa excepción es Sebastián Piñera. ¡Viva Chile, mierda...!
Bueno, no seguimos pues nada ganamos revolviendo más las deposiciones. Como asegura un viejo refrán catalán: Mientras más se revuelve, más hiede.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Del buen revolucionario al salvaje completo

El 29 de agosto del 2009, publicamos una reflexiones que hoy vuelven a estar vigentes. Vamos a recordarlas.
Siempre leemos a Collete Capriles, columnista de El Nacional de Caracas. Sus artículos están muy bien escritos –mucho mejor que los de algunos opinantes de oficio-, denotan la posesión de un vasto acervo cultural, y confirman ulo que una vez nos dijo Rafael Poleo: No hay Capriles brutos, ¡todos son brillantes!
El problema de Colette es que compró la hipótesis de que no hay sino un camino para resolver la tragedia que hoy vive Venezuela, y éste pasa por la derrota electoral del Guasón.
Confunde Collette nociones bien distintas: estrategia y táctica. Para entendernos todos, pongamos un ejemplo:
Si el objetivo estratégico fuera, en algún caso, tomar la Avenida Cota Mil, la táctica nos diría cómo emplear los recursos en el teatro operativo: cuánta infantería, logística, transporte y apoyo de artillería requerimos para lograrlo, y de qué tiempo disponemos para coronar la misión.
El buen salvaje
En el 2006 se reeditó Del buen salvaje al buen revolucionario, ensayo de Carlos Rangel, ex director de la Revista Momento y conductor –junto a su cónyuge Sofía Imber- del programa Buenos Días, que convirtió Venevisión en su referencia opinática pr más de dos décadas.
La importancia del relanzamiento esta obra, publicada originalmente en 1976, se vio opacada por un alud apologético a la Revolución Bolivariana y a su caudillo máximo, así como libros de algunos opositores tolerados, de los cuales el Guasón resultó el mayor beneficiario, pues sus adversarios volvieron a caer en el juego diabólico y dialéctico donde las reglas las impone el más exitoso provocador de la política venezolana, cuyos resultados le permiten extender indefinidamente su mandato.
Amigos que no leyeron o no habían nacido cuando apareció el libro de Rangel, y que lo examinaron recientemente, concuerdan en calificar sus comentarios como anticipatorios, filosóficos y profundos. Nosotros los definimos como agudos, esclarecedores y muy actualizados. Al describir el proceso que acabó con el experimento revolucionario de Chile en 1973,y nadando contra la corriente, Rangel afirmaba:
Los sucesos que culminaron con el derrocamiento y muerte de Salvador Allende tuvieron una resonancia mundial porque se ha querido ver en ellos la prueba de que la libertad es un obstáculo para la reforma de las estructuras económicas y sociales en favor de la mayoría, y una demostración de que el sistema democrático es insincero, porque admitiría la participación de la opinión marxista en el debate político democrático, pero negaría la posibilidad del ejercicio de un poder marxista ganado por los votos, dentro de los mecanismos de la democracia. Pero tal interpretación es falsa, y logra su efecto por un audaz cambio de papeles entre el culpable y la víctima. Lo que quedó probado una vez más en Chile es algo por demás sabido: la incompatibilidad del marxismo-leninismo con la democracia.
En favor de este planteamiento, yendo mucho más atrás, a 1935, época en la cual el bacilo marxista-leninismo comenzaba a convertirse en pandemia iberoamericana, José Rafael Mendoza, profesor de Sociología en la UCV –de la cual sería su Rector más tarde-, comentaba:
En el sistema socialista el derecho de propiedad se fundamenta sobre el trabajo; luego la tierra, que no es obra humana, no puede ser de una persona, sino colectiva. El producto del trabajo puede pertenecer a un individuo o a un grupo de individuos, pero sólo en función de sus esfuerzos; el resto es de la colectividad. La propiedad se divide en propiedad de uso, que es la individual, y propiedad de explotación, que es la colectiva… La consecuencia inmediata del proceso es esterilizar la tierra, paralizar la industria, trastornar el comercio, desmoralizar la vida, ahogar la cultura, suspender la legislación y encerrar a la sociedad en una camisa de fuerza.
Es la clave para comprender las diferencias entre la propiedad privada -inserta en la Constitución vigente- y la propiedad de uso -o caramelo de cianuro que promovía la derrotada reforma del 2007, pero prevén las habilitadas Ley de Propiedad Social y sus congéneres-.
Pero hay otra pista que nos da Rangel para desechar la posibilidad de cualquier reconciliación nacional –como que vienen proponiendo tenazmente los medios independientes, los políticos opositores y los líderes estudiantiles- en el entorno actual:
Los demócratas sinceros se esfuerzan por conciliar los conflictos sociales, arbitrar transacciones que, sin ser perfectas o satisfacer por completo a las partes antagónicas, excluyan el odio y la intolerancia como motores de los actos de los individuos y los grupos, preserven la sociedad de ese juicio de Dios que es la violencia, con su consecuencia de segura victoria para el más fuerte, y opresión y exterminio igualmente seguros para el más débil.
El marxismo-leninismo exacerba la confrontación, la lucha de clases por todos los medios posibles -que fue lo que se hizo en Chile entre 1970 y 1973- hasta el día en el cual sea abolida la propiedad privada, fuente supuestamente exclusiva de todos los conflictos, desaparezcan las clases sociales, y con ellas la necesidad de toda coacción, puesto que teóricamente ya no habrá antagonismos de ningún género.
Hasta ese día mítico, cuando las fieras y los corderos anden juntos, como en el Paraíso antes de la Caída, toda conciliación será una traición, todo arreglo pacífico que no sea una astucia táctica, una demora en la marcha majestuosa e inexorable de la historia hacia su revolución.

Rangel da la estocada final a cualquier entendimiento en el último párrafo de su texto:
En seguida vendrán las quejas amargas y las protestas de fe democrática, pero estas últimas son insinceras, y la amargura es la de quienes han perdido una guerra, no la de quienes buscaron la paz. Porque la visión marxista-leninista la dio, de una vez por todas Lenin, cuando en su ejemplar de Clausewitz, el lado de la frase famosa según la cual la guerra no es sino la continuación de la política por otros medios, escribió de su puño y letra que la política es la continuación, por otros medios, de la guerra, único estado que, según él, conocerá la sociedad hasta el advenimiento del milenio marxista.
En definitiva, no hay inclusión para el buen revolucionario, pues su visión es convertirse en un hombre nuevo, en un completo salvaje.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Carta abierta al TARP

Apreciado Raúl:
Sé que vos tenéis miedo. Yo también, es lo normal, pertenece al software de arranque del ser humano. Sólo carecen de él los orates.
Si recuerdas a tus maestros del lustro que pasaste en la Naval, alguno de ellos te ha debido hablar del culillo en batalla. Los combatientes se cagan, se mean en los pantalones, y ninguno de sus jefes toma en cuenta sus reacciones. Son naturales.
Yo no tengo miedo, simplemente he caído en una profunda melancolía.
Raúl, te llama TA – “trabajador académico”- porque ya no eres “profesor”. Las focas nos jodieron. ¡Mira que a mí me encantaba el título de “profesor”, me lo gané dando clases antes de graduarme de Bachiller!
Como TA, estás expuesto a la “Revolución Cultural”. Te pueden poner un gorro de Mickey Mouse, embadurnar con brea y cubrirte con plumas de pollos importados del Brasil. Sucedió en China y Cuba, excepto que los palmípedos eran locales.
Ahora tendrás que limitar tu cátedra de Economía a Adam Smith, sin profundizar. La canalla comunista que nos desgobierna carece de conocimientos más allá de él. Y la de Metodología, al 18 Brumario de Luis Napoleón Bonaparte. Si alguno de tus alumnos –no sé si ahora habrá que llamarlos “camaradas” o “compañeros”- recomiéndales a Gramsci, y deja que se enreden ellos solos.
Te prometo que, antes de que termine el 2010, buscaré en el maletero un libro de Giordani, para regalárselo a tu alumno más aventajado. A mi lo que me provoca es agarrar toda esa mierda, y hacer una gran hoguera, como en Farenheit 451, temperatura a la cual se quema el papel.
Lo que me preocupa, Raúl, es que pierdas tu sentido maracucho del humor. Que ya no digas que te fuiste de la UNEFA porque no te pagaron en 11 meses. Que el Almirante-Rector huyó del país o se radicó en otro, con los sueldos de los TA. Que los ascensores no funcionaban, que los baños tampoco y que a las estudiantes se las violaban en el estacionamiento. Donde, asimismo, se hurtaban los carros y las motos.
¡Qué coño! Admite, antes de que sea demasiado tarde, que fue una visión poética, esto es, subjetiva, de la realidad, del socialismo científico.
Mi querido amigo y ahora “trabajador académico”, me harás falta. Porque, para quienes no lo saben, además de TA, eres poeta –y de los buenos, lde los que os que riman, y no como los de la Revolución-.
¿Qué te puedo decir de los líderes opositores? Que les den por el culo. Perdóname el lenguaje crudo, mas corresponde a una anécdota de vida. La primera –y única vez- que fui a Sevilla, andaba en carro. Sevilla –como sabes- , tiene una vía principal, con redomas de vez en cuando. Andaba buscando un hotel, y le pregunté a un Guardia Civil:
⎯ Señor, ¿dónde queda el Hotel Europa?
⎯ Pues mire usted, usted, amigo. Siga tres redomas, y a las dos primeras, que les den por el culo. A la tercera no, pues en esa, precisamente, usted cruzará a la izquierda, y, a 100 metros, encontrará su hotel
Feliz Navidad TARP. Y que Dios te bendiga.

lunes, 20 de diciembre de 2010

La pradera está seca

Dentro de 24 días arribaremos al 53º aniversario del derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez, cuyo proyecto, el Nuevo Ideal Nacional, terminó por agotarse, y generó una insurgencia civil donde participaron los estudiantes, el pueblo de Caracas y las fuerzas vivas de Venezuela.
Como nos lo comentara Jesús Petit Da Costa, los oficiales del entorno íntimo de Pérez Jiménez, ante su decisión de exilarse, formaron una primera Junta de Gobierno, la cual incluía al Turco Casanova, compadre del dictador, Abel Romero Villate, uno de sus más fieles coroneles y Wolfgang Larrazábal, el militar de más alto grado en su época, y solidario camarada del autócrata en los golpes que efectúo desde 1945.
La sociedad civil logró la renuncia de Casanova y Romero. El Almirante Larrazábal se mantuvo Presidente de la Junta por el apoyo de Unión Republicana Democrática –URD-, cuyos dirigentes fueron muy activos durante la resistencia, y el empresariado logró incluir a Eugenio Mendoza y Blas Lamberti, respetados en su gremio y queridos por el resto de la comunidad.
La posición de Larrazábal no sólo se convirtió en su activo personal –fue candidato a la Presidencia de la República durante las primeras elecciones libres, y terminó su carrera política como senador por Acción Democrática, a cuyos militantes confrontó desde 1948 hasta 1957-, sino que, asimismo, resultó la tabla de salvación para la mayoría de la oficialidad perezjimenista, con una o dos excepciones, entre ellas la del Coronel Hugo Trejo, quien aseveró: Me calé 10 años de dictadura, y no aguanté ni 3 meses de democracia…
Enfocado desde esta óptica el 23-E no hubo un golpe de Estado, en el sentido lato definido por el DRAE: Una medida grave y violenta por la cual se toman los poderes del Estado, usurpando las atribuciones de otros. Ni tampoco en su contextualización estricta: Una usurpación violenta e ilegal del poder de un país por parte de un grupo. Tampoco en su marco jurídico: Una acción que viola y vulnera la legalidad institucional vigente en un país.
No hubo golpe el 23-E, porque Pérez Jiménez se cayó solito.
Ante la disyuntiva de enfrentar a largo plazo a un pueblo que ya no le quería, y penalizar a miles de oficiales que conspiraban abierta o solapadamente contra él, tomó las de Villadiego.
Tampoco hubo golpe el 11-S contra el Guasón. Un golpe requiere planificación y programa para el día después. En ambos casos, a los jerarcas militares, los resultados de la insurgencia civil les tomaron de sorpresa.
La diferencia entre los oficiales del 23-E y el 11-S es que los primeros conocían de historia, y los segundos o no la leyeron o no la entendieron. El Guasón estaba tan tumbado el 11-S como Pérez Jiménez el 23-E. Pero, evidentemente, Raúl Isaías Baduel carecía de la visión de Wolfgang Larrazábal. Y, por supuesto, tampoco el General Culillo estaba a la altura del almirante.
Mientras, desde el mismo 23-E, los partidos que combatieron a Pérez Jiménez movilizaron a la población, desde el 11-S los políticos opositores comenzaron a urdir estrategias para desmovilizarla. Pese a lo cual, como lo destaca Petit Da Costa en su última entrega de La Razón, la sociedad civil se mantuvo activada hasta el 2004. A partir de ese año, el asunto pasó a manos de la Des-Coordinadora Democrática, precursora de la actual MUD-A.
La Des-Coordinadora urgió al pueblo a volver a la excesiva normalidad –sic José V. Rangel-, que ella acabaría con el Guasón profesional, pacífica y democráticamente. Y se dejó meter a las quintas columnas de Bill Carter –recomendado por Fidel, pues el ex presidente estadounidense fue artífice del reestablecimiento de relaciones entre La Habana y Washington- y César Gaviria –quien pensando en Colombia en concreto y no en la democracia en abstracto, consideró prudente darle un tente acá al que les contamos-.
De ahí en adelante, el Guasón no perdió una, pues su única derrota –una victoria de mierda, se la arrebató dos meses más tarde ala oposición. Victoria pírrica lograda con la irremediable pérdida de RCTV, y merced a la actitud férrea de los estudiantes, despolitizados y conducidos por chamos tan jojotos como ellos.
Mas observamos un cambio de actitud, aún en deshojadores de margaritas como el amigo Fausto Masó. Ya no es tan vehemente defendiendo la actuación de los mud-os. Considera hoy, más bien, que estaríamos peor sin ellos. Como la conocida cuña de una aseguradora que, refiriéndose a su póliza, asegura: Es preferible no necesitarla que no tenerla.
Como críticos férreos de los yerros de la oposición, puesto que el Guasón ha hecho y deshecho todo lo prometido desde 1992, lo único que le rogamos es que aparten a un lado la retórica y hablen claro. No que desvelen sus estrategias, sino que llamen al pan, pan y al vino, vino. Nos lo merecemos, todos los venezolanos, y mucho sabríamos agradecérselos ante los caminos siempre inciertos del porvenir.
En diciembre de 1957 contábamos 17 abriles. En diciembre de 2010, casi 70. En las dos oportunidades, más por instinto que por información precisa –no la tuvimos entonces, no la tenemos ahora- percibimos que el fuego crepitaba bajo el suelo, y bastaba un chispazo para que subiera a la superficie. Y, con todo lo que ha llovido en este cruel invierno, la pradera está seca.
PS: Pese a nuestra reciente determinación de no tocar más temas políticos y aprovechando que aún la Ley de Censura no está vigente, dedicamos este blog al tema en cuestión.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Se limitaron a aplaudir, como focas.

Parte II de: El hombre que le decretó la guerra a su nación
La calle del hambre
En el blog publicado ayer, recordábamos cómo Yosif Stalin se convirtió en el hombre que le decretó la guerra a su nación, y cómo, en un primer e incompleto balance de esta confrontación, hubo entre 4,5 y 5 millones de bajas fatales, la destrucción de las tierras fértiles de Ucrania y la miseria de más de 130 millones de habitantes del medio rural. En cifras más comprensibles, el ciudadano de a pié pasó de consumir de 75 a 24 Kg anualmente, y de ganar de 89 a 24 rublos mensualmente. Cambió las proteínas animales por papas y panes –cuando se conseguían, que no era siempre-.
Mientras tanto, Stalin avanzaba y retrocedía –aparentemente- en el proceso maldito. Decía, por ejemplo, que no todos los kulaks debían de ser ejecutados, pues a quienes contaran con algún en el Ejército Rojo, se les deberían devolver sus propiedades, por lo menos hasta las 32 hectáreas, así como sus bestias y enseres. Cosa que, por supuesto, raras veces ocurría, ya que Moscú se encuentra muy alejado del campo.
Los enemigos de la Revolución
Alentaba un día a los intelectuales para que se pronunciaran contra el viejo orden zarista, y al otro les castigaba por haberse atrevido a criticar el grandioso pasado de la Madre Patria. En poco tiempo, logró convertir a los medios masivos en papeles que nada importante señalaban, pues los escritores tenían miedo de meter la pata, sin saber en qué o por qué se equivocaban.
Su proyecto se centraba en la industria pesada, particularmente en la armamentista, pues consideraba la URSS se había quedado inerme frente al desarrollo de los países que la rodeaban, y que, por ser capitalistas, eran sus enemigos declarados. Apreciación por demás absurda, pues, ¿cómo podía calificarse de inerme a un Imperio terrófago que se había tragado estados nacionales y regiones completas a lo ancho y largo de Asia y Europa?
El espionaje como modus vivendi

Aunque ya ejercía el control absoluto sobre los órganos centrales del Partido, construyó la maquinaria que le permitía ejercer doble y triple vigilancia sobre ellos. Cualquier funcionario importante podía estar seguro de que, en algún lugar de la Secretaria, había un agente que le vigilaba y anotaba en un expediente sus opiniones y actitudes. Incluso a sus colaboradores más leales, como Grigoriy Ordzhonikize o Lazar Kaganovich, les grababa todo lo que decían. Así, el espionaje dejó de ser rasgo del sistema y se convirtió en forma habitual de su existencia.
A través de este recurso, acabó con más de medio centenar de sus camaradas de los primeros tiempos, sin importarle cuán lejos habían llegado. A algunos los humillaba, aunque le lamieran las botas, y luego los desterraba o enviaba a campos de prisioneros. A otros, los molía a palos en los sótanos de la tenebrosa GPU. Hizo una purga, y ordenó la ejecución sumaria de 35 mil oficiales del Ejército Rojo.
Las mortales hambrunas de las provincia lograron el éxodo masivo de millones de campesinos a las ciudades. Allí esperaban ser enganchados en trabajos para los cuales no calificaban. Esta sobrepoblación de marginales ocasionó un déficit de viviendas nunca imaginado, y a su vez motivó la política de expropiaciones de casas y apartamentos urbanos o, en el mejor de los casos, el acomodo de los sin techo en los hogares de las familias a las cuales le sobraban cuartos.
La prohibición al libre tránsito
Asimismo, obligó al Estado a crear una cédula de identidad que prohibía el libre tránsito por la URSS, y residenciarse en lugares distintos al domicilio original de los transeúntes, quienes sólo podían desplazarse mediante salvoconductos expedidos por las comunas, donde figuraban las razones de cada viaje y la duración de la permanencia.
El culpable no soy yo, es el otro
Mientras todo ello ocurría, Stalin estaba convencido de que la aceleración del socialismo era un éxito, y se negaba a escuchar cualquier objeción al respecto. Si algo fallaba, no era por su causa, sino por la ineptitud, incompetencia o mala fe del otro, quien cargaba con la culpa y hasta pagaba con su vida por ello. Por eso, ninguno de los 2 mil delegados al Parlamento Soviético expresó jamás desaprobación por las medidas del tirano comunista y sus resultados catastróficos.
Se limitaron a aplaudir, como focas.
PS: Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

viernes, 17 de diciembre de 2010

El hombre que le decretó la guerra a su nación

En 1933, la vizcondesa Nancy Witcher Astor, con la impertinencia y prepotencia propias de alguien con todo el dinero y poder del mundo,nacida de familia rica en EEUU y electa primera mujer al Parlamento Británico, le preguntó al hijo del zapatero remendón de Georgia, Yosif Stalin: ¿Hasta cuándo va a seguir matando gente? Y el sicópata, amo de Rusia, sin alterarse ni enojarse, le respondió: Hasta que sea necesario.
No se refería Lady Astor a la Revolución Bolchevique, ganada mucho antes de 1918, cuando el zarismo dejó de ser un proyecto político y las locuras cortesanas de Rasputín se convirtieron en comidilla y hazmerreír de la plebe, sino a los productores agropecuarios, especialmente los kulaks, término peyorativo usado en el argot soviético que designaba, al principio, a los antiguos latifundistas, pero cuyo significado se extendió para descalificar como enemigos del pueblo a todos los que no se acogieran al modelo del koljós, o granja colectiva y la prioridad era abastecer al Comité Central del PC para generar divisas y alimentar a los obreros. Granjas dirigidas por comunas, cuyos jefes eran el delegado local de la policía secreta –GPU-, el comisario político designado por el PC y el comandante del Ejército Rojo.
Para Stalin, el capitalismo era su enemigo, fuese interior o exterior, y la mentalidad comunista -no sólo la del sátrapa ruso- siempre fue esquizofrénica: El enemigo se encuentra debilitado, dividido y condenado por las fuerzas la historia, y, sin embargo, se muestra infinitamente peligroso y colmado de recursos.
Según Adam Ulam, quien publicó la mejor biografía de Stalin en 1975, así pensaba el tirano: La clase rectora capitalista es necia e irracional. ¿Por qué no se unieron las potencias capitalistas para ahogar al incipiente estado comunista, en vez de seguir luchando por unos cuantos kilómetros cuadrados en el Oeste? ¿Por qué permitieron que el experimento soviético prosperara en vigor y estabilidad? ¿Por qué reconocieron a la URSS, comerciaron con ella, y dejaron que sus científicos e ingenieros coadyuvasen en su industrialización?
Empero, persistía la constante amenaza de intervención capitalista, y todo conflicto interno en la URSS era fruto de las conjuras burguesas. Cualquier extranjero en Rusia, incluidos los simpatizantes de la dictadura, era potencialmente un espía. Esperanza y temor se mezclan en esta visión surrealista del conflicto internacional.
Occidente estaba a punto de subsumirse en nuevas y terribles guerras: Alemania contra Francia, Japón contra EEUU, o bien –como lo sostenían algunos analistas soviéticos- de pelear con el Reino para tragarse Imperio.
Pero, después, estas placenteras visiones se desvanecían y sustituían, para ser reemplazadas por una pesadilla, en la cual los capitalistas actuaban concertadamente contra la URSS: Los japoneses invadían por el Este y se desataban insurgencias en Ucrania y Bielorrusia en el Oeste, apoyadas por una invasión polaca. patrocinada por los franceses. Los británicos provocaban desde la India una insurrección musulmana en el Asia Central.
Tras la abolición de la servidumbre por Alejandro II a finales del siglo XIX se liberó a veintidós millones y medio de siervos de la gleba, creándose al campesinado como estructura social.
En 1906 Piotr Stolypin reformó nuevamente el status quo, para crear campesinos prósperos que apoyaran al Zar. En 1912, el 16% de los granjeros rusos tenía al menos 32 hectáreas por fundo, límite a partir del cual aparecía el latifundio. El campesinado se dividió en grudpos socioeconómicos: pobres, clase media y kulaks. Además, los sin tierra.
Tras la Revolución, los bolcheviques confiscaron las propiedades de la nobleza y los kulaks, estatizándolas, y repartiendo las tierras entre los agricultores o la continuidad de la propiedad. Con el tiempo algunos campesinos consiguieron prosperar, y conformaban entre el 5 y el 7% de la población.
Los nuevos campesinos, fueron considerados como burguesía agraria, y se decretó la colectivización forzosa, acelerada y total en 1929. Los campesinos reaccionaron ante las confiscaciones y la pérdida de sus animales de cría y labranza, convirtiéndose en un peligro intolerable para la tiranía comunista.
La confrontación redujo la producción agroindustrial a niveles nunca antes registrados, sumió en la más abyecta miseria a 130 millones de personas que habitaban el medio rural, convirtió en estepas a los suelos de Ucrania otrora el Granero de Europa- y provocó el genocidio de entre 4,5 y 5 millones de personas, cantidad que permanece oculta pues nunca hubo cifras oficiales al respecto.
Stalin, astuto, inteligente y malvado como era, tuvo su Talón de Aquiles: era un ignorante completo en Economía. Además, traicionó el espíritu de la Constitución Soviética y la memoria de su maestro Lenin, ya que éste creía que la colectivización debería ser voluntaria y no impuesta.
Al estampar el primer plan quinquenal de la URSS, en 1929, Stalin decretó la guerra contra su pueblo –según Ulam-, guerra que sólo entraría en tregua gracias a la invasión nazi en 1941.
Algunos escépticos creen aún que el comunismo es una doctrina política basada en la racionalidad, y que las visiones enloquecidas de un sicópata como lo fuera Yosif Stalin son accidentes en su devenir. La Historia juzgará-: Dijo el tirano rojo, antes que el otro. Pero, desgraciadamente, la Historia no juzga, sino registra hechos y sucesos. Y cabe a los analistas del futuro, como Ulam, calificar al hombre que le decretó la guerra a muerte a su nación.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Venezuela sordomuda

Hemos decidido, no por cobardía sino por protección personal, no tocar más temas políticos en este blog. La modificación de la Ley Resorte, introducida por esa criatura angelical llamada Elías Jaua, extiende hasta Internet la zarpa de los censores del Guasón.
A nuestro entender, es la muerte anunciada de la última de las libertades, como se denominó a este medio interactivo cuando arrancó en firme; pues cualquier usuario puede ser acusado y enjuiciado por los delitos más espeluznantes, ante tribunales que constituyen una mera extensión del poder omnipotente y omnipresente del que les contamos.
Prueba de que lo que decimos es cierto es el cierre definitivo de RCTV, la revocatoria de 37 concesiones radioeléctricas y la confiscación del 20% de las acciones de Globovisión, por su supuesta partenencia al empresario Nelson Mezerhane, quien hoy goza del dudoso privilegio de ser expatriado, como miles de conciudadanos; por falta de oportunidades, miedo al hampa desatada o persecución política; currido en este infausto 2010. Además de 20 mil muertos por homicidios violentos que anticipa Provea, al finalizar el mes en curso, y las 237 ejecuciones que esa misma ONG atribuye en conjunto a la policía científica y la Guardia Nacional.
El petróleo fue nuestro
PDVSA, según los expertos, sólo produce alrededor de 2 millones 600 barriles de petróleo diarios. Sus refinerías, por falta de mantenimiento, no son siquiera capaces de elaborar nafta para la gasolina que se consume localmente.
Tanto la franja petrolífera del Orinoco como el proyecto gasífero de Sucre han sido entregados a la petrolera estatal china, para avalar préstamos que ya alcanzan 70 mil millones de dólares.
Una porción significativa de ellos es en yenes, y sólo servirá para importar cacharros, porque el Imperio Intermedio no produce excedentes alimenticios, sino, más bien, los importa –como la leche pulverizado, proteína escogida para que los chinos crezcan altos, sanos e inteligentes, algo que los venezolanos sabíamos desde los inicios de la IV República, y que poníamos en práctica con el vaso de leche escolar-.
La venta de Veba Oel –también en opinión de los entendidos, a precio de gallina flaca-, también ha servido para avalar otro compromiso, los 10 mil millones de dólares comprados a Rusia en armamentos para hacer de la Bolivariana una potencia militar. Dentro de poco, Citgo correrá con la misma suerte de Veba Oel, pues ya no puede competir en EEUU con sólo 250 mil barriles procedentes de Venezuela.
El oro y los diamantes de Guayana serán, asimismo, explotados por China y Rusia. Si los trabajadores petroleros y bolivarenses tenían quejas contra sus antiguos patronos, pitiyanquis, burgueses y vende patrias, dentro de un ratito experimentarán sobre sus lomos los nuevos látigos orientales. Que golpean tan duro como el del caporal que liquidó a Camilo Manrique, según la celebérrima canción de Rubén Blades.
Las puñaladas traperas del PSOE y Mar del Plata
Conforme a Wikileaks, la canciller española considera al Guasón un payaso, pero lo defiende públicamente, aterrada ante la posibilidad de que pueda afectar a los grandes y trasnacionales intereses financieros de los conspicuos personajes que engalanan a la Revista Hola. Porque el payaso les compra lanchas patrulleras, y les permite hacer chanchadas acá, pero los 300 paisanos cuyas fincas fueron invadidas en Yaracuy no.
El show mediático montado por Correa, al convertir una protesta policial en intento de magnicidio, logró neutralizar la cláusula democrática de la OEA y, prácticamente, liquidar al ineficaz organismo multilateral.
Desde el pasado noviembre, cualquier atorrante que llegue al poder por votos puede, aunque sea con elecciones amañadas y como lo hicieran en sus tiempos Hitler y Mussolini, pisotear las libertades y derechos humanos impunemente, ya que el pueblo que pretenda oponerse a ellos será penalizado por las demás naciones iberoamericanas.
Fue, en esencia, la norma que los primeros mandatarios y sus delegados aprobaron en Mar del Plata.
La sordomudez
La oposición, tolerada por ahora, conoce los datos enumerados y muchos más, a los cuales los medios aún independientes o nles faltan cojones para difundirlos, pues la autocensura pica y se extiende.
Pero calla y espera, impasible, al número mágico del 2012, como si vieran en el mismo un secreto cabalístico que no quieren compartir, aunque el Guasón y su triosoleado lugarteniente le pronostica que se baje de esa nube y vuelva aquí a la realidad, que Jalisco nunca pierde y que, si empata, también gana. De manera que la MUD-A, se eleva a sordoMUD-a.
El pundonor y el pescuezo
Nuestro querido primo barcelonés nos pregunta dónde ha quedado el pundonor de ustedes saben quienes. Analicemos qué significa ese término: Estado en que la gente cree que consiste la honra, el honor o el crédito de alguien. Como verán, es muy ambiguo, y se presta para todo tipo de interpretaciones. Digamos que esos sujetos creen que el pundonor consiste en lo que siempre hicieron y siguen haciendo.
No les deseamos Felices Pascuas, porque ni siquiera durante el deslave de 1999 fueron tan tristes. Ni tampoco Próspero Año Nuevo, pues la devaluación del bolívar, estimada por los economistas en 25% para el próximo trimestre, y la inflación del 2011, calculada en un 30%, convertiría nuestras palabras en pura y cínica retórica.
Vamos si a narrarles algo que nos contó nuestro mentor político y gran amigo El Chivo, su apodo de la resistencia en 1957.
Hallábase El Chivo enconchado, en un barrio popular de Caracas –donde entonces no había malandros sino pobres pero honrados-, ya que la Seguridad Nacional de Pérez Jiménez le buscaba, y no precisamente para darle su aguinaldo.
Brindaba con pocos amigos la tarde del Año Viejo, y les comentaba que veía casi imposible la salida del dictador.
No pasaron ni 24 horas para que la Aviación se rebelara y bombardeara Miraflores. Ni 24 días, para que Pérez Jiménez tomara las de Villadiego, pues como le aconsejó su compadre, Luis Felipe Lovera Páez: El pescuezo no retoña.
Finalmente, aclaramos que no estamos promoviendo nada parecido, sólo recordando Historia de Venezuela -¡Oíste, Elías!-. De una Venezuela sordomuda.

lunes, 6 de diciembre de 2010

La mentira mediática

El 22 de octubre de 1962, con el apoyo de sus aliados, John Fitzgerald Kennedy estableció un bloqueo al régimen de Fidel Castro, apoyado por unidades navales y aviones en torno a Cuba.
Si los navíos soviéticos intentaban forzar la cuarentena, la III Guerra Mundial se desataría.
Al día siguiente, en Radio Caracas TV, Víctor Saume transmitía el primer cuarto de hora de El show de las 12, desconociendo que Manuel Graterol Santander –Graterolacho-, asistente de Saume, le había preparado una broma de mal gusto: Miguel Toro –locutor de El observador Creole-, leyó por el audio de retorno del estudio una nota, que no estaba saliendo al aire pero así lo parecía, donde aseveraba que el presidente estadounidense había solicitado al Congreso una declaración formal de guerra contra la URSS.
Al escucharla, Saume llamó al Suavecito –Edgar Jiménez-, presentador ocasional del programa, y le encargó terminarlo.
Salió, muy atribulado, de la emisora, y se dirigió a buscar su carro, estacionado al frente. Graterolacho, aterrado ante las posibles consecuencias de su gracejo, lo interceptó antes de irse, y le explicó lo que realmente sucedía.
Que Saume,informado y sensible como lo era, actuara así, abandonando su trabajo para reunirse con los suyos hasta el minuto final, revela el pánico global del momento frente a la amenaza de la desintegración nuclear.
Una condición que se mantendría durante las interminable d la Guerra Fría, y sólo desaparecería con la caída del Muro de Berlín, hace más de dos decenios.
Años después se sabría, gracias a testigos de excepción y desclasificación de papeles confidenciales, que ni los EEUU ni la URSS estaban dispuestos a llegar al día después, y que el único que casi logró hacerlo fue Kennedy, quien, presumiblemente y en razón de que no dominar sún el diabólico ajedrez del chantaje atómico, pagó la imprudencia con su vida. Aonque, según la versión de Lyndon B. Johson, los tiros vinieron de Cuba.
Para los chicos y chicas de entonces, el terror nuclear reultó muy placentero, pues, ante su inminencia se dedicaron ¡A follar, a follar, que el mundo se va a acabar!
También le vino muy bien a los evangélicos. Y mejor aún a los medios, que udieron colmar sus espacios e incrementar sus tirajes y sintonías con sus relatos de ciencia ficción, dramatizados con los kilotones y los horribles efectos colaterales de la radiación en los sobrevivientes.
En su best-séller Estado de Miedo, Michael Crichton destaca que, con la desintegración del Imperio Soviético, también se perdió el temor a la muerte súbita.
Tal pérdida –discurre el autor-, en vez de potenciar la felicidad a escala global, generó una anomia insoportable entre los medios, los políticos y los juristas, pues todos necesitan desesperadamente del terror para incrementar sus audiencias,controlar las masas y enjuiciar a los presuntos culpables de apretar los botones. Anomia que, como ya explicamos en La mentira verde y La mentira blanca, fue reemplazada por el pánico al calentamiento global, porque también la naturaleza humana odia al vacío, y porque todavía Al Quaeda no se había doctorado en terrorismo con las Torres Gemelas.
Crichton avala su aserto con una extensa bibliografía, disponibles para quien la quiera leer en las siguientes páginas: www.giss.nasa.gov/data/update/gistemp/station data, http://cdiac.esd.ornl.gov/ghcn/ghcn/ghcn.htlm, http://earthobservatory.nasa.gov/Observatory/Datasets/tsurf.tovs.html y http://datasystem.earth-kam.ucsd.edu; entre otras.
La información que ellas proveen y que proviene de los albores de la Meteorología, ofrece un panorama diferente a lo que comúnmente se atribuye como la mayor causa del calentamiento, la contaminación ambiental, y apunta hacia milenarios ciclos del planeta, donde se alternan el calentamiento y el enfriamiento como fenómenos naturales
La Teoría del Calentamiento Global (1989) visualiza un final similar al anticipado por los profetas del holocausto atómico. Así surgieron toda clase de OG y ONG, un partido trasnacional –Greenpace-, centenares de miles de metros de videos. Millones de toneladas de papel impreso, y decenas de miles de voluntarios y donantes sobre un tema que se basa, mayoritariamente, en investigaciones tergiversadas, inexactas o incompletas.
Este proceso, desinformativo y colectivo, es liderado por los periodistas, a veces operando como tontos útiles o de mala fe, transformados en quinta plumistas, definición que da el académico Marcelo Alonso a los fablistanes que manipulan, consciente o inconscientemente, la ética de la Comunicación Social.
En este caso pareciera haber caído el ex Vicepresidente Al Gore, cuyo documental fue cuestionado por la falsía de los datos en los cuales se basó el guión, y se pidió a la Academia desposeerlo del Oscar obtenido. El mismo nulo papel que Gore desempeñó a favor de la causa ambientalista cuando le tocó mandar, atribuido por sus fanáticos da la presión de las industrias contaminantes, pudiera se rentenidas, más bien, como un toparse con la verdad verdadera, al reexaminar los planteamientos de su campaña electoral una vez asumida su privilegiada jeraquía.
Nadie puede oponerse a un planeta con una atmósfera y una biosfera libres de tóxicos. hasta donde ello sea práctico y sustentable.
Pero hay que concienciarse que la única polución no es la que se discute en escenarios como los de Copenhagen, sino también lla que difunden las palabras e imágenes irresponsables, y que añaden agobio innecesario a nuestra de por sí ya estresada existencia. El método científico es, por antonomasia, contrario al amarillismo y al fanatismo. Por eso, debemos exigirle al periodismo, hoy más que nunca, luchar contra La mentira mediática.

PS: Aunque el presente texto ya fue publicado, por su actualidad y congruencia con las mentiras denunciadas en los anteriores blogs, lo volvemos a repetir.
Otro PS: Conseguimos algunos errores de tipeo en las verdades editadas, que ya corregimos.

La mentira blanca

Hoy amaneció Caracas con un cielo despejado, típico decembrino. Ideal para imbuirnos del espíritu navideño, si no fuera por que ya se nubló y las cajas de agua caídas sobre la capital de la República y 10 de sus 22 estados durante las últimas semanas, ya contabilizan 90 mil damnificados, cerca de 400 víctimas fatales y la destrucción de infraestructuras, cultivos y crías, cuyo valor aproximado son 10 mil millones de dólares.
Según la proyección de construcción de viviendas del gobierno del Guasón -12 mil 500 por año-, se requerirán 192 años para resolver las demandas habitacionales existentes, sumadas con las del actual desastre.
Si usted quiere ver el próximo capítulo –en lo que al entorno climático se refiere-, le sugerimos abrir la página www.ghcc.msfc.nasa.gov/GOES/. Allí podrá observar, en fotos satelitales, lo que está pasando y pasará, el presente y el cortoplazo.
Manejamos nociones muy confusas sobre las causas de los inviernos, en razón de una deficiente formación escolar y al hecho de vivir en la franja ecuatorial del planeta, donde no hay 4 sino 2 estaciones, y la nieve sólo aparece en las cumbres andinas, sobre los 4 mil metros de altura.
En realidad no hay uno o dos inviernos, sino varios, pues ellos no dependen sólo de la mayor o menor solarización que las regiones reciban, sino de factores coadyuvantes y determinantes como el calor del mar en las poblaciones costeras y las montañas que las circundan. Si no fuera por la hipertermia de las corrientes del Atlántico y el Pacífico, por ejemplo, Londres, Los Ángeles y San Francisco competirían con Siberia con sus temperaturas bajo cero en estos días.
Pero concentrémonos en el invierno norteamericano, el que nos afectó siempre, y más ahora.
Entre noviembre y febrero de cada año, se produce un vacío gigantesco sobre el Golfo de México –anomia, en términos de la Metereología-. La Naturaleza, que odia al vacío, actúa como una gigantesca aspiradora, y acarrea inmensos volúmenes de aire desde el Polo Norte para rellenarlo.
Al no existir en las praderas de Canadá y EEUU obstáculos naturales que desvíen la gélida trayectoria de los vientos, aparecen las White Christmas, tan apreciadas y explotadas por el folclor y comercio globales.
¿Cuál es, entonces, la diferencia entre lo de antes y lo de ahora?
La inclinación mayor del eje terrestre, tal como lo explicamos en el blog La mentira verde, publicado ayer.
El éter polar acudió a su cita acostumbrada, y allí se detuvo. Pero se encontró con un globo terráqueo descolocado a sus pies. A los Alisios, provenientes de Europa Noroccidental, no les quedó otra que escurrirse a través de dos estrechos caminos: entre Cuba y Florida y haciendo zigzag al norte de Venezuela y Colombia, país vecino que ya cuenta con más del millón de sin techos, muertos y heridos.
La mentira verde ha ocasionado numerosos comentarios, algunos de ellos estupendos, como el del hermano mayor y publicista Raúl Sanz Machado, que la califica como enjundiosa –entendiendo por enjundia: Riqueza, importancia e interés que hay en el contenido de una cosa, como un libro, un discurso o una teoría-.
Otros, un tanto ambiguos, como el de muy querido primo Antonio Nicolás Briceño, quien conviene en la ignorancia y bobería de los que tratan estos temas mediáticamente, de manera reduccionista y superficial, pero se reserva la esperanza de que las cosas puedan cambiar, si ponemos el suficiente empeño en hacerlo.
Raúl, no se trata de genialidades, que ciertamente no poseemos, sino de escuchar e investigar, artes que hemos practicado durante toda la vida.
Antonio Nicolás, no desestimamos al imperativo conservacionista, pero tampoco idolatramos a Malthus. La destrucción del medio ambiente por el hombre –como la picazón de los piojos- no ha contribuido más allá de un 2 ó 5% con el efecto invernadero, según los entendidos.
Sabemos que la Humanidad sobrevivirá, como lo hizo après le Déluge. Pero tal cosa no ocurrirá, primo, sin que sea lo que ha de ser.
Julio Verne, el único escritor que imaginativamente viajó al centro de la Tierra, y quien predijo asombrosamente las entradas y salidas a ese ígneo lugar, localizándolas en los volcanes de Islandia, se quedaría estupefacto si pudiera regresar allá y contemplar hoy como una masa enloquecida de metales fundidos lucha por recuperar su forma esférica original.
Mientras tanto, pongamos la lupa en esa otra mentira que atribuye al Imperio los aguaceros que nos ahogan, que les sirve a los políticos para hacer demagogia barata y al régimen para contrabandearnos leyes inconstitucionales y acuerdos como el fde Mar del Plata, donde se penaliza a los pueblos que osen prescindir de gobiernos corruptos, violadores de los derechos humanos y aliados del narcotráfico, y se les da carta blanca a los regímenes comunistas y procomunistas de Iberoamérica para continuar con sus fechorías, siempre y cuando haya elecciones de por medio, aunque sean chimbas.
Quedémonos con La mentira blanca.

domingo, 5 de diciembre de 2010

La mentira verde

Hay un bolero muy conocido, una de cuyas estrofas asegura: Miénteme una eternidad, que me hace tu maldad feliz.
He aquí que la afición y adicción sadomasoquista de la gente por la mentira, se ha convertido en una constante de las primeras décadas del siglo XXI, transformándose en un nuevo y fabuloso sicotrópico de venta sin prescripción.
Comencemos con la mayor de todas, la que consume toneladas de impresos, se difunde impunemente en los medios pasivos e interactivos y multiplica asambleas, conciertos, protestas y habladurías de paja a granel: La mentira verde, falacia que atribuye al hombre el cambio climático, y le concede el poder de detenerlo si cambia sus hábitos consumistas.
¿Cómo pueden afirmar y sostiener los científicos y tecnólogos tamaño sofisma?
Si nos tuviéramos que decir algo a favor de esa pirámide de embustes, nuestra nariz crecería, como la de Pinocho, con ramas y hojas; una de las peores pesadillas que Disney nos deparó en las oscuras noches de nuestra infancia.
La Nasa sabe que se trata de una falsedad. Pero se guarda muy bien de contrariar al tema de moda, aunque sus datos revelen lo contrario, y estén a la disposición de quienes quieran bajarlos, analizarlos e interpretarlos.
Los políticos más preparados también conocen la verdad, pero se abstienen de contradecir lo que está en boga, pues les permite controlar las masas mediante el terror, y les brinda pasajes de primera clase, hoteles de cinco estrellas y convenciones donde el pajinómetro rompe récordes mundiales, pero nunca llegan a acuerdo alguno o conclusiones importante, sino a denuncias, reclamos y declaraciones habituales.
¿Cuál es la verdad verdadera? Permítannos un ejemplo.
Los seres humanos somos al globo terráqueo lo que los piojos a nuestros cueros cabelludos. Cuando la picazón resulta insoportable, nos rapamos al ras o nos lavamos con champú Avispa.
Igual hace la Tierra, con sus sequías, tormentas y otras catástrofes mayores. Además, si nos pasamos de maraca –como lo intentaron los lagartos en el Jurásico-, prescinde de la plaga expeditamente, pues Natura nada tiene de inocente, impotente o indefensa.
El efecto invernadero no lo causan los combustibles fósiles ni las vacas pedorras, sino el aplanamiento de los polos, la inclinación del eje –estimada en varios grados-, fenómenos acentuados tras del tsunami del 2009, qgenerador los inviernos más fríos y veranos más calientes, en ambos hemisferios, a partir de entonces.
Es de un ciclo que dura unos mil o mil quinientos millones de años, cuyos resultados devastadores atestiguan la Biblia y la memoria ancestral de las civilizaciones antiguas: El diluvio universal.
La Tierra es como un trompo: Gira inclinándose sobre su eje vertical. Llegado su momento se cae, y sigue rotando sobre su diámetro más voluminoso. Es lo que ocurre aquí y ahora. ¿Cuánto tardará? Sólo Dios lo sabe.
Hay otras mentiras mediáticas sobre el tapete: la del sida como epidemia del Siglo –cuando el cáncer mató a 300 millones de personas en dos décadas- y la de los hackers y Wilkileaks –dónde nadie dice quién o quienes se benefician con los virus y las informaciones diseminados-.
Pero quedémonos, por ahora,con La mentira verde.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Ganando indulgencias con escapulario ajeno

I
Entre el 23 y el 24 de diciembre de 1972, un terremoto de 6,3º en la escala de Richter y sus réplicas, destruyeron al 85% de los inmuebles de Managua, cobrándose por lo menos 10 mil víctimas fatales y dejando más de 20 mil heridos.
Tres días después, fue enviado a esa ciudad un Boeing 747, con alimentos no perecederos, agua mineral, medicinas, pañales y ropas; un esfuerzo conjunto del gobierno y las privadas estadounidenses, coordinado por la aerolínea Pan American World Airways.
Como responsables del marketing de Pan Am para América Latina, viajamos a Managua el 26 de diciembre, desde Caracas, para organizar una rápida y eficiente distribución de la ayuda humanitaria. En Panamá se nos unió Bob Delvalle, gerente de estación en el Istmo.
Al aterrizar el gigantesco aeroplano, se le ordenó estacionarse al lado de unos cazabombarderos de la Fuerza Aérea Nicaragüense, P-51, si la memoria no es infiel.
Después de algunas discusiones con las autoridades locales, Bob, el gerente de estación de Managua y quien esto escribe, nos aproximamos al punto donde el carguero estaba parqueado. Pocos minutos después, llegó una caravana de camiones, encabezada por un jeep.
Del rústico, descendió un militar, quien ordenó: Bajen los containers, y nosotros nos encargamos del resto.
El comandante del Clipper, que había descendido de la aeronave, nos preguntó sobre la identidad del enérgico personaje. Bob aseguró:
⎯ Es el carajillo, Tachito, hijo de Tacho Somoza, y de tan mala entraña como su papá. Si le entregamos los containers, nunca llegarán los bastimentos a los damnificados.
El comandante, ex piloto militar y veterano de Corea, nos miró a todos, comentó e interrogó:
⎯ Mis instrucciones son entregarle la carga a un representante de la Cruz Roja Internacional. ¿Qué me recomiendan ustedes…?
Con un odio visceral hacia la dictadura somocista, respondimos con vehemencia.
⎯ Que se regrese por donde vino.
⎯ ¿Me acompañan…? –sugirió. El gerente de Pan Am/Managua, respondió:
⎯ Yo no puedo, soy nica y me metería en serios problemas con el régimen. Pero ustedes sí. Permítanme sus pasaportes, para el visado de salida, y les enviaré sus equipajes.
Transcurrió más de una hora, tomamos café del termo de la tripulación y esperamos, con los dedos cruzados, que no sucediera nada grave. El jeep se había estacionado a la sombra, y, desde la cabina de mando, podíamos observar como hablaba Tachito, con gestos de furia, a través de un walkie-takie.
Finalmente, llegaron nuestros documentos y valijas, se encendieron las turbinas y partimos a Tampa, no sin antes presenciar el horrible espectáculo de una ciudad en escombros, sólo comparable a las imágenes que habíamos visto en documentales sobre la II Guerra Mundial.
A las pocas horas, llegó el funcionario de la Cruz Roja, acompañado de 10 o 12 infantes de marina, armados hasta los dientes –quienes, según nos informaron, reemplazarían a los guardias de la Embajada Americana en Nicaragua -, y el jumbo decoló del aeropuerto floridiano, a cumplir con su truncada misión, mientras nosotros regresábamos a casa, a escuchar los cañonazos del Año Viejo, y bebernos los tragos de la tristeza por los nicas.
II
El episodio descrito salta de la memoria ante la confiscación de toneladas de ayuda humanitaria, por parte que oficiales y tropas del Ejército Bolivariano y por órdenes superiores, llevada a cabo hace 48 horas en los camiones, unos de Polar y otros a cargo de Leopoldo López, que habían recorrido más de 16 horas para llevarlas, directamente, a las víctimas de los aguaceros de Falcón.
En los casos de Polar y López, la carga iba a ser distribuida según censos hechos previamente con los dirigentes de las comunidades afectadas. La latica de atún, la caja de pañales y la botella de mineral de los vehíclos privados eran donaciones solidarias de ciudadanos que confían en López, mas no en el Guasón. ¿Qué pasará con ellas?
Parte de miedo que el Guasón esparce a raudales, para afianzarse en el poder hasta que le dé la gana, es que nada ganan los militares que le opongan, pues, en el supuesto de que intenten restablecer el hilo constitucional tras un fraude o golpe electoral, deberán enfrentar a los tribunales internacionales por las consecuencias que, eventualmente, generen tales acciones.
Para los uniformados y no uniformados que cayeron en su lógica del terror, hay noticias que puede les caigan mal, pero que son muy ciertas –según nos comentan juristas expertos en la materia-.
Crímenes de lesa humanidad, en lato sensu, no son sólo los que comentan cotidianamente algunos periodistas desinformados.
También caen en el rubro de los genocidios aquellos actos en los cuales, por negligencia, impericia, imprudencia o mala fe se produzcan víctimas a causa de hambrunas, carencia de medicamentos o falta de atención oportuna durante las catástrofes naturales o causadas por el hombre.
No sólo los émulos venezolanos de Tachito y sus compinches pudiesen estar incursos en dicha casuística, sino también todos los funcionarios con responsabilidades en infraestructura, salud y alimentación.
De manera que, hagan o no hagan, la guadaña legal pende sobre sus pescuezos. Y lo único que les queda, para no correr la suerte de sus compañeros ya identificados en los expedientes rojos que cursan en las cortes globales, es plegarse a la voluntad democrática de la mayoría del país. Por ahora,únicamente por ahora, pueden seguir ganando indulgencias con escapulario ajeno.

martes, 30 de noviembre de 2010

Llegó con el agua, ¿se irá con el agua?

Es posible que el final del drama venezolano esté más cerca de lo imaginable, y que no deba pasar por las urnas electorales ni por las otras al bajar el telón.
Llegó con el agua, se irá con el agua –aseguró, refiriéndose al Guasón, Adriana Azzi, famosa astróloga que ha acertado casi todas sus predicciones. Las cuales le costaron su expatriación a la República Dominicana, pues nunca fueron de agrado del PC –Presidente Comandante- ni de su acólitos:
2010 está caracterizado por la influencia de Urano, representante de la libertad, el cual entra en la Casa de Aries, paradigma de la violencia y la guerra. El clima social venezolano cae bajo la tensión de dicho conflicto, el cual se magnifica al producirse una conjunción de la Luna y Plutón, cuyo efecto se manifestará en la crispación de la mayoría y en que el pueblo dará la espalda al gobierno.
El Estado intentará descalificar a todo el que se le oponga. Paralelamente, una noticia –que dará la vuelta al mundo- involucrará a los altos funcionarios del régimen chavista en un escándalo internacional de marca mayor.
El jefe de prensa de la Casa Blanca acusará a Venezuela de una conspiración conjunta con Irán, que conlleva el empleo de uranio.

Finaliza Azzi su proyección, publicada en enero del presente año y escrita, suponemos, con mucha anticipación: No será una guerra clásica, sino una intrincada y acción disfrazada y encubierta contra el gobierno.
No somos duchos en Astrología, Quiromancia o Espiritismo.
Además, nos quedan mucho por aprender, conocimientos que nos atraen, gratifican y perfeccionan más como seres humanos, o, al menos, eso creemos.
Sin embargo, leemos los horóscopos –especialmente los de Estampas y Todo en Domingo. Hacemos un balance de ambos, y jugamos triples –de vez en cuando- con los números sugeridos. Y hemos ganado, en ocasiones donde nos hacía falta un par de palos para redondear el mes.
Azzi ha resultado particularmente certera, sobre todo en lo referente a viajes y dolencias, así como en política. No podemos explicar por qué las pega casi siempre, pero sí destacar que ello sucede. Cuantimás si releemos lo escrito por ella hace más de 365 días.
Uno de nuestros amigos, Master en Filosofía, absolutamente racionalista, emprendió un viaje a la India para estudiar Astrología.
Y llegó convencido de que se trataba de una suerte de enseñanza perdida en la memoria de los tiempos, cuyo objeto era –como sucede hoy en Arquitectura e Ingeniería con la gestión de proyectos Perth CPM- construir el futuro, que no existe, en base a la data del presente, de la cual se dispone. Claro, no es lo mismo edificar un centro comercial que evitar un dolor de muelas, pero ambos métodos pudiesen tener nexos en común. O, al menos, así lo percibimos.
Volvamos al problema que nos ocupa y preocupa. La solución o The End a la pandemia de corrupción, crimen organizado y desorganizado y abolición sistemática de los valores, instituciones y normas constitucionales.
Hay más que síntomas de que el proceso está en bancarrota.
En bancarrota económica, sin duda alguna. Sólo hay que analizar el desempeño de PDVSA.
En bancarrota moral, ejemplificada por un tenientito de lo que una vez fuera, Ejercito forjador de libertades, y hoy puede ser llamado sino forjador de indignidades. Tenientito –nos dicen- que protege a los tomistas de Chacao, y vende materiales de construcción a precio solidario. Que entrega 10 láminas de zinc y factura 20. Mientras, su coronelito en Anzoátegui, hace lo mismo, pero a mayor escala: Vende cabillas. Claro que son maníes frente a las arias operáticas de Walid Makled en Cúcuta, pero dan una idea muy clara de la metástasis castrocomunista.
En bancarrota política, porque cada días más boliburgueses piden SOS a sus amigos opositores. Pretenden ser incluidos y no excluidos en las próximas de cambio.
En la bancarrota infraestructural e hídrica, pues la pluviometría supera ya los récordes del deslave de Vargas en 1999, Falcón está bajo las aguas, y, ¿a quien le toca la emergencia después? Llegó con el agua, ¿se irá con el agua?

viernes, 26 de noviembre de 2010

Actuar como serpientes

Upton Sinclair (1878-1968), escritor y periodista estadounidense, ganador del Premio Pulitzer en 1943, publicó en 1944 una novela histórica, Agente Presidencial, en la cual mezclaba los conocimientos de primera mano que obtuvo de los personajes más notables de su época –en la lista de sus entrevistados figuran el Presidente Roosevelt; Hitler, Goering y Hess; los primeros mandatarios de Austria, Checoslovaquia, Francia e Inglaterra; y numerosos capitanes de industria y líderes sindicales de Estados Unidos y Europa- con la narración del cómo y el por qué se desató la II Guerra Mundial.
Su descripción del Führer resulta extraordinaria. Le caracteriza como medio genio y medio loco.
Genio para hacer vibrar a las masas y convencer, aún a los más incrédulos, la necesidad de extender territorialmente a Germania y, a sus fanáticos, del imperativo de eliminar a sus enemigos de clase, los minusválidos, judíos, gitanos, eslavos y otros pueblos inferiores.
Loco pues, pese a su conexión con el sentimiento popular, para protegerse de supuestos magnicidios y reclamos del ciudadano de a pié, construye De Berghof, cuartel general ubicado en los Alpes Bávaros, desde el cual domina visualmente a la vecina Austria, y al que sólo se llega desde un aeropuerto privado y recorriendo una autopista también de tránsito restringido.
En dicha morada, donde no hay cabida para personas de la mediana ni la tercera edad, únicamente existe un biotipo racial, el supuesto ario. Tropas de élite de las SS, armadas hasta los dientes y auxiliadas por perros lobos, vigilan los bosques circundantes, las 24 horas del día.
Quien funge de mayordomo es Rudolph Hess, el nazi Nº 2, que estuvo preso con él y le ayudó a redactar Mein Kampf –Mi lucha-, texto en el cual anticipa todos y cada uno de los horrores que el Tercer Reich desencadenaría contra la humanidad.
Hitler se confiesa ante sus íntimos como creyente, pero no en el Dios de los hebreos ni los cristianos, sino en Mahoma, quien conquistó el Siglo VII con el Corán, en una mano, y el alfanje en la otra. A quienes abrazaban la fe, se les perdonaba la vida. A los que peleaban y eran derrotados, se les ejecutaba sumariamente, y sus familiares eran reducidos a la esclavitud. Sumada a esta concepción regresionista, Hitler se vale de astrólogos y médiums para imponer su reino de mil años.
Hitler sufre de constantes ataques de furia. Muerde las alfombras, patea los muebles de su despacho y, después, se somete a baños calientes para calmarse. A sus secuaces, si actúan en contra de su voluntad, los humilla en público. Tras estos accesos de demencia, acompañados de tics nerviosos, aparece afeitado, bañado y vestido, y atiende a los comensales invitados a De Berghof con humor y exquisitos modales.
En sus salidas pública, abraza a los niños, a quienes dice querer mucho. Y concurre al Reichstag –la Asamblea Nacional- donde sus focas aprueban sus órdenes, y las convierten en leyes.
Mientras tanto, los socialistas y conservadores de Francia e Inglaterra, persuadidos de que la paz debe ser mantenida a toda costa, permiten que se engulla a Austria, y le sirven en bandeja de plata a Checoslovaquia, la única democracia ejemplar que quedaba en Europa a medidados del siglo pasado. Y hasta 1939, todo transcurre en la absoluta legalidad, ya que, al fin y al cabo, Adi Hitler ha llegado a su cargo por comicios, y las confiscaciones a los enemigos de su régimen y anexiones de países vecinos también se han consolidado normativamente.
Cómplices del Führer son los empresarios del mundo libre, que han hecho pingües negocios con el Tercer Reich. A Goering, los fabricantes de aviones de combate de EEUU les venden o sus patentes, pues el Alto Mando Americano no cree que en la Aviación Militar. A los ingleses les importa un pito lo que haga Hitler con los seres humanos que desaparecen cada día con mayor frecuencia en las áreas dominadas, y mucho menos con los de las ciudades masacradas en Cataluña. Siempre que no se metan con su Imperio y sus reales, todo está bien.
Después de la vergonzosa entrega de Checoslovaquia, Chamberlain –el lloroso Primer Ministro Inglés- y Dadalier –su colega francés- regresan a sus países, donde se les recibe como héroes por haber logrado la paz.
El único enemigo para estas mentes miopes y obsesionadas por el crecimiento del sindicalismo y la justicia social es Stalin. Y, están seguros, Hitler dará cuenta muy pronto del siniestro bolchevique rojo. A lo mejor –creen los más optimistas- los dos sátrapas se matarán entre ellos, y el globo volverá a los tiempos dorados de la Revolución Industrial.
Lo curioso de Hitler y todos los tiranos de su calaña es que el esquema siempre resulta idéntico. Son resentidos sociales, sexópatas, iluminados, que encuentran caldos de cultivo entre sus conciudadanos. Asaltan los gobiernos de cualquier forma, escriben con pelos y señales lo que van a hacer, pero nadie les toma en serio. Se envuelven en el manto de la legalidad, hasta dónde y cuándo les conviene. Y mientras no se pare el chorro de euros, marcos, libras o dólares, siempre habrá individuos de la izquierda y la derecha que hablen bien de ellos y les defiendan a ultranza.
En este mundo de lobos, que no cambian ni aprenden a golpes, no queda otra vía que la serpentaria. Citamos, de memoria, una admonición de Cristo a sus discípulos: Sois corderos, pero os envío al mundo de los lobos. Debéis actuar en él como las serpientes, que son los animales más astutos de la Creación.
PS: En ese sentido ofídico, es muy probable que la ANAL extienda la censura de la Ley Resorte a Internet. Si eso llega a suceder, tendrán que cambiar los contenidos de este blog, pero no nuestra forma de pensar. ¿OK?

martes, 23 de noviembre de 2010

La caja de Pandora y los tres venenos impresos

Hemos estado fuera del la red no por falta de ganas sino de tiempo. Cuestiones de supervivencia, bien podría decirse, son las que más privan para quienes no tenemos más alternativa que calarnos el proceso hasta sus últimas instancias, esperando un desenlace que pudiera ser feliz –comedia-, infeliz –tragedia- o mixto –tragicomedia o melodrama-.
Mientras tanto, los amigos y los familiares de nuestras amistades se mueren –sus corazones se parten, sus organismos se disgregan pues ya no resisten tanto estrés o infamia-, y ya no tenemos ganas ni disponibilidad para velarlos. Sobre todo cuando las honras fúnebres se celebran en La Guairita, una burbuja donde no hay tragos sino sándwiches, caldos parecidos a una sopa Continental diluida –sin fideos ni pollo- y un café malísimo recuerda al americano, antes de que los gringos importaran sus máquinas expreso de Italia.
Si alguno de nuestros difuntos amigos o amigas fue en vida buena copa, no hay oportunidad para el descorche, ni para echar al suelo unas gotas de licor, y decir: ¡Pá los muertos! Ahora la gente no bebe. O, al menos, no lo admite. La moda es inhalar, el éxtasis, y pedir en las discotecas de moda agua mineral, Minalba o Perrier.
Si alguien quiere acostarse con alguna dama, no la seduce, sino que se le pone en su trago escopolamina, droga conocida en Venezuela como burundaga, y se la lleva a la cama como muñeca inflable. Igual procedimiento se emplea para asaltar a un honesto profesor, quien sale de un restaurante de Las Mercedes, despojarlo de su Blackberry y otras pertenencias, y dejarlo cual zombi, con un tubazo en la frente en Fila de Mariches. Sin saber lo que pasó, desde que llamó por su móvil a un taxi, hasta que lo recogieron, amnésico, dos guardias nacionales buena nota, y lo llevaron a su casa.
Ya no se baila. Las personas se lanzan a la pista, meneando los brazos como las aspas de los molinos de Don Quijote, al son de un ragetones, con letras como: Yo soy Yamira Yamilé./ Si te metes conmigo,/ te saco la yilé.
Pensar, que tras toda este entarimado, están los triosoleados, y también los bisoleados y unisoleados. Con expedientes tan grandes como las Páginas Amarillas de Manhattan. Por menos que eso, Ronald Reagan a invadió Panamá y capturó a Manuel Noriega, el Rey del Machete.
Algunos amigos exigen que hablemos mal de Juan Manuel Santos. No nos da la gana. Es un patriota, no de la Gran Colombia sino de Colombia a secas. Entregando a Makled, logra tres objetivos:
⎯Que el Guasón le pague a los empresarios colombianos los 800 millones de dólares que aún les debe Cadivi
⎯Que la frontera venezolana se convierta en territorio hostil y deje de ser santuario para los narcoguerrilleros ETA-ELN-FARC
⎯Que los 10 batallones enviados a Colombia sigan hasta Costa Rica –ya deben andar por Darién-, y continúen, a paso de vencedores, hasta San José, con la intención de defenestrar a esa Presidenta apátrida, burguesa y pitiyanqui llamada Laura Chinchilla, cuyo apellido evoca a un roedor andino en vías de extinción, cuyas piel se usa desde la Colonia para abrigar los cueros oligárquicos de las ricas y famosas en invierno. Y poner en su lugar al pedófilo y sexópata Daniel Ortega.
La conspiración contra Venezuela y su pueblo continúa siendo alimentada en el mundo por partiduchos como el PSOE, a los cuales les importa un carajo que una de sus ciudadanas presenciara como a su cónyuge lo mataban impunemente las hordas rojas en San Felipe, y después le incendiaran su morada, construida con el sacrificio de años. Eso sí, que no le toquen los reales a Repsol, a los banqueros emparentados con la realeza y a las trasnacionales españolas que operan como las factorías del Congo Belga.
Y la MUDA sigue MUDA, pese a que la casta militar que destruye a la República y la entrega, alegremente, al hampa común, los fundamentalistas islamistas y los castro-comunistas que se mueven en Pdvsa como lo hacían en Adis Abeba en la época dorada de la Guerra Fría. Casta que les ha dicho, claro y raspado, que, en el supuesto negado de que le ganen al Guasón en el 2012, el líder ceresoliano se queda en Miraflores per secula securolum. Casta corrupta que a lo único que teme es al expediente de la DEA, por lo cual quiebra bancos y casas de valores para extraditar y acallar a los cantantes de ópera venezolanos que alimentan los archivos de las fiscalías yanquis.
Por eso, no hay ni podrá haber ambiente navideño en esta Venezuela triste del 2010. Sólo una arrechera general, que aspira y espera a que se abra la Caja de Pandora, y un poco de ancianos y obnubilados que alimenta sus resentimientos diarios con tres venenos impresos: el Correo de Caroní, Vea y Últimas Noticias.

martes, 26 de octubre de 2010

El Rey y el Reino

El Nacional dedicó gran parte de los contenidos políticos de su última edición dominical a los tejemanejes del CNE. Lo que allí se dice es rigurosamente cierto, lo advertimos hace más de un año en este mismo blog, sin que se nos hiciera caso, y sólo obtuvimos la recomendación de nuestro querido primo de Barcelona: Ya veremos qué hacer cuando crucemos ese puente.
Bueno, primo. Ya lo cruzamos, el 26S para ser más precisos y, como alerta Armando Durán en su columna de ayer, el Guasón anda desatado por esos mundos del Diablo, comprando armamentos para sus mambrúes, regalando el futuro de nuestros hijos y nietos a Alexander Lukashenko y Mahmud Ahmadineyad, anunciando que a la atomización de Venezuela no la para nadie –se refiere a la energía nuclear, porque a la otra, la desintegración, la social, política y económica del país, ya lleva una morena-, mientra que su banda de forajidos se dedica a confiscar lo que queda de una estructura agropecuaria privada que una vez fuera envidia y ejemplo para el resto de Iberoamérica.
Por otro lado, también ayer, Fernando Bianco, el más cuerdo de los orates que acompañan al Guasón en su epopeya destructiva, reclama la ineficiencia de los gobernadores y alcaldes rojo-rojitos para darle apoyar la cubanización del país, y, con numerosas firmas y un legajo de 70 páginas, reconoce la incompetencia de estos funcionarios electos, pidiendo sean revocados de sus cargos.
En entrevista dada a la prensa el fin de semana, Oswaldo Álvarez Paz recuerda a sus conciudadanos, particularmente a los miembros de la oposición tolerada, que las presidenciales del 2012 no son la única ni, probablemente, la mejor opción constitucional para salir del Guasón, quien se limpia con el paltó de su Armani las normas de la Bicha que le disgustan o desfavorecen.
Álvarez pide coraje, integridad y raciocinio, mas no sabemos hasta dónde puede pedírseles peras a los olmos, pues, aunque muchos de los mud-os estén conscientes de la inviabilidad del Guasón y su proceso, algunos de ellos prefieren negociar con él –no dialogar, que es harina de otro costal y supuesto negado en este caso- y llevar al nativo de Sabaneta, aunque sea entablillado y escarolado, a las elecciones, sorteando los escombros físicos y morales de esta Corte de los Milagros que hoy es Venezuela.
Eduardo Sentei, otrora prócer de la Tres Raíces –ya saben, el 28, el 28, el 28-, quien saltó la talanquera hace algún rato, admite que, al principio, el Guasón le parecía un excéntrico de buena nota, y le comparaba con Nikita Jrushov. Pero que ahora no, y le pregunta a sus lectores qué concluyen frente a los desmanes de su antes idolatrado mentor. Nuestra respuesta es simple, lo mismo que piensas tú pero no lo expresas.
La Iglesia, que tiene milenios lidiando con estos desquiciados de capa y espada, y que, cuando se pasan de la raya les prepara divertimentos como las Cruzadas o las hogueras del Santo Oficio, sabe lo que se nos viene encima si la situación queda a la buena de Dios: Dejadas a su propio impulso –asevera la Ley de la Parsimonia- las cosas van de mal a peor.
Este collage mediático tiene, para nosotros, una sola conclusión: Hay que elegir entre el Rey –el Guasón- y el Reino –Venezuela-. En nuestro caso, la decisión es simple: Optamos por el Reino.

viernes, 22 de octubre de 2010

Las tres C de Lee Preschel

El martes 19 de octubre tuvimos el honor y el placer de asistir al bautizo de la autobiografía Rebel with a cause – Rebelde con causa -, escrita por el venezolano Wolf Lee Preschel (1933-2007), uno de los mejores publicistas y gerentes de la publicidad global del Siglo XX .
El acto estuvo enmarcado en la Semana de ANDA, cadena anual de eventos donde anunciantes, medios y publicistas de Venezuela y el mundo comparten experiencias, se actualizan, provén diagnósticos sobre el mercado y examinan opciones para sobrevivir en la crisis crónica a la cual el régimen comunista que la desgobierna ha sometido a la República desde hace más de 11 años. El evento cumbre de la Semana ANDA son las premiaciones a los mejores anuncios, distribuidas por categorías.
A algunos observadores, ajenos al entorno mercadotécnico, podrá parecerles ilusorio y hasta aventurado que sus gremios celebren actividades como la descrita, pues creen, erróneamente, que el proceso desatado por el Guasón es irreversible, y terminará con la consagración de un nuevo Soviet en la Patria de Bolívar. Otros, los más optimistas, piensan que el proyecto desquiciado del atorrante de Sabaneta y los malhechores que le secundan acabará, tarde o temprano, dejando a Venezuela en bancarrota y en manos de las nuevas trasnacionales del capitalismo salvaje brasilero, chino, iraní y ruso.
La vida de Preschel, sin más nacionalidad que la venezolana, y quien se rehusó a ocupar la jefatura más elevada de la empresa para la cual trabajó durante toda su existencia, J. Walter Thompson Company, pues no quiso renunciar a su gentilicio ni a su residencia en Caracas, es un mentís rotundo a los agoreros que anticipan el futuro de este país rojo o negro.
Preschel nació en Kalnas, Lituania, hijo de un campesino polaco desertor del arado, casado con una lituana graduada de Filosofía en París y logrado una posición envidiable, antes de que el Ejército Rojo –apoyado por el pacto Hitler Stalin- ocupara su nación, y un capitán soviético su hogar.
Allí comenzó la carrera de ratas de la familia Preschel, que la llevaría hasta Vladivostok –vía el Transiberiano-, desde allí a Kyoto, después a Shangai –ciudad donde le alcanzó la II Guerra Mundial-, y permaneció recluida en un campo de concentración japonés por 5 años.
Tras su liberación, los Preschel llegaron a San Francisco, vivieron allí unos meses, y siguieron a Nueva York.
Arnold, papá de Lee, decidió que Sudamérica era su mejor opción, y los tres mosqueteros se encaminaron a Sao Paulo, Montevideo y, finalmente se establecieron en Buenos Aires, considerado entonces el París de habla hispana. En un período mínimo, los Preschel recuperaron su fortuna, se mudaron a Olivos, barrio residencial donde Juan Domingo Perón poseía una quinta destinada a alojar a sus amantes adolescentes, a quienes perseguía en bicicleta.
No queremos seguir contándoles lo que Lee narra mejor en su obra, cuya lectura recomendamos ampliamente. Sin embargo, les añadimos un datos más sobre este notable personaje. A los 28 años de edad, arribó a Caracas como el más joven gerente de JWT, para encargarse de una subsidiaria de la Casa Matriz. Venía con un amor a cuestas, Beatriz Scarpeta, esposa, amiga y compañera de siempre.
Consiguió una agencia estancada, sin fondos siquiera para cambiar las máquinas de escribir, cuyas letras estaban torcidas. En tiempo récord, la convirtió en la publicitaria de mayor facturación y más creativa del país, rompiendo todas las reglas con irreverencia y, a veces, con el tacto de un elefante en una cristalería, pero manteniendo siempre su integridad personal y profesional.
Lee fue nuestro amigo, compañero de trabajo y maestro en el difícil arte de hacedor de anuncios.
Nos exigió más de lo que creíamos podíamos dar, y no se equivocó al hacerlo. La única pelea que perdió Lee fue contra la diabetes, enfermedad maligna que acaba con el más corajudo, y que la origina la ingesta de azúcar blanca, producto tan pernicioso como los alcaloides, que debería ser destinarse a la manufactura de alcohol para combustibles, fermentados y destilados, beneficiosos para la Humanidad, pero nunca para alimentos. No se ría, amigo seguidor, que lo anteriormente dicho es bien cierto.
Lee resumía su exitosa estrategia en tres C: Cabeza, para saber dónde se está y a donde se quiere/puede llegar; Corazón, pues si no se ama entrañablemente lo que se hace y a la gente a quien se dirige, no hay forma de triunfar; Cojones, porque uno debe tener las bolas bien puestas para tomar decisiones, asumir riesgos y responsabilizarse por los aciertos y desaciertos obtenidos.

jueves, 14 de octubre de 2010

¡Viva Chile, mierda…!

¡Piensa mal y acertarás…! -: asevera un viejo adagio castellano. Tenemos algún tiempo pensando mal sobre dos temas que irritan a los españoles: las confiscaciones de sus propiedades y la presencia de los etarras en Venezuela.
Dijimos que lo de los etarras no es nuevo, y que sólo saltó a los titulares de la prensa ibérica por la detención Javier Atristain y Juan Besance, que cantaron hasta la Corte del Faraón ante la Guardia Civil, y denunciaron a Arturo Cubillas, un vasco nacionalizado y funcionario del régimen chavista como su embajador de oficio en Caracas, quien les facilitó entrenamiento guerrillero dirigido por el coronel alias Jimmy.
Al embrollo anterior, excelente argumento para un blockbuster, hay que agregarle las revelaciones del periodista español Antonio Salas, autor del libro El palestino, quien asegura haber recibido adiestramiento en un campamento guerrillero en Venezuela, en Marzo del 2008.
No dudamos sobre la veracidad de los testimonios de Atristain y Besence, ni de lo escrito por Salas. Como tampoco de lo afirmado por Luis Alfonso Hoyos, Ministro Plenipotenciario de Colombia ante la OEA, como regalo de despedida del Presidente Álvaro Uribe a su colega venezolano, bajo la forma de evidencias que indicaban la presencia de santuarios de las FARC y el ELN en nuestro país.
Con máxima consideración hacia los sentimientos de los deudos de las 800 y pico de víctimas fatales que cuenta ETA en su haber, no puede compararse el sufrimiento ocasionado por los terroristas vascos en España, con el infringido por los narcolombianos en Venezuela y la Nueva Granada. Si lo de allá se cuenta por cientos, lo de aquí por miles; y en la Patria de Bolívar incluye secuestros, extorsiones, sicariatos, lavado de dinero y cualquier clase de delitos de manifiesta inhumanidad.
Pero es affaire de los etarras también ha servido como cortina de humo para tapar las confiscaciones con las cuales el Guasón pretende controlar la producción y comercialización de alimentos en el país; no para mejorar la distribución y abaratar los precios, sino para doblegar a las masas por hambre, necesidad básica, fisiológica o higiénica para la existencia.
Es la estrategia que ha mantenido en el poder a los hermanos Castro en Cuba, por más de medio siglo. La que mantuvo a Joseph Stalin y a sus sucesores durante 75 años en la extinta URSS. La que usó Pol Pot contra 3 millones de sus conciudadanos en Camboya. La que practicaron las SS contra los judíos y otras minorías étnicas en los campos de concentración de Europa Central.
Se trata de una estrategia simple y efectiva, pues no todos tenemos el coraje y la resistencia de Franklin Brito, quien prefirió morir de mengua antes que renunciar a la finca, levantada con el esfuerzo de su vida.
Cuando advertimos a nuestros seguidores que había que pelear por Agroisleña –y dejar a un lado el issue de los etarras-, algún buen amigo no señaló que las confiscaciones se habían dado varias veces, y la oposición había hecho poco o nada al respecto. Cierto es, hubo cerca de 200 despojos este año, sin compensaciones, y sin que ningún dirigente político reaccionara ante la violencia y el hurto oficializados, de manera proporcionada a los agravios recibidos.
Pero el globo de ensayo de Agroisleña le sirvió al régimen y sus estrategas cubanos para pasar al próximo capítulo, en el se incluyen Cargill y Polar, según lo anunciara esta semana Carlos Osorio, Ministro de Alimentación.
Cargill no sólo importa el trigo para el pan nuestro de cada día, sino, igualmente, un sinfín de materias primas, que no se producen en el país, para las procesadoras de alimentos. Polar, bueno, usted, amigo lector, sabe qué es Polar y cuál es su importancia en la dieta diaria del venezolano, desde hace más de 50 años.
¿Por qué callan los políticos? Y, sobre todo, ¿por qué lo hacen los medios de comunicación aún privados, considerando que Polar es uno de sus grandes y pocos anunciantes?
La verdad es que carecemos de una respuesta, a menos que también sus periodistas, concesionarios y dueños hayan caído en la manipulación que descalifica a los empresarios como oligarcas, especuladores y hambreadores.
Frente a la irresponsabilidad de quienes deberían ser orientadores del ciudadano de a pie, explicándole el origen y destino de las maniobras del Guasón, a fin de que él mismo decida convertirse en peón del régimen comunista, en una servidumbre de gleba peor que la del Medioevo, o pelear por su libertad, con todos los recursos a su alcance; provoca mirar al Sur, y gritar con Sebastián Piñera, los mineros y los habitantes de esa pequeña y grande nación austral: ¡Viva Chile, mierda…!
Pues es en Chile, donde una dictadura militar de derecha sucedió a un proyecto comunista como el venezolano, el país del mundo donde se está demostrando ahora que la democracia, del capitalismo, la apertura a la globalidad y la empresa privada sí funcionan. Otra vez: ¡Viva Chile, mierda…!

martes, 12 de octubre de 2010

Los intocables del Siglo XXI

Camus y la KGB
Si nos pusieran a escoger a uno de los tres máximos representantes del existencialismo, nos quedaríamos sin pestañear, con Albert Camus, el mejor de sus filósofos y uno de los grandes novelistas galos de todos los tiempos.
Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, sin embargo, fueron promovidos como mejores que Camus, por mantenerse fieles a la línea del Partido Comunista Francés; sobre todo durante la primera presidencia de Charles De Gaulle, época en la cual el Deuxième Bureau se convirtió en un apéndice la NKGV/MVD- –antecesora de la KGB-, tal como lo reveló el desertor alias Ramia; y las muertes de decenas de miles de soldados estadounidenses durante la II Guerra Mundial y el subsecuente Plan Marshall, para la recuperación económica de Europa en la posguerra, fueron vendidos por la propaganda marxista como estrategias para la conquista del Viejo Mundo por el nuevo imperio anglosajón. Llamado, hoy, el Imperio a secas
Camus rompió con Sartre en 1952, cuando el filósofo de la Ribe Gauche –la ribera izquierda de río Sena, barrio marginal de París, que funcionaba entonces como la esquina caliente de los intelectuales comunistas- calificó la protesta del autor franco-argelino como deliberadamente estética. Lo cual no era cierto, pues, en 1956, Camus lanzó su llamada a la tregua civil, exigiéndole al Frente de Liberación y al Ejercito Francés respeto y protección incondicionales para los civiles inocentes involucrados en el cruel proceso; mientras una turbamulta pagada por la KGB le injuriaba, y pedía su linchamiento a grito pelado.
Putin y la KGB
A finales de los cincuenta del siglo pasado la KGB había definido sus objetivos internacionales: penetrar los servicios secretos de los países europeos –lo había logrado ya, en Francia y el Reino Unido- y hacerse impenetrable a éstos, especialmente para la CIA –lo cual mantuvo, exitosamente, hasta la perestroika y el glasnost-.
Al caer el Muro de Berlín, subió la estrella de Vladimir Putin. Ahora bien, ¿quién es realmente este personaje, el titiritero detrás del poder en la Federación Rusa?
Se graduó de Abogado, e, inmediatamente ingresó a la KGB en su Dirección de Asuntos Exteriores. Entre 1985 y 1990, fue investigador político y militar en Dresde, Alemania Oriental. Tras el derrumbe de la RDA, regresó en 1990 a Leningrado. Anduvo desempleado algún tiempo, hasta que le nombraron Vicerrector Rector de la Universidad de Leningrado, encargado de las relaciones internacionales. Más adelante, en 1991, fue designado Presidente de Relaciones Exteriores de San Petersburgo, con la misión de captar y orientar a los inversionistas foráneos.
En 1991, durante el frustrado golpe contra Mijail Gorbachov, Putin renunció a la KGB. Entre 1994 y 1996, se desempeñó como Vicealcalde de Leningrado. En 1996, Boris Yeltsin le llamó para Subsecretaría de la Cancillería, y en 1998 le ascendió a Subsecretario del Gabinete Ejecutivo. En julio de ese mismo año, Putin regresó como Director General al Servicio Federal de Seguridad –FSB-, la agencia que sucedió a la KGB.
La mafia rusa y la KGB
No hay duda que Vladimir Putin conoce y maneja, al dedillo, no sólo al país sino, asimismo, los tejemanejes de la mafia rusa, cuyos beneficios representan una de las fuentes de ingresos más importantes de la Federación. A estos delincuentes de cuello blanco los controla y los mantiene a raya, pues muchos de ellos fueron sus antiguos compañeros en la KGB.
En Rusia, prácticamente no hay actividad económica donde la mafia no esté presente, como accionista o comisionista. Los empresarios locales lo saben, y se amoldan al status quo. Los extranjeros, lo aprenden rápido, o se van, también rápidamente, a riesgo de salir maltrechos o perder la vida. Todo sucede al viejo estilo del Chicago de la prohibición, pero a una escala mucho más grande, porque el carcinoma mafioso se extiende por doquier.
Pero salgamos de la estepa, y vayamos al resto de Europa. No se mueve una onza de cocaína a Londres, no se traslada una puta de Praga a París, no sale una patera de subsaharianos a Tenerife, una AK-47 de Moscú a Adén, sin que la mafia rusa cobre lo suyo. En efectivo, monedas fuertes y por adelantado.
¿Y cómo se lavan esos millardos de dólares?
Nos los responde un amigo,jubilado después de laborar tres décadas para un banco suizo: A través de cuentas cifradas, como siempre se ha hecho.
¿Pero no y qué la banca suiza se había apartado de estos chanchullos? Cierto –nos aclara-, pero sólo de los pendejos, de quienes no cuentan con un poder real y temible que les cubra las espaldas. De gente como Manuel Antonio Noriega, “Baby” Doc y Vladimiro Montesinos. Pero los magnates de la mafia rusa están fuera de lote.
¿Y no lo saben los estadounidenses? Lo saben, pero contra ellos se ejerce un chantaje diabólico: En cualquier momento, como represalia por la detención de un magnate, pudiera perderse alguna bomba termonuclear, de esas que sobran en Rusia, y caer en manos de una organización terrorista.

Si no me creen, visiten hoy cualquier tienda de ropa de marcas en Ginebra, Lausana, Zurich. Antes, los trapos caros se pagaban con plástico; ahora con euros, francos suizos, dólares. Como en la época de los nazis…
En otras palabras, que volvimos a caer en manos de Los intocables. Pero sin un Eliot Ness a la vista que los reprima.
Nota: Entendemos que algunos comunicadores se inclinen por el tema de los etarras y desestimen la confiscación de Agroisleña, pues, a largo plazo, y de probarse la relación Guasón/ETA, serviría para enjuiciarlo ante las cortes internacionales, una ilusión de todos los abogados opositores. Pero, para quienes tenemos que lidiar en vivo y directo con la cotidianidad de la desintegración, desmoralización y envilecimiento de nuestro entorno físico, ético, económico, político y social, el caso del Cubillas, la Odriozola y sus compinches es importante, pero no urgente. Como sí lo es el de Agroisleña. A menos que apostemos –negado en nuestra manera de ser- a que el Guasón termine de incubar su Ave Fénix, no la del Paraíso ni la de los comunistas-, sino la que surgió de un territorio como el Congo, después de que los belgas lo dejaran en el esterero. Para que, así, los inversores de EEUU y Europa regresen y establezcan, al lado de las trasnacionales brasileñas y chinas ya montadas, sus nuevas factorías coloniales, según las recomendaciones de Michael Porter en sus Cinco Fuerzas. Es un final que no nos agrada, aunque termine en los juicios del siglo pues, seguramente, estos últimos estarán caracterizados por la condición de pendejos que asumirán nuestros mafiosos, tal como la define nuestro amigo suizo en el presente blog, una vez que la oposición los saque a votos del poder. No nos termina de convencer, la verdad que no.

viernes, 8 de octubre de 2010

Bendita tierra canaria

Hace un par de blogs, comentábamos de qué manera los sátrapas que han martirizado a sus pueblos, en múltiples espacios y tiempos, pueden ser definidos, sicológicamente hablando, como sexópatas, y que esta patología se caracteriza –igual que la de los abusadores, acosadores, pederastas, sadomasoquistas y violadores- como un trastorno grave de la personalidad, caracterizada porque la resolución de la respuesta sexual no termina fisiológica o normalmente, sino como consecuencia de la dominación ejercida sobre la persona sometida a la fuerza o el empleo antiético del principio de autoridad.
No profundizamos -pero sí dejamos entrever- que las víctimas de tan perversa relación de poder/sumisión, desarrollan una especie de síndrome de Estocolmo, o dependencia morbosa hacia el victimario, en la cual llegan a considerarse culpables de las torturas a las cuales se les someten, pues ellos mismos han dado pie a las mismas, al convertirse –por expresarlo de alguna manera- en sujetos de tentación. Y que la cura para ellas es muy difícil, sino imposible.
Los ejemplos sobran, en la vida real y en la literatura. En la vida real, está dramáticamente presente en Tijuana, México, la ciudad con la mayor densidad de prostitutas –en su mayoría, menores de edad- que existe en el mundo. En la literatura, por La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa, donde narra la tragedia de una adolescente, de buena familia dominicana, a quien esa bestia subhumana que se llamó Rafael Leonidas Trujillo, desflora violentamente, y le daña el resto de su existencia.
Pero lo peor de los regímenes totalitarios no son las felonías de los sicópatas que las encabezan, sino el traslado de su demencia a los colectivos que gobiernan, y la impotencia generada entre sus pueblos esclavizados, como un reflejo de la disfunción del amo transferida a la multitud. ¿Cómo lo logran? Igual que lo hacen los celestinos de Tijuana o los políticos de la época de Chapita, con regalitos a las putas y canonjías a los padres de las niñas violadas; con las sobras del botín que se reparten el autócrata, su nomenclatura y los amigotes del vecindario.
Cuando vemos a una pobre pata en el suelo declarando en televisión sus miserias –El río arrasó el conuco, no dejó ni topochitos. ¡Bendito sea, alabado! ¿Qué haré yo con mis negritos?- y, seguidamente, exculpa al Guasón: Yo sé, Presidente, que usted no es responsable de lo que pasa. A usted le ocultan la verdad; no podemos menos que echarnos a llorar, pues si en algo tuvo razón Bolívar –no el espantajo ese que idolatra la casta financiera-militar-comunista que nos sojuzga, envilece y desgobierna día a día, sino en el Libertador con mayúscula- es que nuestra peor maldición es la ignorancia crasa de la gente. Ignorancia manifestada, entre otros indicadores, en el récord latinoamericano de niñas embarazadas –un 15%, aproximadamente-, y que sólo se compara con los porcentajes de las naciones más atrasadas del África Subsahariana.
Ese despelote de hijos e hijas de padres desconocidos es la materia prima para las guerrillas, el sicariato, el narcotráfico, el crimen organizado y la prostitución. Y la fuente mayor de votos para darle un barniz de legitimidad a esta ñoña.
Por eso, el Guasón y sus cómplices arremeten contra la Universidad. Saben que las verdaderas transformaciones radicales de las sociedades vienen de los claustros –así lo asegura Arturo Uslar Pietri, en su libro Educar para Venezuela (1971)-, y que de los cuarteles nunca salió algo bueno. Por eso también arremeten contra los canarios, que llegaron con una mano por delante y otra por detrás, acosados por la atroz tiranía de Francisco Franco, Generalísimo por la Gracia de Dios. Porque los canarios forman familias, tienen hijos, los crían en valores y los enseñan a trabajar, no a robar, mendigar, confiscar.
Pero bien jodidos estamos cuando a los canarios se les llama oligarcas, usureros y latifundistas. Y la oposición tolerada en-MUD-ece frente al despojo de los dueños de Agroisleña, pero protesta, vehementemente, ante las declaraciones del insano Isaías Rodríguez en Madrid, otro miembro destacado de la sicopatía reinante.
Hablemos claro: Nos importan un carajo los etarras. Todos sabíamos que eso pasaba acá, y no es más grave –dos pendejos, al fin y al cabo- que lo de los invasores narco-colombianos, los raspadores de olla cubanos y los gambusinos de uranio iraníes. El show de los etarras –como lo revela el profesor Adolfo Salgueiro- tiene un cariz político, y el PSOE lo está usando como argumento para descalificar al PP con vistas a las próximas elecciones.
Pero, como descendientes de canarios que somos, se nos parte el corazón con lo de Agroisleña. No se lo merecen su propietarios y trabajadores, y no deberíamos permitirlo. Bendita tierra canaria.
Nota: Aprovechamos la ocasión para mandar –si es que le llega- nuestra enhorabuena a Mario Vargas Llosa por su Premio Nóbel de Literatura. El escritor hispano-peruano anticipó, en La guerra del fin de siglo, el advenimiento de un personaje como el Guasón. Y desnudó, en Pantaleón y las visitadoras, la mentalidad de oficiales como los que dirigen los destinos de esta desdichada República. Esperamos que al Guasón se le retuerzan las tripas en su tour a China, pensando en la gloria de la cual disfruta hoy, merecidamente, Vargas Llosa, pues estamos seguros que de su boca no saldrá ni una sola palabra para alabar al otro Premio Nóbel, el de la Paz.