El sacrificio de las ovejas

Las FARC siguen asesinando para seguir traficando

El periodismo es una de las profesiones más nobles, más riesgosas y peor pagadas del planeta. Sin embargo, ejerce una atracción casi fatal hacia los jóvenes preuniversitarios, y por eso las escuelas de comunicación social tienen casi siempre mayor demanda que plazas disponibles; no sólo en Venezuela sino en el mundo entero.

Ejercido en valores, el periodismo puede llevar al trágico destino de Javier Ortega (32 años), reportero; Paúl Rivas (45), fotógrafo y Efraín Segarra (60), chofer: integrantes del staff del diario El Comercio de Quito; secuestrados y asesinados por guerrilleros de las FARC, comandadas por un tal Cache. El domingo pasado César Navas, ministro de RRII de Ecuador, anunció la muerte de todos ellos.

El secuestro ocurrió en Mataje, población limítrofe con Colombia. El equipo de El Comercio estuvo en poder de la guerrilla colombiana de las FARC, que los mató en cautiverio, como es su arraigada costumbre, según expedientes y libros compilados y editados por la Sociedad Interamericana de Prensa sobre el modus operandi del narcotráfico en México y Sudamérica.

Lenin Moreno, presidente de Ecuador, confirmó el viernes el vil homicidio y anunció que iniciaría una cacería contra los asesinos, mientras le pedía a la Cruz Roja recuperar los cadáveres.

Los guerrilleros disidentes –así se autocalifican al no haber firmado el Acuerdo de Paz– se niegan a entregar los cuerpos, esperando –digo yo– a que la putrefacción enmascare las salvajes torturas a las cuales fueron sometidos los desgraciados colegas antes de agonizar.

El gobierno ecuatoriano aseguró que los periodistas fueron victimados en territorio colombiano y que sus cuerpos siguen ahí. La declaración del ministro de RRII de Ecuador César Navas a NTN24 atizó aún más las la candela entre los dos países–: Estaban en territorio colombiano, y allí siguen estando, –afirmó en su entrevista. Fueron asesinados en territorio colombiano–, agregó. Y es que Colombia niega que el monstruoso crimen haya sido cometido en su territorio, aunque  mandó tropas para que busquen el campamento de Cache.

Pero no hay que creer en coincidencias sino en sincretismos.

Santrich, el otro faraco "disidente"

Casi simultáneamente, fue detenido en Bogotá alias Santrich, Jesús  Seuxis Hernández Solarte, promovido a diputado por las FARC, quien también es disidente, no porque dejó de firmar el acuerdo sino porque sigue haciendo lo de siempre. Santrich es uno de los líderes más relevantes de FARC, negociador del proceso en La Habana, y su aprehensión fue solicitada por la DEA por narcotráfico.

Según el Presidente Santos–: Hay pruebas contundentes y concluyentes de la participación de Santrich en el narcotráfico. Una vez se cumpla el debido proceso y con pruebas irrefutables, y si hay lugar a la extradición por delitos cometidos después de la firma del acuerdo de paz, no me temblará la mano para autorizarla, previo el visto bueno de la Corte Suprema.

Santos añadió que Santrich y sus cómplices –Marlon Marín –alias El Doctor, supongo que en torturas– Armando Gómez y Fabio Simón Younes Arboleda–iban a exportar 10 toneladas de cocaína hacia Estados Unidos, con un precio convenido en US$ 15 millones. A esos hijos de mala madre no les bastaron los beneficios obtenidos por extorsión, secuestro y narcotráfico durante el auge de las FARC.

Según la prensa del vecino país, el delito imputado a Santrich y sus compinches ocurrió en noviembre de 2017, un año después de haber sido firmado el Acuerdo y en abierta violación a éste.

Iván Márquez, segundo de a bordo de las FARC, aseguró que en la detención hubo bajo montaje, y agregó que éste es el peor momento que está atravesando el proceso de paz. Alias Pablo Catatumbo, otro de los máximos líderes de la FARC, afirmó que la captura es un flagrante acto de perfidia contra la paz, el cual pone en peligro ese proceso. El único montaje que yo veo es el doble discurso de los faracos.

La paz está en grave riesgo, señaló el antiguo guerrillero. La paz, tal como ellos la conciben, con un incremento en más de un 100% en la superficie de cultivo de coca desde que Santos asumió la presidencia y prohibió la fumigación de los campos.

La palangre española

Cristina Cifuentes, victimizada por la palangre española

A diferencia de Ortega, Rivas y Segarra, a quienes se les debería honrar como héroes, algunos colegas que trabajan en la prensa española, especialmente en El País de España, tergiversan la información, manipulándola clara y descaradamente hacia la izquierda. Otros siguen líneas parecidas a las que usaban en Venezuela el Bloque de Armas, el Grupo Cisneros y la Cadena Capriles durante la IV República, intercambiando poder político por propaganda apologética en favor de los poderdantes.

En los periódicos y noticiarios españoles, a diferencia de los venezolanos, no hay guardias de fin de semana, sino que cambian las plumas en la redacción. Los sábados y domingos en El País tienen la palabra escrita los chamos y los veteranos al borde del retiro.

Entre ellos, se han infiltrado topos a la usanza de la Guerra Fría. La pregunta no es sí les dan o no coimas, sino sus montos. Y es que España no ha dejado de ser una monarquía picaresca, no tanto como lo fuera en el Siglo de Oro. Así como también Venezuela sigue siendo e una república de pícaros.

Y es que de otra manera no se entiende cómo El País atribuyó a EEUU, en todas sus ediciones del sábado y domingo pasados, el bombardeo de Siria, cuando se supo desde el primer momento que había sido a tres manos. ¡Ah… pero que vaina tan buena es inculpar sólo al imperialismo yanqui!

Además, El País puso el énfasis en que el laboratorio bombardeado no era para fabricar gases venenosos sino medicamentos anticancerígenos, supongo que para enviarlos a Venezuela donde no los hay. Esta mentira descarada fue publicada para que fuese repetida, entre otros, por Maduro.

Vale la pena detenerse en qué es El País.

El propietario del medio es Promotora de Informaciones, SA –Grupo Prisa–, una potencia comunicacional multimedia, no sólo en España, sino en Iberoamérica.

Entre sus marcas emblemáticas están El País ­–publicado en físico en Brasil, España y México, y con varias ediciones digitales– y Le Monde, uno de los diarios más leídos en Francia; así como Editorial Santillana –presente en España, Francia y 21 países latinoamericanos desde hace más de 50 años–, la Cadena Caracol y la Mayorista de Medios Prisa Brand Solutions, que aunque no es muy conocida para el público en general sí lo es para anunciantes y agencias de publicidad en el mundo entero.

El País cuenta con una circulación de un millón 612 mil lectores diarios, y sus versiones digitales superan los 13 millones 700 mil de espectadores. ​ Prisa Radio tiene casi 28 millones de oyentes a través de sus emisoras,  y más de 8 millones en Internet; gracias a sus 1.250 estaciones entre propias, compartidas y asociadas en Argentina, Colombia Costa Rica, Chile, España, EEUU, México, Panamá, y franquiciadas en Ecuador, Guatemala, Honduras, Paraguay y República Dominicana.

A través de su equipo o publicando trabajos de free–lancers, El País la tiene cogida con la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, contra quien inició una campaña para que abandonara su cargo como consecuencia de la crisis política por el máster en derecho de la Universidad Rey Juan Carlos I. Alega El País que Cifuentes se posgradúo sin ir a clases o hacer los trabajos necesarios para merecerlo.

Pablo Casado: "No soy Matemático sino Abogado"

Pero también El País se la dedicó al vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, con el temita de los pregrados y posgrados. Según la crónica del diario madrileño, Casado habría mentido al poner en su currículo una pretendida Licenciatura en Matemáticas que nunca logró. Casado respondió que en su hoja de vida únicamente figuraba su título de Abogado, cuya copia adjuntó con otros documentos académicos, que había seguido estudios de Matemáticas –sin haberlos terminado– y que tampoco había culminado su doctorado pues continuaba trabajando en la investigación correspondiente. Casado también destacó sus cursos de extensión en Columbia y Harvard.

El Vicesecretario Sectorial del PPP, Javier Maroto, aseveró que todo el que mienta y robe, sea del partido que fuere, se tiene que ir. Lo relevante en el caso de Cifuentes es que hay dos líneas de investigación que están inconclusas y hay que esperar a conocerlas.

En Venezuela también se cuecen habas

Edmundo Chirinos, psicólogo y sociópata, terapeuta de Chávez

Al sicólogo y sicópata Edmundo Chirinos la Escuela de Humanidades de la UCV prácticamente le regaló el doctorado para que pudiese ser electo Rector. Lo mismo hizo con el Alcalde Juan Barreto, no sé si por pura jaladera de bolas o con qué otros fines. La Universidad Santa María gradúo de manera exprés a Blanca Ibáñez cuando era la primera dama de facto durante la presidencia de Jaime Lusinchi. Cosas de la monarquía picaresca y de la república de pícaros.

Ayer los trabajadores y profesionales de la salud manifestaron en toda Venezuela–: Los enfermos se mueren por falta de un catéter, y no hay siquiera suero fisiológico… Hemos vuelto a las “enfermedades del hambre”: tuberculosis, difteria, malaria… Los pacientes de enfermedades catastróficas están condenados, y los bebés también… Fueron algunas de las declaraciones de los marchistas.

La gran preocupación fue el éxodo de médicos, paramédicos y obreros especializados del ramo. También ayer la Fiscal Luisa Ortega le pidió a las FFAA que actuasen contra Maduro, quien ya había dejado de ser presidente. Y les prometió que nada les pasaría si así lo hiciesen.

Mientras esto ocurre en la vida real, en la narco–cúpula no pasa nada. No hay crisis humanitaria, cerrando el hospital J.M. de los Ríos terminaron oficiosa y oficialmente las muertes de los pacientes menores y la señora Tibisay se da un baño de negritud en África vendiéndole a sus mandatarios las excelencias del mejor sistema electoral del mundo, el Smartmatic, Ramiro Valdés y ella inventaron.

En definitiva, que ahogadas por la retórica global cada vez más desprovista de contenidos, las ovejas siguen siendo sacrificadas para que una minoría se hinche hasta reventar de bienes materiales.