viernes, 27 de septiembre de 2013

La tercera ola en Venezuela

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La manifestación nuestra de cada día
Todos los días salen varios a manifestar en cualquier rincón de Venezuela.
Antes de que la Banda de los enanos se hiciera cargo formalmente de Globovisión, el canal reportaba las movilizaciones de una manera más o menos imparcial. Ahora ni siquiera el ciudadano dispone de ese recurso, y debe contentarse con las redes sociales para mantenerse al día.
Si las protestas son numerosísimas -tengo la impresión que Venezuela ha batido récords en tal sentido-, nunca son organizadas, lideradas o aupadas por los dirigentes colaboracionista, preocupados y ocupados como andan en obtener el mayor número de cargos electivos en las próximas elecciones.
El cambio opinático
Si se lee la opinión de los medios impresos que aún enarbolan maltrechas las banderas de la libertades, el lector perspicaz percibirá cómo han cambiado los columnistas más conocidos, muchos de los cuales se rasgaban las vestiduras defendiendo el cambio sólo si se daba por la vía comicial, sin militares, calle ni violencia.
No quiero decirles las chocancias prescritas: ¡Bienvenido(a) al club! Te lo dije. No llores como niño(a)… Tarde piaste, pajarito(a). Sólo recordarles que en este lado del continuo, no sólo hay firmeza de criterio, sino también amplitud y tolerancia.
Entre líneas, puede observarse que los opináticos de oficio ya ni en la paz de los sepulcros creen. Que aseguran incluso que Henrique Capriles tuvo en dos oportunidades la franquicia democrática en sus manos, y dejó que el gobierno se la quitara por rehusarse a convocar al pueblo a salir a defender sus votos. Que también sostienen que a la MUD le llegó ya su fecha de caducidad.
Las encuestas y Voz de trueno
Entre líneas también se cuelan los meta-mensajes de los aliados estratégicos del Ilegítimo. Alias Voz de trueno asevera en su último artículo, publicado el domingo pasado en El Universal, que, aunque se arrechen con él amigos y familiares, la oposición puede perder en diciembre y que, si tal escenario se diera, hay Maduro para rato. Palabras más, palabras menos.
Atribuye el señor León este criterio -en contra de lo anunciado por varias encuestadoras que compiten contra su empresa- a que la pérdida de popularidad no es sólo del Ilegítimo sino de su ex contrincante, y que, ciertamente, el régimen posee mayores recursos para movilizar a sus partidarios a sufragar que una oposición escuálida, desmotivada y pasiva.
Independientemente de que haya congruencia o no en los asertos de León, a mi entender el problema no es quien pierde o gana más apoyo, pues no se trata de un concurso de belleza.
El problema reside en que no hay salida electoral, porque el fraude está montado desde la vez en que el ex presidente Carter -bajo sugerencia del propio Fidel- vino a garantizar la pureza del proceso venezolano, y en muchas de las cajas sometidas a la vigilancia militar en Mérida fueron halladas heces fecales. Una manera de llamar comemierdas a los adversarios del chavo-comunismo.
Todo se vuelve humor
Mientras tanto, los venezolanos se divierten con chistes:
Que el eterno comandante fue en verdad un gigante, lo cual puede inferirse por el tamaño de la cagada que puso.
Que el Ilegítimo no fue a Nueva York porque temían que atentaran en su contra, lanzándole tomos de la Enciclopedia Británica desde la Biblioteca Municipal, la cual ahora está digitalizando todos sus contenidos.
Que al susodicho le llaman Malamen, por aquello de: Líbranos de todo mal, amén.
Que el funcionario chino que puso las banderitas en el podio se confundió al ver salir al dirigente extranjero desde el camastrón de Cubana, tal como se registra en la gráfica anexa.


 Malamen en Beijing
La comemierdería no tiene gracia
Los cubanos comenzaron haciendo chistes sobre la revolución, y siguen en esa comemierdería 50 años después. It is not funny (No es gracioso)- como dicen en el Imperio. Por lo menos, a mi no me la hace.
Creo que el Ilegítimo no fue a la ONU porque sus amos no querían mostrarle al mundo su auto-suicido. Ellos tiene conciencia que el procónsul es muy escaso, pues sufre de una especie de dislepsia que le impide leer al caletre los discursos que le escriben, y que, a cambio, dice cualquier cantidad de disparates. Y que de los 20 millardos que consiguió, la mitad iba destinada a La Habana; como les prometió a comienzos de su gobierno de facto.
Pienso que entre tanta tristeza y desolación, algo bueno hay. La tercera ola que inevitablemente se hará presente en Venezuela, no sólo traerá el cambio deseado, sino que barrerá con esa plaga inmoral de politicastros de la 4ª y la 5ª repúblicas, dando paso al verdadero relevo generacional.

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